domingo, 20 de agosto de 2017


LA HORMIGA FAUSTINA

La hormiga Faustina se quedó huérfana siendo muy pequeñita, cierto día que el leñador Pedro, un hombre muy grandote, iba con un hacha a cortar los árboles del bosque. Estaba ella jugando a cantar con el grillo Serafín. Cantaban eso de
A la mar morena
A la mar preciosa
Me da mucha pena
                                                                 Que piques a La Rosa
Estaban muy divertidos y a gusto, porque Faus, -que así es cómo la llamaba el grillo-, se había hecho pipí en sus braguitas, y éste a la vez, se le caían unos mocos al cantar, que parecían dos macarrones de esos que su mamá le ponía en la comida guisados con tomate.
Serafín era carpintero y se había hecho una casita dentro de la corteza de un árbol. Era tan bonita, que muchos insectos del bosque, acudían volando a visitarle, pero él no dejaba entrar en ella nada más que a sus amigos.
Y tu me preguntarás, niño curioso, qué pasó con el leñador, para que se quedara huérfana Faustina. Pues muy sencillo. El tío grandullón, al pasar por encima del hormiguero donde estaban sus padres metiendo semillas para el invierno, porque aquel era un día de verano, zas, cataplán, con sus enormes botas de siete suelas, aplastó a más de cien hormigas entre las cuales se encontraban ellos, su primo Antonio el cabezudo, y otros amigos que ella tenía y que quería mucho.
Por ese motivo, ella que se había subido al árbol a cantar con el grillo en su casita, se salvó de ser aplastada. Y me preguntarás porqué cantaban esa canción tan tonta. Pues, verás: el grillo era poeta y estaba enamorado de una grilla muy joven y rubia a quien  llamaban La Rosa.
Y para que te enteres de un vez, una avispa llamada Colorete que era morena y muy preciosa, pero muy mala, estaba rondando a Serafín con las intenciones de casarse con él porque era muy guapo y porque era dueño de la casita. Este no la quería y cada vez que se le acercaba, se escondía cerrando bien la puerta con su llave de alambre.  Y otras veces, si se encontraba lejos de su casa, se escondía detrás de la corteza de algún árbol, porque los grillos son muy listos y saben  esconderse muy bien para que no les vean.
La avispa malvada, para vengarse de Serafín, un día que estaba La Rosa paseando tan tranquila por el bosque, buscando granos de alpiste, para llevar a su casita y dar de comer a unos pajaritos, muy pequeños, tanto como la punta de un alfiler, que tenía en una jaula, saltó de golpe sobre ella, y con ese guizque tan potente que ellas tienen, empezó a darle picotazos haciéndole mucho daño.
Faustina, era muy pequeñita y no tenía penas, pero a partir de aquel día que murieron su padres y sus amigos, se puso muy triste y no dejaba de llorar.
Y se consolaba bastante cuando iba a la casita Serafín y se ponían a cantar, como aquel día que estaban cantando, y llegó el leñador Pedro y aplastó a su familia y amigos.
Un día que la avispa Colorete estaba descuidada bebiendo agua en una acequia, entre Faustina, Serafín y La Rosa, lograron atarle las alas con un alambre y la dejaron inmóvil tirada por tierra al pie de un árbol. Como estaba atada y no podía moverse, tampoco podía comer y se fue quedando muy flaca.
Y colorín Colorete, que este cuento te haya dado gustete, contando 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7, Periquete Carapuchete, para que te subas a un cohete.

En Madrid, a 3-4-2018.

Francisco





UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 5º.-

En el sueño, ha transcurrido cosa así de un año en fracción de segundos, y me encuentro ante un Jesús, con la cara llena de barros, esa especie de granos, producidos quizás, por un cambio en su metabolismo, una renovación de su sangre, e incluso, que haya empezado a eyacular y todo ello sea la causa de su transformación. Ya no es la tersa cara que mostraba momentos antes. Esto me gusta. Y le pregunto:
-¿Donde estamos ahora?
-En Magdala.
-¿Magdala? ¿No habíamos quedado en ir a Nazaret?
-Si, en eso estábamos, pero he considerado importante alejarnos un tanto de la ruta y traerte a este pueblo para mi tan querido y tan lleno de encanto. Es el pueblo más grande a las orillas del lago de Genesaret.
-¿Y que vamos a hacer aquí?
-Lo primero es ver a Simón el Zelote para saludarle.
-Quién es este?
-Un amigo.
-¿Tienes tu mucha relación con los zelotes?
-¡Qué remedio! Están por todas partes y te importunan en todo momento. Pero son inofensivos.
-No lo dice así la historia. Que son enemigos furibundos de los soldados romanos.
-También lo soy yo.
-Pero vamos a ver, niño, ¿No decías que amabas a todo el mundo?
-Si, lo decía y lo mantengo. Pero eso no quita que sean mis enemigos. Amo a los soldados romanos e incluso a los herodianos, al igual que a todos mis enemigos que son muchos y variados, aunque  veo dentro de todos ellos, la pesada capa del fatalismo, la lobreguez del racismo, la avilantez del nacionalismo, y otras muchas lacras de terminación en ismo, que tapan, ocultan, a la blanca inocencia. Ésta, la inocencia, cualidad de origen divino, es por mi la cosa más venerada, y mientras ella exista dentro del corazón del hombre, aunque tarde en salir, aunque tarde en florecer y termine dando su exquisito perfume, yo la seguiré amando, yo seguiré esperando que se produzca su advenimiento.  Pero vamos a lo que venimos y en lo que estamos.


-¿Qué es esto?
-Lo que ves. Es un silo o balsa para la conservación del pescado.
-¿Conservación?
-Si, conservación. No es lo mismo vender un pescado muerto, que un pescado vivo y coleando. Y eso lo sabemos muy bien los pescadores de Galilea.
-¡Atiza! ¿También te consideras pescador?
-Pues claro. ¿Tú que te crees? ¿Qué soy un inútil niño mimado al que se le da todo para entontecerle y ya no pueda hacer nada útil en su vida? Bien se cuidan mis padres de que esto no ocurra. Y también los padres de otros muchos niños como yo en este país. ¿Te has creído tú eso de unos pastores ignorantes, unos pescadores ignorantes, un pueblo de Galilea, sometido a la sabia Roma porque su ignorancia y falta de cultura le impide enfrentarse a ella?
-Niño, si no te oí mal, cuando estábamos sobre el monte Hattin, citabas frases de Horacio y Cicerón, dos sabios romanos a los que admiras. 
-Claro que sí, admiro la sabiduría doquiera que se encuentre, pero que Roma tenga personajes sabios, no quiere decir que toda ella lo sea. Ni uno sólo de los soldados romanos que conozco, es capaz de calzarle las sandalias, a mis amigos, pastores, pescadores, agricultores, toneleros, entintadores, carpinteros, canteros…
-¡Para, para!
-Pues no paro. Que es justo que reivindique de una vez al tan vilipendiado pueblo judío. Ese materialismo feroz que asola Roma y que será la causa de su caída, no digo que ahora mismo, pero según la tendencia sobre las caídas de los Imperios, un tanto lenta, no le auguro más de tres o cuatro siglos. Roma es un pueblo bárbaro que, como la mayoría de otros pueblos, no ha sabido madurar y ha caído en todos esos ismos que citaba hace un momento. En cambio nosotros somos un pueblo antiguo que ha sufrido muchas adversidades, y esta, la “adversidad”, es la mejor maestra de primera enseñanza que existe. Una de estas adversidades, es la que ahora padecemos, que es la dominación por este pueblo inculto y salvaje. Le ocurre como le ocurrió a Grecia, que aunque poetizó a todos sus dioses, no es capaz de amar al Dios único y Verdadero.
-O sea, a ti, niño absurdo y aburrido.
-No te consiento, Pacorro, lo que acabas de decir. Eres tan bestia, como cualquiera de estos soldados romanos, cuyo único afán es violar a nuestras pobres mujeres y trasegar el precioso vino de nuestras bodegas. No has comprendido una sola palabra de lo que es el Verdadero Dios. Pero te perdono. Y puesto que estamos en Magdala de visita, voy a mostrarte otro de los oficios que practico, en el que me ha iniciado mi querido padre. ¿Ves este bloque de piedra?


-Si, lo veo.
-Pues lo ha tallado mi gran amigo Jan con mi ayuda. En su taller, junto a todas sus herramientas, guarda una maza y varios buriles de mi propiedad,  con los que a ratos, me ejercito en este noble oficio de escultor.
-¡Atiza! Por lo que veo, vas a acabar diciendo que también escribes buenas novelas y cuentos.
-Pues si, escribo sin cesar intentando encontrar una forma perfecta de expresión. Sin ella mi trabajo de redención para el que estoy destinado, sería un fracaso.
-O sea, que pretendes ser el mejor poeta del mundo.
-Eso es lo que pretendo.
-Anda, háblame de Magdala.
-Magdala es una de mis ciudades preferidas, pues parece que este agua del lago de Genesaret tiene propiedades mágicas, y al estar bañada por ellas, aquí todo es mágico.
-Tengo entendido que su nombre viene de algo así como la Torre del pescado.
-Efectivamente. Aquí se vende mucho pescado, y la parte sobrante, nos dedicamos a salarla mis amigos y yo. Casi todos los salazones que se consumen en Galilea, incluso en Samaria, Judea y Cesárea, proceden de aquí.
-También eres salador de pescado.
-Se hace lo que se puede. ¿Quieres que te hable de ello?
-No me interesa. Lo interesante para mí, es conocer tu figura de primera mano y, cómo esta es la ocasión, no pienso desperdiciarla hablando de normas de fabricación de esta o cualquier otra materia. Y lo que también me interesa es que me hables de Magdala. En esa piedra, aparte de otros símbolos veo el de la menorá, y me gustaría que me hables de ella. Tengo entendido que ese candelabro de siete brazos de la menorá simboliza la presencia divina.
-Así es. Y debido a esta presencia, se produce la protección del hombre y la preservación de la paz. Es el resplandor que ilumina al mundo, guiando así al ser humano por el camino del bien.
-El camino del bien. ¡Qué gran cosa!
-Reproduce además el árbol de la vida. De sus ramas luminosas procede la energía para crear una nueva existencia.
-Esto es puro misticismo.
-Efectivamente. Los místicos ven en cada brazo uno de los siete días de la creación.
-La creación. Otra gran cosa.
-Si, una gran cosa en la que no creen el César y sus gentes, y menos aún los partidarios de Herodes y sus soldados que son de lo peor.
-No digas eso niño, que si te oyeran te desollarían vivo.
-Se lo suelo decir siempre que los tengo delante.
-Bueno. Dirán que son cosas de niño y no te harán caso.
-No. No es eso. Lo que ocurre es que ni entienden de cosas sagradas ni quieren entender. Que no se te olvide esto que acabo de decir.
-A propósito del olvido, creo niño revoltoso, que no te acuerdas de lo primero que me has dicho nada más llegar aquí, y es, que íbamos a visitar a un zelote amigo tuyo. Un tal Simón.
-¡Ah, si!  Es seis años mayor que yo y siempre está en gresca con los pescadores, intentando revolucionarles y que luchen como lo hace él y todos los de su secta, contra los romanos.
-¿Y tu eres amigo de semejantes criminales? Porque si eres judío y sigues los mandamientos de la ley de Dios, debes tener bien presente que el quinto es “no matar”
-Simón no ha matado a nadie. Puede que los grupos más radicales de los zelotes lo hagan; pero él es un muchacho de nobles ideales, del que aprendo mucho. 
-Si pero has dicho, que lucha contra los romanos.
-Bueno, Aún no he alcanzado la forma de expresión que debería tener; en realidad lucha con sus ideas, todas tan puras y sagradas, que no difieren de las mías en absoluto. Cómo yo, practica el ayuno y la abstinencia, conmigo se encierra a meditar muchas veces, bien subidos sobre los árboles, bien en medio del lago, montados en una barca, o en algunas  de las cuevas que ya conoces. Juntos, vivimos momentos místicos extraordinarios que luego comentamos emocionados observando la expansión de nuestras almas que en ellos se han producido. Además leemos muchos libros.
-Y ¿de dónde los sacáis?
-De la biblioteca de Magdala. Y también los que obtenemos de los caravaneros que hacen la ruta de la Cesárea de Filipo a la Cesárea marítima del Mediterráneo. Hemos venido hasta aquí andando de noche y no te has dado cuenta que hemos cruzado la Vía Maris que bordea esta ciudad.
-¿Tanto hemos andando?
-Pues si. No muchos, unos 6 kilómetros.
-Pues no me he dado cuenta.




CONTINUARÁ








LA GRIETA.         
“Tenía siete años cuando mi padre murió abrasado en un incendio provocado. Metieron sus miembros carbonizados en un cajón de madera, y cuando mi madre y yo dimos sepultura al féretro, la tierra sobre la que caminábamos empezó a desmoronarse bajo nuestros pies”
Abrazado a ella, caímos por el precipicio que se abrió unos cientos de metros, y fuimos a parar al fondo de una mina donde estaban trabajando unos cien o doscientos obreros. Bueno, digo trabajando, aunque no es la expresión justa porque estaban tan asustados como nosotros. Ninguno de ellos cayó afectado por el movimiento de tierras cuya grieta por la que caímos, se abrió en la zona donde no estaban ellos trabajando. Todos estaban maravillados por aquel suceso que les parecía un milagro caído del cielo. No porque este aparecía todo azul y esplendoroso allá arriba según se podía observar, sino porque sobre sus cabezas, aparecía el más rico filón de blenda, galena y pirita como jamás habían soñado. Mi madre era una mujer muy guapa con rasgos virginales y yo, un niño precioso pues mi difunto padre, también había sido un buen mozo digno de ver y admirar. Y yo, hijo de ellos, no iba a estar en menoscabo. Si maravillados estaban los mineros por el suceso, más lo estábamos nosotros ante su comportamiento, pues arrodillados, la cabeza libre de sus cascos que habían depositado en el duro suelo de la mina, con las palmas de las manos juntas en señal de oración, nos daban infinitas gracias por el milagro. ¡Nos habían confundido con la virgen María y el niño Jesús ya en edad de siete años!
Mi madre, no creyéndose digna de aquella adoración, y yo tampoco, se dirigió a uno de aquellos hombres que parecía su jefe y capataz, y este explicó con palabras entrecortadas, como aquella mina ya vieja, estaba en estado de ser abandonada porque sus filones se habían agotado hacía mucho tiempo, y ellos estaban viviendo en la más pura miseria, porque hacía meses que no cobraban el sueldo debido a que la empresa había caído en suspensión de pagos. Ellos se encontraban allí, arañando aquí y allá los agotados filones con la esperanza de que alguno de ellos volviera a mostrarle el preciado mineral que era su vida y subsistencia. Según explicaba el encargado, ya repuesto un tanto y casi convencido que nosotros éramos dos simples personas de carne y hueso, y no teníamos nada de la divinidad por ellos atribuida, encendiendo su carburador, que con el terremoto se había apagado, nos llevó a enseñarnos, la fuerte galería entre calizas, que habían practicado atravesando el terreno estéril en busca de nuevos filones, y, que llevaban más de dos años, gastando tiempo y dinero inútilmente, ya que si atravesaron con ella algún filón, tal y como podíamos ver, este sólo mostraba sus característicos cristales de cuarzo, muy bonitos por cierto pero poco aprovechables.
Mi madre y yo que nunca habíamos visitado una mina, estábamos admirados ante las explicaciones del capataz, que trataba de trasmitirnos, el gran alborozo que sentía, ante el descubrimiento del nuevo filón de dos metros de ancho. Una infinita riqueza que les haría volver a disfrutar la felicidad de antaño. No vean, nos decía, la alegría que va a llevar el patrón que estaba a punto de suicidarse por el acoso que sufría de sus proveedores, con quienes no podía saldar sus numerosas deudas. Al decir esto, pensando que tenía la obligación de ir a comunicarle tan agradable acontecimiento, es cuando nos pidió que le acompañáramos al pozo de extracción para salir a la superficie. En ella había enorme expectación ante el fenómeno. Ante la agradable noticia, el patrón, perdida toda su compostura, daba saltos de alegría abrazándose de vez en cuando al capataz, a mi madre y a mí.  El fue quien pagó mi carrera de ingeniero de minas y mi segundo padre.   


En Madrid a 20-3-2018. Francisco.







16-3-2018

LO SUBLIME

Lo sublime, según mis cortos alcances, es aquello que pone al alma en comunicación directa con Dios. Es algo que ya inquietaba a Platón y cuyo movimiento, volvió a tomar vigencia con el Renacimiento, pero este, fue sofocado en los siglos posteriores y volvió a tener un asomo con el Romanticismo, pero fue inmediatamente sofocado por una ola materialista que empezó a moverse a partir de Darwin y que en la actualidad, alcanza la categoría de sunami que lo está arrasando todo. La metafísica forma parte de lo sublime, pero para dar idea de ello, para verbalizarlo, no es suficiente la palabra, el idioma, porque ello es a la vez sentimiento y acción. Sólo puede ser mostrado a través del arte con figuras, con metáforas, con poemas acertados. Y lo malo en el caso de los poemas, es que en la mayoría de los casos no son acertados. Lo sublime necesita de la transubtanciación del cuerpo en alma, cuyo ejemplo lo dieron Pitágoras, Zenón de Elea, Buda, Confucio, Rama, Krishna,  Jesús, Moisés, entre otros menos nombrados, como es el caso de Sri Aurobindo y Mirra Asfasia en la actualidad. Sin llegar a lo sublime pero bordeándolo, tocándolo en algunos momentos e impregnándose de su divina substancia, están, también como ejemplo, Zweig, Hesse, London, Goethe, Dante, Kalil Gibrán, Tagore, Rilke, Becquer, y algún que otro pintor, músico, o poeta del Renacimiento o del Romanticismo, sin olvidar a alguno del mundo griego, cual pudo ser el olvidado Epicharmos en quien se inspiró Platón.
No quiero extenderme más, pero ha ocurrido en estos días un hecho que roza con lo sublime y que no quiero dejar de decirlo: La carta del poeta Andy Moradiellos en el caso del vil asesinato del niño Gabriel Cruz.






ANGUSTIA

Nuestro hombre, después de andar por un alto sendero entre montañas llega a una extensa llanura atravesada por la vía del tren, que brilla a lo lejos cual largo cuchillo que la corta, afeado por una manchita negra en medio que, según supone, debe ser una estación. Hacia allí dirige sus cansadas piernas, pues lleva varias horas caminando. A medida que se acerca, sus pasos son cada vez más lentos y siente la angustia de no poder llegar a tiempo para coger el tren que por allí ha de pasar.
Ha llegado y hay tiempo de sobra según puede ver en el reloj de la fachada. El tren no pasará hasta dentro de dos horas y cae derrengado sobre un banco en el parque que hay fuera de la estación. Mientras descansa va repasando su vida. Su niñez en una casa pobre con su padre, albañil, que llegaba borracho todas las noches del bar que había visitado al salir del trabajo. Su sufrida madre, la cual tenía que trabajar varias horas diarias limpiando casas, para asegurar la subsistencia de él y sus hermanos. Las palizas que le daba su padre, porque era un niño rebelde que no estaba de acuerdo con lo que estaba viendo en aquella casa, aunque debido a su corta edad no era capaz de explicárselo. Su adolescencia, en la cual el padre ya no le pegaba porque al ser más alto, temía que se le revolviera y le pegara a él. Debido a la bebida, sus fuerzas ya no eran las mismas que las de los primeros tiempos. También recuerda su propio matrimonio y su colocación como jefe de un almacén de pinturas. El fracaso al no darle hijos su mujer. Y finalmente el cáncer de próstata en edad temprana cuando aún no ha cumplido los cincuenta años. La resección de sus genitales a la que fue sometido y que le dejó impotente para siempre. El divorcio.
Ha pasado el tiempo y algo más repuesto, decide entrar a sacar el billete. En la estación hay un barullo infernal, donde el bar lleno de gente está situado en la misma planta de la taquilla, la cual en esos momentos está vacía. Cuando al fin llega la taquillera, tiene que entregarle el DNI y el dinero del billete, pero ésta le despide sin entregarle nada. Se da cuenta de ello cuando ya está bastante alejado de allí, dentro del túnel que lleva al andén situado al otro lado de la vía; y regresa a reclamarle. Ella le entrega el billete, pero no el DNI y el dinero de vuelta. Sale de allí y de nuevo dentro del túnel,  vuelve a  notar que no lo lleva, y tiene que  volverse a reclamarlo. Está pasando el tiempo y el tren debe estar llegando. Corre hacia el andan tropezando con la gente que cruza tranquilamente el túnel. Y llega a él. Pero es el andén más extraño que imaginarse puede. Hay tres largas colas de gente paralelas a las vías y decide situarse en una de ellas. Pero está inquieto, no se explica cómo tanta gente puede estar allí esperando la llegada de ese tren que según ha oído decir, es más bien corto, una máquina con dos o tres vagones. Pregunta a la persona que tiene delante, la cual le confirma que aquella cola no es para el tren, que lo que tiene que hacer, es situarse en el andén, el cual precisamente, está solitario pues ningún otro pasajero va a montar en él. Corre hacia allí al tiempo que el tren está llegando. Antes de llegar a la vía, ha pasado por delante de él y la cola ha quedado a unos cien metros. Corre desesperadamente por el anden intentado llegar antes de que arranque, pero le detiene dos policías cuando está llegando a punto de alcanzarlo. El tren arranca mientras tanto, y termina allí la terrible pesadilla cuando ante el grito que lanza, aparece un camarero a despertarle.
Nuestro hombre es el tenor castrati Anthony Chauvin que, sentado en la cafetería del aeropuerto de Barajas precisamente el Día Internacional de la Mujer, en espera de la salida del vuelo para Milán, se había quedado dormido.

En Madrid, a 13-3-2018

Francisco





VACACIONES TRUNCADAS



                Playa de Guincho

Soy un tipo muy duro de pelar, aunque soy barbero de profesión y he pelado miles de cabezas. Al mismo tiempo que las pelo, me gusta extraer los pensamientos que estas producen e incluso los sentimientos del individuo, que al decir de las gentes no están en las cabezas, pero si en el corazón. Tuve un desengaño amoroso hace unos años, pues la mujer que amaba se fue con mi mejor amigo Estanislao dejándome solo. Y estuve a un pelo de matarme. Pero aquí estoy ahora, tan tranquilo, gozando del sol espléndido en esta mañana reluciente en la playa de Guincho que por su aridez me recuerda a muchas de las cabezas que caen en mis manos. Menos mal que estoy bajo una sombrilla, porque hace un sol que quema las entrañas y de estar fuera, me estaría abrasando. Este viaje a Lisboa y sus playas, me lo tenía bien merecido porque este invierno he trabajado mucho y necesitaba descansar. Esto, aparte de que en verano, mi trabajo en la capital decrece al marcharse la gente a las playas. No creo que aquí venga nadie a molestarme. Pienso estar aquí todo el día metiéndome a nadar cuando me apetezca; y cuando me de hambre, aquí tengo un hermoso bocadillo de calamares y unos melocotones de Cieza que saben a gloria…
¡Pero qué es esto, Dios mío! ¿Será posible esto que estoy viendo? ¿No son Benita y Estanislao, los que están situándose dos sombrillas más allá?  ¡Benita, la hermana de mi amada Casilda! ¡Qué fenómeno tan extraño! ¿Cómo puede ser que este sinvergüenza esté con la hermana y no con ella? ¡Qué historia tan rara! Menos mal que no me han visto. Resultan increíbles a veces estos casos que te presenta la vida: venir a coincidir aquí en esta playa alejada de la civilización. ¿Y, cómo es que Benita no viene con Lorenzo, su marido y si con el cuñado?  En estos tiempos, todo es posible con esto de la relación entre parejas. Es muy probable que hayan venido los cuatro juntos y  quizá Casilda y Lorenzo se han quedado en el hotel refocilándose a gusto. ¡Y yo, que había soñado con ella para unirme en matrimonio para toda la vida! No quiero que me vean, no quiero darles ese gusto de que me descubran aquí solo. Lo mejor que puedo hacer es marcharme para evitar la ocasión. Ya me enteraré de lo que pasa cuando abra de nuevo la barbería y me lo cuente Antonio, el amigo de Estanislao que está enterado de todas sus hazañas. El desgraciado en amores, suele ser afortunado en el juego y, esta noche puedo mejorar fortuna en el casino de Estoril. Por lo menos, que mi viaje a Lisboa no resulte mal del todo. Pero no. Lo mejor es que pague la cuenta en el hotel, y regrese nuevamente a Madrid, antes de tropezarme con estos.

En Madrid, a 13-3-2018

Francisco








UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 4º

¡Ay, Jesús, qué bien me está haciendo este viaje, ojalá lo emprenda todo ser humano que sienta dentro de si, como yo, deseos de paz y concordia!
El niño se ha bajado del árbol y al parecer conoce los pensamientos y emociones que acabo de tener, pues me dice: 
-¿Sabes que he pensado que debes venir conmigo a Nazaret para que te presente a mis padres y hermanos? También hay muchas personas en mi pueblo que te sería provechoso conocer y que te aclararías muchas dudas de las que tienes respecto a la redención.
-Bueno, yo de redención y de trabajo se bastante, pues ya escribí un panfleto de trescientas y pico de páginas sobre ello. En cuanto a irme y dejar solas en este monte a mi hija y mi mujer, creo que no me conviene. Pues cuando intente volver a casa, me darán con la puerta en las narices.
-No temas, ya te habrás dado cuenta que estamos dentro de un sueño y debes saber que las cosas dentro de ellos, son intemporales. En unos minutos estarás de nuevo junto a ellas, pero si me acompañas, vivirás días, y quizás años, donde aprenderás cosas de vital importancia para ti y para muchos de tus convecinos y amigos.
-Siendo así como dices, no tengo inconveniente en acompañarte, pues siento enorme curiosidad, por conocer cómo era Nazaret en el año 10 de nuestra Era y también, si no te importa, podríamos dar una vuelta por las cercanas Caná y Séforis, donde en esta última, por esas fechas Herodes Antipas debió construir su palacio.
-Efectivamente, todavía sigue su construcción en su momento presente y mi padre trabaja en él como albañil y picapedrero, que son trabajos que de los que no habla la historia, pero que alterna con los de la carpintería. Ya sabes, que somos numerosa familia y que necesitamos trabajar para conseguir nuestra subsistencia. Y hoy por hoy, como ha ocurrido siempre, la horrible situación de la explotación del hombre por el hombre, sigue siendo un hecho. Yo acompaño a mi padre muchos días en su faena y trabajo con él en la cantera manejando maza y cincel en el desbastamiento de la “piedra bruta”. Ya sabes o deberías saber, que Hércules, consideraba este trabajo físico o material, similar al del perfeccionamiento de nuestra alma, y no voy a cansarte relacionando todo el proceso, que se inicia desde el momento, en que empezamos a limpiar la piedra, -nuestra alma inmortal-, de impurezas y raíces, pasando por ciertos estados intermedios hasta alcanzar la forma cúbica, símbolo de la perfección y de la eternidad.
Le interrumpo con ánimo de crear polémica, y digo:
-¿Existe el alma? Yo se que si, pero hay muchos seres humanos en la actualidad que afirman que sólo existe nuestra mente y los productos que ella fabrica por medio de la imaginación; y que lo del espíritu es una entelequia, algo inventado por el hombre mismo; incluso se atreven a opinar que Dios es otra mentira inventada también por el hombre, víctima de las supersticiones. ¿Qué dices a esto, niño mío?
-Pues digo que están equivocados. Que “el alma es la causa y principio del cuerpo viviente”, según ya decía Aristóteles. Qué Dios, el Espíritu Universal, es la causa y principio de todo germen de vida, y que nada existiría, si Dios no existiera.  
-Todo eso está muy bien. Pero esa afirmación tuya de hace un momento en que afirmabas que tú eres el Dios Verdadero, me parece demasiado pretenciosa. 
-Lo soy yo y lo eres tu, al igual que toda persona que sea capaz de alcanzar la perfección.
-Pero la perfección no existe.
-Si existe, es la forma cúbica de nuestra alma.
-Y tu, niño pretencioso, ¿la has alcanzado?
-No, pero estoy en ello. Por ello trabajo físicamente en la cantera usando maza y cincel, y también espiritualmente luchando contra la mentira, ese reptil repugnante que está situado a la vez fuera y dentro del alma, llenándola de babas e impurezas.
-¿Y que herramientas espirituales empleas para ello?
-Tu lo has visto. Mi cabeza y mi corazón.
-Si, lo veo, pero no acierto a ver la materia sobre la que trabajas.
-Tú, Paco, lo decías en uno de tus panfletos: “El diamante de la Rebeldía”. Desconfiando de cuanta información te llega en forma de palabras, y situándote en el terreno de la Divinidad.
-¿Qué dices?
-Lo que oyes. La divinidad, según decía Cicerón, “no hace nada, no se haya vinculada a ninguna ocupación, no está pensando en ningún trabajo, se deleita en su propia sabiduría y virtud y sabe con absoluta certeza que siempre disfrutará de goces perfectos a la vez que eternos”.
-Te contradices niño, Citas palabras de los sabios y al tiempo estás afirmando que hay que desconfiar de las palabras.
-En algo tengo que apoyarme, pero sabiendo de su peligro, al tiempo que las pronuncio, huyo de ellas dedicándome a la meditación.
-¿A la meditación?
-Lo acabas de ver. ¿Qué he estado haciendo hace minutos escasos encima del sicomoro, mientras tu solo aquí abajo te entregabas a tus propias reflexiones? Estaba meditando, envuelto en el esplendor de la naturaleza. Sin dejar que entrar en mi mente la más mínima materia en forma de palabra.
-Perdona, niño, pero no me lo creo. Si me dijeras que consigues la meditación perfecta sentado sobre una roca en tierra firme, lo creería, pero allí, alguna que otra palabra te habrá importunado advirtiéndote del peligro de caer al suelo.
-Me has pillado. Pero eso no hace que cambie mis criterios. Esos temores es cierto que me han alcanzado algunas veces cuando he subido a meditar a lo alto de un árbol, pero cada vez son menos, cada vez me siento más libre y seguro allá arriba. Y en lo que dices de meditar en el suelo, también tiene sus peligros porque también puede surgir el temor de que te pique algún bicho o de que alguien venga a importunarte. La concentración absoluta está en función de la fe y tu, hombre de poca fe deberías saberlo. Cuando se llega a ella e incluso, antes de llegar, los temores han desaparecido y se entra en un estado de gracia especial.
-Si, lo se. Se que es precisamente en ese estado cuando el conocimiento toma posesión del alma y se entra en la omnisciencia, una de las cualidades características del Todopoderoso. Se habla mucho en estos tiempos del narrador omnisciente. Estoy empezando a ver que no fue Roma quien conquistó a tu pueblo, si no que ella fue la conquistada por él.
-Efectivamente, aquel mundo de instintos brutales, de odios y de amores violentos, de ímpetu excesivo, de convulsiones, que tan bien describe Horacio con sus imprecaciones y sus invectivas contra vicios y supersticiones, ya no existe.  Todos los Imperios caen por las mismas circunstancias cuando llegan al colmo del engaño y la perfidia.  
(Cuanto más habla este niño prodigio, más cuenta me doy de su profunda erudición. ¿De donde sacará tanta sabiduría? ) Adivina lo que estoy pensando y me dice:
-Del ayuno.
-¿Del ayuno?
-Claro. La meditación profunda requiere de muchos días aparte de la mucha concentración; y no puede ser importunada por las necesidades del cuerpo. ¿Ves esas cuevas que tenemos por todos estos montes?
-Sí, las veo.
-Pues ellas son mi refugio cuando me entrego a profundas meditaciones. A su resguardo, me libro de las frecuentes lluvias y puedo permanecer durante largos días y noches meditando.
-Esto que me dices es insólito. Sé que ayunaste cuarenta días en el desierto.
-Eso dice la historia. Pero ella no dice porque no lo sabe, que esa era mi práctica habitual. Si no ¿cómo iba a ayunar esos cuarenta días que tu dices sin estar perfectamente preparado para ello?
-No entiendo esto. ¿Tus padres no te buscan cuando pasan días en que no regresas a casa?
-No, no lo hacen, porque confían en mí y en la Divina Providencia. De ella estáis olvidados en estos tiempos, que porqué no decirlo, son muy similares a los últimos del Imperio Romano.
-Estoy de acuerdo, en que un materialismo feroz y absurdo nos envuelve.
-Mis padres sufren con mis ausencias, pero saben, porque ellos mismos practican el ayuno y la meditación a su manera, que nada malo me puede pasar.
-¿No tienen miedo en que un grupo de soldados romanos o de los herodianos de Antipas, más feroces y libidinosos todavía, te violen y te dejen tirado en medio de estos yermos? Y no sólo los soldados, los bandidos que tanto abundan cómo ese Barrabás de los demonios. Y luego está el peligro de los bichos que pueden atacarte si te encuentran inmóvil dentro de una cueva. Creo que cometen tus padres una imprudencia temeraria con dejarte correr estas aventuras y te puede costar caro. 
-Estás más tonto que una locomotora de carbón, Paquete, ¿No recuerdas que soy Jesús de Nazaret y que no moriré hasta los treinta y tres años bien cumplidos?
-Es verdad que sobreviviste a todo esto que estamos tratando. Lo que no me cuadra ahora, es ese chiste tan malo que acabo de oír. No te hacía un niño chistoso, sino algo mucho más serio.
-No olvides que estamos dentro de un sueño y ya sabes los disparatados que suelen ser estos.


CONTINUARÁ





LOS INFLUENCERS

Obra teatral muy corta con coro al estilo griego



PERSONAJES por orden de aparición

PAOLO joven de dieciocho años, vestido con una túnica roja  y que toca un clarín a la par que declama.
ARANCHA, joven nacida en Euskadi
JOSEFA, joven nacida en Salamanca
AMPARO, joven nacida en Navalcarnero
C0R0, numeroso público que sigue a Paolo,

La escena en una plaza de un pueblo cualquiera, que sea bastante amplia para que quepan miles de personas.


PAOLO         Pues señor, yo desde aquí, vengo a decir lo que siento, contra el mal
                       comportamiento de algunos seres dañinos, que andan malos caminos,     
                       lejos de una buena marca, cómo esta del monarca que ya lo es de sí   
                       mismo, alejando el pesimismo y los terribles achaques que vienen con la
                       vejez, por lo que ya me declaro, personaje meritorio, en este plan
                       mortuorio, del mundo en que vivimos, donde acaban muchos primos,
                       lejos de un buen sanatorio.

ARANCHA   Pues yo y mi cuerpo serrano, estamos en posición de que venga un
                       alubión de cuerpos a recibirnos, para así contribuirnos a ejercer la
                       profesión, de aumento de población, que este mundo necesita, para que se
                       abra la espita de claridad de conciencia, símbolo de la asistencia que a
                       muchos incomoda porque estamos en la moda del miedo y la pestilencia.   
      
JOSEFA        Yo desde aquí me proclamo como la celeste marca de la preciosa arca  
                       que ni siquiera Noe fue capaz de fabricar, y en ella me lanzo al mar,
                       seguida de los millones de mis fieles seguidores, que son buenos
                       pescadores en la pesca del atún, para proceder según, a todos nos
                       convenga logrando con esta arenga, que trabajen al tuntun.

AMPARO     Yo me embarco sin embargo, en muy poderosa nave con ganzúa y
                       alquitrave, por los cielos de la Idea, con mi pecho que caldea,    
                       sola en bragas y sostén, para que allí donde estén mis preclaros
                       seguidores, todos muy llenos de ardores por el trapecio infinito 
                       ir realizando ese rito, tan bueno y edificante, donde voces de gigante
                       saldrán a los cuatro vientos, produciendo movimientos de críticas
                       siderales para ocupar los asientos que ocupan los generales.

C0R0             Cantemos al cantor de los cantores, preclaro trovador, ilustre navegador,
                       que puesto en calzoncillos, se lanza por los pasillos en busca de la rapaza
                       que hará crecer a la raza con inusitado ardor, siendo así buen amador y                            
                       ser humano decente, que hará sentir a la gente el ansia más positiva, y
                       nosotras bellas divas que vamos tras él, Paolo, viajando de polo a polo
                       demostrando nuestra alcurnia, nacida de la pezunia, esa marca tan en
                       moda, que a nadie incomoda viniendo de Catalunia. Y la sopa de fideos
                       con carácter general, si sitúe en el sitial que ocupan los ateos, comiéndola  
                       con los deos, aunque a muchos siente mal.


PAOLO            AA, AO, AI
ARANCHA      OL, LI, TARARÍ
JOSEFA           CHAN, CHAN, CHAN, CATAPLÁN
AMPARO        QUI, QUI, RI, QUI.

Apoteosis final

CORO              LO LO LO LO LO LO LO LO LO LO LO LO LO LO LO LO LO LO

                         LO LO.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Cae el telón


En Madrid, a 6-3-2018
Francisco





bis65.- LIBROS LEIDOS BIBLIOTECA BIB DEL BARRIO a partir de enero 2015

TITULO: FRANKENSTEIN

Autor.- Mary Shelley

Recogido en la BIB el 19-2-2018 para leer en treinta días. Tengo el libro en casa y lo he leído varias veces, en traducción de Diana Gibson. Siempre me ha producido inquietudes provechosas.

COMENTARIOS.- El tema central de este libro, es el “complejo de culpabilidad”, expresado con suma brillantez. Con ello la autora está tocando la fibra más sensible del ser humano. ¿Quién no se ha sentido responsable alguna vez de la muerte de un amigo, un compañero o de un familiar? ¿Quién no se reprocha, cuando una persona cercana a él muere, el no haberse comportado con ella debidamente? Siempre surgen estos  remordimientos después de morir esa persona.
Aquí se ofrece a la imaginación, debido a la descripción de las pasiones humanas, un punto de vista más amplio y comprensivo que el que puede dar cualquier narración de sucesos reales. Es lo bueno de las buenas obras literarias. En cuanto a los fríos paisajes de los Alpes y el polo Norte descritos magistralmente, han sido elegidos con gran acierto, para alimentar la sensación de terror, recurso literario muy útil en este caso.

Las razones del monstruo: Soy malvado porque soy desgraciado. Es otro tema a considerar detenidamente: El desprecio de los demás, nos hace desgraciados. Y la desgracia suele impulsar al odio y el deseo de venganza. Son muchas las enseñanzas de este libro ejemplar si las aplicamos a nuestro propio caso. Es muy grande la amargura que sentimos, cuando llenos de amor nos sacrificamos por ayudar a los demás, y recibimos a cambio palos o indiferencia.







EL JEFE SUPREMO

Obra teatral muy corta para no cansar al espectador.

PERSONAJES

PERSON, El director, un señor calvo, bajito, con corbata de pajarita.
ARPER, El jefe de personal, un joven apuesto y varonil.
ROSA, Mujer joven de gran belleza que presta sus servicios en el departamento de administración.

El escenario representa un despacho de director de empresa con una mesa grande en un extremo tras la que este se sienta.

PERSON      Hay que machacar a la giganta.
ARPER        Si señor, ¿qué procede hacer?
PERSON      Lo que se te ocurra, pero machácala bien, que esa niña me tiene enfermo.
ARPER         Lo haré señor, se me ocurre la idea de ponerle a fregar las escaleras y si se
                      opone y va a quejarse al jurado de empresa, ya advertiré a Antoñito, que la
                      mantenga a raya.
PERSON      Perfecto, puedes retirarte.  
ARPER         Gracias señor.
PERSON       (Llama  por teléfono a  un magistrado del tribunal supremo al que
                       pide un  favor. Cuelga y toca un timbre dictando que entre Rosa.)     
ROSA            (Rosa entrando en escena) Vengo a presentar una queja, señor director.
PERSON       (Levantándose de su asiento y yendo hacia ella), Por favor, siéntese
                       aquí  y dígame que le acontece esta vez.
ROSA            Pues verá. He sido rebajada de mi puesto de administración sin ningún
                       motivo aparente por orden del señor Arper y me han puesto a fregar
                       suelos, cosa a la que me he negado y vengo a reclamar a que se haga
                       justicia conmigo.
PERSON       Según tengo entendido por el informe del señor Arper que tengo aquí,
                      usted señorita, se descuida mucho en su trabajo, y se le ha sorprendido
                      varias veces haciendo uso del teléfono para asuntos ajenos.
ROSA           Son llamadas que hago a mi madre que está enferma y muy sola. En
                      cuando a lo del trabajo, es mentira, pues cumplo correctamente. Soy muy
                       desgraciada.
PERSON       (De pie delante de ella que se ha sentado, le mira descaradamente los                             
                       muslos y va  girando  por el escenario, acercándose más y más después  
                      de cada vuelta. Y dice:) Me conmueve lo de su madre. Yo también  
                      soy muy desgraciado, no por ese motivo pues mis padres ya murieron,
                      pero mi esposa no me quiere y me consta que se ha liado con otro.
ROSA           ¿Ah, si?
PERSON       Lo que oye. Estoy a punto de divorciarme y busco otra mujer que me
                      comprenda y sea capaz de hacerme feliz.
ROSA           Señor director. Yo también estoy a punto de separarme de mi novio, el
                      cual me engaña con otras.            
PERSON      ¡Ay, cómo está el mundo! Una joven tan llena de vida, y tan desgraciada,
                      ¿me permites que te tutee?
ROSA           Señor director, ¡qué van a decir los demás compañeros de oficina!
PERSON       No me importa. Estoy loco por ti. Ya debes haberte dado cuenta.
ROSA           ¡Pero usted es muy viejo para mí!.
PERSON       No importa la diferencia de edad, hay miles de casos y se les ve muy
                      felices. Tu y yo podríamos serlo. Piénsatelo. De momento, ordenaré a
                      Arper que te releve de esa afrenta de la fregona y te reintegre a la oficina.  
                      Puedo nombrarte mi secretaria, y por supuesto, renovar el contrato de      
                      trabajo que tienes firmado con la empresa para seis meses. Puedes
                      retirarte.
ROSA           (Levantándose y alisándose la falda.) Lo pensaré.
PERSON       Dame un beso
ROSA           Muá.


Cae el telón










Los escándalos de Arfalia

Arfalia, un país situado al oeste de Italia, empezó a oler mal, saliendo miles de ratas de todas sus alcantarillas, y esparciéndose por el amplio suelo de la patria, cuando Serafín el capitoste del gobierno, no se atrevió a eliminar las leyes que había promulgado su antecesor, Afrodisio Cuarto, las cuales iban contra la decencia, el equilibrio psíquico y las buenas costumbres.
Había en cierta región de aquel país, un señor multimillonario que se había lucrado, produciendo programas atractivos de televisión, fabricante de cava a la vez, y otras muchas cosas más, inconfesables por cierto. Se decía de él que incluso operaba con armas para el tercer mundo y se ocupaba del tráfico de medicinas y estupefacientes.
Pues, bien. El tío, tenía dinero a mantas para sobornar a los concejales y parlamentarios de la tal región, de manera que les obligó a poner en marcha la fórmula mágica de la libertad y la independencia, que nunca en tiempos anteriores había fallado, la cual convertía a los contribuyentes, en furiosos animales de circo, creídos los pobres, que eran especie de dioses sobre la tierra, cuando en realidad eran rica y sabrosa comida para las ratas.
Ocurrió, que en aquella región del país, y otras dos o tres que les iban en zaga con esa fórmula mágica de la libertad y la independencia, empezaron a declararse en rebeldía, contra el Estado de esa nación y el bueno de Serafín, aunque no era partidario de la violencia, hubo de aplicar un artículo del código  penal, para frenar las barbaridades que se estaban cometiendo, principalmente en esta región donde operaba el prócer de cuyo nombre no quiero saber nada, ni viene al caso, el cual debido a su inmenso poder, tenía influencia sobre las otras regiones.
Siempre la libertad y la independencia, han sido palabras mayores para aquellos que ignoran el verdadero significado de estas palabras, y aunque los filósofos y los psicólogos de todas las épocas han intentado hacérselo saber, su labor ha sido nula, lo cual ha dado como resultado, catástrofes tremendas  producidas por su mal uso.
Lo que sucedió después de la aplicación del articulo, tiene mucha gracia, y lo vamos a contar: El sagaz multimillonario, y otros peces de menor tamaño que le secundaban, decidieron mantener fuera de Arfalia a varios cargos independentistas cargando con los gastos de su estancia en otras naciones, lo cual para él era un gasto mínimo y para los otros también, el cual venía recompensado por el ardor espiritual de los contribuyentes que pendientes de estos símbolos, creían que la independencia era un hecho y que más tarde o más temprano esta llegaría a ser realidad.  Sabemos que Arfalia es un país rodeado de mar; y que muchos de estos independentistas son marineros, por lo que acostumbrados a vivir entre peces, seguían ese lema extraído de la filosofía natural de los ámbitos marinos:
COMER O SER COMIDOS


En Madrid, a 27-2-2018

Francisco









Capítulo 14

EL MESONERO PRODIGIOSO

Tema: LA LUZ DEL CREADOR

- ¡Hola papá! De ti estábamos hablando.
- Hola, ¿Qué estabais diciendo de mi?
- Nos preguntábamos que estabas haciendo con Esteban anoche. Nos dice la mamá que volviste de la huerta muy alterado porque le habías ofendido diciéndole qué cómo creía en Dios y al mismo tiempo no creía en los milagros. 
- Si, Nuria, anoche metí la pata, y hace un par de horas la he vuelto a meter descubriendo que vimos a Acisclo con la niña de las azucenas, secreto que debí guardar hasta consultar con él, si debíamos descubrirlo.
- ¡Cómo es que nos visteis?
- Os vimos, Acisclo, porque estábamos sentados en un banco delante de la puertecita que da a la selva, y si no nos viste a nosotros es porque ibais muy acaramelados.
- ¡Eso no es cierto, papá! Una vez más eres víctima de tu imaginación calenturienta. Josefina es una chica muy seria que no piensa en el sexo ni nada que se le parezca; y si consintió en acompañarme allí fue porque le insistí, en mi deseo de ver que ocurre por las noches, dado que me aseguraba que no hay ningún peligro en ello y que aquello, bajo la luz de la luna y las estrellas es algo tan misterioso, tan lleno de embrujo, que si queremos disfrutar de la LUZ DEL CREADOR, no hay ocasión mejor que esta para comprobarlo.
Ante estas palabras Anita se ve obligada a advertir:
- Si, pero hay también hay escorpiones y otros bichos entre las piedras, que nada más pisar una en la oscuridad, os pudieron picar y ¿entonces qué?
- Ese no es el caso mamá. Josefina me llevó por un sendero que ella conoce perfectamente el cual permanece limpio de piedras y maleza y llegamos a una gruta donde ella guarda algunos utensilios con los que se ayuda para amansar a las fieras. Tiene además varios amigos entre ellas. Como guardián de la gruta había un enorme elefante, en el cual montamos.
Nuria:
- ¡Qué interesante! Y no me habías dicho nada.
Acisclo:
- ¿Acaso hemos tenido tiempo?
Nuria
- ¿Qué es eso de LA LUZ DEL CREADOR?
Acisclo
- Algo espiritual que esa niña lleva dentro y que si hubierais tenido la suerte de hablar con ella, o mejor aún de respetar su silencio, cosa que yo he podido realizar anoche, os hubierais sentido inundados de esa LUZ y estaríais tan alegres como yo lo estoy esta mañana.
Nuria
- Eso es un decir, porque yo te he visto en todo lo que has hecho o dicho, tan cursi y violento como siempre.
Anita
- Bueno, déjale que se explique.
Acisclo
- Esa niña es oro puro; si estoy un tanto impertinente esta mañana y os he podido molestar con alguna de mis palabras, es por el tremendo deseo que tengo de volver a estar con ella y poder escuchar sus sabias palabras. Os sentiríais transportados  a otro planeta, si la escucharais. Ocurre además que el ambiente era propicio para ello. Lo primero que hizo nada más entrar a la selva, fue espolvorearme con su spray, al igual que suele hacer con los animales. Con ello desapareció como por ensalmo todo el miedo que tenía antes de entrar allí. No podéis imaginar, por mucho que podáis intentarlo, la bendita sensación que recibí al desaparecer este. Según me fue explicando, la causa principal de la ferocidad, bien sea en los animales racionales o los otros, es siempre el miedo en sus distintas y variadas formas. Me dijo, que al encontrarse nuestra alma o la de cualquier animal, libre de él, es cuando se abre una puerta a la LUZ DEL CREADOR. Y así fue efectivamente. En una hora apenas que estuve allí con ella, vi tal cantidad de cosas, todas ellas de primer orden, que por mucho que quiera explicarme, voy a ser incapaz de haceros comprender todo su esplendor. Ese cielo tachonado de estrellas que nos gusta contemplar, anoche se abrió a mis cinco sentidos y me vinieron del mismo multitud de colores y tonalidades, amén de deliciosos sonidos que según ella eran la Música Astral. No solo disfrutaban mis ojos y oídos, que sentía ciertas caricias sobre mi cuerpo, cual si mil chicas tan bellas como Josefina me estuviesen acariciando. Dentro de mi boca, sentí un gusto especial y no os podéis imaginar por mucho que lo intentéis, lo que sucedió con mi olfato al que llegaron  perfumes y aromas desconocidos tan suaves y al mismo tiempo tan deliciosos, que todo mi ser se sintió transportado a ese cielo, que -según me explicaba-, estaba formado por la misma materia con que está forjada mi alma. Y entonces, al tenerla delante en respetuoso silencio después de hacerme esta revelación, ella misma se agrandaba por momentos convertida en personaje etéreo. Algo así como esas imágenes de las iglesias de los mejores pintores. Es cuando riéndose calladamente, desbordante de alegría, me hizo subir al lomo del elefante, y ella misma se subió conmigo, frente a frente y mirándonos a los ojos. Fue para mi una sensación tan fuerte, que estuve a punto de caerme al suelo, y hubiera ocurrido si ella no me hubiera sujetado. Allí, no se si fue sueño o realidad, me vi andando por etéreo camino con su suelo de plata en ese cielo misterioso, los dos muy unidos, y me susurraba algo que no olvidaré jamás. ESTE  ES EL CAMINO DEL BIEN, -creo que me decía-, por él transitan todas las almas buenas, que sin descanso trabajan en ayuda a los demás, bien sea escribiendo, leyendo, sacrificándose si es preciso por una causa noble, por la búsqueda del progreso de la humanidad. Un PROGRESO, susurraba, que no tiene nada que ver con la idea materialista, sino con la elevación del espíritu. Y al decir esto, sentí que efectivamente, mi espíritu se estaba elevando junto al suyo, tanto, que esa duda que siembran los científicos en particular, sobre si existen mundos habitados por seres superiores, aquí se desvaneció por completo, y vi -o creí ver- multitud de seres alados llenos de hermosura, como esos ángeles que algunos pintores inspirados han dejado plasmados en los muros y vidrieras de las iglesias. Y no sólo eso, que también había seres sin alas, figuras de animales sabios, como este paquidermo sobre el que estábamos montados. Fueron momentos inolvidables que, al estar nuevamente solo en la cama, no me han dejado dormir siendo esta la causa de mi mal humor y también de mi desazón por volver a repetir esta hazaña. Espero que Josefina, o cualquier otra niña o niño de estos, se preste a acompañarme.                        
Nuria interrumpiendo:
Llevamos dos horas hablando de la niña desde que dejamos a papá y no habías comentado esto.
Acisclo:
- Porque era lo menos interesante.
Ahora soy yo quien interviene:
- ¿Y qué es eso tan interesante de lo que habéis estado hablando?
Anita:
- Hemos estado hablando en primer lugar de ti y Esteban qué nos tienes que explicar qué hicisteis anoche durante esas dos horas en la huerta y qué temas estuvisteis desarrollando; y sobre todo, saber si fuisteis allí para espiar a Acisclo o fue simplemente una casualidad que ocurriera eso. 
Me encuentro perdido en un atolladero no sabiendo qué responder. Tengo que hablar antes con Esteban y acordar entre los dos si debo guardar en secreto sus intenciones, pues me dijo que le interesaba mezclar sangre del mundo civilizado con la de sus niños, para que así se fortaleciera esa nueva raza. Es cuando se enrolló con aquello de los parentescos y demás que yo interrumpí con eso y otro de Sodoma y Gomorra y lo referente a los milagros.
Nuria:
- Anda papá, responde.
Acisclo:
- Si responde y no te quedes así, que ya te conocemos; cuando tienes algo que ocultarnos, cierras el pico y no hay manera de hacerte hablar.
Las palabras de mi hijo me duelen y no tengo más remedio que decir algo…
- Pues, como siempre, estuvimos hablando de cosas muy interesantes. Me dijo que no cree en el amor de pareja, ni en la sagrada para nosotros institución del matrimonio, que ya podíamos haber visto bastante claro desde el primer momento, que él abogaba  por el amor libre y el sexo libre, y, diferenciaba de manera contundente estas dos partes, amor y sexo, como dos  cosas completamente contrarias, que, para nuestra desgracia y la de siempre de toda la humanidad, nunca hemos sido capaces de examinar seriamente. Que el haber montado este tinglado en medio de la selva, lo hizo ex profeso… (Esto me lo estoy inventando yo) para tener pleno contacto con la naturaleza y viviendo en plena compañía con los animales, poder actuar y dirigir sus acciones siguiendo conductas parecidas, pues estas conductas puramente naturales, reflejan esa LUZ DEL CREADOR de la que te ha estado anoche hablando la niña de las azucenas. Si vosotros, -me dijo- (estoy mintiendo y esto me duele, pero sigo:), os fijarais más en la conducta de los animales… 
Nuria enfadada:
- Para, papa, que ya te conocemos.
Estás mintiendo descaradamente
para salirte por la tangente.
En eso tienes nota de sobresaliente
Esta hija mía, cuando se enfada se vuelve versolari. Me ha dejado con la boca abierta y soy incapaz de pronunciar palabra alguna. Tengo que seguir:
- No os lo creeréis pero me dijo que es insidioso el tema de los parentescos, esto del padre y la madre, los hijos, los tíos, sobrinos, abuelos, el cuñado, la cuñada, los primos… Me ha dicho muchas cosas que en cierto modo son verdad, aunque nos duela admitirlas. Me habló de las dos potencias del alma que tenemos aún sin desarrollar y que él intenta que se desarrollen en sus niños: La INTENCIÓN  y la CURIOSIDAD, (podría decirles que esto nos viene a Esteban y a mi de Franmar, pero me lo callo porque le odian de tanto oírme pronunciar su nombre), según cada uno de sus niños va descubriendo su vocación alimentado por grandes dosis de curiosidad, siempre que vaya precedida por la BUENA INTENCIÓN. (En esto no miento porque fueron sus palabras textuales que ahora cómo preciosos pájaros de colores acuden a mi memoria)  Que en este mundo en que viven, -palabras textuales que estoy recordando-, de la buena intención nace el respeto, y nadie aquí entre sus muchachos, desprecia a nadie que se les acerque con ansias de saber. No existe aquí ni el “secreto de fabricación”, y añadió que, todos y cada uno de ellos se “confiesan en público” si así lo creen necesario.  
Anita interrumpe:
- Esto es sublime. El tema de la confesión que tan abandonado tenemos en nuestro mundo civilizado. Es algo que debemos a la Iglesia Católica y que tan pocas personas utilizamos en el día de hoy.
Acisclo:
- ¿Qué dices, mamá? ¿No crees que es ridículo que vayamos a decir nuestros pecados al cura?
Intervengo:
- No sigáis por ahí. Ya que queréis saber lo de esta noche dejadme que siga.  Esteban me ha dicho cosas muy interesantes que a medida que hablo, van acudiendo a mi memoria. Me habló de la REDENCIÓN, eso de lo cual tanta veces os he hablado y nunca me habéis hecho caso. Me ha dicho sobre el amor, que este, si se utiliza sin ambages ni rodeos, es una “labor redentora”, la que ponemos al servicio de los demás sin esperar recompensa alguna.  
Anita:
- ¿Y que te ha dicho sobre el sexo?
- En este punto es en el que tropezamos –según pienso-, al decirle yo que esto puede acabar como Sodoma y Gomorra. Es cuando me ha dicho que espera que no esto no ocurra “con la ayuda de Dios” y, me ha venido como anillo al dedo mi réplica de si “no creía en milagros”.  En ayuda de ello, me había dicho antes, que la proliferación de nacimientos, está bastante regulada  aquí por los homosexuales que hay entre ellos, varones y hembras, y sobre todo, porque la mayoría de sus niños son intelectuales, y la razón, en ellos, es una especie de dique que les contiene. Me pesa mucho haberle ofendido, aunque según su comportamiento de esta mañana, parece que lo ha perdonado y no lo tiene en cuenta.
Anita:                                                                             
- Demuestra ser una persona muy educada.
Yo:
- A propósito de la “educación” me ha dicho relacionándola con el amor, que todos los corazones de sus niños laten acompasadamente dentro del mismo concepto de universalidad, con lo cual queda eliminado el fastidioso tema de los profesores y los alumnos, así como de las leyes establecidas entre ellos. Y queda así eliminada la IMPOSICIÓN, -lo dijo entre comillas-, una de las mayores desgracias; que aquí,” nada se impone a nadie y nadie impone nada”.               
Acisclo:
-No estoy de acuerdo con esto. Por lo que yo veo, aquí todos tienen que acudir a las actividades que le son señaladas por el servicio de informática. Y si esto no es imposición, que venga Dios y lo vea.
Yo:
- Bueno, si así lo piensas, puedes discutirlo con él cuando estemos de nuevo conversando. Yo también en este punto tengo ciertas dudas. Aunque si he de decir verdad, no me fío mucho de las palabras; quizá se expresó mal y no quiso decir esto que yo he creído haberle oído: o quizás sea yo quien le haya entendido mal.
Nuria:
- Estás hablando y hablando, papá, y todavía no nos has dicho, si fue casualidad que vierais a Acisclo con la niña o fue un plan premeditado.
Yo:
- Tampoco me ha explicado él a mi cómo es que ligó con ella cuando ninguno de nosotros todavía hemos tenido contacto con ninguno de los niños.
Anita:
- Nuestro hijo ya nos ha contado, cómo acabó anoche su encuentro con la preciosa niña y cómo fue que ligó con  ella y acabaron juntos en la selva.
- ¡Ah, si, pues contádmelo!
Nuria:
- Antes tu tienes que desembuchar. Desembucha.
La situación se agrava por momentos. No puedo descubrir así porque si, el plan de Esteban, sin que este me de permiso para ello, y tampoco puedo decirles que lo de anoche estaba sujeto al mismo plan. Me están dirigiendo todos una siniestra mirada que yo no se cómo combatir y me avergüenza estar aquí con los ojos bajos. La única excusa que puedo ponerles para demorar la respuesta, es que se ha hecho la hora de irnos a comer y que, al ser asunto largo y tendido, la dejo para después. Y digo:

- ¿No veis la hora que es?  Seguro que el comedor está lleno a rebosar y que Esteban estará impaciente por nuestra llegada. Ya seguiremos hablando. Vamos corriendo que se nos hace tarde.


CONTINUARÁ








ENAMORAMIENTO FATAL.

Mi madre ha hecho las maletas y está lista para marcharse. Pero el domingo por la tarde, en el último momento, telefonea y nos pide que vayamos a cenar con ella.”

Acudimos los diez hermanos. Los tres que aún vivimos en casa, no tenemos problema y allí estamos. Los que están diseminados por varios puntos del planeta, también están presentes a través del  whatsapp. Todos prestando oídos para que nos explique la tan extraña decisión, porque nuestro padre, se cae de bueno que es, y nunca le ha dado motivos para que se separen. Este no ha sido invitado a la cena, y nos explica ella, que ha decidido dejarle porque se ha enamorado de otro hombre mucho más joven con el cual se irá a vivir.
-¡Mira qué bien! –exclama mi hermanita Hermenegilda de dieciocho años que permanece soltera y está en Ginebra con un Erasmus. Y añade: -Resulta que ahora a tus setenta y cuatro de edad te entra la locura del enamoramiento y te vas por esos mundos de Dios con otro hombre.  
-¡Esto es el colmo! –Exclama Mariano que vive en Australia felizmente en su matrimonio que le ha dado ya siete hijos. Y añade: -Mamá tú está loca.
Antonia que permanecía callada y estupefacta, también exclama:        
-¡Pero que va a ser de papá!
-Que se las arregle como yo. ¡Mira esta por donde me sale!
-Mamá, eres una desvergonzada. –Dice Matilde que vive en Lorca, también con hijos y felizmente casada.
Aniceta que es de ideas liberales y ejerce la prostitución, en Barcelona, dice:
-Yo te aplaudo mamá. Si algún día necesitas algo de mi, ya sabes donde encontrarme.
-Gracias Aniceta, tú me comprendes.
Gracia, otra hija soltera desde Londres, no se explica cómo esa madre que ha sido capaz de criar a diez hijos, darles carrera y ayudar a situarlos en la vida, persona bastante sensata al parecer, viene ahora con esta decisión tan disparatada, a lo que la madre le responde:
-Mira, Gracia, estamos en una época en que el ser humano puede elegir libremente su destino. Ya han pasado aquellos tiempos en que la mujer era un objeto en las manos del hombre. En los últimos tiempos, he leído a muchos psicólogos y escritores modernos, intelectuales que dejan en mantillas a todos los antiguos, que defienden el individualismo como lo único importante en la vida para el ser humano. Yo he sido un objeto en manos de ese sujeto que es vuestro padre y tengo derecho a vivir el resto que me queda de vida a mi manera.
-O sea: convirtiéndote en sujeto. –Apunta Mariano.
-Es increíble, -dice Ernesto desde Argentina, -increíble que hables así de papá, el hombre que te ha dedicado la vida y que te ha dado diez hijos como diez soles. ¿No has tenido bastante con él, que ahora te buscas otro más joven?
-Pues no. Todos tenemos derecho a vivir y tu padre desde hace un año está impotente.
-¡Ah, es eso!  -Exclama desde Miami, mi hermano Juan el cantante.
-Si hijo, -replica ella. –El amor es lo más importante en esta vida, y según los médicos, la prolonga. ¿Qué queréis que yo haga? ¿Ponerme a vestir santos? ¡Eso no!
-¡Qué horror! -exclamamos todos a un tiempo. Se van apagando los móviles de los de fuera, y salimos de allí los tres presentes sin haber tocado apenas los platos, mientras ella se queda llamando por su móvil a su amante. ¡Adiós mamá!


En Madrid, a 20-2 2018.  
Francisco.









CARTA DE UN DESCONOCIDO.

Querida amiga.

Hace tiempo, largos meses, años, que no recibo noticias tuyas y eso me apena mucho. ¡Disfrutaba tanto, junto a ti, durante la infancia y juventud, con aquellas migajas que echábamos a los pájaros, para que vinieran a nosotros volando!...
 No se donde te habrás metido, ni que habrá sucedido con tu vida. Debido a la angustia que siento en tu ausencia, me vienen imágenes espantosas, que no se si estarán de acuerdo con la realidad. Pero estas imágenes se han adueñado de mi y no sosiego ni de día ni de noche. Suelo acostarme con mi pequeño aparato de radio, que enciendo apenas entro debajo de las sábanas, ejercicio que realizo con el deseo de distraer el pensamiento y así poder dormirme, pero las noticias que el dichoso aparatito emite, no son nada agradables, y cada caso que se cuenta, me imagino que es en el que puedes estar metida. Con ello aumenta mi desosiego. Se oye el caso de una niña de once años que ha dado a luz en un hospital, y la justicia sospecha del hermano de trece, del padre e incluso del abuelo, a los cuales ha tomado muestras, para sacar en consecuencia quién es el padre. Todos los días, hay noticias de la muerte de alguna mujer que ha sido asesinada por su pareja. Se ha dado el caso, visto también por televisión, de violaciones en grupo, donde varios tíos cubiertos por horribles tatuajes, han violado a una pobre joven. Y no sólo eso, que abogados procaces, les defienden alegando que ha sido sexo consentido. No creo que seas aficionada al fútbol, pues se oye de tantas bestialidades ocurridas en los campos… ¿Y lo de los colegios? ¿Y lo de esa mujer soldado violada en el ejército? Tampoco se de tu vida laboral. Se oyen tales barbaridades ocurridas en ella, que muero de angustia, al pensar que puedes estar siendo maltratada por inepto jefe, que colocado allí indebidamente por procaz político de turno, se complace viéndote sufrir sus horribles burlas, o peor aún, amenazándote con el despido si no accedes a sus turbios deseos. Se de muchas, cuyas quejas se oyen por la radio, que hacen horas extraordinarias por capricho de sus jefes, las cuales no cobran y tienen además que estar agradecidas, porque les han hecho la gracia, de firmar nuevo contrato por seis meses. Luego están los sindicatos, que cuando se cumplen los seis meses del contrato, te echan a patadas del trabajo. Luego está lo que se ve a diario por las calles, aunque no se oye. Esas personas hurgando en las bolsas de basura intentando encontrar algo comestible. ¿No serás tu una de esas? Se me parte el corazón nada más pensarlo. Debido a tu reservada manera de ser, te imagino muchas veces, recluida en tu casa, abandonada, sin luz, sin calefacción, sin agua, sin comida. ¡Quizá muerta desde hace varios meses, sin que nadie haya acudido allí a buscarte! Este silencio tuyo me tiene deshecho. ¡Qué difícil se hace ganarse la vida y sobrevivir! ¿No te habrás dedicado al mundo de la moda o de la televisión o el cine?  ¡Se ven y se oyen tales cosas! Hay una cosa que me hace maldita la gracia, y es cuando salen los artistas a manifestarse: Dicen ser felices, estar contentos. ¿Será posible? Otra cosa que me parece poco graciosa es oír a los políticos: Todos son honrados, todos buscan el bien de la patria. Todos han dejado profesiones bien remuneradas, ¡Son tan altruistas estos camaradas!...
Querida amiga, dime algo, contesta a esta carta. No se cual es el motivo de que permanezcas tan callada. Soy tu amigo. ¿Te acuerdas?
Éramos tan felices en aquellos tiempos de la infancia…
Todavía, si tu quisieras, podríamos repartir alguna de aquellas migajas.

En Madrid, a 20-2-2018

Francisco









64.- LIBROS LEIDOS BIBLIOTECA BIB DEL BARRIO a partir de enero 2015
183 páginas.

TÍTULO: LAS DESVENTURAS DEL JOVEN WERTHER

Autor.- Johann Wolfgang von Goethe

Recogido en la BIB el 6-2-2018 para leer y comentar en quince días.

COMENTARIOS.
Es un libro enternecedor. Goethe es uno de los más grandes poetas del romanticismo. Hay seres humanos privilegiados, que nacen siglos y a veces milenios antes de lo que les corresponde por al grado de pureza de su espíritu. Y al estar fuera de tiempo y lugar,  su sensibilidad extraordinaria les hace sufrir mucho. Y Goethe es uno de ellos.
Cuando a los dieciséis años de edad yo leía el Werther, lloraba a moco tendido, embargado por las emociones que me transmitía. Ahora al volver a leerlo, hay algunas partes que me parecen cursis y fuera de lugar, lo cual me hace sentir pena de mi mismo, al  comprobar mi embrutecimiento actual.
No veo natural, el acogimiento que hacen en esta casa a un extraño, empezando por el padre de Lotte que habiendo prometido a otro la mano de su hija, permite que este la esté rondando noche y día. Tampoco es natural el acogimiento que le hace Albert, el prometido. No hay maldad en estos personajes, ni en los hermanitos de Lotte, niños puros que no se permiten ninguna malicia con él.  Los seres humanos no somos así, y dudo que lo podamos ser alguna vez.
El libro, toca todas las fibras sensibles del corazón empezando por sus magistrales descripciones de la naturaleza conjugando todos sus elementos. A través de las cartas va apareciendo el alto grado de pureza del alma de Werther. Su amor por las cosas sencillas, su emoción ante el esplendor de la naturaleza, su atracción por la belleza. Y al mismo tiempo, ese deseo maldito que va contra el mandamiento de la ley de Dios, de  desear la mujer de tu prójimo. Hace aquí una disección del alma del personaje mostrando su parte divina, y por otra parte sus deseos impuros, aunque aquí los recubre de una capa de pureza que es impropia. Al parecer, no existe el sexo, cuando en la era actual, este es la fuerza principal que lo mueve todo.
Cuando vuelve por segunda vez junto a Lotte en septiembre de 1772, el marido está de viaje de negocios, y la exaltación de Werther aumenta, empezando a realizar acciones impropias, no en consonancia con su respetuoso comportamiento anterior.
El desenlace con el suicidio, tampoco cuadra en estos tiempos. Lo lógico es que hubiera llegado su amigo Wilhelm enviado por la madre, y se lo hubiera llevado de allí, o que el mismo hubiera cogido el portante y se marchara con viento fresco. Esto visto con la lógica actual. Pero si lo miramos, con la lógica del romanticismo, donde era ensalzada la pureza dentro del alma de las personas, lo natural es lo que sucede en la novela. Antes morir que perder la vida. Aristóteles.






UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 3º.-

-¿Qué estás diciendo, qué eres Dios, tú que hace un momento estabas criticando mi obsesión mesiánica?
-Sí, soy Dios en la medida en que pretendo amar a toda la humanidad sin excepción. Y no sólo a ella, sino a cuantos vestigios de vida existen dentro del planeta que habitamos, esa víbora a la que antes aludías y cuya mordedura es mortal, las flores, los frutos, todo cuanto existe y cuya presencia es digna de adoración.
-Estás loco, estás mucho más loco que yo. No se de donde te vienen esas ideas siendo tan pequeño todavía. Y me gustaría saberlo.
-Me vienen de mis padres, incluso del saduceo que dirige la sinagoga, que, me castiga y me echa de ella cuando le irrito, pero que en parte está de acuerdo conmigo. También de los zelotes, cuyas mentes son tan claras como las aguas del lago de Genesaret que les alberga. Deberías saber que los habitantes de Galilea, somos muy diferentes, a los escribas y fariseos de Jerusalén, los cuales son víctimas del fanatismo más feroz que existe. Quizá esto mío sea debido a la influencia de las ciudades helenizadas de la cercana Decápolis que visito con mi padre, y también a la ocupación del Imperio romano y nuestro contacto con sus soldados y toda clase de cosas que vienen de allí. Las caravanas que vienen de Cesárea. Los burreros que encuentras a cada paso y que te trasmiten su psicología. Ese fluir de gentes que llegan de todas partes, esa feraz naturaleza de la que estamos rodeados, son quizá, los elementos que nos hacen ver las cosas con mayor claridad y los que nos inducen a no caer en supersticiones ni fanatismos.
-Niño, hablas cómo un libro abierto.
-Pues si oyeras hablar a José, mi padre, o a mi madre, María, ellos sí que saben. Si vieras las discusiones que tienen con el saduceo de la sinagoga, personaje despreciable de cuyo nombre no quiero acordarme…
-¿Ves niño, cómo te contradices? Empiezas diciendo que amas a toda la humanidad sin excepción, y apenas han pasado unos minutos, ya estás diciendo que odias a uno de sus individuos.
-No le odio, no me contradigo, quien ha dicho que le odio eres tú. Lo que pasa es que pretendo mantenerme alejado de él al igual que lo hago de una víbora que se puede cruzar en mi camino. Él es quien instiga a Herodes para que mi padre no pueda obtener un terreno donde poder montar una granja y así dedicarnos a la agricultura y a la cría de animales. Es algo que les gustaría mucho a ellos a mis hermanos y a mi. Pero mira, no conviene que nos perdamos en circunloquios y palabrería inútil cuando estamos ante el magnífico espectáculo de esta feraz naturaleza:


-¡Qué clase de frutos son estos? –pregunto asombrado.
-Son pistachos. Estos pequeños árboles que están rodeando al gran sicomoro, son terebintos, y tú que te precias de conocer España de parte a parte, deberías saber que allí, también los tenéis en la sierra de Baza y otras partes del oriente andaluz.
-¿Has dicho, tus hermanos?  Según los evangelios, tu eres hijo único.
-¡Quiá!. Soy el primogénito de una familia numerosa que aumenta año tras año. ¿Tú que te crees? ¿Sigues tragándote esa superchería de que mi padre es un viejo impotente? Ya quisieras tener tú el vigor que mi padre posee. 
-¿Y porqué entonces no estás ahora tú con él y andas solo y descarriado por estos montes? Seguro que le estarías haciendo un favor, si en lugar de estar correteando por aquí, estuvieras ayudándole a él en su trabajo, o a tu madre que estará muy atareada cuidando a tus hermanos pequeños.  
-Ya lo hago, pero para todo hay tiempo dentro de la viña del Señor. Ellos, como ya te he dicho, son amantes de la libertad, hasta el punto, que consideran que la rutina es una de sus mayores enemigas. Aunque están muy acuciados por su trabajo, saben que todos y cada de los seres humanos, poseemos un Espacio Vital distinto cuya dimensión está en relación directa con nuestros deseos y apetencias. Su respeto hacia mi, como ser humano, es tan grande, que a pesar de estas agobiados por sus trabajos y obligaciones, me dejan hacer estas salidas, con las cuales yo fortalezco mi yo y voy a la vez rellenando ese espacio. Nuestra parienta Isabel, mujer de Zacarías, uno de los mejores sacerdotes que conozco, ya habló a mi madre de mi condición divina, lo que les anima, a ella principalmente, a dejarme salir por estos caminos, donde tengo contacto con toda clase de gentes, como ya te he dicho, donde puedo ayunar libremente durante días, si me place, donde el contacto con la naturaleza es total y absoluto, y donde en definitiva, mi alma, o mi Espacio Vital, va tomando forma y consistencia. Ocurre además, que me han enseñado desde que tuve uso de razón, a conocer hierbas y frutos de propiedades beneficiosas, y estas bolsas que ves, cuando regreso de mis excursiones a casa, van llenas de ellas, lo cual resulta útil para toda la familia. A veces, esta aportación es más rica que la ayuda que pudiera hacer a ambos en su trabajo.  
El niño, después de esta larga disertación a mi pregunta, se aleja hacia un árbol cercano más alto que el anterior sicomoro y con gran agilidad trepa a él dejándome solo con mis reflexiones. Seguro que las suyas allí arriba, serán más profundas que las mías, lo que no impide que yo me entregue a ellas. Como él, también yo fui el primogénito de una familia de cinco hermanos. También mi familia fue pobre como la suya. También en mi juventud disfruté de la misma libertad y también en mis genes, aunque no descendiente de David, si hay la mezcla de muchas culturas, romana, judía, musulmana, cartaginesa, visigoda… pero ¡ay! algo falló en mi niñez, quizá la dictadura donde abrí los ojos al mundo y la república que vino después, seguida de una sangrienta y ridícula guerra civil, y la segunda dictadura y, finalmente, la democracia en la que ahora resisto, no han sido el clima adecuado como aquel que disfrutó este niño divino en su infancia. Pero no. Hay una diferencia. A él le dijeron que era de origen divino. A mi no se me dijo. Se me dijo en cambio que era un vil pecador. Pero no tengo excusa. Con el paso de los años, he descubierto que soy de origen divino, no sólo yo, sino cuantos seres humanos nacemos en este planeta. Será necesario, que esta verdad se conozca, que el animal humano, el homo sapiens, tiene un alma, cuyo soplo viene de las estrellas, porque, ¿si no, para que se nos han sido dados los ojos para poder contemplarlas? ¿Para qué  nuestros sentidos para poder captar, disfrutar, a través de ellos la belleza que nos rodea por todas partes, y que no sólo nos rodea, que la tenemos bien dentro de nosotros, como único y exclusivo patrimonio?

CONTINUARÁ…







MI PERRITO DE LANAS.

Tengo un perrito de lanas llamado Titín que cuido con esmero. Todas las noches lo acuesto conmigo procurando no volcar mi voluminoso cuerpo sobre el suyo tan frágil.  Con su hociquito me hace cosquillas en las narices y me hace estornudar estruendosamente, pero se ha acostumbrado a aquel estruendo y no parece asustarse.
Es blanco, blanquísimo, tanto, que la nieve a su lado es cual negro manto. Sus vellones al viento, cuando toso en las noches de luna, son magnífico aparato de luz que me compensa de los trabajos tan enormes que tengo que realizar para procurar su sustento.  ¡Es tan voraz el pobrecillo! ¡Nadie diría debido a su pequeño volumen, la cantidad tan enorme de alimentos que necesita!  Alimentos que además, es imposible encontrarlos en la vida corriente, por muchas tiendas e incluso grandes almacenes que visite. En ellos no encuentro el candor, una sustancia de color naranja tan dulce y sabrosa, que cuando Titín, me ve colocarla en su plato de estaño, empieza a dar tales saltos y cabriolas, que yo, temiendo por su estructura corporal, tengo que recogerlo en el aire, intentando calmarle; pero el muy taimado, en estos casos, se pone a lamerme las manos, retrasando sabiamente la operación de saborear tan precioso don. Otro alimento imprescindible para su desarrollo corporal y que también le produce maravillosos efectos, es la castidad, un líquido blanco como la leche y que cuando lo trasiega, lo hace con tal aparato de movimientos, que todos su cuerpo se impregna de él por dentro y por fuera. Estoy seguro, que ese brillo y fosforescencia, que se desprende de su grácil cuerpo en las noches de luna, es debido a las partículas del precioso líquido que conservan sus lanas.
Otro alimento que tampoco se encuentra en los supermercados y que es vital para la vida de mi criatura amada, es la inocencia, toda de color rojo brillante, sustancia que me costaría ímprobos trabajos encontrar, si no hubiera descubierto el truco de buscarla del dentro de las almas de los animales, la cual abunda allí en grado sumo, y que yo, con mi escalpelo de acero inoxidable, extraigo con gran cuidado intentando no dañarles. Es curioso, pero algunas veces, cuando no tengo a algún otro animal a mano, le utilizo a él mismo que, sabiendo que soy persona de fiar y no le voy a hacer ningún daño, se deja penetrar por la herramienta.
Titín, perfecto sumiller, es amigo de los placeres de mesa, y sin llegar a emborracharse, es conocedor de gran cantidad de vinos, los cuales se cuida muy bien que ningún intruso entre mi bodega a robarlos. Le gusta mucho el vino tinto del respeto, reserva de 1800; también el rosado de la probidad, reserva de 1900. El espumoso de la alegría, un cava reserva de 1978 muy difícil de encontrar en estos tiempos. Este empieza a oler mal y tendré que tirarlo. Ya lo hice con el vino viejo del humor,  que  se me puso agrio. 
En la noches sin luna, Titín me consuela al verme desolado, llevándome de la mano a pasear por las estrellas, donde tiene numerosos amigos de distintas razas y nacionalidades. En noches así, las estrellas brillan más en el cielo y es cuando es más fácil encontrarlas. Pienso a menudo, cuando voy con él por esos caminos celestiales, si en realidad, soy yo quien le cuida, o por el contrario, es él quien me cuida a mí. 

En Madrid, a 13-2-2018
Francisco                                       






RUGEN LEONES…

Rugen leones por los tristes desiertos de las naciones.
                                           Sólo algún niño se acerca a ellos prestando oídos.
                                           Y les arropan con sábanas verdes y mantas rojas.  


Aquel león llamado Felipe fue el amigo fiel que alumbró mi niñez y algo más tarde mi juventud. Era un espíritu poderoso que llegó a mi alma, procedente de una parte desconocida del Espacio. Y se instaló bajo mis sábanas, sin más. Al principio me daba cierto miedo su imponente presencia. Aquella melena que se extendía por la cabecera y me producía cosquillas por todo el cuerpo, aquellas terribles garras, que aunque las escondía para no hacerme daño, nada más su duro roce me hacía estremecer. Eran de tal índole sus ronquidos, que todo mi ser temblaba bajo su impulso. Aquella boca enorme, con aquellos dientes tan afilados, eran algo de temer. Pero con el tiempo me fui acostumbrando. No tenía la más mínima intención de hacerme daño. Incluso se esmeraba en mantenerme contento y no teniendo otra herramienta que sus hermosos ojos amarillos, para hacer que yo le comprendiera, los usaba sin cesar, cambiándolos de luces, de figuras, de fulguraciones. Era todo un espectáculo sublime el que ofrecía con aquellos ojos, presentándome tales escenas, de tan extraordinario encanto, que yo triste niño de suburbio, más pobre que las ratas, me ponía  a batir palmas y a cantar canciones que despertaban al vecindario.
Fijaos, cómo en medio de jardines floridos, donde bellas pomas colgaban de los bien alineados árboles, aparecían ancianos de luengas barbas, acompañados de bellas niñas, de finos cabellos, todos perfectamente aseados y emanando perfumes que, unidos a los de las flores y los frutos, me hacían gritar de gozo. Y todos juntos cantábamos, el tralara, tralará, tralará.
El lejano país de donde procedía Felipe, era, -según decía-, imposible que yo pudiera ir de visita a él, pero no importaba porque lo traía reflejado en sus ojos. Bastaba, -me repetía-, que no dejara nunca de mirarme en ellos.
Así las cosas, fui creciendo y haciéndome mayor, hasta el punto que siendo mozo casadero, contraje nupcias, con la sin par Hermenegilda García, hija de uno de aquellos ancianos, la cual, acogió a Felipe con tal agrado, que por poco me lo quita. Pero no me lo dejé arrebatar, y día a día, noche a noche, durante todo mi tiempo libre, que cada vez es más y mejor, sigo pendiente de esos ojos, a los que he puesto un nombre plagiando a mi genial amigo Stefan Zweig: LOS OJOS DEL HERMANO ETERNO.

En Madrid, a 11-2-2018
Francisco







LA MÁSCARA

Cuando era un niño de siete años, esta figura de un hombre con una máscara para gases asfixiantes, aparecía todos los días en los periódicos, porque Mussolini, el Duce, le enviaba junto a otros compañeros a bombardear Abisinia. Esa imagen junto a esta otra que sigue, no han desaparecido nunca de mi  mente.


Aquellos niños, hombres y mujeres, inocentes, morían a millares, todos los días entre horribles convulsiones gaseados por los aviones enemigos. 
También había empezado la guerra en nuestra patria, y el gobierno había distribuido entre nosotros algunas máscaras. Era muy divertido usarlas.
Un año antes, cuando aún no se había declarado la guerra, mis vecinos y familia celebraron los carnavales; y en casa, conservábamos las máscaras de cartón que en ellos se usaban. A mi me gustaba colocármelas.
De ahí viene mi extraña afición por las máscaras.
Aquellas guerras terminaron al fin y vino un periodo de paz larguísimo donde no se celebraban los carnavales porque eran fiestas paganas.
Más tarde y siendo ya mayor de edad, vino eso que llamamos democracia, y  con eso otro que llamamos libertad, volvieron a celebrarse los carnavales, y volvió a hacerse normal el uso de la máscara. 

                                              
     
Ahora, todos la usamos de manera exagerada, unos más y otros menos, en esta podrida España, de donde salen muchas ratas y gases asfixiantes de todas las cloacas, donde el respirar a gusto es cosa pasada, donde caemos miles de personas víctimas de esta terrible mascarada. Y, no esperemos nada, de Europa ni de América, que ellas, también, danzan, contaminadas.  


En Madrid, a 9-2-2018
Francisco.






EL INVERNADERO

Al salir a la calle esta mañana, veo que Jesusita la vecina del primero, ha montado por la noche un invernadero en el jardincillo de delante del portal de casa; y yo, entusiasta que soy de las labores agrícolas, y más aún de los cultivos en ese medio moderno de producción, he corrido inmediatamente a ofrecerme para trabajar en horas libres en él. La idea ha sido genial, pues desde uno de los dos cuartos de baño, o desde la cocina, puede colocar  directamente una manguera e incluso un contador de goteo para economizar agua.
Es una persona muy quisquillosa y antes de aceptar mi ofrecimiento, me ha pedido toda clase de referencias, y eso, que nos conocemos desde hace años, mucho antes de quedarse viuda. De su difunto esposo, no voy a repetir el tópico ese de que “en gloria esté”, sino que afirmo rotundamente que “está en la Gloria”, tal es el descanso que goza lejos de la furibunda hembra.
Nada más cruzar las primeras palabras en la entrevista ofreciéndome, ya me estoy arrepintiendo de ello, pensando en la cantidad de problemas que voy tener, no sólo con ella, sino con el resto de los vecinos. 
Ha aceptado mi ofrecimiento, y al verme vacilante en los últimos momentos, me ha llamado cobarde y pusilánime, lo que ha provocado en mi la reacción contraria y le he jurado que seré su jardinero fiel y que nunca la abandonaré.
Una vez en casa al contárselo a mi mujer, hemos tenido una discusión terrible que ha hecho temblar los cimientos del edificio. Como consecuencia de ello, me he tenido que instalar en el despacho, pues como primera medida, ha decidido que abandone el lecho conyugal. Esto para empezar.
Heme aquí, con el mono de jardinero empezando a realizar mi faena junto a Jesusita que me muestras las herramientas y varios sacos de tierra vegetal. Entre ellas, hay un pico de enormes dimensiones y una ancha y pesada azada, elementos que harían temblar al más osado de los valientes, pero que no me asustan porque estoy acostumbrado a manejar tan pesadas herramientas. El suelo está lleno de las raíces del pino que ella hubo de cortar para dejar libre la superficie donde asentar el invernadero, y no vean las sudores que empieza a emanar mi piel nada más ponerme a la dura faena. Ella se ha marchado para dejarme trabajar con mayor holgura.   
Durante mi trabajo, más de un vecino asoma su cabeza por la entreabierta puerta y al verme allí, oigo casi siempre la misma exclamación: ¡Pero si es Paco!, o esta: ¿Te has vuelto loco? Se marchan sin más, probablemente –pienso yo- a rumiar su asombro ante caso tan insólito. No saben de momento que la dueña del invernadero y quien lo ha montado, es la vecina del primero.
Al llegar a casa a la hora de comer, mi mujer, nada más poner mi comida sobre la mesa, me suelta un ¡Ahí te apañes! Y me deja solo. Esa costumbre de comer en santa compañía ha sido rota a partir de este momento. Y ya son dos santas costumbres las perdidas en pocas horas a partir de mi terrible decisión. Ésta y la del lecho conyugal. ¡Total, nada!
Hay una tercera costumbre que es violada momentos después: la de dormir la siesta, que durante años nunca ha sido interrumpida. Apenas he cerrado los ojos para empezar a dormir, entra mi mujer y pasa a decirme que me levante, porque ha venido el presidente de la casa y me espera en el salón.
-¡Hombre Vicente! Podías haberte esperado un par de horas, pues sabes que me gusta dormir la siesta.
-Imposible, Paco, He tenido que venirme de la oficina, porque los vecinos, me han estado llamando asustados y a la vez indignados por este hecho tan insólito.
-No es para tanto. Dí a los vecinos y yo mismo se lo diré, que Jesusita y yo a partir de ahora seremos sus proveedores de verdura y además completamente gratis.
-¿Cómo Jesusita?
-Si, ella es quien lo ha montado la noche pasada y yo me he ofrecido para ser su jardinero.
-¡Que prisa os habéis dado!
-Ya ves.
-¡Pero esto es imposible! No habéis contado conmigo siquiera, ni habéis consultado con ningún vecino. Además, sabéis que las ordenanzas municipales esto lo tienen prohibido. Además habéis cortado el pino y esto tendrá sanción administrativa.
-¡Para Vicente!, que quien ha cortado el pino y ha montado el invernadero la noche pasada, es ella. Yo solamente soy un empleado a su servicio, y además de manera gratuita y sin remuneración alguna, excepto alguna zanahoria que me pueda trae a casa.
-¡Eso, jamás! –Es ahora mi mujer la que exclama.
Vicente está estupefacto. No se explica cómo esta condenada mujer, ha sido capaz de realizar esto, en una sola noche; y menos que yo me haya apresurado a trabajar con ella. Pero así son las cosas y así hay que aceptarlas.
-Tendréis permiso para montar esto.
-Eso, pregúntaselo a ella.
-Bueno, Paco, no sabes en que lío te has metido. Yo te consideraba una persona sería y capaz.
-Y lo soy.
-No lo estás demostrando. Me voy a informar a los vecinos.
Mi mujer ha dejado de hablarme, y se ha encerrado a ver la tele en el cuarto de la plancha, mientras yo he permanecido en el salón como de costumbre, viendo “pasapalabra”. Pero este placer que me permito durante años saboreando este programa cultural, también hoy ha sido interrumpido, porque dieciséis vecinos  del inmueble, dieciséis furias del averno, acompañadas del portero, que sonríe quemándome la sangre, ocupan mi portal y parte de la escalera vociferando. Menos mal que vienen solos los varones, y que las mujeres se han quedado en casa, que si no… 
Me piden explicaciones, me insultan, me dicen que desmonte el invernadero inmediatamente, y me amenazan. En vano son mis razones, de que la causante de este estropicio es la vecina del primero. Después de dos largas horas de plantón, varios vecinos empiezan a marcharse a su casa. Sólo un pequeño grupo, acompañados del presidente, deciden bajar al primer piso a enfrentarse a la terrible dama. 
Por la noche consigo dormirme después de varias horas de insomnio y me sacude tal pesadilla, que mas valiera haber seguido despierto.
Al día siguiente estoy recluido en mi despacho sin atreverme a salir a desayunar. Mi mujer no me habla y si lo hiciera, peor sería para mi . Hay una llamada de Jesusita acuciándome para que baje al trabajo. Estoy angustiado y no se cómo solucionar el conflicto.

En Madrid, a 6-2-2018.
Francisco






DESQUITE

Era más fuerte que yo: cada vez que conocía a una muchacha, el muy sinvergüenza, regularmente, me la quitaba.
Pero no sucedió esto con Abelarda, la del Cabezo de Enmedio, moza garrida y belicosa, que estando enamorada de mi hasta las cachas, le tomó el pelo a este Ernesto de los demonios, haciéndole creer que accedía a sus deseos libidinosos. 
En cada encuentro que tenía con él, tomándole la cara de improviso, le besaba cariñosamente, a ese estilo de las mujeres de aldea, que en dos segundos escasos, te dan siete besos seguidos, dándose tanta prisa que es imposible pararlas. Y el taimado personaje, se quedaba lelo ante tal acción. Luego, cuando entraban en conversación, mi buena Abelarda, que era consumada actriz, le declaraba un amor sublime e inmortal, con palabras tales, que si Ernesto fuera de hormigón, se quedara deshecho en simples pedacitos de materia pétrea y ferruginosa; llegando hasta el punto en estas interpretaciones magistrales, que incluso se ponía de rodillas ante él.
En las ocasiones en que hacía tal cosa, el tío, que tenía la mente más calenturienta que mil antorchas encendidas, se confundía, creyendo que Abelarda se le entregaba por esas partes donde los hombres pierden la cabeza y deliran, y, cuando totalmente confundido, hacía un gesto de ir a aflojarse el cinturón, entonces ella, cuyas facultades físicas eran de extraordinaria ligereza, daba un salto tal, que se ponía cuatro palmos por encima de él, de manera, que era él quien en tal momento, cambiadas las tornas, se encontraba por debajo de ella y sin saber qué hacer ni qué decir.
Ante acciones tan extraordinarias, casi siempre se marchaba confundido. Pero era tenaz el muy malvado y pasado un tiempo volvía a la carga, intentando engañar a mi amada. Y cómo conocía mi flaqueza y sabía que yo estaba a su merced, lo hacía delante de mi intentando humillarme, trayéndole ricos presentes, a los que acompañaba el muy canalla con relamidas palabras, que un Romeo, por muy florentino e ilustrado que sea, era capaz en léxico, de igualar este acento vallecano de gran valía que usaba. Pero Abelarda, como siempre, se plantaba delante de sus narices, muy cerca de su cara, y de nuevo entraba a la carga con esa tanda de besos fugaces que tan bien sabía administrar.
Tales resultados obtenía con esa técnica, que yo, que me consideraba pobre e incapacitado individuo, que nunca por nunca podría ser capaz de utilizarla, llegó un momento que envalentonado, empecé a ello también con Ernesto.
El hombre no salía de su asombro. Preguntaba:
-¿Esto qué es? ¿me estáis tomando el pelo?
-Y nosotros al unísono.
-No somos barberos.
-Pues os vais a acordar.
Y se marchaba de allí echando maldiciones tales, que el mayor de los blasfemos, quedaría como un niño de pecho a su lado.
Y nosotros dos, en esos momentos, fundidos en largo abrazo, nos besábamos apasionadamente en los labios, para que al vernos, se pudriera de rabia.

En Madrid, a 30-1-2018

Francisco.








DE PROFUNDIS

Autor.- Oscar Wilde

Recibido de la BIB el 22-1-2018 para leer y comentar en quince días
COMENTARIOS.-
Se trata de una carta de 208 páginas que este escritor maravilloso dirige a su amante Lord Alfred Douglas, en enero-marzo de 1897 desde la prisión de Reading. El tal es un joven inconsciente que en el término de cuatro años le ha llevado a la ruina. Wilde está casado y con hijos, pero se lía con él. El padre de este con sus abogados es quien le lleva a la cárcel. Nació en 1854 y murió en 1900, luego vivió solamente 46 años, siendo los últimos los más escandalosos debido a su relación con el joven lord.
El libro es un canto al dolor, que toma su mayor expresión a partir de la página 94 tocando el tema de la piedad en relación con la pasión de Cristo, hasta la página 159 donde señala la fecha en que fue encarcelado: 13-11-1895. Durante unas sesenta páginas, habla de si mismo, con su experiencia ante el dolor, sin apenas dirigirse al joven.
Wilde es un gran poeta que a pesar de su vida escandalosa, debido  a su portentosa sensibilidad, profundiza como nadie dentro del alma humana; y sitúa al dolor, como el elemento clave que nos hace cambiar y entrar en los terrenos de la Verdad.
Según se desprende de la lectura de este libro, debemos más este cambio beneficioso a nuestros enemigos que a nuestros amigos, los cuales siempre encuentra alguna excusa para perdonar nuestras faltas. 
En la página 36 dice lo siguiente:   “El sufrir es el objeto por medio del cual existimos, pues es lo único que nos permite tener conciencia de que vivimos, y el recuerdo de nuestros sufrimientos pasados nos es indispensable como garantía y demostración de nuestra permanente identidad.”
Si aplicamos muchos recuerdos dolorosos de nuestra vida a esta frase y reflexionamos sobre ello, vemos que contiene una gran verdad. Son esos sufrimientos los que nos han hecho madurar, mientras que los placeres, no han ido llevando a la inconsciencia. Un ejemplo es el del joven lord viviendo dentro del lujo y el derroche. Él también fue algo parecido mientras le estuvo sonriendo la fortuna.
Entre los muchos temas interesantes, destaca uno cuando dice que “que el pasado se puede cambiar; y pone el ejemplo de la parábola del “hijo pródigo”
A partir de la página 163, sigue con su diatriba hasta final, que remata con esta frase:
“Quisiste que yo te enseñara el placer de vivir y el placer del arte; tal vez esté yo llamado a enseñarte una cosa harto más hermosa: El valor y la belleza del dolor.”
En consecuencia
         El Dolor te modela /  El Dolor te acrisola./  El Dolor es la esencia / que te hace persona.
 El placer te destruye,/ el placer te obnubila,/ el placer es la causa/ de que pierdas la vida.


En Madrid, a 30-1-2018

Francisco





UN ENCUENTRO FORTUITO.-

¡Dios mío, si es Loli! ¡Cuánto la amé! ¡Cuanto tiempo sin volver a verla! ¡No se que hacer! Mira, que verla ahora, en este momento, en el metro… Todavía no me ha visto. Me gustaría que mirara hacia mí. Seguro que se muere del susto si me ve. Estamos llegando a una estación y podría bajarse de pronto. Voy a ponerme cerca de la puerta, para si lo hace, bajarme y seguirla. Me mira. Se pone roja. Ella también me ha reconocido. 
-Hola Loli, cuánto tiempo sin vernos.
-Hola, Florencio, ¡qué casualidad!
-Si, Loli. Si no recuerdo mal, tu vivías en Cáceres. Y ahora aquí…
-Si, he venido a Madrid hace dos años y trabajo de sirvienta con los señores de Nogales.
-¿Tú sirviendo? ¿Tú, la hija de un notario?
-Si. ¿Porqué no nos bajamos en la próxima estación y así hablamos más tranquilos?
-Hecho.
Ambos nos quedamos callados durante un par de minutos, porque algún que otro pasajero cercano, mirando con aire distraído hacia otro lado ha empezado a prestarnos atención. En ese tiempo pasan por mi cabeza multitud de imágenes de nuestro pasado. Recuerdos amargos. Fui muy poco cosa para aquel señor notario que estaba en el empeño de que Loli, hija única, hiciera oposiciones para notarias y así heredar el despacho. No le convenía yo para marido, pues era un pobre hombre, nacido en familia pobre y mis padres no tenían amigos en esa sociedad que él frecuentaba. Ahora, de pie en el andén, solos de momento, me dan ganas de estrecharla entre mis brazos. ¡Fuimos tan felices!   
-Florencio, te veo muy bien.
-Yo también a ti, Loli. Parece que no han pasado los años y eso que hace veinte que me vine a Madrid y dejé de verte.
-¡Ay, Florencio, cuánto te he echado de menos!
-Yo a ti también, no se cómo fui tan cobarde que abandoné Cáceres cuando aquello…
-No me lo recuerdes. No debiste enfrentarte con mi padre, pues sabías que llevabas las de perder.
-Si, ¡cuántas veces me he arrepentido de ello!
-¿Qué haces ahora por Madrid? ¿A que te dedicas?
-Soy notario y tengo mi despacho precisamente aquí, en la plaza del Marqués de Salamanca.
-¿Tu notario? ¿Cómo es posible?
-Si, me costó mucho trabajo conseguirlo, porque tuve que vencer enormes dificultades. Ya sabes o debes saber, lo difícil que te lo ponen y eso que tu al ser hija del Cuerpo, tenías muchas facilidades.
-Lo cierto es que no seguí la carrera.
-¿Cómo es eso?
-Lo que oyes. En principio con tu marcha, sufrí una depresión tremenda. Me da mucha vergüenza decírtelo.
-¡ Cuánto lo siento! ¡Si lo llego a saber!
-Cuando me recuperé, hablé seriamente con mi madre que, estando de acuerdo conmigo, discutió con mi padre sobre mis estudios y le convenció. Decidieron que lo mejor para mí era casarme.
-¿Y te casaste?
-Si, con Bartolomé Bastidas?
-¿ Bartolomé Bastidas, el notario de Trujillo?
-El mismo.
-Entonces tú habrás disfrutado de una buena posición social.
-Si, pero la otra posición, la horizontal, ya me comprendes, falló por completo.
-¿Bartolo era impotente?
-Al contrario, pero tenía amiguitos, ya me entiendes.
-¡Cuánto lo siento, Loli!
-Mi vida fue un infierno.
-¿Y qué hiciste?
-Los primeros años me mantuve en la inopia. Lo hablé con mi madre con la que me veía de vez en cuando, y ella me aconsejaba que no cometiera ningún disparate. Gané fama en Trujillo de mujer piadosa y amiga de los pobres. Pero lo cierto es, que empecé a beber en secreto.
-¡Qué pena, Loli! ¿Y después?
-Después empecé a drogarme con cocaína.
-No sigas. Por lo que veo eres o has sido una drogadicta.
-Si, lo he sido, pero me recuperé gracias a Pepe Bastidas.
-¿El hermano de Bartolo?
-Si, este fue mi ángel de la guarda. No voy a contarte todo el proceso de mi degeneración, pero Pepe fue quien me llevó a un centro de recuperación y aquí estoy.
-¡Pero estás de sirvienta!
- Y qué más da. Ahora soy feliz. Los señores de Nogales son muy buenos conmigo y me tratan como si fuera de la familia.
-¡Cuánto debes de haber sufrido!
-Ya ves. Y tu, Florencio, ¿Qué es de tu vida.?
-Yo me casé y soy padre de siete hijos.
-¡Toma castañas! ¡Eso no me lo esperaba! ¿Y eres feliz?
-Si, lo soy. Francisca, mi mujer, es un ama de casa excelente que no sólo cuida bien a nuestros hijos, sino que lo hace conmigo con gran pasión y mimo como si fuera mi madre.
-Florencio, tú no eres feliz.
-Si, lo soy.
-No, no lo eres. Tu eres un pobre desgraciado como yo, que nos conformamos siguiendo el refrán ese que dice “cuando no hay pan, buenas son tortas” ¿estás de acuerdo?
-Bueno, sí.
-¿Entonces?
-Llevamos mucho tiempo parados aquí en el anden y se nos hace tarde para nuestras obligaciones. Volvamos pues, al metro.
Mientras cogemos el tren, pienso que no debo perder esta oportunidad que la vida me ofrece y digo a mi antigua amante:
-Loli, tenemos que volver a vernos.
-Si, Florencio, somos dos trenes descarriados, que hemos coincidido en esta vía, y tenemos derecho a ser recompuestos y volver a circular como Dios manda. Toma mi teléfono y llámame cuando te apetezca. Adiós.
Loli, mi Loli, se ha bajado en la estación de Príncipe de Vergara. Está tan hermosa como el primer día, quizá algo más gruesa, pero está hermosa. Y no solo eso, que por su manera de hablar, la hermosura se ha enseñoreado de su alma. Tengo que llamarla.

En Madrid, 23-1-2018
Francisco






62.- LIBROS LEIDOS BIBLIOTECA BIB DEL BARRIO a partir de enero 2015

TÍTULO: CARTA DE UNA DESCONOCIDA.
Autor.- Stefan Zweig
Recogido en la BIB el día 15-1-2018 para entregar comentado el día 22.
COMENTARIOS.- Soy un ferviente lector de este escritor nacido entre los estertores del Imperio Austrohúngaro y la siguiente descomposición de Europa, a la par que sus coetáneos también grandes escritores, Joseph Roth y Odon von Horvath. Ellos como nadie explican el fenómeno de los nacionalismos donde se educa a la juventud en la demagogia del odio.  Quizás si se les leyera más, aprenderíamos a buscar remedios contra este mal.
LA CARTA DE UNA DESCONOCIDA.
Es un relato sublime.
¿Quién es esa desconocida si no nuestra alma que nos escribe una carta?
Es una larga carta de 65 páginas. La escribe una mujer cuyo hijo murió el día anterior. Desde la mesita junto a la caja del niño muerto, la dirige a un hombre a quien ama. No le importaría morir en este momento.
Personajes: La mujer, el hijo, el destinatario, y el mayordomo. 
Lo sublime hay que captarlo con fórmulas especiales, porque la palabra es insuficiente para ello. Sólo la poesía, es la herramienta capaz de expresar lo sublime y para ello se vale de los símbolos. A mi entender, este relato es un canto a la VIDA INTERIOR DEL SER HUMANO,  tema interesantísimo para cualquiera que se precie de serlo. 
La mujer simboliza el Alma, el hombre la Belleza; el hijo, -las Ilusiones-, es el producto del contacto del Alma con la Belleza. Si este muere, el Alma desfallece. En cuanto al mayordomo, es ese lazo de unión que ayuda al Alma a penetrar en el terreno de la Belleza.  
El relato en una primera lectura resulta oscuro y anodino, inverosímil. Es en una segunda lectura bajo esta clave, cuando se ilumina; y cada palabra debido a este fenómeno, adquiere un sentido profundo. Se pueden sacar miles de consecuencias provechosas. Entonces te entran deseos de ir extrayendo esos tesoros ocultos que el genial escritor, ha dejado ahí, para que tu los disfrutes. Esto daría ocasión a un libro de más de mil páginas para quién se atreviera a vivir la aventura se escribirlo.


Francisco, a 22-1-2018






UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 2º  martes, 9-1-2018

-Las de papel me las ha dado Simón el Zelote de Cafarnaúm.
-¿Qué dices? ¿Estás loco? Estamos en Arenas de San Pedro y hoy es el día ocho de diciembre del año 2017. Según creo, ya no existen los zelotes, ni Cafarnaún, ni Galilea es ya Galilea.
El niño ante mis palabras suelta una gran carcajada y, acercándose a mi, aplicando su boca a mi oído, me dice:
-Yo soy Jesús de Nazaret, ¿Te enteras?
Ante estas palabras me pongo a temblar, pues soy por naturaleza un incrédulo que no acepto ni las apariciones ni los milagros. Menos aún que el mismísimo Jesús esté plantado delante de mi y, que además, no sea bajo la figura del Crucificado, ni la del Recién Nacido. ¡Un Jesús de diez años, más o menos!  Al que toda mi vida me hubiera gustado conocer y que ahora, está ahí delante de mis narices, o mejor dicho: pegado a mis orejas. ¡No me lo puedo creer! Y está dispuesto a dialogar, a contarme cosas, porque, ¿si no, qué está haciendo aquí?
-Mira niño, déjate de bromas pesadas y dime en realidad quién eres y qué estás haciendo aquí por estos montes de la sierra de Gredos.
-Escucha, Paco o Francisco, viejo tonto, ¿es que te has olvidado que tu hijo Santiago te ha traído a ti con tu esposa Benita y tu hija Florentina a los cuernos de Hittin en la baja Galilea? ¿Y no recuerdas que hace un momento se han alejado de ti para coger higos chumbos?  
-Si, eso si lo recuerdo. Pero lo que hay allá abajo, es el pueblo de Arenas de San Pedro, que lo conozco muy bien, porque he dormido en él la noche pasada.
-Estás en un error Paquete, como diría tu nieto Diego. Estás en Tierra Santa, aunque todavía no lo es, porque aún no soy redentor y me faltan 23 años para ello, pero todo llegará.
-Niño. No debes reírte de este viejo que tienes delante. Si en verdad eres Jesús de Nazaret, ¿qué estás haciendo aquí en esta mañana tan lejos de tu casa?, porque si no me falla la memoria Nazaret está a más de quince kilómetros de Hittin. No me vayas a decir que ya has empezado a realizar milagros porque no me lo voy a creer.
-No es un milagro, Paco. Que sepas que estoy acostumbrado desde bien pequeño a corretear por estos parajes y que andar veinte o veinticinco kilómetros en un día, para mi, es cosa normal.  
-¿Y tu padre y tu madre te dejan? ¿Según tengo entendido estos parajes del Antiguo Testamento, están llenos de víboras y alacranes, aparte de los bandidos y otros muchos peligro para un niño como tú que no debes tener más allá de diez años. 
-En eso te equivocas, anciano. Yo soy inmortal. 
-Si, claro, eres Jesús de Nazaret. Y yo soy el profeta Elías. Anda, dime, qué haces por estos montes esta mañana. A mi no me engañas. Debes pertenecer a alguna excursión que anda cerca de aquí y de la que te has alejado.
-Te digo que soy el que soy. He salido de Nazaret esta mañana temprano y aquí estoy ante ti, que aparte de tu mujer e hija, somos los únicos visitantes de estas soledades.  Y respondiendo a tu pregunta de si mis padres me dejan, puedo satisfacer tu curiosidad, explicándote, que no sería quien soy, si no existiera entre mis genes, como descendiente directo del Rey David, un gran respeto a la dignidad de la persona y un culto a la libertad, de la que nunca se ha hablado y que mi padre José y mi madre María profesan. Siempre que no tengo que ayudar en la carpintería, puedo permitirme estas salidas y practicar el “contacto con la naturaleza” algo que en estos tiempos se practica a un nivel que, tú pobre víctima de la civilización del ocio y de las prisas, no eres capaz de disfrutar.  
-¡Alto, niño mío, que me estás insultando! Yo también desde muy pequeño he sentido curiosidad por los fenómenos de la naturaleza y me he dedicado a contemplarla. Sé que la verdadera fe nace de este culto y… para que lo sepas, yo practico la Religión Natural, no esa de las Iglesia, donde si eres Jesús en realidad, se te rinde culto.     
-Lo se, te conozco, Francisco; se que tienes una doctrina particular, basada en la mía, y que estás inventando un nuevo catecismo donde dices que las potencias del alma son seis, en la que siguen a las tres conocidas proclamadas por mis sacerdotes, la de las buenas “intención”, “curiosidad” y “entusiasmo”.
-Mi asombras, niño. Estoy empezando a creer que eres un ser sobrenatural. ¿Cómo puedes saber estas cosas que digo en mis panfletos, que permanecen en la oscuridad sin haber sido todavía publicados?
-No seas tonto Francisco, lo has publicado ya muchas veces en otros escritos que yo he leído. Es tu obsesión, hablar de estas y otras cosas de tu doctrina, que, a mi modo de ver, no están mal del todo, pero no te has esforzado como yo lo hice en completarla y tampoco has estado dispuesto a dar tu vida por la Humanidad, como yo lo hice. Perteneces a esa caterva de seres incompletos, que se consideran redentores, porque en parte lo son, pero has de morir sin pena ni gloria y pronto serás olvidado. Eres uno de esos paranoicos que sufren el síndrome de  Jerusalén, en tu caso, -esto es ridículo-, sin haber visitado la Ciudad Santa…
-¡Para, para, niño. Me estás insultando! 
-De acuerdo, me paro, vamos a coger frutos de este sicomoro, que quiero pruebes y me digas que te  parecen:
                                                              
Ante estas palabras pronunciadas con voz dulcísima que parecen venir de lo alto, levanto la vista por encima de la senda donde estamos parados y diviso un árbol lleno de frutos de un color rojizo los cuales no he visto en toda mi vida. Son una especie de higos formando racimos. El niño ha trepado ágilmente y desde arriba me lanza uno de aquellos racimos. Lo recojo en el aire con ambas manos y me llevo un higo a la boca. Tiene un sabor desabrido, pero soportable, y despide una especie de aroma que invade mi paladar. El niño se ha quedado allí arriba cerca de las últimas ramas y contemplado de esa manera, da la impresión de ser uno de esos cuadros sagrados de los antiguos amorritas, o bien de mucho antes, cuando los seres humanos todavía andábamos por los árboles sin bajar a tierra firme. La única diferencia es que su blanca túnica de lino, no se la ha quitado para efectuar la escalada. Me hubiera gustado subir con él, cosa que hace apenas diez años
todavía practicaba, pero no me fío de mis débiles piernas y continúo aquí abajo…  

Cuando voy a empezar con el segundo higo, me grita desde arriba que no debo abusar de esos frutos, los cuales en pequeña dosis son beneficiosos para la salud, pero son bastante indigestos y me pueden resultar mal, si abuso de ellos.

No tiene prisa en bajar. Desde allí debe presentarse un paisaje espléndido. Miro yo también y veo no muy lejos, el macizo del monte Arbel  con sus cuevas que deben estar llenas de historia que me gustaría conocer. Permanecemos así durante bastante tiempo, el niño embebido en sus reflexiones allá arriba y yo abajo, que en determinado momento, me dedico a recolectar un ramo de preciosas flores azules que se ofrecen en sagrado sacrificio. 

 
Linum usitatissimum

Cuando el niño baja del árbol y se sitúa a mi lado, me informa que esta planta es la que su madre, experta tejedora, ha utilizado para hacer la preciosa túnica que lleva puesta. Y se me ofrece para que compruebe su admirable textura. Y yo, recordando a mis padres, él forjador y ella también tejedora, me viene a la memoria este poema que cierto día escribí lleno de entusiasmo, creyéndome una especie de redentor, debido a mis ideas sobre cómo debía ser un Mundo Mejor. Quizá este niño que tengo delante también ha escrito algo parecido:
Mi madre era tejedora
y mi padre forjador,
primer hijo de su amor,
soy semilla redentora.

El niño que ha adivinado mi pensamiento, se echa a reír de nuevo recriminándome amablemente que deje de tener estas ideas tan disparatadas y me explica, que a él para llegar a ser un verdadero redentor, le quedan veinte años de profundas reflexiones, como la que acaba de tener en lo alto del sicomoro, años de ímprobos trabajos y sacrificios, cual puede ser el renunciar al placer del sexo, y otras placeres que la vida corriente ofrece, todo en aras, del fin que se propone…
-¡No me lo puedo creer! ¿Tan niño y tan maduro a la vez, capaz de realizar esos inmensos sacrificios, renunciar a los placeres que te corresponden como ser humano?  
-Si Paco, desde mi más tierna edad ese ha sido mi pensamiento. No se mide la edad del hombre, por el número de giros del planeta en que vive, sino por cómo ha llenado el vaso de su vida con ideas acertadas. Tu, que tanto vienes hablando de la redención, deberías saber que yo, el Hijo del Hombre, intento siempre, en todo momento, que mis ideas no se tuerzan y todas caminen en la misma dirección. Una de ellas es prescindir de lo que conocemos con el nombre de familia…  
-¡Para un momento! Explícame que quiero decir eso del “Hijo del Hombre”.
-Pues lo que oyes, el hijo del hombre, de los hombres, de toda la humanidad. Es muy sencillo. Si eres el hijo de toda la humanidad, tienes el derecho a la vez de ser padre de toda ella. Y tienes la sagrada obligación de amarla en su totalidad, sin excepción alguna.
No puedes ampararte en ninguna de las leyes que existen, ni aún las de aquel famoso Código de Ammurabi en tiempos de los amorritas que has evocado. Tampoco en los dogmas que han establecido los hombres. La Ley sólo es una, y la tienes, la tenemos todos bien grabada dentro de nuestra cabeza. Es el amar al prójimo como a ti mismo. Y al mismo tiempo, desconfiar de él, ser rebelde a cuanto se ha dicho, a cuanto se oiga y se pueda decir; la palabra es, esa especie de víbora que te clava sus dientes venenosos cuando menos te los esperas. 
-Pero niño, ¿cómo expresarnos si no podemos prescindir de ella?
-¡Ah! ése es nuestro castigo. Ella es la única cosa que odio dentro de mi vida. Y lo que más me duele es tener que utilizarla, para dejar testimonio de mi existencia. ¡Si pudiera meter dentro de todas las cabezas, lo que siento y pienso sin tener que utilizarla!
-Niño mío, estoy asombrado de oírte hablar así. Pero creo ver cierta contradicción en lo que estás diciendo, pues hablaste hace un momento con cierto orgullo de ser hijo de quién eres, e incluso descendiente del rey David. Si eso no es afecto a la familia, que venga Dios y lo vea.  
-No cites el nombre de Dios en vano. Está claro que amo a mis padres y abuelos y cuantas personas me rodean. No mucho más que otras más lejanas en el tiempo y el espacio. Ya te he dicho que mi amor se extiende a toda la humanidad, a la existente y a la que está por venir. En esta última es en la que en más confío, aunque tengo mis dudas.
-¿Tus dudas?
-Si, no se lo he dicho a nadie, pero dudo si alguna vez cambiará la terrible condición del hombre y se convertirá en un ser más pacífico y menos beligerante. En mis frecuentes encuentros con los soldados romanos que vienen de Cafarnaún, se lo suelo decir, y ellos se ríen de mis palabras.
-¿Los soldados romanos?
-Claro, ¿es que no sabes que Galilea está ocupada por el Imperio Romano? ¡Qué poco sabes de nuestros usos y costumbres!  ¡Qué poco te has preocupado tu y los tuyos de conocer el estado del pueblo de Israel en estos tiempos que tanto evocáis, año tras año celebrando la Navidad! ¿Qué sabes tú de los saduceos, de los caravaneros que cruzan a diario por la vía Maris y otros caminos famosos?  A propósito de tu poema, aquí tienes el mío:
Mi madre es tejedora
y mi padre carpintero,
primer hijo de su amor
yo soy el dios verdadero.


CONTINUARÁ…








6-1-2018
Por gentileza de mi compañero de tertulias José Ortega tengo el gusto de adjuntar el caligrama con que inaugura el nuevo año


Adorable quien sabe encontrar la estrella que le guíe sin tropiezos, desmentidos o dolores de cabeza. Mejor suerte que la azarosa lotería, ahora sujeta a impuestos porque el insatisfecho fisco empaña al hado con carácter recaudatorio. Genial aquel que achica su edad hasta la del infante en que la vida es sueño, lejos de Segismundo. Sublime quien descubre al cuarto rey que no logró encontrar el rastro de los reyes magos para llevar su regalo al portal, pero que en su camino fue deshaciendo entuertos o liberando inocentes del capricho del destino. Lluvia fertilizante que recompensa la trayectoria de toda una vida siguiendo la estela de un escondido astro.







5-1-2018

AÑO NUEVO, VIDA NUEVA...



EL MESONERO PRODIGIOSO

Tema: CONFUSIÓN
Capítulo 13.-

En su mirada hay un amargo reproche que si un puñal me estuviese clavando en medio del pecho, no me causaría más dolor. ¿Cómo puedo ser tan bocazas?  Veo que me he precipitado en descubrir este hecho. Han transcurrido solamente unas doce horas desde que Acisclo se introdujo en el bosque acompañado de la niña de las azucenas. Una hora después, me despedí de Esteban en la huerta para irnos a acostar y ya estoy soltando lo que ambos presenciamos, sin haberme dado tiempo a reflexionar y decidir serenamente en cómo proceder. Tenía que haberme esperado. Ni siquiera se lo he contado a Anita preocupándome antes de dormirnos en contarle que estaba preocupado por las últimas palabras que dirigí a nuestro anfitrión y que debieron herirle. ¿Por qué anoche en vez de estar preocupándome en discutir con él sobre su proyecto, no insistí en seguir hablando sobre el caso de mi hijo y la niña? Tenía que haberle contado que el anteayer en la playa también estuvo con dos amazonas que debían proceder de aquí. Y lo de Nuria con los dos mancebos e incluso lo de Anita con el rudo pescador. También tenía que haberle hablado de los intelectuales de la playa que, lo más probable deben tener alguna relación con todo esto. Ya que estábamos solos anoche y había tiempo para confidencias, tenía que haber aclarado ciertas dudas y, sobre todo estudiar conjuntamente con él, si deberíamos descubrir nuestro secreto a mi hijo.   
Me han dejado solo dentro de este bancal de rosas y se han ido marchando al ver mi confusión. El primero ha sido Esteban, diciendo que nos deja tiempo a reflexionar durante estas tres horas que faltan para la hora de la comida. Anita y Nuria, viendo mi silencio, han tomado la directa y en vez de pedirme explicaciones a mi, se han marchado con Acisclo pidiéndoselas a él. Se han adentrado en la huerta y estarán probablemente sentados en un banco hablando del asunto. Ha llagado la hora de la Verdad para cada uno de nosotros. Si queremos ser francos con Esteban  y responder honradamente a todas sus bondades, tenemos que contarle estos hechos y así él podrá identificar a las dos amazonas a caballo y los dos mancebos. Incluso al pescador. Es probable que mi Anita haya quedado embarazada, y sería importante para nosotros conocer la vida del padre del niño. En el mundo de Esteban este hecho parece que importa poco o nada, pero sí en el nuestro al que hemos de volver. Todos nuestros amigos saben de mi impotencia sexual y que Anita no puede tener hijos míos, y más tarde o temprano, tendría que explicarles el misterio del embarazo y la paternidad del hijo. Estoy seguro que Esteban cuando le cuente lo de las amazonas y estas sean descubiertas, procederá a hacerles la prueba de gestación y, así mismo aprovecharemos para ver si también están en estado de buena esperanza, Anita y Nuria. Es muy conveniente que se aclare todo esto. Será un bombazo, cuando volvamos dentro de un mes a la civilización, el aparecer las dos mujeres en su nuevo estado. Gerardo, el pretendiente de Nuria con cuyos padres acordamos su casamiento, se v a quedar de una pieza, y veremos si está dispuesto a aceptar la situación y no rompe él y ellos el compromiso. Con respecto a Anita, tendré que aguantar la chacota de todos mis amigos y conocidos que se cachondearán de mi y mi respetable figura de gran escritor y hombre de letras, se verá manchada para siempre. Ni digamos el caso de Nuria: Si estuviéramos en el siglo XXI donde el tema de las madres solteras llegó incluso a ser bien visto, no habría problemas, pero estamos en el siglo XXVI donde el puritanismo, ha vuelto nuevamente a reinar, y con mucha más furia que en aquellos ya lejanos tiempos. Hasta puede que el mismo Gerardo y los padres, que también pueden ser motivo de mofa, la denuncien y acabe yendo a la cárcel a tener el hijo allí. Aunque pensándolo bien, si la vuelta a la civilización nos resulta insoportable, no debo preocuparme por ello, por ya nos prometió ayer tarde Esteban que siempre tenemos aquí un lugar donde quedarnos…     
Estoy confuso. ¿Lo prometió o no lo prometió? Creo recordar que habló de días, semanas o meses, pero no dijo años. Claro que en estas circunstancias, siendo el padre o los padres del hijo o hijos de Nuria, (no se en qué va a acabar esto), oriundos de este lugar, Esteban los acogería aquí, sobre todo si se los dejamos de pocos meses que es como a él le gustan los niños para sí entrar en el sistema establecido sin ningún problema. Es probable que los padres lo reclamasen. Pero no, ya nos ha explicado que aquí está totalmente excluido el sistema tradicional de familia, y que todos forman una sola prescindiendo de todo tipo de “parentescos.”  Incluso esto que se me acaba de ocurrir sobre los padres, es probable que Esteban lo rechace y no quiera identificarlos ante nosotros. Aunque si vamos a estar aquí un mes hasta agotar las vacaciones, es seguro que Nuria les reconocerá e, incluso, que si la ven, (siendo probable que ya la hayan visto), se acuerden de lo bien que lo pasaron con ella, e intenten repetir la hazaña.  
Igual ocurre con las amazonas de Acisclo. Lo más probable es que le hayan visto ya, y también recuerden con agrado lo ocurrido en la playa. En este caso se va a producir uno de esos episodios de celos tan corriente en nuestro mundo, pues si le ven con la de las azucenas van a sentirse traicionadas. Ella más aún, si se entera que el día anterior, estuvo de folklore y además con dos de sus compañeras.
Debo buscar a Esteban. Tengo la urgencia de hablar directamente con este hombre y debo pedirle perdón por mi precipitación en descubrir lo de anoche, aunque pensándolo bien, siendo un varón sesudo como es, debo seguir sus instrucciones y no aparecer ante él hasta la hora de la comida en el comedor, tal como nos ha dicho. Debió tener sus razones para despedirse de nosotros bruscamente y dejarnos solos para que nos aclarásemos en consejo familiar. En esto va a sentirse defraudado dado que no permanezco con ellos. Pero ¿no es prudente dejar que se entiendan ellos solos hasta que yo hable con él y tracemos un plan a seguir dentro de este enorme conflicto? Ahora está Acisclo contando a su madre y hermana con todo lujo de detalles lo que sucedió anoche entre él y la niña de las azucenas…
Quizá he procedido erróneamente pensando que estuvieron practicando el sexo dentro de la selva. ¿Y si la niña se limitó a enseñarle el esplendor de la selva en una noche de luna sin pasar a más? No puedo estar seguro de nada. Una cosa es la que pensamos sobre los hechos y otra lo que en realidad ha ocurrido. Me pareció ver en la oscuridad que iban abrazados, pero también creo que vi que ella llevaba el bote del spray en una de sus manos. ¿Era el bote del spray o era otra cosa? ¡Ah, mi imaginación calenturienta! Si era el spray para amansar a las fieras y ella no tenía ganas ni intenciones de sexo, por mucho que lo pretendiera mi hijo, seguro que se hubieran visto burlados sus propósitos.   
La verdad es que deliro, doy por hecho que estas mujeres han quedado embarazadas, incluso la mía, de una simple embestida, y lo más probable es que no haya pasado nada. ¡Seré idiota! Como si esto del embarazo de una mujer sea cosa tan fácil. Bueno, si, a veces son jugarretas que carga el diablo. ¡Pero qué estoy diciendo, si el diablo para mi no existe! En todo caso, sería una jugarreta de la Providencia.
Bueno, en fin, lo mejor que puedo hacer es ir a buscarles y esperar a que llegue la hora de la comida Pero, ¿qué estará pensando Esteban?  Seguro que siendo como es un hombre sensato, no habrá pensado por un solo momento, en que su niña haya quedado embarazada; y además, seguro que gracias a su sistema informático conoce al dedillo lo que en realidad estuvieron haciendo ella y mi hijo. Hasta es probable que esté enterado de todo lo que ocurrió en la playa.
¡Qué gran persona! Eso que me ha dicho esta noche sobre el Amor Universal, la única forma en que el amor se manifiesta de verdad. Y dijo más, dijo algo así como que el amor de pareja es una aberración, que en los primeros tiempos de la Humanidad, el amor no existía. Y sin embargo, minutos después dentro de esta extraña perorata, dijo sobre el amor, aún recuerdo las palabras, que era algo así como una esencia mágica que nunca fue utilizada debidamente.
Es una pena que no siguiéramos hablando sobre todo esto que me ha dicho hace apenas unas horas. Y yo, he roto el encanto de la noche con la pregunta, especie de reproche de si no creía en los milagros. Y para colmo, ahora al descubrir lo de Acisclo, vuelvo a ofenderle. En el término de doce horas escasas, le he ofendido dos veces y se estará arrepintiendo de la oferta que no ha hecho de que podemos quedarnos aquí todo el tiempo que queramos. ¡Son tantas las cosas que me ha dicho!  La labor redentora, la de ponernos al servicio de los demás sin esperar recompensa alguna… Palabra por palabra de cuantas me ha dicho esta noche, debería estudiarlas, deglutirlas, digerirlas, y, sobre todo, cuanto haya quedado confuso y sin entender, volver a preguntarle, insistir sobre el tema. Creo que se contradice en esto evitar el amor de pareja entre sus niños por esa entelequia del amor universal.
Estoy cada vez más confuso. Creo que no dijo aberración y si dijo insidia, pero no refiriéndose a la pareja sino a los parentescos de familia. Eso es, se refería a la familia tradicional, a esta que formo yo y con la que no está de acuerdo. No me explico cómo siendo contrario a esto, y para colmo viendo la insolencia mía y la de mi hijo, nos ofrece quedarnos aquí y lo hace además con tanta cordialidad. Debe estar loco, sino, no me explico cómo no nos echa de aquí a cajas destempladas. Pienso que existen multitud de contradicciones en las cosas que ha dicho y que aún no me he atrevido a formularle. ¿Cómo es esto de una biblioteca llena de libros de historia para que lean sus niños, y al mismo tiempo afirma que es contrario a la historicidad?  No lo entiendo. Como tampoco entiendo eso otro que llama vanas filosofías a esas de Platón o Aristóteles. ¿Y lo de la ayuda de Dios? por un lado cree que Dios existe y confía en su ayuda, y por otro dice que no cree en milagros. Lo de estos niños que saben hacer de todo, como es el caso de la única que conocemos hasta el momento, la de las azucenas y el champiñón, que, tiene como héroes al mismo tiempo a María Montessori y Juan Luís Vives. Según él mismo nos ha dicho, pedagoga, albañil, agricultora y no se cuantas cosas más, porque también la hemos visto yendo para el bosque a cuidar animales y en el patio cargando mercancías en los drones. Y eso en el término de dos días escasos, que Dios sabe las faenas que desarrolla además. Hasta es posible que en las horas libres haga calceta. En cuanto a esa devoción que siente la niña por la Montessori o Vives, es pura historicidad. ¿Cómo entonces afirma este hombre que la historicidad es tanto o más perniciosa que miedo?  No estoy de acuerdo con esto de la diversidad de actividades en los niños, porque acabarán siendo aprendices de todo y maestros de nada, en cuyo caso esto choca con el absolutismo… El absolutismo, según lo entiendo, se refiere a que la persona, en completa libertad de acción, puede hacer de su tiempo y su vocación cuanto ella desee, sin que nadie pueda impedirlo, ¿a que viene ese inmenso mural que tengo delante cubriendo toda la pared rindiendo culto a Ayn Rand que me está comiendo los ojos?  ¡Ay, Esteban, me temo que estás más loco que una cabra y que estás siendo el amo de una comunidad de locos!  ¿Cómo es que yo, dejándome llevar por la devoción que siento por esta gran mujer, pronuncié palabras de elogio ensalzando esta idea y que ahora veo esta enorme contradicción?  ¿Dónde está la libertad de acción de estos niños? ¿Porqué soy tan bocazas que sin cesar me lanzo a hacer alabanzas de cosas que, una vez que entro en reflexión, resulta que son un puro disparate?  ¿Libertad de qué, si todos llevan un chips dentro del cerebro que les está diciendo en todo momento lo que deben hacer y les obliga a dejar lo que están haciendo para emprender la siguiente faena que este les marca?  ¿Y esto de que se marcha solo al extranjero a traer niños de los países en guerra…?  ¿O lo que está haciendo atendiéndonos a nosotros desde que llegamos? ¿No estará abandonando los muchos trabajos a que le obliga este conglomerado que dirige? No entiendo esto de que, que todo esté amparado por un simple programa de ordenador y que él, como afirma, sea la persona menos ocupada del mundo. ¿Es la persona menos ocupada y los niños los más ocupados del mundo? ¿Y esto de cero preocupaciones y si grandes inquietudes por lo intangible? Debe referirse a que si están cubiertas todas las necesidades de un ser humano, según este sistema de vida, no hay que preocuparse por ganársela como hacemos en el mundo civilizado, donde cada cual tenemos que luchar por la subsistencia. Esto si que parece estar demostrado aquí, pero cero preocupaciones… ¿Cómo va a dejar de preocuparse un niño, una persona, por cuanto le rodea? ¿Está negando acaso el uso de la razón?  En cuanto a esto de dedicar todo el tiempo a lo intangible, lo considero otro enorme disparate. Esto supera a cuantos libros se han escrito de ciencia ficción. Pensar constantemente en Dios, cuando la ciencia ha demostrado que Dios no existe que ha sido durante siglos una entelequia del hombre, algo inventado por él para compensar el vacío de la existencia. Yo mismo soy uno de esos ilusos que sigue creyendo en Dios, pero ¿qué ganan estos niños pensando todas las horas del día, según dice,  en ello, en si el universo está lleno de mundos habitados y, muchos de ellos por seres superiores a nosotros con mejores formas de vida? ¿Vamos alguna vez a poder contactar con esos seres? 
¡Ah, son muchas las preguntas que tengo que hacer a este hombre y espero que me de las respuestas adecuadas! Una de las cosas que dijo es la de las palabras acertadas, de las cuales está lleno el universo. Parece ser que esta es una de las inquietudes que pretende sembrar en la mente en sus niños: Las ideas como el principio del cual nace toda la vida material. La IDEA, la INTELIGENCIA, Dios como padre de toda la vida material, soles planetas, galaxias, y, al mismo tiempo padre de la vida espiritual que viene a estar por encima de la otra. Esto es quizá lo que quiere que sea norte y guía del pensamiento de sus niños. En algo de esto si estoy de acuerdo, pero tengo las ideas confusas. Y lo malo que tengo en este caso, es que no me puedo, no me se expresar muy bien. Parece ser que este bendito Esteban si lo está y que podrá aclararme muchas cuestiones. En fin, ya está bien de circunloquios y me voy en busca de los míos para juntarnos en el comedor. Se me va a secar el cerebro de tanto pensar. 

CONTINUARÁ









La navidad de Luana

Luana, no ha cumplido aún su primer año de vida, y mira por donde es protagonista de unos hechos que por lo simples y sencillos, los vamos a relatar fielmente.
Es la hija de mi querido nieto Diego, el cual la engendró en el vientre de su novia María por uno de esos descuidos tan frecuentes dentro de la vida sexual. Pero es un chico formal y pese a sus pocos recursos económicos, intenta ser un buen padre.  
María tiene diecisiete años, y vive sola con la niña. Hoy es veinticinco de diciembre, y Diego nos ha llevado a Mercedes y a mi, los abuelos maternos, a un cotillón que se celebra en un magnífico hotel, donde también lleva a María y la niña para que las conozcamos. La joven no está mal, pero la niña es una monada. A mis ochenta y ocho años de edad, la contemplación de este pequeño juguetito de la existencia, me despierta  tales sentimientos de ternura, que se me saltan las lágrimas, ante su sonrisa, su revoltoso manoteo, la dulzura de esos ojos verdes que se muestran cual dos mundos deliciosos. 
Diego y María se han marchado al salón de baile a mezclarse en el bullicio general y Luana ha quedado en brazos de Mercedes que la acuna dulcemente. Mi mujer, veinte y dos años menor que yo, está trotona todavía y el cuerpo le pide fiesta, por lo que depositando a las pequeña en mis brazos, me deja solo con ella en el patio de cristal donde estábamos situados.  
La niña, tiene cerca de sus manos mi tupida barba negra, y acompañada de su sonrisa angelical so pone a acariciarla. ¡Que extraño!, me digo, que este angelito no esté asustada de mis feas facciones. Ante mis palabras, ella emite un dulce sonido, que me produce la sensación de que quiere imitar mi voz. Durante un tiempo permanecemos abuelo y biznieta mirando a través de los cristales, un cielo purísimo surcado por multitud de fuegos artificiales, con ráfagas que intentan herir a las estrellas, y le voy contando paso a paso los episodios de mi vida desde que tenía su misma edad. Es como si me encontrara ante el Juez Supremo intentado justificar mi conducta. Y ella, sonríe sin cesar, cual si estuviera dándome la absolución por todos mis pecados. 
Torrentes de música navideña llegan hasta nosotros procedentes del salón alterando un tanto nuestra comunión espiritual, y algo dice dentro de mi, que ella se está cansando de mi perorata y le gustaría ir allí donde esta tiene su origen. Así es que sin pararme a reflexionar, con ella siempre en brazos y acariciándome la barba, avanzo por pasillos llenos de gente. Muchas de esas personas quedan sorprendidas ante el inusitado espectáculo que presento, y me paran para ver a la niña y comprobar que no se trata de una muñeca que un viejo loco anda exhibiendo dentro de la fiesta.
Un amigo que murió cinco años antes, interrumpe mi paso con manifiesta sorpresa al considerar que no soy el mismo personaje que él conoció durante su vida terrena, pero es que yo, no asombrado, sino más bien  paralizado por el estupor, no entiendo cómo en esta fiesta de seres vivos y coleando, aparece este individuo que ya no existe y cuyo cuerpo permanece bajo tierra, pues recuerdo con certeza absoluta que yo asistí a su entierro. 
Y no acaba aquí la cosa, que hay multitud de perros de distintas razas, situados junto a las paredes de este pasillo, todos en silencio, los cuales inclinan sus cabezas reverencialmente ante mi paso, como, valga el símil, si fuera el dios de los perros que viene de visita. 
Creo estar viendo visiones, y para asegurarme que estoy viviendo en la realidad, abrazo con fuerza a Luana, la cual, para mayor asombro, convertida en mujer acerca su boquita a mis labios dándome un profundo y mordido beso al tiempo que exclama:
¡Quiero ser tu novia para siempre!
¡No me lo puedo creer! ¿estoy vivo? ¿estoy muerto? ¿estoy viviendo una horrible pesadilla?. ¿me he vuelto loco de repente?
Cuando llega el sacerdote a darme los santos óleos, hace ya dos horas largas que dejé de existir.

En Madrid, a 12-12-2017

Francisco







Felicitación de Navidad

Del blog de mi antigua compañera de tertulias Isabel Montero el 15-12-2017
Este año quiero hacer mi entrada de Navidad con la gentileza de una excelente  y comprometida poeta, escritora, ensayista, amiga y bella persona Julie Sopetran. 
VILLANCICO DEL ESTABLO PERDIDO
Otro niño en cualquier parte
pierde la vida en el agua
porque se hunde la piragua
que con sus padres comparte
Y así el miedo se reparte…
¿Quién grita lo sucedido? 
En un establo perdido
el Niño Dios ha nacido
 
Ajeno a la circunstancias
más niños, padecen hambre
viven en una cochambre
sin disfrutar de la infancia
Parece una disonancia…
¿Y tú sabes si han comido? 
En el establo perdido
el Niño Dios ha nacido
Un tercero, sin zapatos
pordiosero y harapiento
mendiga con sufrimiento
soportando los maltratos
Resiste los malos ratos…
¿Quién sabe adónde se ha ido?
En un establo perdido
el Niño Dios ha nacido
El buey relame la paja
los niños pobres también
y todos van a Belén
para ofrecer su migaja
Y yo miro cabizbaja…
¿Tiene el dar tanto sentido?
Si el niño Dios ha nacido
¿Por qué todo se ha perdido?
©Julie Sopetrán 
Julie tiene una extensa obra, rica en profundidad y compromiso. Una de las mejores voces femeninas en poesía castellana.
Obtuvo en 1996 el  Premio “Letras de Oro” para obras escritas en español en los Estados Unidos, convocado por la Universidad de Miami, con su obra El tiempo habitado. Y en 1987 obtuvo el Premio Nacional de Poesía “Carmen Conde”. Recientemente ha recibido la “Medalla de Oro de Colombia”
Ella me cuenta que ganó muy joven casi una niña, un premio de poesía en los Juegos Florales de mi ciudad, San Sebastián en el Pais Vasco.

Os dejo el enlace a su blog, El tiempo habitado.


15-12-2017

COMENTARIOS SOBRE LIBROS Y AUTORES  EN LA BIBLIOTECA BIB DE MORATALAZ


RAYMOND CARVER

Carver, como Paul Auster, habla mucho de separaciones de parejas matrimoniales. Parece que ya nada queda en pie sobre la clásica  pareja para toda la vida. También se prodiga en esto de las muertes prematuras sean por unas causas o por otras. Y también es cierto que estas ocurren con frecuencia en estos tiempos.

El lenguaje de Carver es de una minuciosidad asombrosa. En ello se extiendo en sus narraciones con todo lujo de detalles. Y a través de ellos y de lo que dicen sus personajes, deja a merced del lector,  la interpretación de lo escrito, que por lo simple y sencillo, da la sensación a primera vista, que es un relato inocuo y sin sentido.  Y sin embargo, lo tiene, siendo además muy profundo. El lector queda atrapado en su magia, igual que lo puede estar ante la que encierra un buen poema.
   
El estilo de Carver es duro y refleja la realidad con toda su crudeza.  También me gusta la manera de expresarse y de llevar adelante cada narración. Siempre refleja la realidad de una manera detallada y minuciosa. Me recuerdan estos cuentos lo visto en la película VIDAS CRUZADAS.

En su relato “DESDE DONDE LLAMO”, en LA CATEDRAL, habla de Jack London que vivió por allí cerca y también fue un borracho, y de su libro LA LLAMADA DE LA SELVA. Carver es sin duda, un admirador de London. Su manera de escribir es a base de frases cortas: algo así como si escribiera en verso aunque sin metro ni rima. En una ocasión, oí de una escritora famosa que esa forma de escribir era muy mala, pero ahora leyendo  a Carver, veo que es todo lo contrario.

Chejov es también uno de sus maestros al que dedicó el relato TRES ROSAS AMARILLAS, donde quiere indicar, a mi modo de ver, lo inútil de la existencia humana, la falsedad de todo lo que existe. En este relato Tolstoi, que admira a Chejov, le visita en el hospital. Haruki Murakami, el gran novelista, también visitó a Tess Gallagher para expresarle que sin la presencia de Carver, le horrorizaba concluir la edición de sus obras completas. Carver, como Chejov y otros por el estilo, son de esa clase especial, que sus relatos se convierten en admirables  poemas. Hasta los grandes novelistas, les admiran.

SI ME NECESITAS LLÁMAME.- Breve comentario a los cinco relatos de este libro.
LEÑA.- 18 páginas. 3ªp.- Miers ha salido de un centro de desintoxicación. En un día corta un camión de leña. Es una catarsis para olvidar la traición de su mujer que se va con otro amigo borracho que había recibido una pequeña herencia. Los ejercicios físicos, así como la contemplación de la naturaleza, son uno de los remedio para curar las heridas sentimentales.
¿QUÉ QUERÉIS VER?.- 23 páginas. 1ª p. Va con su mujer a un restaurante a orillas de la autopista al Pacifico. Su mujer que pensando en la hija que no saben donde se fue, no quiere hacer el amor con él. Pete, del restaurante, alcohólico rehabilitado con sus pesadas con diapositivas de Siria y el Líbano. 
SUEÑOS.- 14 páginas. 1ª p. Mary Rice.- Mueren sus dos hijos en un incendio y ella se queda sola con las flores. A pesar de ser vecinos ella no le reconoce, ni cuando el incendio que le abofetea al cogerla del brazo, ni un tiempo después cuando la invita a cenar. Ella encerrada en el amor a sus hijos. Su mujer, con sueños raros y él, soñando con ella. Es todo un poema.
VÁNDALOS.- 18 páginas. 3ª p.- La mujer piensa en su anterior marido cuando el actual la rodea con sus brazos.
SI ME NECESITAS, LLÁMAME.- 16 páginas. 1ª p.- Ella se separa de él, ya no se quieren. La noche antes pastan en su jardín varios caballos blancos. Es un símbolo de lo que pudo haber sido y no fue. Han hecho el amor por última vez antes de despedirse...
COMENTARIO FINAL.- Son relatos relativamente cortos en comparación con los de Alice Munro, (a quien también admiro), o cualquier otro escritor o escritora de relatos, que a veces superan las cuarenta páginas, y no obstante, cada uno de estos contiene todo lo que se quería decir. Cada uno es a manera de un bello tapiz, donde todas las puntados son las justas y acertadas.



UN VIAJE A TIERRA SANTA

Jueves, 8-12-2017

Si lo llego a saber no me apunto al viaje a Tierra Santa con mi mujer y mi hija. A mis ochenta y ocho años, no estoy para esos trotes, pues aunque no padezco nada importante y todavía puedo andar dos o tres kilómetros diarios, ese ajetreo de las comidas, el andar de acá para allá, esos plantones interminables, no los soporto. Máxime que mis necesidades físicas de orinar y demás, ya no son las de un joven de veinte años, que puede contenerse durante horas. Si no trasiego ningún líquido, puedo pasar el trance, pero con ello estoy en peligro de una deshidratación. Este cambio de rutina en mi quehacer diario, va a resultarme fatal. Mi hija Florentina tiene 55 años y como sigue soltera, está plena de energías y nos llevará al trote; también está joven Benita, mi segunda mujer, que cuando murió mi querida Laureana, por eso de que no me quedara solo, me casaron mis hijos con ella. Tiene veinte años menos que yo y se corre las calles de Madrid que es un gusto verla; y más ahora, que el ayuntamiento ha declarado algunas de ellas de dirección única a los peatones. El problema se agrava en el día de hoy, con la proclamación de Trump de ayer, considerando a Jerusalén la capital del Estado de Israel y donde Estados Unidos tendrá desde ahora su embajada. No se hasta donde vamos a llegar con estas decisiones tan disparatadas. No hablemos de la paranoia colectiva que se vive en las calles de Barcelona. Precisamente salimos en avión el mismo día de las elecciones al Parlamento de Cataluña, por obra y gracia del artículo 155, y espero que los terroristas no nos pongan alguna bomba. ¡Menuda situación vamos a encontrar allí! Se anuncia que ha empezado una nueva intifada con el mundo árabe.
Esta manía de mi gente de viajar y ver mundo, va a traernos algo malo. He hablado con la señorita Paula a fin de que logre convencer a las mías para anular el viaje, y me ha insistido en que no sea tan fatalista, en que no va a pasar nada, y que me arrepentiré más tarde si no hacemos este viaje. Es una gran oportunidad, esta de visitar Jerusalén.
El viaje está organizado por el Club de amigos de INTERECONOMÍA, cuya presidenta es Paula Cruzado. Al decirle que no me gustan las aglomeraciones, aparte del peligro que existe en estos tiempos, debido a la amistad que nos une, me trata de timorato y me ataca tocando mi punto flaco: 
-¡Tú, Paco, el François Mauriac del siglo XXI, el enamorado de la vida de Jesús, tú que tan inquieto has estado siempre en estudiar al redentor como personaje humano irrepetible, tu que tan empeñado has estado siempre en seguir sus pasos, ahora que tienes la oportunidad única de poner los tuyos allí donde Él puso su huella!, ¿te niegas a esta oportunidad única que se te ofrece?
-No me tientes, querida Paula, ni me halagues comparándome al gran Premio Nobel que tan bien habló y escribió sobre la vida de Jesús. Ya no tengo edad ni salud para realizar esos viajes tan largos y fatigosos. Además, que estoy cansado de visitar catedrales y lugares de culto religioso.
-¡Ay, Paco, Paco, que mi Paco!,  ¿es que no sabes que haremos varias excursiones por esa Galilea de ciento diez kilómetros de norte a sur y cincuenta y cinco de este a oeste, por donde anduvo sin descanso el buen Jesús, y, donde con tu gran imaginación, podrás recrearte ante cada piedra del camino, ante cada muro, vestigios de aquello que fue la esencia de su Vida y Obra?
-No insistas, Paula, perdí esa oportunidad siendo más joven. Eso que dices, si lo hubiera hecho, pero a mi manera. Sin estar sujeto a horarios de visitas, sin esas prisas en abandonar el lugar que estamos visitando cuando, precisamente, empieza a mostrarse más emocionarte y tiemblas de emoción por lo que estás descubriendo. Pudiendo permanecer horas y días, su fuese preciso, ante cada una de esas piedras, de esos lugares sagrados donde el buen Jesús puso su cuerpo y alma. Y no solo Jesús, sino su santa madre, su santo padre, sus vecinos y amigos; todos cuantos vivieron en aquella época gloriosa donde la luz divina resplandeció con inusitadas fuerza en aquella parte norte de Galilea, no en Jerusalén, donde la Serpiente del Mal, había tomado aposento en las cabezas de mercaderes, de doctores del templo, de escribas y fariseos, cosa que siempre, en todas las épocas, vine ocurriendo desde que el mundo es mundo.

Se corta nuestra conversación por una llamada urgente que recibe mi amiga, y, durante el resto del día, no dejo de pensar en el dichoso viaje. Mis hijos ya lo tienen concertado y si Dios no lo remedia, tendré que realizarlo.
Durante la siesta, influenciado por los acontecimientos de la mañana, o quizá por algo que he comido y no me ha sentado bien, me sacude durante dos horas y pico un sueño, desagradable en principio, donde mi hijo Santiago, me lleva con Benita y Florentina a los cuernos de Hittin posando su helicóptero en medio de una de las montañas en una especie de calvero donde apenas hay sitio para aterrizar, pero la pericia de mi querido hijo es muy grande y allí estamos los tres en tierra ante una tupida senda entre árboles, que se abre a nuestros pasos. Él no se ha bajado del aparato y se aleja de allí regresando nuevamente a Madrid, donde presta sus servicios valiosos para el bien de la Patria.
Florentina, amante de la naturaleza, ha empezado a dar saltos de gozo en este lugar paradisiaco, donde multitud de frutos silvestres se ofrecen a nosotros sin necesidad de tener que pagar por ellos. Nada comparable con las fruterías de Moratalaz, que a pesar de ser las más baratas de Madrid, cuesta cierto dinero en adquirir sus productos. Pero es que aquellos que aparecen allí, no están en esas fruterías. Las vistas son impresionantes: Un pueblo inmenso, que en mi sueño, confundo con la ciudad de Hattin allá en Tierra Santa, en las inmediaciones del monte Arbel, y que en realidad es Arenas de San Pedro, por su castillo y las cúpulas de la catedral que diviso allá abajo. Por encima de nuestras cabezas está la Sierra de Gredos. Tenemos en nuestra España de hoy lugares paradisíacos apenas transitados que pudieron ser así en tiempos de Jesús, pero esta Tierra Santa tan venerada, es una tierra maldita donde la guerra se perpetua durante milenios y que no hay esperanza de que acabe nunca.
La ilusión, esa fuerza germinadora que hace crecer la vida de todo el que la disfruta, une a los tres que estamos allí dentro de ese sueño, y el sendero ante el que estamos se abre entre inmensas encinas que han depositado a nuestros pies suculentas bellotas, que, como locos, nos apresuramos a introducir en bolsas que traemos preparadas. Y a unos pasos más allá, ya en posición vertical, los rojos frutos del madroño, se ofrecen a nuestras manos que, ávidas, los van recogiendo y metiendo en nuevas bolsas, a la par que los introducimos en nuestras bocas, saboreándolos. 
 -Cuidado, Florentina, que estos frutos emborrachan, -dice la madre, a esta hija ya mayorcita, a la cual sigue considerando como si tuviera diez años solamente. Y añade:
-Mira, higos chumbos, vamos a cogerlos.
-No mamá, que nos vamos a pinchar.
-Pues los cogeremos con papeles en las manos...
Se alejan de mi, que absorto, en el esplendor de la naturaleza, veo acercarse por el sendero que vamos dejando atrás, a un niño de unos diez años también cargado de bolsas, de papel, y alguna de tela, lo cual me extraña, pues las nuestras son de plástico. Ello da motivo para entrar en conversación con él, y le pregunto:
-¿De donde has sacado esas bolsas, niño?


CONTINUARÁ…





Nuevo caligrama de mi estimado amigo José Ortega 


EL GATEO


  • dic 10 a las 2:34 PM   2017
La naturaleza nos sorprende continuamente desde los primeros pasos de la vida










TALLER DE ESCRITURA DE JUAN CARLOS MÁRQUEZ.



UN DÍA DE SUERTE

Alguien me dijo alguna vez este refrán: “DEL MÉDICO Y DEL MULO, CUANTO MÁS LEJOS MÁS SEGURO” En realidad, no se ahora si dijo la palabra médico, amo, jefe, mujer, o cualquier otro nombre.  Pero yo que voy andando en ayunas hacia el ambulatorio de la Seguridad Social, donde esta mañana me harán una extracción de sangre y a continuación una ecografía del aparato urinario, la atribuyo al médico, recordando las últimas experiencias con la medicina, en particular estas dos intervenciones que me esperan. 
La de la extracción fue catastrófica. En aquella ocasión, la enfermera, muy amable por cierto, nada más sentarme en el sillón de tortura, viejo perro que soy, me hizo recordar este otro refrán: ENFERMERA AMABLE, POCO FIABLE. Y comprobé mi aserto, cuando al pincharme la vena del brazo derecho, ésta empezó a jugar al escondite con la aguja que, no se quedaba quieta ni un momento. No dije nada aunque podría haber exclamado eso de: ¡Me estás haciendo daño!
Miré las sonrosadas mejillas de la joven, a ver que me decían, y vi que empezaban a colorearse de manera inquietante. Y llegó un momento en que se dio por vencida y me dijo un tanto seria, que “tengo las venas muy finas” e iba a intentarlo con el otro brazo. Me colocó una gasa con esparadrapo donde había dado el pinchazo y emprendió la faena con el brazo izquierdo. La tensión aumentaba por momentos. Si arisca era la vena anterior, ésta no lo era menos y, no las mejillas, que la tersa frente de la enfermera a dos palmos de mis narices, también empezaba a tomar el color de las plazas de toros y a sudar pequeñas gotitas, cual si estuviera empezando a llover. Por mi parte, me sentía banderilleado cual  si fuera uno de estos simpáticos animales. Y le dije amablemente sin perder la calma.
-Señorita, ¿No puede usted llamar a otra enfermera que esté más capacitada?
Me puso otra gasa con esparadrapo en el segundo pinchazo, y un tanto avergonzada, se alejó atendiendo a mi petición. El tiempo transcurría con una lentitud de apisonadora.
Pasado un buen rato apareció otra, más seria que un ajo porro, que sin decir palabra, me quitó el apósito del brazo derecho, me pinchó en un santiamén, me extrajo la sangre en cuestión de segundos y antes de marcharse, al oír mis quejas, dijo:
-Afuera, en la entrada,  hay un libro de reclamaciones…
-No soy de los que me gusta reclamar.   
-Allá usted, -respondió-. Eso es cosa suya.
El caso de la ecografía fue aún peor, pues atendiendo a las recomendaciones que previamente dieron por escrito, bebí antes de salir de casa el consabido litro y medio de agua, y al llegar al ambulatorio, mi vejiga estaba a punto de reventar. En el pasillo pude leer un letrero que decía: Para hacer una ecografía del aparato urinario, la persona tiene que estar antes con MUCHAS ganas de orinar. Mi problema tomó carácter de urgencia, cuando empezaron a pasar los minutos y allí no aparecía nadie para atenderme. Fui a la sala contigua donde había una enfermera sentada ante un mostrador, la cual me explicó que los médicos y enfermeros tenían que salir a atendernos por la puerta de alguna de las cabinas del pasillo, y que, esperara.
-Pero si de allí no sale nadie.
-Tenga paciencia. –me dijo.
-¿Cómo voy a tener paciencia si ya no puedo más?
- Pues ya sabe lo que pasa si orina, que no podrán hacerle la ecografía.
- Gracias señorita, no se si podré aguantar.
Me viene a la memoria este otro refrán: CUANDO LAS GANAS DE ORINAR APRIETAN, NI LOS MUERTOS SE RESPETAN. Soy muy malo para recordar exactamente esto de los refranes, creo que este no se refiere a las ganas de orinar, que sí son otro tipo de ganas.
Han existido mañanas negras en mi vida, pero aquella, vi un arco iris de cien colores. De nuevo en el pasillo junto a otras personas que esperaban, salió una enfermera a atendernos, y corrí a ella suplicante.
Inflexible, me hizo esperar otra media hora antes de entrar, porque según decía, “había otras personas delante”. Eso sí, me permitió que fuera a los aseos y descargara “un poquito” pero no mucho, porque si la vejiga no estaba llena, la operación sería fallida y tendría que repetirse. ¡Repetirse aquel suplicio, qué horror!  Hubo de transcurrir una semana larga, para que desapareciera la irritación de la vejiga por causa de aquella horrible retención.
Hasta aquí los recuerdos.

He llegado al ambulatorio y estoy entrando en la sala de extracción de sangre. Esta vez las cosas, no tienen por qué ser tan drásticas. La sala está llena a rebosar y he llegado demasiado pronto. Tengo que esperar por lo menos media hora. Así es que abro el libro de Charles Bukowski MÚSICA PARA CAÑERÍAS, del cual voy provisto y ¡hala!, a dar alas a la imaginación y divertirme con este jocoso escritor. No tengo prisa en absoluto. Mi único recelo surge al recordar las noticias de la televisión, que, debido a la contaminación, el aire está lleno de bacterias y gérmenes nocivos y hay que tener cuidado, sobre todo los ancianos. Pienso que no debía haber madrugado tanto, pues este salón con tanta gente, es un lugar propicio para el contagio. Y ello me hace recordar aquello de que “A QUIEN MADRUGA DIOS LE AYUDA.” Dios me ayudará y saldré bien de esta.
Me toca el turno y me coloco en la silla delante de la enfermera, la cual, está de conversación con la otra de la izquierda. Tras unos cinco minutos de espera, que a mi me parecen diez, al fin, sin mirarme, se decide a estirar mi brazo desnudo y colocarme la goma. Se pone a buscar la vena y sin mirarme a la cara, dice:
-Hay aquí un callo y ya veremos que pasa.
Empiezo a temblar recordando aquello. Pero no ha pasado nada porque vuelve a exclamar:
-Ha habido suerte.
-Es que soy un hombre fácil. –Respondo.
Esto le hace gracia y suelta una risa.
-Muy bueno. –dice mirándome para recordar mi cara.
Y veo, que la enfermera de al lado que ahora está de pie, también se está riendo de mi salida. Salgo contento sujetándome el apósito, pensado que esto de hacer reír a la gente, es algo reconfortante que debería practicarse más a menudo. Pienso que debe existir algún refrán al respecto, pero ninguno me viene a la cabeza de momento.
Ahora estoy delante de las cabinas en el pasillo de las ecografías y mi mujer ha llegado con una botella de litro y medio de agua, pues hay que hacer caso al letrero que dice eso de que, no se puede hacer la ecografía, si no está uno con MUCHAS ganas de orinar. Y lo de “muchas” lo ponen con mayúsculas para que los pacientes se abstengan de reclamar cuando salga la enfermera a recoger los papeles.
Con el brazo remangado y sujetándome el apósito avanzo por el pasillo hacia otras cabinas que hay más adelante buscando alguna enfermera que me de información y que recoja mis papeles de la ecografía, pero no hay ninguna. Sí tropiezo con un amigo muy serio, al que hago reír al decirle estas palabras como saludo:
-Ya ves. La próstata.
Vuelvo al lado de mi mujer que me obliga a que tire la gasa a la papelera y me siente junto a ella. No quiere darme a beber hasta que salga alguien a recoger los papeles porque falta una hora exacta para la que estoy citado y, si no me cuelan, es probable que se repita el suplicio aquel.
Sale un enfermero a atendernos, que me echa una bronca fenomenal cuando le pregunto si debo empezar a beber. No es momento de explicarle que tuve que venir en ayunas para la extracción de sangre. Lo más prudente en estos casos, es  callar, para que no se produzca alboroto Mi mujer me comenta aparte:
-Este tío tiene malas pulgas.
En el pasillo nos encontramos varias personas esperando. A mi derecha se sienta una joven y tengo a mi mujer a la izquierda. El enfermero, pregunta a la joven si tiene “muchas” ganas de orinar, y ésta un tanto sofocada, contesta que no; por lo que pasa a preguntarle a un anciano que está al otro lado. El hombre vino bebido de casa y lleva mucho tiempo esperando, pero al decirle que todavía no tiene “muchas” ganas, le deja nuevamente en espera hasta que diga que “no puede más”. Y vuelve a introducirse en el habitáculo entrando por la puerta de otra cabina. 
Mi mujer ha empezado a llenarme vasos de agua que bebo con fruición acabando pronto la botella. Estoy bastante contento, porque a pesar de haber ingerido el litro y medio de agua, no me vienen ganas de orinar y no tengo prisa alguna. ¡Qué distinta esta ocasión de aquella otra que he narrado!
La chica de mi derecha, se levanta un par de veces con intención de entrar en los aseos, pero no lo hace. Observo que está entrando en situación y que si no la llaman pronto, no va a poder aguantar y va a tener que utilizarlos.
Mi mujer ha dicho algo gracioso referente a mi, que hace reír a la chica y yo también río. Y estando en vena de humor, una de las mejores venas que existen, digo que es  muy buena esta “risa” porque ella “ayudará a acelerar el proceso que allí seguimos.” Esto le hace gracia a la joven, que suelta una carcajada y mi mujer también se ríe.
Mi risa y la de mi mujer, son contagiosas. En más de una ocasión hemos producido catástrofes con ella, motivo por el cual, hago enormes esfuerzos para contenerla, y así evitar males mayores. Me temo y con razón, que de seguir con esta clase de risa, que a veces, hace que salten lágrimas, puede provocar una riada en aquel pasillo bastante estrecho. Pienso en las urgencias que empieza a tener la joven, que disimula muy bien; y el sufrimiento que debe estar padeciendo. Y este razonamiento es el que hace que me contenga. Estamos en una situación límite. 
Pero mi mujer la agrava al decirme que no se explica porqué estoy tan contento. Y mi contestación, que provoca nuevo ataque de risa, esta vez histérica, es, cuando digo que da la impresión de que en vez de agua he bebido vino.
En realidad, mi exacerbado sentido del humor de esta mañana, tiene su influencia en el libro que traigo entre manos y que leo entre pausa y pausa. ¡Este Bukowski!.
Cuando aparece nuevamente el enfermero por la puerta de la cabina, mi mujer que no tiene pelos en la lengua, le suelta brutalmente este bombazo que le hace vacilar:
-Mi marido tiene cáncer de próstata y se orina encima constantemente.
Estas palabras rompen algo dentro del corazón del hombre que, probablemente también tiene problemas prostáticos,  y, arrepentido quizás de la bronca anterior, me hace pasar el primero. Ni siquiera se ha preocupado de preguntarme si tengo muchas ganas de orinar o no.
No me gusta que me cuelen y menos, cuando pienso que hay otros con más urgencia que yo, pero callo vilmente y entro en silencio; un tanto hosco, porque no me cae bien esta persona, aunque comprendo que en los hospitales hay que usar de cierta dureza para que las cosas funcionen debidamente.
Otro pensamiento que me asalta, es que no tengo ganas de orinar todavía, y quizá me voy a cargar nueva bronca del médico si la vejiga no se ha llenado suficientemente.  
Dentro de la habitación donde están la camilla y el instrumental, reina una difusa oscuridad. Siento la sensación de haber entrado en una especie de cueva prehistórica, y en cierto modo, me invade cierta compasión por aquellas personas que permanecen allí encerradas varias horas del día cumpliendo con su trabajo.
Tengo que tenderme en la camilla bajándome los pantalones hasta dejar la pelvis al descubierto y subirme además la camisa hasta el cuello, quedarme quieto, en silencio, hasta la  llegada del médico. En este caso es una mujer, que me dice que me ponga las manos sobre la cabeza. Y derrama un líquido viscoso sobre mi pecho. Empieza a explorar con su aparato el riñón izquierdo, y luego pasa al derecho, dictando a continuación al enfermero las dimensiones de dos quistes que ha encontrado. Noventa y cinco milímetros, dice del primero y yo un tanto inquieto le pregunto. 
-¿No es tan grande o más ese quiste que el mismo riñón?
Silencio.
Me cabrea la autosuficiencia de estos médicos.
Una vez terminada la operación, me dice que me levante y me limpie con unos papeles que me ha dejado encima. Y cual es mi asombro, al comprobar que mi camisa está impregnada de aquel líquido pegajoso. Exclamo sin vacilar:
-Deberían ustedes incluir en la hoja de instrucciones, que traigamos una camisa de repuesto, porque esta no me la puedo meter así como está.
-¿Qué dice? –exclama la hasta entonce muda especialista del aparato urinario.
-Lo que digo. La camisa está chorreando.
Se acerca a mi para comprobarlo. Y al impregnarse sus manos, ella misma coge papeles para limpiar… ¡Un caso insólito en los anales de la medicina! ¡Un médico limpiando la camisa de un paciente!
Ambos están un tanto consternados. Ya no son los adustos personajes que me trataban despectivamente. Algo ha funcionado mal dentro del protocolo y hay que remediarlo. Conseguimos entre ella y yo que la camisa deje de chorrear gastando papel higiénico a mansalva; y finalmente, aunque húmeda, consigo ponerla dentro del pantalón, no sin cierto recelo porque la sensación sobre mi piel es un tanto desagradable. Me acompaña hasta la puerta, desconsolada, y al ver su cara de circunstancias, le digo: “No se preocupe”, lo que arranca una sonrisa de sus dulces labios. 

-Hoy ha sido un día de suerte, -le digo a  mi mujer camino de casa.
-¡Porqué?  -me pregunta.
-Porque aparte de salir ileso, he arrancado risas y sonrisas en la gente, despertando buen humor, y esto, es algo de vital importancia, tanto, que estoy deseando llegar pronto a casa para celebrarlo, contigo.
-¿Cómo?
-Ya sabes como. Comiendo.

FIN

En Madrid, a 5-12-2017

Francisco







TALLER DE ESCRITURA DE NATIVIDAD LORENZO



YO SOY ESE

Soy muy mala persona. Cada día que pasa, asesino a alguien. Y no sólo eso, que me sacio bebiendo su sangre y degustando sus vísceras una a una. ¿Qué puedo hacer, si yo nací en el Mediterráneo? Nací en el Mediterráneo. Nací en el Mediterráneo.
Yo, soy, ése, ese oscuro golondrino que va de esquino en esquino, haciendo lo que me parece.  Soy el que no tiene nombre, ni tengo pies ni cabeza, la perdición de los hombres,  etc. etc.
Fijaos, que anoche mismo, sin ir mas lejos, conduciendo mis grillos por la Castellana atropellé a un peatón que cruzaba, y en vez de huir como aconseja la más elemental prudencia, me bajo del grillo en que iba montado, y con mi navaja albaceteña, ras, ras, ras, le corto el cuello en tres pedazos, y, con la mayor desvergüenza del mundo,  me pongo a comérmelo: Allí encima del asfalto.
Y no es eso todo, que al comprobar que era mujer, muy hermosa por cierto, y que aún quedaba partes del cuerpo que no había tocado, olvidado de la comienda, me dedico a otra cosa que también termina en ienda, y que no la digo el nombre completo, porque soy persona muy pudorosa y de buen decir.
Todo eso, en medio de la calzada y sin temor a que los vehículos que por ella circulaban, me atropellasen y me hicieran daño.
¿Os lo habéis creído? Es broma, pues soy la persona más honrada y sincera del mundo.
¡No os lo podréis creer!. Soy hombre de Iglesia. Dos días a la semana voy a comulgar; y muchas veces la semana entera, amén de oír misa diaria. Esto me viene de mis padres que eran muy religiosos. Soy de una familia pobre pero honrada, que no aspiramos a otra cosa que la gloria de Dios y de nuestra patria.  
Imaginaos lo bien que lo paso dentro de mi masía, cuidando de mis cerdos y otros animales de granja. Los gallos, que con su quiquiriquí te despiertan muy temprano para así poder emprender pronto la faena; las gallinas con su atractivo cacareo; los pavos, moviendo majestuosamente sus colas y diciendo “aquí estoy yo”; los patos, plas, plas, plas, enturbiando el agua. Me hacen gracia los conejos, que huyen asustados ante mi presencia. Y no digamos las ratas y ratones, que apenas pongo los pies en el patio desaparecen asustados.
Así, que, ¡a vivir! Que la vida son cuatro días.
¡Chicos!, pensadlo bien. Veníos conmigo al Mediterráneo. No me dejéis solo en el empeño que tengo navegando en medio de la mar incestuosa, con mi débil barquilla. Me rodean miles de tiburones, que hoy por hoy me tratan bien y me consideran y yo considero mis amigos; pero no me fío. En cualquier momento puedo ser víctima de los acerados cuchillos que tienen por dientes.

En Madrid, a 5-12-2017 

Francisco




4-12-2017
Por deferencia de mi compañero de tertulias, José Ortega, tengo el gusto de presentar este caligrama que me envía y que me ha parecido genial





                                                INSOLENCIA                 
28-11-2017  Francisco

El general del ejército de tierra Mario Sarmiento, para calmar su libido monstruosa, no teniendo bastante con someter a su mujer a las peores posturas del Kamasutra, se entretenía con su hijita María cuando apenas tenía los dos años de edad.
Este es el cuento de María Sarmiento.
El general, había sido jubilado tempranamente del servicio militar, y vivía en la orilla de un bosque de exquisita belleza, en una mansión que se había hecho construir por los mismos soldados de su ejército cuando aún estaba ostentando el mando.
La niña correteaba por el bosque acompañada del perro lobo Rasputín, tan fiero y a la vez tan tierno, que si algún animal de esos que libremente corretean por allí, se atrevía a acercarse a ella en plan dañino, los colmillos que este mostraba, hacían alejarse de inmediato al intruso con el rabo entre las piernas, en el caso, claro está, que fuera de la clase de los que tienen rabo.  
El gran conflicto de la niña, consistía, en que ese otro animal con rabo que era su padre, no podía ser identificado por la inteligencia de Rasputín, debido a que era él quién le había amaestrado, y por quien sentía, tanta ternura o más que por la pequeña.
La confusión de ideas dentro del cerebro de cualquier animal, lo mismo si este es racional, que no, según los psicólogos modernos, es la causa de que tales individuos se vuelvan insolentes. Y la insolencia es una enfermedad del alma, que por mucho que se pretenda disimular, siempre brota o aparece en cualquier momento en que el individuo, baja la guardia, y creyéndose superior a los demás, zas, cataplás, dice o hace algo metiendo la pata o el rabo, que lo mismo da aquella que este.  
No existe bosque tan oscuro y tenebroso, ni noche tan negra y conflictiva que la del alma del insolente. Mario lo era, Pilar su esposa, no, pero María, la pobre hijita, si, aunque la enfermedad, en los primeros años de su tierna infancia, permanecía latente y sin tomar cuerpo y consistencia. Y también conviene decir, ya que estamos en ello, que el perro, también lo era a su manera. ¿Cómo no iba a padecer enfermedad tan contagiosa, si la padecían padre e hija, que eran su amor y su sustento?
Cuando ambos correteaban por el bosque, lejos de la lasciva mirada del general, sentían una especie de veneración ante los prodigios de la naturaleza, pero cuando cansados de corretear por él, volvían a la mansión, niña y animal, sentían cierto temor, porque, también, hay que decirlo, este, empezaba a ser víctima, de prácticas obscenas que no hace falta decir de dónde procedían.
Julián, el ordenanza, a la vez jardinero y otras cosas más de la casa, era la única persona que permanecía incólume a los manejos del prócer, el cual, por eso de que podían salir a la luz pública, se contenía con él, aunque, eso sí, le hacía víctima de su insolencia, humillándole con palabras y criticando muchas de sus actuaciones.
Volviendo a los psicólogos modernos y los descubrimientos que estos han hecho sobre la psiquis humana, existe la teoría, de que las víctimas de la insolencia, si la soportan y no se rebelan contra ella, despareciendo del lugar donde son sometidos, acaban viéndose a si mismos como seres raros, con una personalidad muy difícil de definir y unos deseos que no están en consonancia con su estado natural.
O sea, que Julián, cuando muchos días en momentos que no tenía algo que hacer, se acercaba al estanque del jardín para meditar ante la clara superficie del agua, la imagen que esta le devolvía era la de una bella mujer, adornada de todos sus atributos. 

Y no le ocurría esto al pobre siervo, que la pequeña María, al imitarle y mirar al agua un día de aquellos, también se vio de distinta manera: Un hombre con siniestra barba negra y demás atributos. El  vivo retrato de su padre. 





EL MESONERO PRODIGIOSO

Tema: EL LENGUAJE

Capítulo 12.-


Nuria que había permanecido callada, es ahora quien toma la palabra interrumpiendo a Esteban.
-No se mucho de Thoreau, pero imagino que al igual que Rousseau, fue como dicen los franceses,  EL HOMBRE DE LA NATURALEZA Y LA VERDAD. 
-Más aún –replica Esteban-, pues el ginebrino no fue tan capaz como fue el americano de irse a vivir a una choza en medio de los bosques y allí, en íntimo contacto con la naturaleza, ir escribiendo esas preciosos fragmentos, esas inmensas frases llenas de sabiduría, que el otro, buen filósofo también, no pudo alcanzar su gran altura.   
Intervengo yo:
-Tienes razón, el caso de Thoreau debe ser rememorado y recordado en todo momento, en particular por ese detalle de su vida como ser solitario en los bosques, que demuestra, que cuanto más en contacto estemos con la naturaleza, cuando más nos entreguemos a ella en cuerpo y alma, mayor es el grado de pureza de nuestras concepciones y por tanto, con mayor concentración se obtiene la preciosa esencia de la VERDAD.
Esteban:
-Uno de los factores que nos paraliza y no nos deja avanzar debidamente es el MIEDO.
Permitidme que vuelva sobre el tema del que ayer ya hablábamos cuando estábamos visitando la Nave. Teniendo muy en cuenta ese gran inconveniente, es por lo que después de largos años de reflexionar sobre él, sabiendo que nuestro camino positivo se inicia a través del contacto con la naturaleza, para llegar a conciliar estos dos factores, la única solución era el establecimiento de los controles necesarios. No dudo que Thoreau los supo establecer para hacer llevadera su estancia en los bosques. Desde que llegasteis, personas que venís del mundo civilizado, habéis hecho alguna que otra manifestación al ver que el miedo aquí no existe. Lo cierto es que existe, y que debe existir, pero se vence por medio de la música, cosa que ya habéis comprobado. Un segundo control para vencer el miedo es la sabiduría y ya veis y seguiréis viendo, que esta rezuma por todas partes, por las paredes y techos, por los asientos, por las mesas como esta en la que estamos sentados, por todas partes donde yo y mis niños, amantes del arte, las vamos grabando constantemente con palabras que grabamos o pintamos en todo aquel espacio en blanco que se nos ofrece. 
Acisclo interviene:
-Has dicho que el miedo debe existir y eso no me lo explico.
-Pues debe existir porque él despierta y pone en orden de crecimiento a la SENSIBILIDAD, y ésta, como sabéis es la madre de la INQUIETUD. Ya hablábamos de eso ayer y no es necesario repetir lo dicho. Pero si quiero que conozcáis cuales son los elementos de control para vencerlo aparte de los dos mencionados, música y sabiduría; y son EL AMOR y LA COMPRENSIÓN. Hablemos de ellos. Ya Einstein escribió ampliamente sobre la teoría de las cuerdas, las cuales hacen afirmar que el Universo es una sinfonía de estas cuerdas vibrantes y la Mente de Dios. LA GRAN SINFONÍA DEL UNIVERSO, de la que también hablaba Franmar en uno de sus panfletos. La música de estas pequeñas cuerdas vibrantes que nos dan así las partículas que vemos en la naturaleza. Las leyes de la química que serían las melodías que se pueden ejecutar con las cuerdas vibrantes. LA MÚSICA ASTRAL. ¿no os dije que os hablaría de ella?
 Hace una pausa antes de proseguir:
Perdonadme que insista sobre algo que ya mencionamos sobre LA MEDITACIÓN TRASCENDENTAL. Esa energía que está pugnando por salir en forma de palabras, esa música, que también es conocida por el nombre de POESÍA,  se capta por medio de este ejercicio poniendo la mente en blanco y haciendo que vayan llegando a ella esas noticias. La información que viene del Universo, es de una amplitud extraordinaria, mucho más que la que puede venir del mundo y, además mucho más importante porque ella es VERÍDICA y la del mundo no, aunque te proporcionen esta tus mismos padres que tanto te quieren.  
Anita exclama:
-Muchas gracias por la parte que me toca.
-No es porque lo hagáis de mala fe, sino porque podéis estar engañados. El caso es, que también debemos a Franmar  una forma de practicar la meditación trascendental, que él practicaba y que consiste, en ponerse delante de una página en blanco y empezar a escribir aquello que con la mente en blanco, te va llegando…
Es interrumpido de pronto por una vibración bajo nuestros pies que, al no saber porque se produce, nos asusta. Esteban dice tranquilamente:
-Es la bomba que ha empezado a traer agua a la Bañera.
-¡Caramba! Pues es  verdad. Se nos había olvidado que había pasado un equipo para ponerla en marcha. –digo yo. Y Esteban:
-Habéis estado en la biblioteca y estoy extrañado que no me preguntéis por ella y lo que allí se cuece. 
-¿Nos has dado tiempo a preguntar?  Digo yo. -Supongo por lo que acabas de decir que en eso que llamas biblioteca existe alguna manera misteriosa no visible que utilizáis tu y los niños para practicar ese noble ejercicio de ESCRIBIR, aunque no me explico dónde escribís porque allí no he visto ningún papel en blanco ni colgado en las paredes, el suelo o las butacas. Tampoco el lápiz o pluma con que escribir.
-Es que no los utilizamos. Nuestros escritos, son virtuales en un libro que cada uno poseemos dentro de la biblioteca y que –no os habéis dado cuenta-, pero en el lado derecho de cada butaca hay diez botones con los dígitos por medio de los cuales, si pulsamos nuestro número de identificación, el libro aparece y podemos escribir en él.
Acisclo interrumpe:
-¿Pero cómo y de qué manera?  
-Pues simplemente dictando mentalmente todo aquello que deseamos dejar plasmado.
Nuria: -¿Y no repasáis después lo escrito?
-Claro que si, no una sino varias veces. Para eliminar aquellas palabras o ideas que no fueron acertadas.
Anita: ¿Qué utilidad tiene el sótano de arriba?
-Muy sagaz, como siempre, Anita; Ya sabéis que la postura de loto es la ideal para realizar la meditación y que esta se practica fijando en la mirada en un punto determinado. Este punto puede ser cualquiera de las esquinas del sótano. Si está vacío y libre de ornamentos, es para que allí, sentado en el suelo con la tal postura podamos realizar este ejercicio con toda perfección.
Acisclo: -Pero allí no hemos visto a nadie cuando hemos bajado.
-Una casualidad, porque siempre suele haber alguno haciendo eso por allí. Y hay otra cosa que allí también se realiza de pie o en cuclillas; y es la lectura de libros. Os hablaba antes de que aquí cualquier deseo que tengamos, se cumple al momento. Pues este primer sótano es la biblioteca propiamente dicha, donde están todos los libros importantes y dignos de ser leídos que existen en este mundo. Todos los tengo colocados por orden alfabético dentro del sistema informático que, -como ya os dije- me encargué personalmente de implantar aquí. Ella está conectada con nuestros cerebros por medio del chip, y basta que pronunciemos mentalmente el título del libro, para que este aparezca y podamos ir leyéndolo de recorrido o empezando por la página que consideramos más interesante.  
Ocurre muchas veces, que estando realizando un trabajo cualquiera, regando algún bancal o cavando,  necesitamos recordar alguna frase, o proverbio importante, y en un salto, acudimos aquí a recobrarla. Y si no queremos que se olvide, bajamos al sótano 2, y la dejamos apuntada en nuestro bloc de notas.
Acisclo:
-Y no sería mejor y más práctico que dicho bloc  lo llevarais cada uno consigo.
-Ya lo llevamos, apuntando mentalmente lo que queremos recordar, pero siguiendo la norma de vaciar la mente de todo contenido para que así disfrutar libremente del momento que vivimos, estos apuntes, los llevamos a la biblioteca y allí se quedan por escrito.
Anita:                               
- Estáis hablando de muchas cosas al mismo tiempo y creo que nos hemos desviado de aquello que es la causa principal de nuestro fracaso como seres humanos: el miedo.
- Hay algo peor que el miedo aunque este sea nuestro instinto básico, y es la historicidad, ¿Verdad Ramiro?
- Si Esteban. La mente del ser humano está infestada de esta enfermedad tan antigua como él, pues empezó con las pinturas rupestres en los primeros albores de la razón, por ese deseo innato de trascendencia. La historicidad nos veda la perspectiva imaginaria de la muerte, y eso, es ir contra el mandato de la naturaleza. Es ir en contra la propia razón. Ella está inmersa dentro del lenguaje formando parte intrínseca del mismo, y a medida que este ha ido creciendo, ella lo ha ido haciendo con él, de manera que entre ella y el miedo, la mente del ser humano, permanece perdida en un mar de confusiones.      
Acisclo lleno de furia:
- O sea, que nosotros estamos más perdidos que Carracuca y vosotros dos los sabios literatos estáis salvados y exentos de ese mal.
Esteban:
- No, no lo estamos; también lo padecemos, pero hay un arma que utilizamos contra ello y que quizá tu hayas oído hablar de ella. Es la POESIA. Ella es naturaleza, no lenguaje. Cuando despertamos y empezamos a hablar, la poesía ya está dentro de este  y no podemos evitarlo. Pero intentamos aislarla, apartarla de ese mal y para ello, intentamos actuar como naturaleza viva, con actos, con realizaciones, con acciones… ¿Verdad Ramiro?
- Si, Esteban. La verdadera poesía está en la naturaleza, dentro de cada uno de nosotros. El lenguaje es opresión. La poesía es aquello que no se dice, pero es lo que ES. No se puede hablar de poesía.
Esteban:
- Ya habréis adivinado que uno de los elementos que tengo eliminados en mi sistema informático es la historicidad. Mis niños no necesitan saber de historia…
Acisclo:
- ¡Alto ahí! Tu mismo has caído en la trampa, ¿No es historia todas esas figuras y nombres de que está lleno a rebosar este conglomerado que diriges? ¿Y esos libros, esa biblioteca? ¿Qué me dices a esto?
Esteban:
- Piensa Acisclo, pensad vosotras dos que podéis estar en duda en lo que acaba de decir vuestro padre. ¿Estamos hablando, no? Luego estamos utilizando el lenguaje, ello es inherente a nosotros, los seres humanos. No podemos prescindir de él para entendernos. Repasad una por una las palabras que acaba de decir: No se puede hablar de poesía, pero ella es lo que es, ella somos todos nosotros. Ella es la madre del amor y la comprensión. Dos esencias sublimes que son loqueson. ¿Qué es el amor? ¿Qué la comprensión?  Uno de los mayores defectos del lenguaje son los tópicos. ¿Conocéis ese tópico tan corriente aplicado a la pareja cuando se dice que están haciendo el amor? ¡qué enorme disparate! Confundir el grosero acto sexual, que nos define como animales, con cualquiera de los actos de amor que nos definen como seres espirituales. Este es uno de los infinitos ejemplos de incomprensión que existen y que debido a la grosera manifestación del lenguaje, nos sumerge en la inconsciencia. ¿Os dais cuenta?
Nuria que permanecía callada bastante rato:
- Lo que no entiendo es cómo tus niños, si están rodeados de información, si esta como bien he leído por ahí la defines como “la sangre de la sociedad” para que ellos aprendan este tópico, puedes evitar que no sean contaminados por la historicidad.
Esteban:
- Pues muy sencillo, porque en el chip que dirige sus cerebros, está eliminada esa idea de venganza, ese criminal deseo de revancha que siempre ha existido dentro de cualquier cultura y que ha sido la causa de todas las guerras y revoluciones. Eso tópico tan nefasto de la “Memoria histórica”. Y sobre todo ese concepto también nefasto de libertad, que siempre trajo como consecuencia el deseo de poder y el libertinaje.
Ahora intervengo yo:
- No tengo otro remedio que volver a Franmar y su invención de las palabras-patria. En la actualidad se habla mucho de eso. Él fue  quien nos inició en ese ejercicio glorioso de coger una determinada palabra que nos está molestando insistentemente cual un moscardón en el oído, y dedicarnos a escribir sobre ella un mínimo de cien folios con letras muy apretadas, imaginando que tal palabra es un terreno inmenso donde caben tantos accidente geográficos como en cualquier nación, y no sólo estos, sino cuantos elementos materiales existen en ella, presentándolos en forma de metáfora. Ese ejercicio que él practicó dejando a la posteridad, varios panfletos sobre diversas palabras, ahora lo realizamos muchas personas a las que nos gusta escribir… 
Acisclo me corta cansado de oírme hablar siempre del mismo personaje:
- ¡Basta, papá! Te enrollas como una persiana. No nos hables más de ese tío y di lo que tengas qué decir. 
- Mira hijo, uno de los defectos que tenéis los jóvenes, es la prisa que os dais en resolver vuestros asuntos y la poca paciencia que tenéis en escuchar a las personas maduras que pueden aportaros sensatez y otras virtudes. Y uno de esos asuntos al que dais prioridad es al sexo. Seguro que estás pensando en esa jovencita con la estuviste anoche.
- ¡Atiza, me estuviste espiando!
Estoy arrepentido de haber pronunciado estas últimas palabras. Se ha producido un silencio de tumba. Ni el mismo Esteban se atreve a decir algo.



CONTINUARÁ




A la vuelta del verano, inicio esta nueva entrada de mi blog dando la noticia a los interesados en el   
BLOG DE CARLOS J. GARCÍA, interrumpido en diciembre último, que iniciado de nuevo el día 20 de junio, entra con más fuerza que antes en el mundo de las buenas ideas. 
SALUDOS   









La ficción, el líquido revelador.

Nuestro cerebro está estructurado de tal manera, que lo que vemos es siempre una imagen borrosa de la realidad. Uno de los sistemas para ver la imagen real de ella es la ficción. Esta, la ficción, es como esa especie de líquido usado por los fotógrafos, “el revelador” que actuando sobre los clichés aparece la fotografía en blanco y negro e incluso en color.





Domingo 19 de noviembre del 2017
Recomiendo desde aquí a quienes gusten de la buena literatura, el libro de Lucía Berlin editado por ALFAGUARA "Manual para mujeres de la limpieza".


TALLER DE ESCRITURA DE JUAN CARLOS MÁRQUEZ
Nueva versión sin rimas de
EL CABALLO DE CARTÓN

Antes
de que mi padre
me montara sobre Clavileño
yo ya había viajado por los cielos.

     Tuve la suerte de nacer en el seno de una familia numerosa bajo la tutela de tres tías de mi madre, hermanas de la suya que, debido a las circunstancias, ninguna practicó el sexo en toda su vida, y su instinto maternal lo volcaron sobre mi, el primer nieto de mi abuela. La más cercana a mi, era Obdulia, porque trabajaba en el taller de bordados de mi tía Remedios, hermana de mi madre, y su labor consistía, en dibujar sobre un papel fino y transparente las figuras, que pegadas a los manteles, sábanas y otros tejidos,  después la joven, en la máquina, iba bordando con distintos hilos de colores. Las otras dos hermanas, Caridad trabajaba en la cocina de un mesón, y Herminia, cuidando niños en casas ajenas. Ambas en sus ratos libres, también se cuidaban de mi, para que Obdulia pudiera dedicarse más a su trabajo, ya que con él y el de la sobrina en la máquina de bordar,  se obtenía el dinero para mantener a toda la familia, pues también habían dos tíos varones que estaban en el paro, amén del abuelo que permanecía en una silla casi todo el día, tosiendo en un rincón de la casa.  
     Eran los años revueltos de la república, pero yo, en el caballo de caña y cabeza de  cartón, que me había regalado mi padre, galopaba bajo las piernas de las ocho o diez jóvenes que asistían al taller, sentadas ante sus respectivas máquinas, todas en batería dentro del alargado salón. Aunque no comprendía muchas de las pícaras palabras que resonaban en aquel ámbito auténticamente femenino, rodeado de muslos de distinta envergadura, que se movían al compás de los pedales, yo, incapaz por entonces de cualquier deseo libidinoso, me divertía oyendo sus canciones dentro de tal mundo, donde los colores tenían vida propia. Y cuando todas las jóvenes se habían marchado al terminar su trabajo de aprendizaje, con tía Obdulia, ya de noche, espoleaba mi imaginación, viajando a las Cabrillas, a la Vía Láctea… que me parecía, toda llena de leche y azúcar.
     Ingeniero industrial en mis primeros tiempos, con los carretes de hilo una vez usados, construía tanques para la guerra, haciéndoles muescas con una navaja, cuyo motor era una goma para el pelo y un palito. Y los niños del barrio, llenos de envidia por mi gran suerte, venían a pedirme carretes de aquellos para construir también, ingenieros donde los haya, sus patines o carritos, sobre los que montados, se divertían haciendo mil diabluras inocentes.    
     Eran los primeros tiempos de los aviones, de las acrobacias aéreas. También del cinematógrafo. Un campo de despliegue para la imaginación. Algo más tarde, cuando aprendí a leer, uno de los primeros libros, fue el Quijote, y allí, con ayuda de mi padre, que también gustaba de realizar viajes celestes, en nombre de Cervantes, mi hizo montar sobre Clavileño, siendo entonces, que abandonando mi primer oficio de caballero de caña y cartonaje, me convertí en capitán captador de mundos raros.

En Madrid, 21-11-2017
Francisco

TALLER D ESCRITURA DE NATIVIDAD LORENZO

TIEMPOS DE TERROR

Creo que esta es la mujer. La miro sin rodeos. Tiene el pelo descolorido. Su boca se le mueve como si hablara, pero no habla.

Hemos ido a comprar lechugas, nabos y zanahorias a un huerto de los Patojos, algo más allá de la rambla de Benipila, y estamos de vuelta a casa. La primavera se muestra con todo su esplendor, y por el sendero que vamos atravesando, empieza a amarillear el trigo entre la preciosa sangre de las amapolas, las cuales yo recojo formando un ramo que le ofrezco. He leído la historia de Blanca de Beaulieu recientemente, y esta heroína de la revolución francesa, tan hermosa, semeja a esta mujer junto a la que voy caminando. Es mi madre. No tiene más allá de los treinta años de edad, pero la guerra, le ha robado más de diez de vida y la ha hecho encanecer. Vamos caminando aprisa, porque en casa quedaron solos mis hermanos Juan y Pedro a cargo de la tía Obdulia, y esta tiene que irse a trabajar. Voy cantando una canción:         
Si la reina de España supiera…
-¡Cállate, Paco, y acelera el paso que se nos hace tarde!
-Sí, mamá. –le digo. Y cogiéndola de la mano que lleva libre, camino a su lado dando trompicones por la orilla del bancal.
Bajo los ojos sobre sus manos, pero me distraen sus pies pequeños, las huellas que dejan en la tierra, la tierra que se levanta como un remolino.
En la quietud de la apacible y soleada mañana, jilgueros y gorriones cantan a la naturaleza entre los trigales, confirmando a su manera, la gloria de Dios. Y, ella y yo, complacidos, les prestamos oído en silencio.
Nuestra placidez, se rompe de pronto, convirtiéndose, es una enorme nube de terror, que barre nuestros felices pensamientos, pues ha empezado a sonar la sirena que avisa que se acerca una cuadrilla de aviones cargados de bombas. Y, les vemos aparecer cual negros buitres quebrando el azul purísimo del cielo, al tiempo que la batería del pueblo de los Dolores empieza a disparar sobre ellos. Ella va corriendo delante de mi, desaforada, aterrorizada ante el ruido de los aviones, el pitar de las sirenas, la explosión de las bombas que han empezado a caer sobre Cartagena, cerca de la bocana del puerto donde están anclados los barcos de la república. Estamos alejados de su centro de acción a un par de kilómetros de distancia del objetivo. Pero la metralla de los cañonazos que les disparan desde las baterías, cae alrededor nuestro y, en cualquier momento, algún trozo puede tomar contacto con nuestros cuerpos. Hay un momento, en que ella se para en medio de la rambla que vamos atravesando. Su respiración es sofocante y sus piernas se niegan a seguir corriendo. He cumplido ocho años de edad y debido al hambre y la miseria, mis pulmones también están faltos de oxígeno.
¡Ánimo, mamá, que ya falta poco para llegar al refugio! Le digo cogiendo una de sus manos. El sudor cubre nuestras caras  y enturbia nuestras miradas. Las primeras casas del pueblo están delante  a unos quinientos metros todavía. En medio del desolado paisaje de la rambla, allí parados, hay algo bello que atrae mi atención: Las estelas que han dejado los aviones al pasar, las otras de las balas intentando alcanzarlos. Los pájaros que asustados, vuelan sobre nosotros… Quizá esta sensación, corresponda a mi alocada mente de poeta, pero es algo alegre que viene a calmar por unos momentos, las olas de terror que nos invaden.    
Un trozo de metralla ha caído cerca de nosotros hundiéndose en la arena. Intento cogerlo escapándome de mi madre, pero, está tan caliente que me quema las manos.
-¡Vamos corre! –me dice. Tenemos que llegar al pueblo.
Y nuevamente emprendemos la carrera sorteando la caída de los trozos de metralla, negras amenazas de muerte que nos rodean, intentando alcanzarnos.
Llegamos al pueblo entrando por la calle de Fermín Galán y Ángel García Hernández. Nos pegamos a las paredes para protegernos de la metralla. Allí está nuestra casa sobre cuya puerta damos fuertes golpes, por si fuera el caso, que la tía Obdulia estuviera dentro con mis dos hermanitos. Pero nadie responde.
-Han ido al refugio del cocherón de los tranvías de la calle Real. –dice mi madre. Vamos a buscarlos.       
El terrorífico estruendo de una bomba arrasa nuestros oídos cuando estamos llegando a la calle del Mármol.
-Corre, Paco. Esta tiene que haber caído cerca.
Y llegamos al refugio del Cocherón donde estén encerrados mis dos hermanos. Ambos a la tía Obdulia allí abrazados. Los hombres del tranvía, están comentando que la bomba ha caído sobre la fábrica de la luz a menos de unos setecientos metros de allí.
-Queipo del Llano, -dicen los tranviarios, -nos ha dejado sin luz  y sin trabajo. Menos mal que estamos sanos. Por hoy nos hemos salvado.
Suena la sirena anunciando que ha terminado el bombardeo y que podemos salir del refugio y continuar nuestra vida normal…

En Madrid, a 21-11-2017.
Francisco.
14-11-2017


TALLER DE ESCRITURA DE NATIVIDAD LORENZO


CATALUÑA

    Hay una olla de barro con agua hirviendo. Un fuego frío como la nieve la calienta. Allá, en el norte, regurgita la raza, perdida en el olvido de Álvarez de Castro y la verdadera historia.    
    La palabra, enroscada en silbidos aterciopelados, se mata a sí misma convertida en negro alacrán. Un ser listísimo de alto infierno, pulula entre las gentes. Miles de ladridos crepusculares, de un sucio color rojo, entoldan el aire, que se hace irrespirable.      
    Josep Pla, araña la tierra que le cubre, para darnos el adjetivo preciso a lo que está pasando. Pi y Margall y el buen Estanislao, están gritando también, allá dentro, pero nadie les oye.
    Roncos músicos de negras barbas o crines caballunos, asolan los estrados; y ciertos pedestales construidos para el bien común, rotos en pedazos, son lanzados al espacio.  
    Unas mujeres, montadas sobre el arnés adánico de una caballería, ligera de cascos, lanzan alaridos de discordia proclamando extrañas insensateces.
    ¡Oh! Los hombres; con falsa vocación constructora, se han encaramado a los andamios del odio, y están a punto de caer, arruinados, faltos de testosterona pujante y reivindicativa.
    Un hedor de cloaca ratonil, se difunde por todo el ámbito huertano, y, la clásica ordinariez de suburbio, acompañada de impúdica mentira, se instalan en los colegios con páginas engañosas, que arrasan mentes infantiles, acallando a la vez, la voz sensata de paz y energía que viene de lo alto.     

En Madrid, a 14-11-2017

Francisco





TALLER DE ESCRITURA DE NATIVIDAD LORENZO


INDOLENCIA

Quizá la juventud renuncia a su futuro y  no desea ya sino vivir íntegramente su momento irreparable, bailar descalza sobre su abril total.

Cada día que pasa me acuerdo más y más de mi amigo Florencio, con quien conviví durante los años de mi pubertad, y no tengo a menos relacionar aquella existencia vacía, con estos momentos que vive ahora la juventud actual.
La frase que encabeza este escrito, la he entresacado del libro de Francisco Umbral “Diario de un noctámbulo” donde se recopilan los mensajes nocturnos que día a día emitía por radio León a finales de 1958. Todos en prosa poética de la más fina. 
 Florencio y yo, estudiamos como alumnos en el Colegio Sagrado Corazón y nos hicimos grandes amigos, aunque existía una gran diferencia social entre ambos. Él era hijo de familia rica, al contrario que yo, hijo único, vivía con mi madre, en absoluta pobreza durmiendo en una pobre boardilla.
Mi único afán era terminar pronto mis estudios para ponerme a trabajar y ganar un buen sueldo, y así poder sacarle de los trabajos que realizaba. Para pagar las matrículas y mi asistencia al Colegio, ella hacía esfuerzos extraordinarios, que yo, a pesar de la inconsciencia de la juventud, valoraba debidamente. Se me partía el corazón al verla llegar a casa todas las noches derrengada, exhausta, aportando algo de comida que había conseguido para cenar los dos. Mi comida de medio día yo la tenía asegurada en el Colegio, pero la de ella, aunque me aseguraba que había comido, se que muchos días, no lo había hecho, al verla con el ansia que devoraba los alimentos por la noche.   
Florencio era indolente. Tenía mucho talento, el cual desperdiciaba empleando gran parte de su tiempo entregado a resolver crucigramas y charadas, en lo cual era superior a mi; pero eso le hacía abandonar sus estudios, y compañero de mesa, en los exámenes, me copiaba. Esto me producía cierta desazón ante el temor, de que en algún momento pudiéramos ser descubiertos. Menos mal que esto no llegó a suceder, y al fin pude terminar mis estudios, precisamente, con matrícula de honor. Debido a que en los exámenes orales, tenía que valérselas por si solo, en el último año, no aprobó. Fue a partir de entonces que abandoné el Colegio para colocarme de pasante en el despacho de un notario, cuyo nombre no viene al caso descubrir, y nuestras vidas se separaron.
Conocí entonces a María Ramírez, mi querida esposa, que me ha dado seis hijos como seis soles, todos buenas personas y buenos estudiantes donde los haya. Mi madre vive con nosotros y aunque ya muy vieja, goza de excelente salud, y me produce gran placer a la hora de cenar, el ver que ya no rebaña la grasa de los platos. Eso sí, siempre está recordándonos a todos, que gastamos mucho en cosas superfluas que según ella, no tienen sentido y, que algún día cuando venga el tiempo de “las vacas flacas”, nos arrepentiremos de no haber guardado ese dinero.      
Ayer, día 31 de este mes de octubre, tan pródigo en acontecimientos, cual el de la Declaración de Independencia de Cataluña, he visto en un recorte de la prensa a mi amigo Florencio. Según el aspecto que presenta, he llorado imaginando la cantidad de desdichas que debe haber sufrido. Su cara me parece la de un drogadicto, la de haber practicado toda clase de vicios. ¡Que pena! ¡Qué pena más grande!  

En Madrid, a 7-11-2017

Francisco







TALLER DE ESCRITURA DE JUAN CARLOS MÁRQUEZ

EL CABALLO DE CARTÓN

Antes
de que Cervantes
me montara sobre Clavileño
yo ya había viajado por los cielos.

     Tuve la suerte de nacer en el seno de una familia numerosa bajo la tutela de tres tías de mi madre, hermanas de la suya que, debido a las circunstancias, ninguna de ellas practicó el sexo en toda su vida y su instinto maternal lo volcaron sobre mi, el primer nieto de mi abuela. La mayor era Caridad, la cocinera, que trabajaba en un mesón de Cartagena. Era allá por los años treinta, cuando aún gobernaba Primo de Rivera. Era toda de plata, incluso, su cabellera, aunque por entonces no había cumplido los cuarenta. Herminia la más joven era de oro, un tesoro, llena de candor y de inocencia; a todos les llamaba señoritos, de todos se sentía la sirvienta. Obdulia, la de en medio, sin embargo, era, de platino e iridio, una divina mezcla, con la que ascendía a los cielos aunque no lo pretendiera. Y fue ella, la que me acogió en sus brazos amorosos aunque al mismo tiempo ayudaba con hábiles manos de artista, a mi tía Remedios, dibujando primores para que la joven, en su máquina del taller de bordados que dirigía, realizara sus trabajos con los alimentaba a la numerosa familia.  
     Eran los años revueltos de la república, pero yo, en el caballo de cartón que me había regalado mi padre, caballero de caña y cartonaje, galopaba bajo las piernas de las ocho o diez jóvenes que asistían al taller y, aunque no comprendía muchas de las pícaras palabras que resonaban en aquel ámbito matricial y auténticamente humano,  espoleaba mi imaginación rodeado de muslos por todas partes, elevándome a los cielos sublimes que Obdulia, una vez terminado su trabajo, me mostraba con todo su esplendor. Con ella viajaba a las Cabrillas, a la Vía Láctea… que me imaginaba toda llena de leche y azúcar.
     Ingeniero industrial en la primera infancia, con los carretes de hilo una vez usados, que las jóvenes tiraban, construía tanques para la guerra que se avecinaba, haciéndoles muescas con una navaja, cuyo motor era una goma para el pelo y un palillo monda dientes; así funcionaban. Y los niños del barrio, llenos de envidia por mi gran suerte, venían a pedirme carretes de aquellos para construir también, ingenieros donde los haya, sus patines  o carritos bajo una tabla, montados sobre la cual por los suelos volaban.    
     Eran los primeros tiempos de la aviación, de las acrobacias aéreas. Un campo de despliegue para la imaginación. Y aquel niño que lo aprovechaba, se elevaba, ascendía y se encontraba, con Cervantes viajero del espacio, que le conducía a los terrenos sublimes donde no hay miseria, donde todo es vida, donde todo es llama, los inmensos territorios incontaminados, las herbosas praderas, las floridas montañas, las divinas patrias, donde gobiernan los poderosos duendecillos, las bellas doncellas, los angelicales donceles, todos provistos de alas, y donde te encuentras aunque no lo quieras, con el poderoso talismán de, tu alma.  







TALLER DE ESCRITURA DE NATIVIDAD LORENZO

  
EL MÉDICO DEL ALMA.

     En el taller de maquinaria donde mi padre trabajaba, yo entré a los catorce años, ya en época de Franco, y todos los operarios me mimaban. Mi padre entre ellos, era un sabio, que les prestaba gran ayuda, por ser el operario de la fragua y donde templaba las herramientas que muchos de ellos utilizaban para su trabajo… las brocas, las cuchillas para el torno, o la cepilladora, los cinceles, los buriles, las rasquetas… y no solo eso, que con sus palabras, también templaba  a muchas, pobres almas, en particular, las de los muchos jóvenes aprendices, que como yo, pasaban por la fragua.
     Dos años después, mi padre moría, dejándome en plena desolación y enfrentado al dolor en todos sus aspectos, no solo al de la pérdida de un padre, sino al de la miseria, al del hambre. Y no solo eso, que en el mundo cruel todo cabe. Muchos de aquellos operarios del taller que ayer se mostraban amables conmigo, en particular mis compañeros que a mi padre admiraban, me dieron la espalda, incluso alguno de ellos de mi se mofaban, pues así somos, así es la vida de triste en la desgracia.
     ¡Ah, me asedian los recuerdos como avispas sagradas! ¡Ah, de aquellos dulces boniatos que mi padre a escondidas asaba para mi merienda, que yo devoraba, también escondido por entre las dársenas!
     Ahora, yo solo en el taller no hallaba consuelo y escondido en los retretes para que nadie me viese, tras la cerrada puerta, lloraba.
     Uno de los operarios, del que muchos otros se mofaban, porque tenía muchos hijos, porque fumaba mucho, tosía y esputaba, fue el designado para que yo junto a él en el banco de ajuste practicara. Matías García era su nombre. Su recuerdo como una estela, de plata, me llega desde el pasado bañándome con luz clara. Con  él recobré todo el oro de mi infancia. Me llevó a su casa. Conocí a sus seis hijos, a su esposa idolatrada. Tocaba la guitarra. Llenó mi vida de armonía, de furia santa. Crecí junto a él mucho más que nadie imaginara. Canté. Con voz aguardentosa el cantaba, enseñando canciones que operaban como afilado escalpelo y, sanaban, producían vibraciones de fuerza extraordinaria. Nunca hablaba de religión, ni de política, ni de otras zarandajas, era un ser aferrado a la tierra, y de ella extraía todas sus sustancias. Con él aprendí a superar desengaños amorosos, desprecios de gentes vanas, a estudiar, a trabajar, a ser hombre de provecho y de palabra. Gracias, Matías García, muchas gracias; sigues viviendo en mi recuerdo, sigues vibrando, lástima, de las muchas cosas que he perdido en el camino, de las muchas que junto a ti, yo cosechara. Hay muchos como tú, médicos del alma, fuiste mi segundo padre. Tener dos padres buenos nunca es cosa mala.    

En Madrid a 31-10-2017
Francisco








  






Felipe abrazando a Cata l´Uña


Casi la ahoga con este abrazo de tanto como la quiere. Pero Felipe ya no es Felipe. Tiene la ternura y sabiduría de esos animales salvajes que cuidan a sus hijos con especial cuidado para hacerles capaces de enfrentarse a la dura vida de la selva. Podría si él quisiera, hacer de esta niña un ejemplar humano de gran valía. Pero la ternura y la sabiduría no son suficientes en un mundo de locos. Cata l´ Uña, no es que esté loca, pero si inconsciente del daño que hace. No se da cuenta en su ignorancia de cómo son y funcionan las cosas de este mundo, que cada día se hace más perentoria y urgente la Unificación; claro está que sin perder cada célula individual su propia sustancia. El espíritu de la niña ha sido viciado por unas ideas absurdas, tales, como que ella es superior a los demás niños y niñas del Colegio. ¡Vaya! Lo de siempre.  
Se advierte desde aquí a Felipe, que ha rescatado a la niña antes de ser tragada por la ballena, que tenga mucho cuidado con este abrazo. Que no apriete demasiado, pero que con buenas palabras y mejores acciones, le vaya retirando poco a poco los juguetes que en su día inconscientemente le regaló. Ya que la niña quiere ser mayor de edad, que ponga a disposición de ella, esas cosas que son necesarias para el desarrollo del ser humano adulto, que le de lecciones de humildad, lecciones de historia y de economía, que la enseñe a comportarse, para que así abandone ese balbuceo extraño que utiliza y esa mala costumbre de mentir.
¡Ojo! Que no olvide a sus otros hijitos, que con ese simiesco don de nuestra naturaleza animal, se divierten imitando a la niña mala e intentan seguir su mismo camino. Puede que alguno de ellos le de nuevos disgustos.

En Madrid, a 29-10-2017

Francisco




EL MESONERO PRODIGIOSO

Tema: LA PALABRA

Capítulo 11.-

-¡Oh excelso Henry David Thoreau, gran filósofo de la naturaleza, espíritu rebelde cual el de ningún otro ser humano, hombre ecuánime en grado  sumo, padre amoroso de todo escritor consciente amante de la verdad, mira por donde este otro gran hombre, que nos hospeda generosamente en su casa, con su humor característico, en un grave momento en que la angustia ante la situación real de este mundo empieza a embargarnos, –zas-, de un manotazo, nos muestra tu imagen, venerada por mi y creo que también por él!
Esteban
-Si, yo también venero a este gran hombre que supo escribir textos tan dignos de ser recordados eternamente. Anita, ha pronunciado la misma frase que él coloca principio de este fragmento y me he visto impulsado, dada la puntual circunstancia, a mostrar la coincidencia. Hay una cosa de la que has dicho y que no estoy de acuerdo contigo; y es, la referente a mi, nombrándome gran hombre.    
-Pues te fastidias, porque si lo eres, por tu gran obra.
Acisclo que hasta el momento permanecía callado, interviene diciendo que dejemos de hacernos reproches y alabanzas y vayamos al grano porque hay muchas cosas pendientes que tenemos que acabar. Adivino que una de las que le tortura es el tema de los caballos transitando por el túnel momentos antes, y el recuerdo de las amazonas de la playa. Se estará preguntando si de un momento a otro, alguna de ellas aparecerá delante de él.  Teme que la chica de las azucenas, con la que estuvo la noche pasada, se entere de que estuvo con ellas dos en la playa el día anterior. También es probable que Nuria recuerde a aquellos dos mozos que, sin duda también, aunque no iban a caballo, procedían de aquí. El túnel, como sabemos es relativamente corto, y es fácil pensar, que ellos accedieran a la playa andando por él o simplemente andando a campo traviesa como nosotros hicimos. Pero no, lo de salir a campo traviesa debe estar prohibido para evitar la circunstancia de que este secreto lugar, sea llegado a descubrir por gentes del mundo civilizado. Aunque en este punto tengo que preguntar a nuestro anfitrión, con qué gentes del mismo se relaciona y de qué manera. En cuando al pescador que se cepilló a Anita, ¿pertenece a este mundo como excepción especial, o es persona de confianza de Esteban y no se chiva de lo que está ocurriendo en la playa solitaria? Aquellos intelectuales con los que estuve bajo los toldos a la orilla de la carretera, iban todos vestidos o semi vestidos y lo más probable es que no conocieran este lugar escondido. No se habló de esto ni nadie mencionó que existiera. Vengo sintiendo ganas de orinar desde que estábamos en el túnel y, pregunto a Esteban por los aseos más cercanos, a lo que contesta, que no me preocupe por ello: 
-Puedes hacerlo aquí mismo delante de nosotros o al pie de alguno de los rosales. El rosal elegido para ello te lo agradecería. Esa costumbre del mundo civilizado de criticar a quien se mea al pie de un árbol, aquí no existe, y no debéis asustaros si veis a algún niño cagando o meando en medio de la huerta o de cualquiera de estas parcelas. Todo ello pertenece a la ley natural de la naturaleza y aquí esa ley se respeta por encima de todo. 
Me alejo un tanto a vaciar la vejiga y mientras lo hago, la imagen del buen Thoreau vuelve a surgir en mi mente. “La desobediencia civil”. La rebeldía ante las normas ridículas y la hipocresía de ese mundo que llamamos civilizado. ¡Qué lección estamos recibiendo de pulcritud, de libertad, incluso de amor! De amor, sí, de amor, porque el amor para que sea verdadero tiene que estar libre de lazos. Hacia tiempo que por pereza tenía abandonada la lectura de la obra de este gran hombre, sus frases geniales, todas de una gran profundidad, como esta que acabamos de leer.  El amor verdadero que tiene como principio el amor a la naturaleza. Ella aquí está vigente con todo su esplendor. A través de ella se cultiva la verdadera sensibilidad, la que dirige nuestros pasos hacia la sapiencia infinita, que no es otra que la Mente de Dios…
-la Mente de Dios, -aparezco diciendo de nuevo ante la mesa después de sacudirme el carajo.
-¡Ah, la MENTE DE DIOS! –exclama nuestro anfitrión enardecido, -pero antes bebamos algo, que llevamos más de dos horas sin hacerlo. Manifestad el deseo de lo que a cada uno os apetece beber y seréis servidos.
No pasan ni cinco minutos, después de decir esto que aparece un dron portando una bandeja con bebidas, y una vez libre de ellas se marcha por los aires  como ha venido. Una sorpresa más de las muchas que estamos recibiendo. Nos explica Esteban que no sólo el deseo de la bebida, que cualquier otro deseo que se tenga aquí, se cumple de inmediato porque así lo tiene establecido la ley que allí rige.
-Hay una cosa de la ya os habréis dado cuenta, -nos dice, -aquí se rinde culto a lo intangible, por encima de las cosas superfluas tan apreciadas en el mundo corriente. Hay pinturas, estatuas construidas por nosotros, todas destinadas al disfrute general. Existen los mecanismos, utensilios  y herramientas con las cuales trabajamos, pero nada más. Nuestra ley es la de la NOPERTENENCIA acompañada del concepto de la destrucción de lo NONECESARIO. Nada de baratijas, muñecos, oropel, ni cosas superfluas. Entre nosotros, no hay nada más odioso que el  TUYO y el MÍO. Nada es de nadie, sino de la comunidad. Eso sí, nadie puede arrebatarnos nuestro único tesoro, nuestra alma inmortal, pero nuestra inmortalidad no está especificada como una continuidad de la vida humana y sus costumbres perniciosas, sino como algo totalmente intangible. Todos estamos presentes dentro de la MENTE DE DIOS,  y esto ya fue puesto en solfa  en el siglo XX -de triste memoria-,  por su troupe de científicos capitaneados  por el genial Einstein.    
Hace una pausa para echar un trago, que todos aprovechamos para lo mismo y prosigue diciendo a la vez que se levanta y se pone detrás de su silla:
-Mirad por favor, lo que hay escrito encima de este asiento: Y levantando el tapete que le cubre aparece esto:
-EL ENTRELAZAMIENTO CUÁNTICO, DESCRITO COMO EL PARTEAGUAS ENTRE LA FÍSICA MODERNA Y LA CLÁSICA Y TAMBIÉN LLAMADO "EL EFECTO DE DIOS", PARECE SERVIR COMO UN CORDÓN INMATERIAL QUE CONECTA TODAS LAS COSAS DEL UNIVERSO Y TIENDE UN PUENTE ENTRE LA MATERIA Y EL ESPÍRITU
                               Con información de Quantum Tantra y de MIT Technology Review
-Se trata por tanto de un artículo de varias páginas producido por esta revista de hace cinco siglos, donde a través de varias razones expresadas por aquellos prestigiosos científicos, termina diciendo que:
“Por el mismo entrelazamiento cuántico, el Espíritu sigue irradiando, transmitiéndose a sí mismo a través de nosotros. In-formándonos. O sea, que nuestra inmortalidad, está asegurada dentro de la MENTE DE DIOS.  
Los cuatro de Archidona estamos estáticos oyéndole y con las bebidas sin tocar apenas, pues no comprendemos cómo en aquel siglo de horrores, pudieron existir científicos tan sabios, que al fin pudieron descubrir este entrecruzamiento entre la materia y el espíritu. El hombre, viendo nuestro gran interés por este tema prosigue diciendo:  
-No puedo a menos mencionar aquí, algo importante que no dijeron aquellos científicos prominentes, y si lo hizo nuestro poeta Franmar de feliz memoria, lo cual nos convierte en seres excepcionales dentro del Cosmos.
-¿Qué dices? Exclamo yo estupefacto.
-Lo que oyes, Ramiro. Franmar dejó dicho atribuyéndoselo a una revelación extraordinaria de los ángeles San Rafael y San Gabriel, que la base y constitución de la MATERIA, son las IDEAS Y PENSAMIENTOS. Esta toma forma y consistencia a partir de ellos. Es como si ellos en cantidad infinita fabricados a través de la palabra, abarcaran hasta la más ínfima porción del Espacio y formando una fuente de ENERGÍA INFINITA. Claro está que para llegar a esa forma y consistencia de la materia, hay varios estados de energía intermedios como es el mencionado de la energía eléctrica. De ahí viene esta importancia que Thoreau, -dice dando un palmetazo sobre la mesa  haciendo bailar las bebidas,  -da a la PALABRA.  Y puedo añadir, que esta energía eléctrica que aquí disfrutamos gracias al catalán Bacardit, es consecuencia de todos los fenómenos de que venimos hablando esta mañana.  
Ahora soy yo quien interrumpe:
-Como admirador también de las intuiciones del poeta Franmar, puedo añadir, que fue un fervoroso adorador de Jesús de Nazaret, de su vida ejemplar y de cada una de sus palabras acertadas que llegaron hasta él y que todavía perduran.
-LAS PALABRAS ACERTADAS, -me interrumpe Esteban, -las que expresan ideas y pensamientos acertados que son la base del universo, pues conformando la SABIDURÍA INFINITA, conforman la MENTE DE DIOS, de la cual, todo procede. 
Nuria que había permanecido callada, interrumpe:
-¿Entonces, según decís, la materia, esos soles y planetas, esos infinitos conglomerados de estrellas, proceden, tienen todos como principio la fuerza del espíritu?
Contesto:
-Así es hija mía, ya los antiguos vedas lo venían diciendo. El Espíritu es el Verbo, y del Verbo nace todo lo demás.
Esteban arguye dirigiéndose a ella:
-No debes olvidarte que tu sabes de esto más que nosotros, pues eres tu quien no hace ni media hora, la que nos hablaste del genoma mitocondrial, asegurando que las mitocondrias son las verdaderas centrales de energía de nuestro organismo. En cuanto a este puedo deciros, sobre la conveniencia de atenderlo como algo sagrado, es por lo que establecí aquí el régimen vegetariano donde está prohibida totalmente la carne de animales y como única excepción está la ingestión de pescado. Por cierto –añade mirándonos uno por uno a la cara-, ¿qué habéis hecho del libro de Bashevis Singer que os hice entrega nada más llegar? No me habéis dicho nada sobre él.
-¿Acaso nos has dado tiempo para ocuparnos de lecturas? –interrumpo yo.
Acisclo es quien habla esta vez cortando el tema apenas iniciado de los libros que, no gustándole, sospecha que se puede prolongar, y dice:
-Con lo has dicho hace un momento, colijo, que ese famoso Franmar al que tanto nombráis no creía en la divinidad de Jesús aunque si le consideraba un hombre de extraordinaria sabiduría.
-¡Ay, hijo!, estás tocando un tema que me arrepiento haberlo sacado a colación. Esta discusión sobre la divinidad de Jesús  viene existiendo desde los últimos siglos y nadie se pone de acuerdo
Esteban interrumpe:
-No debemos entrar en ese tema que es tabú aquí. Jesús para mis niños, es el modelo de ser humano perfecto, el que todos tenemos el ineludible deber de seguir e imitar, aunque no podamos llegar a su altura, porque las circunstancias que concurrieron en los tiempos de su venida son distintas ahora. Cada ser que viene al mundo es siempre consecuencia de sus circunstancias. No voy a ponerme ahora, a disertar sobre aquello. La religión que aquí practicamos, -no se necesita ser un lince para adivinarlo-, es la RELIGIÓN NATURAL, la que todos llevamos dentro y que tiene vigencia y se hace doctrina, cuando estamos en íntimo contacto con la naturaleza. El que todos mis niños y yo mismo vayamos desnudos, es uno de los principios de esta religión. Tenemos que empezar por rendir culto a nuestra naturaleza propia, a nuestra parte animal, nuestro cuerpo, por eso os entregué el libro…
Anita interrumpe:
-Ya se lo que vas a decir: que aquí practicáis el naturismo y dentro del mismo empezáis por la comida, siendo esta en plan vegetariano.
Esteban:
-No sólo la comida, sino, el aire, la luz, el agua, todo lo que incide sobre nuestro cuerpo. Incluso el uso de nuestros sentidos. Todo lo que nos viene de fuera y que debemos tener cuidado con lo que debe beneficiarnos o nos debe perjudicar. Y con esto vuelvo al tema que hemos iniciado desde que nos sentamos ante esta mesa: LA PALABRA. Quizá estemos abusando demasiado de ella en estos momentos. Y me viene a la memoria otra frase de Thoreau:
   "Durante una semana oí aún el estrépito de un ganso solitario que daba vueltas a tientas en las mañanas de niebla, buscando a sus compañeros y poblando los bosques con el sonido de una vida demasiado grande para ser acogida".
-¡Qué grande es esto! –exclamo yo-, ¡que grande y excelso! Ese ganso solitario es cada uno de nosotros, que debemos forjarnos en la soledad, en el silencio, meditando, contemplando, si es posible sin emplear palabras, dejándonos flotar, navegar dulcemente en la nada, y, al mismo tiempo, dando vueltas en las mañanas de niebla, ¡metáfora admirable!, buscar a los compañeros para decirles, para comulgar con ellos, con el sagrado concepto de la Vida, la cual es un fenómeno tan prodigioso, que no debemos parar  ni un solo momento en gritarlo, en pregonarlo. Y ese sonido debe ser el de la palabra bien dicha, la palabra acertada, ésa que él, Thoreau, emplea, que pronuncia, puliéndola, acariciándola, exprimiéndola y poniéndola en solfa en cada frase suya, de manera, que brille y resplandezca formando soles ardientes dentro de cada corazón.      
Esteban que ha escuchado atentamente mis ardientes palabras, no tiene a menos de exclamar:
-Bien dices, Ramiro, lo que interpretas sobre esa frase que he puesto como ejemplo. Es importante que rememoremos, cómo procedió este gran filósofo para llegar a obtener esa gran perfección en cuanto dejó escrito… 



CONTINUARÁ









¡Cata l´Uña y la ballena!

Día de Sta Sabina a  27-10-2017

 
¡Peligro! ¡¡peligro!! ¡¡¡peligro!!!
 Hay signos de muerte y desamparo. 
Salid todos a la calle, ciudadanos
Salvad a la niña loca
Salvad a Europa. Hay efectos de contagio.

                           

Stampede

25-10-2017

       EL conflicto del PePe

El amor es impar, y tu lo sabes
Sabes que nunca me has querido
Que a pesar de ser un buen marido
Te alejaste de mi como las aves.

Incapaz de sentir las brisas suaves
Con la que siempre te he favorecido
Te fuiste por los aires del partido
Y dentro de mi pecho ya no cabes.

Si quisieras volver, yo ya no estoy
Pues me busqué otra compañía
Con la que caminando alegre voy

No vuelvas nunca a mi mujer impía
Porque si te fuiste con Rajoy

Yo con Ortega Lara, que me atraía. 



EFECTOS DE LAS  AUTONOMÍAS                                 


                                    España descuartizada
                                     por minorías de gallegos
                                    de vascos y catalanes
                                     y algún que otro  gobierno.
                                    Las fronteras de la lengua
                                    aparecieron de nuevo
                                    y eso, españoles todos,
                                    es un pecado tremendo,
                                    porque no debe marcharse
                                    contra la marcha del tiempo.
                                    Todo país progresista
                                    debe ayudar al progreso
                                    y si se va contra él,
                                    este nunca tiene efecto.
                                    Hacer idioma oficial
                                    una lengua del medievo
                                    es un volver al pasado
                                    es el mayor desacierto.
                                    El idioma te lo impone
                                    el deseo de entendimiento,
                                    el conseguir la armonía
                                    a fuer de ser hombres cuerdos.
                                    Hacia un idioma oficial
                                    que se hable en el mundo entero
                                    lleva la buena intención,
                                    encamina el buen consejo.
                                    ¿Porqué ahora hay que volver
                                    en España hacia lo viejo?
                                    Y esto no es lo peor:
                                    Los catalanes han hecho
                                    un idioma con modismos
                                    muy distinto al materno.
                                    Lo mismo ocurre en Valencia
                                    que estrenan idioma nuevo
                                    muy distinto al valenciano
                                    para así no entendernos.
                                    Y más terrible es aún
                                    imponerlo en los colegios
                                    y que escuelas de español
                                    vayan desapareciendo.
                                    A esta torre de Babel
                                    acuden los extremeños,
                                    los heroicos andaluces,
                                    de Santander y de Oviedo
                                     y otras provincias de España
                                     donde el idioma no es juego.
                                    Y todos dicen a una:
                                    ¡España!, ¿Pero qué es esto?
                                    ¿O es que estamos todos locos
                                    o es que somos de otro tiempo?
                                    ¿Es que somos consentidos
                                    o es que somos hombres muertos?.
                                    España, querida España,
                                    a nombrarte no me atrevo
                                    en el concierto del mundo
                                    por lo que te está ocurriendo.
                                    Las terribles consecuencias
                                    que vendrán tras de estos hechos,
                                    es una España partida,
                                    una España esperpento,
                                    una nación hecha muchas,
                                    y unos hombres hambrientos
                                    por haberse atrevido
                                    ¡Oh falaz atrevimiento!
                                    a sentimientos de horda
                                    ¡oh sentimientos grotescos!
                                    en un mundo que se apura
                                    en crear un hombre nuevo
                                    que tendrá como divisa
                                    entenderse lo primero. 


                                                   FIN.




Un día claro de otoño madrileño

Remigio Pérez  llega a la estación de Atocha en el Ave procedente de Alicante. Estamos en otoño, uno de los más calurosos de los últimos años. Es sábado por la mañana. Viene a pasar el fin de semana en su querida patria chica que abandonó al jubilarse hace exactamente veintidós años. En 1995 a los cincuenta y ocho años de edad, recibió cuantiosa indemnización por su jubilación prematura como ejecutivo del Corte Inglés y junto con su amada esposa Jenara Domínguez, compraron un piso en la playa de Benidorm donde se fueron a vivir. Ahora ella ya no existe, y él está sólo en el mundo porque no han tenido hijos y sus hermanos y padres ya murieron. Ha querido volver a tener un contacto con el pasado y es por eso que vuelve a Madrid, en este día caluroso de Octubre. Su salud es excelente, goza de buen apetito y piensa ir a comerse un buen cocido en el Lhardy. Va ligero de equipaje porque piensa quedarse sólo un día o dos en la capital, y volver rápidamente a la playa para seguir bañándose, uno de los placeres que gracias a Dios aún puede permitirse. Decide salir andando hasta el Parque del Retiro para respirar aquellos aires de antaño,  y cruzándolo, llegarse al Corte Inglés de Goya, pues siente curiosidad en conocer los cambios que se deben haber producido durante los largos años que falta. Es muy probable que queden allí algunos de sus antiguos compañeros, en particular los más jóvenes, como aquel Riquelme que fue quién para ocupar su puesto, influyó en que le despidieran antes de tiempo.
No vamos a detenernos en el Retiro, relatando sus sensaciones y sentimientos al cruzarlo maletín en ristre, y basta decir, que si bien sucio y descuidado estaba entonces el parque, igual lo ha encontrado ahora, alegrándole el pensamiento de lo bien que hicieron en marcharse a vivir a orillas del Mare Nostrum lejos de esta desidia de un Madrid que se muere al igual que gran parte de España. La democracia, por ese vicio o mala costumbre de “poner el cazo”, ha generado gran cantidad de parques y jardines que adolecen de falta de mantenimiento.
Y llega al Corte Inglés. Allí está Riquelme apenas ha recorrido un par de plantas. El hombre ha prosperado y se ha convertido en un gran jefazo. Le abraza efusivamente como si nada hubiese pasado entre ambos. Y él, ese odio que sintió por este en los primeros años, también ha desaparecido; incluso muchas veces disfrutando en aquella playa, ha bendecido el que le jubilaran, pues ello le ha permitido llegar a edad longeva y disfrutar de buena salud. Si no hubiera muerto Jenara... Pero la vida es así y hay que conformarse con lo que ella nos ofrece.
Todo perdonado, el prócer, que permanece soltero, le ofrece que se vaya a comer con él, y no tiene inconveniente en ir al Lhardy, y pagar la cuenta, quizá por saldar la antigua deuda moral.  Remigio se deja agasajar, pues siempre esto resulta agradable. En algún momento de la comida, le muestra irónicamente lo agradecido que le está por haber contribuido a su jubilación, y los dos ríen alborozados por el humorismo delante del plato de garbanzos con tocino y chistorra, que está de gloria.
Ja. Ja, que España se hunda. Estamos a catorce de octubre y lo que ven por televisión les espanta, pero el cocido está muy bueno y es conveniente olvidarse de lo que se cuece en la nación. O no. 
Remigio, ya solo por la tarde, después de despedirse del compañero, sube en el autobús 20 y visita su antigua vivienda en la Avenida de Moratalaz cuya fachada está mucho más vieja, lo cual le desagrada. Habla con Emilio, el portero, que le cuenta que de los antiguos vecinos, sólo quedan los del segundo, y son una verdadera carga para él y la vecindad, porque la mujer está con demencia senil y el marido con Alzheimer. Se marcha de allí descorazonado y temiendo que se le corte la digestión y le juegue una mala pasada su estómago.
Al cruzar por la plaza del Encuentro, el espectáculo que se le ofrece es desolador. Delante de la plazoleta del supermercado Carrefour, multitud de ancianos toman el sol sentados en los bancos o en sus sillas de ruedas. Todos o casi todos acompañados de la mujer que les cuida. Moratalaz, ese barrio al que vio nacer y llenarse de vida, con niños corriendo por todas partes, es ahora un barrio de viejos, triste y descuidado.
Mira con atención intentando reconocer a alguno de sus antiguos amigos o vecinos con quien entablar conversación, pero su deseo resulta infructuoso.  
Viendo con amargura que no quedan vestigios de su pasado, es cuando decide coger nuevamente el Ave y volverse a casa. Gracias a los grandes avances de la civilización, y quizá también a lo de “poner el cazo”, -piensa con cierta ironía-, podrá llegar a tiempo de cenar en el bar de la esquina y dormir plácidamente en su propia cama.

En Madrid, a 24-10-2017
Francisco






EL BUENISMO

Nunca pensaba ser padre, pero al cabo de los años, ella se quedó embarazada.

Álvaro Laguna era un hombre de dos metros de estatura que había sido jugador de baloncesto, y por una lesión sufrida cuando estaba a punto de alcanzar la categoría nacional, hubo de dejar la profesión. Ello le mudó totalmente el carácter y cuando Otilia, su novia, le conminó a unirse en matrimonio, lo hizo con la condición de que nunca tendrían hijos, para que no fueran tan desgraciados cómo él era.
Así las cosas, aquella infeliz mujer hubo de soportar durante años todas las aberraciones sexuales del marido que, para evitar el embarazo, él gustaba  de realizar. Hubo momentos en que desesperada, pensó en suicidarse, y otros, en que pensó abandonar el hogar y marcharse por el mundo. Pero no tuvo el valor de hacer ninguna de las dos cosas. Y pacientemente esperaba que en algún descuido de Álvaro, pudiese quedar embarazada.
El hombre no era mala persona y debido a sus buenas relaciones sociales, logró montar una tienda de artículos de deporte en la calle Preciados de Madrid, que funcionaba bastante bien y les producía bienestar económico, una de las razones por las que Otilia soportaba la situación.  
Llegó cierto momento en que el descuido apetecido por ella se produjo y sobrevino el embarazo, precisamente cuando Álvaro menos lo deseaba, pues había resulto su vida amorosa, o cómo queramos llamarle, echándose una amante en la calle Montera, e incluso, en los momentos álgidos de su viciosa existencia, cuando le apetecía, se satisfacía con alguna de las mujeres ambulantes que por allí pululaban ofreciendo su mercancía. En el plan del sexo, era un experto deportista, ya que había fracasado en el mundo de la profesión.    
Así las cosas, la noticia le produjo un cabreo impresionante y fue lo que le decidió a abandonar a su esposa legítima e irse a vivir con su amante.
No todo iba a ser malo en estas circunstancias, pues como consecuencia de la situación nació Emilio, y la madre, hermanos, abuelos y demás familia, todos inocentes y buenas personas, acogen al recién nacido con enormes dosis de cariño y ternura. Máxime que el negocio de la calle Preciados producía pingues beneficios; y el dinero, alcanzaba para todas la necesidades de todos e incluso sobraba. Por lo tanto: “punto en boca” y, “los duelos con pan son menos”.
Así es, que Emilio, hijo único de Otilia, creció en un mundo lleno de comodidades, e incluso, terminados los estudios de bachillerato con malas notas, por ser mal estudiante, acabó siendo concejal del Ayuntamiento de Madrid, por lo cual se teme este triste narrador, que puede significar una mancha para la honrada familia.  

En Madrid, a 24-10-2017
Francisco






LA SEPARACIÓN

Oscurece en el Parque del Retiro. Andrés Andrade, sentado en un banco, rememora su pasado lleno de luces y sombras, las cuales identifica con los altos árboles de la avenida que se abre ante sus ojos. Siente la antigua sensación de estar penetrando en un negro túnel, idéntico a aquellos que en su juventud recorría cuando trabajaba en las minas de la Sierra de la Unión. No tiene ninguna prisa esta tarde-noche de volver al piso que tiene alquilado en la calle Hermosilla, donde reside después de haber abandonado el chalet de los Molinos donde vivía con su mujer. Están en trance de separación y lleva ya un año largo discutiendo con ella a través de sus abogados las condiciones de la misma. Se siente muy solo y desgraciado y la libido le acucia con necesidades perentorias a medida que aumenta el tiempo de carencia del contacto con el sexo contrario. Hay momentos que siente el haberla abandonado y no haber porfiado más en llegar con ella a un buen entendimiento, pero de inmediato le vienen los recuerdos amargos de una realidad aplastante junto a aquella mujer, que solamente se unió a él porque disfrutaba de una buena posición en el Ministerio y podía vivir segura bajo su amparo.  
El caso es, que Patricia Espesura, cuando se conocieron diez años antes y se casaron, a sus veintidós años de edad, era una joven inexperta en el mundo del trabajo, pero él, ocho años mayor,  con enorme paciencia, la fue preparando, sobre todo dándole clases de inglés, e incluso, le ayudó a que sacara el carnet de conducir, de manera que si alguna vez él faltara, pues hombre de realidades, sabía que en esta vida estamos de paso y, en cualquier momento podemos faltar. La amaba y deseaba todo el bien para ella.     
No se sabe qué aroma, qué esencia especial, tienen las mujeres casadas para los hombres insaciables de la libido, sean lo mismo casados que solteros, pero el caso es que en la oficina donde al fin encontró trabajo Patricia, estos la preferían a las otras chicas solteras, todas buenas mozas sin compromiso. Y ella llevada, halagada, por esos sentimientos que la rodeaban como un ejército de moscas buscando la miel, cayó en el infierno de la “Grandeza”  que nos hace sentirnos por encima de los demás y despreciarlos.  Y su principal desprecio fue para el bueno de Andrés, que empezó a parecerle zafio, incompetente, y poco brillante en comparación, con aquellos hermosos varones de la oficina, que le ofrecían toda clase de plácemes y alegrías.
Menos mal, piensa Andrés para consolarse, que no hemos tenido hijos y que esta separación no va a producir más víctimas que este que me soy.

En Madrid, a 17-10-2017

Francisco





Sin comentarios





ESMERALDA


¡Ay, Antonio, qué desgracia la tuya! ¡Qué mal lo estás pasando en esta mañana llena de sol y de alegría! Quien te iba a decir que te iban a ocurrir estas cosas tan horrendas apenas entraras en la institución del matrimonio. Que mal lo hiciste accediendo a adoptar a Esmeralda por deseo de tu marido, ese Rafael malvado, hijo de Satanás. Nunca debiste casarte con él. ¡Qué mal lo hiciste con amarrarte! Ahora tienes que sufrir las consecuencias. Si hubieras hecho caso a Ramón y los demás amigos de la peña, no te hubieras casado nunca, pues ellos en su libertad hay que ver lo bien que lo están pasando. Tu también lo pasabas bien con ellos cuando te vino el enamoramiento de este hombre que, según te aconsejaban, no te convenía, y que iba a vivir contigo para que le mantuvieras con tu sueldo. No hiciste caso y le creíste cuando te contó que aunque estaba en el paro pronto le iban a colocar en un restaurante cuyo dueño le había prometido un puesto de camarero; y van para dos años que esto nunca llega y ahí le tienes día tras día mano sobre mano sin hacer nada, pues ni la cena te prepara cuando llegas cansado de noche de la oficina. Se ha hecho dueño de tu casa de la cual no puedes disponer como en los tiempos antiguos cuando podías llevar a ella toda clase de invitados. ¡El muy canalla! No has dormido en toda la noche pensando en lo de Esmeralda esa pobre criatura de apenas dos años todavía sin cumplir. Te van a despedir de la oficina como sigas faltando. No sólo faltas esta mañana, que ayer tarde, dejando el trabajo a medias, te marchaste alegando que habías recibido una llamada urgente. Estabas inquieto por la niña, la cual día a día estaba perdiendo su color sonrosado y la veías triste y como espantada. Algo te hacía suponer que no andaban bien las cosas entre ella y Rafael, pero aquello, aquello fue tan horrible, que más vale la pena que la tierra te hubiera tragado antes de contemplarlo: El muy sinvergüenza, que no esperaba verse sorprendido a esas horas de la tarde, la había acostado en el lecho conyugal y allí, ¡ay, allí!...  Aunque vas a denunciarle, es probable que haya huido a otra ciudad y su crimen quede impune.

En Madrid, a 10-10-2017
Francisco







LA LUZ


Todos los dioses han sido creados por los hombres, que para sobrevivir y justificar la inteligencia que poseemos y poseen otras criaturas, debemos creer en algo. Y la Inteligencia es el único y Verdadero Dios, porque ella si existe en realidad. Y también existen la Luz y la Iluminación que son la misma cosa. Por eso, si a algún dios habíamos de adorar es a Febo, Dios de la Luz. Siempre he dicho y seguiré diciendo, que los pensamientos que nacen en nuestras mentes, son como pequeñas entidades incorpóreas que vagan por el espacio, y, aquéllos que tienen consistencia porque coinciden y se apelotonan al haber sido emitidos por infinidad de seres a través de la eternidad, van a formar parte de la Verdad, esa sustancia sutil que gravita caprichosamente en él con total consistencia. La Verdad y la Luz, que son la misma cosa; a ella debemos adorar, porque ella es el Dios Verdadero. De ella nacen todas las cosas materiales, incluso esos cuerpos celestes que gravitan en el Espacio. La Luz al condensarse, es la madre de quien nace la Materia.



El celeste agrimensor.-

Es el que mide los terrenos dentro del alma.
¿Y sabes lo que son los terrenos dentro del alma de la persona?
Son todos ellos una especie de patrias con un solo nombre:
Libertad, Control, Humildad…
Todas cuantas quieras visitar con tu imaginación, pisarlas lápiz en ristre sobre blanca hoja de papel que vas llenando con lo que se te ocurra mientras andas por cada una de ellas.
Esto, si quieres ser celeste agrimensor.
Tu vara de medir es la retahíla, la divina retahíla de palabras que vas lanzando sin cesar a medida que cruzas esos terrenos, esos emporios celestiales llenos de luz.
Este tipo de retahíla es basura literaria según se entiende, mas dentro de esta singular especie de basura, encontrarás joyas de infinito valor. La retahíla, ese balbuceo, esa divagación escrita, sin valor porque incluso está llena de faltas de ortografía, es el pan sagrado de los pobres, su alimento espiritual.
Sabedlo, divinos pobres de la Tierra, y, empezad a practicarla. Ella os convertirá en los más ricos de todos los ricos, y, ello sin dejar de ser pobres.
Pobres, si, pero al mismo tiempo Celestes Agrimensores.

En Madrid, 21-1-2013

Francisco






Cata `l Uña quiere ahorcarse

Con fecha 27-11-2016 dejamos a la niña en una postura dentro de la cual, con su enorme corpachón, Felipe I`ni`èsta, estaba de rodillas ante ella entregándole unos papeles que, según se decía entonces, nunca debería poner en sus manos, porque ella falta  de conocimiento, se iba a poner a jugar con ellos. No era la primera vez que le entregaba papeles, y ella, que apenas ha aprendido las primeras letras, interpreta muy mal lo que dicen estos. Son competencias importantes las encerradas en dichos papeles, y Felipe, de manera irresponsable, demostrando ser un viejo chocho y sin talento, nunca debió de entregárselas. No sólo a ella, que también lo hizo con las dieciséis hermanas de la niña, las cuales también juegan con ellas. Pero ya hablaremos de ello. Ahora estamos con esta, pues esta, está punto de ahorcarse, y esto son palabras mayores.     
Si observáis la foto que ilustra este reportaje, Cata`l`Uña se ha puesto de pie y tira de un hilo colgado del techo, con el cual tiene intenciones de hacer un  lazo corredizo con él y, poniendo el cuello dentro se piensa ahorcar. Pero no lo sabe. Ella cree que esto de la horca y otros juegos por el estilo, están hechos para que los niños se complazcan utilizándolos. No sabe, que está en peligro de muerte y que va a arrastrar con ella a alguna de sus hermanas y, también a su querido padre y protector, Felipe.


En Madrid a 29-9-2017
Francisco




27-9-2017


EL VIRUS.

Hay un virus maligno en esta nación llamada España que se propaga a veces cuando las condiciones meteorológicas son proclives a ello. Un ejemplo de ello que viene al caso, es este libro sobre el que al leerlo, hago una breve recopilación para mantenerme al tanto. Ello me ayuda a comprender y mantener viva la imagen de lo que ocurre aquí en estos momentos, y así, no permanecer en la inopia.



393.- COMENTARIOS LIBROS SUELTOS LEIDOS (2).
932 páginas

TÍTULO: EL CORTO VERANO DE LA ANARQUÍA   

Autor.- Hans Magnus Enzensberg

Pasado a Calibre en el ordenador Toshiba y de allí al Kindle el 9-4-2017  procedente de Libros Salomé recopilados por orden alfabético de autores en un pen driwe.

Hans Magnus Enzensberger

(Kaufbeuren, 1929) Escritor alemán. Formó parte del Grupo 47 y se inscribió dentro de una corriente satírica que le vincula con el primer Brecht, sobresaliendo en su crítica mordaz e irónica de los convencionalismos sociales.
) Nota a la edición española. Por Julio Focat.
Esta novela es un collage donde están mezclados los comentarios del autor con una serie de fragmentos que él mismo ha recopilado siguiendo un orden y armonía, los cuales están escritos por personajes auténticos en su mayoría compañeros de Durruti. Es una nueva forma de escribir donde los testimonios son de una realidad aplastante.
14) Prólogo. Los funerales.- El cadáver de Durruti llegó a Barcelona vigilado por unos milicianos. Le habían matado en el frente de Madrid. Miles de personas desfilaron frente al ataúd. Fue un sepelio organizado por el pueblo. H.E. Kaminski.
28) Primer comentario: La historia como ficción colectiva.- 36.- La novela como collage incorpora reportajes y discursos, entrevistas y proclamas; se compone de cartas, relatos de viajes, anécdotas, octavillas, polémicas, noticias periodísticas, autobiografía, carteles y folletos propagandísticos.  El lector es una de las personas que cuenta esta historia.
42) BALAS PERDIDAS. Dos aspectos de la ciudad. Se refiere a León donde nace Durruti y vive su infancia y parte de su juventud. Un aspecto de la ciudad es el obispado, capital de la provincia homónima, monumental, murallas. Otro aspecto, nuevos suburbios para obreros industriales. 44.- Durruti nace en el barrio de Santa Ana.
Diego Abad de Santillán.
46) Infirmación de una hermana.- Eran ocho hermanos. En 1969 viven de ellos dos hombres y una mujer. Buen estudiante, Colegio los Capuchinos, 1896 nacimiento, Varios trabajos de mecánico. 1917 a 1920 en París. Dado por prófugo. Arrestado. Rosa Durruti.
50) El amigo de la escuela.- Eran vecinos; era como un hermano para él. Éramos balas perdidas; íbamos a las huertas y Durruti quería repartirlo todo. Su padre ferroviario. Él a los 16 años. Florentino Monroy.
55) La huelga general.- 1917. El gobierno sacó el ejército y la Guardia Civil. Ellos tenían algunas armas y subidos a los postes de alta tensión les lanzaban piedras desde allí escondidos entre las ramas de los árboles. Era muy divertido. Florentino Monroy.
58) Los sindicatos.- A partir de la huelga, el sindicato ferroviario, expulsó a Durruti y otros del trabajo. Este era un ardid de Largo Caballero, Besteiro, Anguiano y Saborit, para entregar a la patronal ferroviaria a los disidentes. Estos respondieron con sabotajes. Es cuando empezó a crecer la CNT (Confederación Nacional del Trabajo). V de Rol. 62.- Yo familiaricé a Ascaso y Durruti con los principios del anarquismo. Manuel Buenacasa.
63) El primer exilio.- En París, fábrica Berliet o Breguet. Aprendieron mucho en Francia. Florentino Monroy. 64.- La CNT agrupaba ya un millón de trabajadores. 65.- El gobierno y la burguesía agruparon bandas de pistoleros contra ellos. Fue cuando Durruti volvió a España para unirse a los Ascaso, Gregorio Jover y García Oliver. Alejandro Gilabert.
65) Mister Davis del clavel blanco.- 1920. Durruti va a Matallana del Torío. Arengó a la multitud. Mister Davis, gerente de la fábrica se niega a recibirle, pero ante la amenaza de Durruti de entrar a por él, accede y firma todas las reclamaciones. Julio Patán.
68) Dinamita.- Visita varias ciudades del Norte. 70.- Descubren un túnel bajo el hotel Gran Kursaal de San Sebastián preparado para un atentado contra el rey y los ministros. Y le acusan de ello. Huye a Francia. V del Rol. 71.- Buenacasa fue quién le aconsejó lo de irse a vivir a Barcelona porque allí existía una conciencia proletaria, Crónica de Manuel Buenacasa. 72.- Notas al pie. Son varias sobre las ilustraciones que complementan estos escritos.
74) Segundo comentario: Origen del anarquismo español.- En octubre de 1868 llegó a Madrid Giuseppe Fascalli con su doctrina, los estatutos de la Internacional, unos ejemplares de la Campana con artículos y conferencias de Bakunin. Venía como emisario de la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores) Hasta 1936 los anarquistas mantuvieron el control del movimiento obrero español. 86.- Los trabajadores rurales mataban a los guardias civiles, incendiaban las iglesias, quemaban los registros catastrales, abolían el dinero y se declaraban independientes del Estado. El anarquismo español echó sus primeros brotes en Andalucía. 94.- CNT (Confederación Nacional del Trabajo) 100.- FAI Federación Anarquista Ibérica).
111) SOLIDARIOS. El terror de los pistoleros.- Buenacasa, presidente del Comité Nacional de la CNT, aconseja a Durruti que se vaya a vivir a Barcelona. El gobernador Martínez Anido y el jefe de policía Arlegui, organizan con los empresarios la banda armada “Los Pistoleros”. Estos mataban obreros. Los anarquistas matan a Dato, presidente del gobierno y al cardenal Soldevila. Heinz Rudiger y Alejandro Gilabert.
114.- Los anarquistas organizan con Durruti el grupo “Los Solidarios” de unos doce miembros. Ricardo Sanz.
116) Miembros del grupo Los Solidarios.  Ricardo Sanz y César Lozano.
118) Ascaso.- Eran dos hermanos. Joaquín logró huir y Francisco fue apresado. V de Rol.
124) Jover.- Era colchonero. Conoció a Durruti y los Ascaso a partir del asesinato de Dato. V del Rol.
131) El dinero para la escuela.- Empieza diciendo que se incorpora en 1915 hijo de un comunero que en 1871 luchó en las barriadas de París. El dinero para la escuela lo obtiene Durruti pistola en mano, y se armó un tiroteo. Esto convenció al gobierno y el dinero fue remitido al sindicato. Gastón Leval.
134) Tres razzias.- La empresa constructora Hornaechea de Bilbao Gonzáles Regueral. Durruti y Ascaso presentan coartadas. Suberniela y Arrete se ocultaron en Barcelona. Por casualidad descubrieron…
136) En blanco hasta la 151 ( 15 páginas)
152)  Tercer comentario. El dilema español (1917-1931).- Al ser neutral España en la primera guerra mundial, se beneficia poniendo precios altos a sus productos. Las empresas amontonaban oro. La alegría de vivir brillaba en todos los rostros. Barcelona era un haz de luz por las noches. 154.- Llega de Rusia la revolución. La monarquía de Alfonso XIII no es ni más querida ni más estable que la de Nicolás II.
169) EL EXILIO. La huída.- En 1923, con la dictadura de Primo de Rivera, se exilaron Durruti y Ascaso. En Francia se reunieron con García Soler y Oliver. Ricardo Sanz. 172.- En París encontraron trabajo.  V de Rol. 173.- Le conocí en 1923 o 24 en una reunión en Bilbao. Durruti vino de incógnito junto con Jover. Discutió con Largo Caballero. Juan Ferrer.
173) Una tentativa ingenua.- Planearon derribar por las armas a la dictadura.  La contraseña era “Mamá enferma” . V de Rol. 184.- La policía hizo todo lo posible por acabar con Los Solidarios y enviaron fotos y señas personales a los demás países. V de Rol.
187) La aventura latinoamericana.- Consiguieron muy poco en Chile, Cuba, Argentina y otros países, y hubieron de volver a Francia. Ricardo Sanz. 188.- A finales de 1924, Durruti y Ascaso fueron a Cuba, México, Perú, Chile. En Montevideo se embarcaron para Chesburgo pero en el océano hubieron de cambiar de rumbo varias veces. Le llamaban el buque fantasma. Abel Paz. En Latinoamérica buscaban a Durruti para encarcelarle. Cánovas Cervantes. 190.- En Buenos Aires vi a Durruti en persona. Asaltó varios bancos. Gastón Leval.  En Buenos Aires viajaron el primera en barco y Durruti fue descubierto debido a sus toscos modales. Se presentaron allí como pelotaris. Sergio Valdenegro.  
192) La biblioteca ideal.- El gran sueño de Durruti y Ascaso era fundar editoriales en todas las ciudades del mundo. Fracasaron ante los gobiernos y volvieron a emplear las armas. Cánovas Cervantes. 194.- Durruti colaboró con medio millón de francos para el mantenimiento de la Librairíe International. Quisieron trasladarla a Barcelona pero lo impidió la Aduana francesa. Quemaron todos los documentos. Alejandro Gilabert. 195.- El ruso Nestor Mackno en una carpintería d Paris, Trotski intentó liquidarlo. Era amigo de Durruti. A Gilabert.
196) El atentado contra el rey.- 1926. El rey iba a visitar París. (Era culpable de más crímenes que toda la familia junta). Asesino de Francisco Ferrer. 199.- Cenan en casa de Berta. El chófer les traiciona y da cante a la policía que les apresa. Menos mal que la justicia francesa se negó a entregarlos a la hiena borbónica. Fueron deportados a Bélgica. Nino Napolitano. 202.- Ascaso me contó cómo habían preparado el atentado. Eugenio Valdenegro.
202) El proceso.- Este artículo es del abogado que les defendió. Henry Torres.  207.- Durruti estuvo encarcelado más de una año en la cárcel de la Conciergeríe en la misma celda que ocupó Maria Antonieta. Cánovas Cervantes.
208) La campaña.- Yo dirigía esta campaña en nombre del Comité Sacco y Vanzetti. Otro que participa en la defensa… Al aparece la página 214 en blanco me quedo sin saber su nombre.
214) En blanco hasta la 235 ( 21)
236) Cuarto comentario. El dilema español. (1931-1936).- Con a República la CNT se restablece pero también surgen partidos de derecha. Está el problema agrícola sin resolver. Los anarquistas boicotean el Parlamento. Huelgas, hambre, guerrillas urbanas. En 1933 3l gobierno de Gil Robles. 241.- Largo Caballero prepara la resistencia armada. Consignas lenilistas en la UGT. 244.- En 1934 la revolución de Asturias es sofocada por Franco con la legión y los moros. A finales de 1975 hay más de 35.000 presos políticos. 246.- El Frente Popular no representaba al pueblo.
248) LA REPÚBLICA. El retorno.- Vinieron a mi casa Durruti, Ascaso y García Oliver en Abril de 1931. Discutimos mucho el problema de los anarquistas. Federica Montseny. 251.- Otro testimonio de su llegada a Barcelona. Emilianne Morín (su mujer)
252.- Otro que conoció a Durruti en el café la Tranquilidad. Arthur Uning. 203.- Otro sobre ellos. Federica Montseny.
 254) El primero de mayo.- Después de la proclamación de la República, viajé a Barcelona para visitar a mis amigos Ascaso, Durruti y Jover. 255.- Convocan una manifestación de cien mil participantes a través de su periódico Solidaridad Obrera. Luís Lecoin. 256.- Acto e la FAI los domingos en los palacios de Montjuic. 258.- Detienen a Durruti en Gerona y se intenta asaltar varias veces la cárcel para liberarlo. Declaran los obreros huelga general hasta que le suelten. Alejandro Gilabert.
261) La deplorable República.- 1932. Huelga de Figols. 1933, Cataluña y Andalucía. 1934, la revolución asturiana. En 1932 Durruti es deportado a Villa Cisneros. Cuantas veces le detenían, volvía a salir libre. Federica Montseny. 264.- Durruti decía siempre a los obreros que los republicanos y los socialistas habían traicionado a la revolución. El ejército sofocó el movimiento de Figols. A. Gilabert. 266.- El 18-1-1932 en Figols declararon abatida la Constitución, la propiedad y el dinero y proclamaron el Comunismo Libertario. Azaña envió al ejército. José Peirots. Cinco días de Anarquía. Federica Montseny.   






LA GOMA DE BORRAR


Martes, 19-9-2017.- Me levanto a las 7h30.
     He tenido un sueño donde estoy con un amigo junto a una farola mirando a la calzada invadida por gran multitud de gentes andando en la misma dirección, seguidos de gran batería de coches que vienen pitando detrás de ellos. Todos llevan los brazos levantados de distintas maneras, gesticulando, con la papeleta de voto a la altura la cabeza y van en dirección a un lugar donde se supone que está la urna donde han de depositarla. En las papeletas se ve claramente que han señalado con una cruz en forma de aspa la casilla que dice si al referendum de independencia de Cataluña para declararse república independiente.
Una goma de borrar que tengo en las manos se me cae en el agujero que hay en el suelo rodeando la farola y que está lleno de basura. Mi tarea a partir de entonces se convierte en alcanzar la goma, y hago flexiones con las piernas agachándome y hurgando allí, que dan un resultado negativo, inquieto al mismo tiempo al pensar en lo que estará pensando de mi, mi compañero. Cada vez que introduzco las manos en la basura, toco con los dedos la goma, pero esta se escabulle hacia abajo. Siento la sensación de estar tocando algo viscoso entre unos trapos y empiezo a pensar en desistir y perder mi pertenencia. Pero soy de esa clase de personas que le gustar guardar todo lo suyo, y además en este caso, esa goma que es depositaria de todo mi cariño. ¡Ha trabajado tantos años en mis manos borrando tantas cosas! Quizá ni mi mujer por mucho que la haya pretendido, ha recibido tantas caricias de mis dedos como ella. Debería estar celosa.
Veo que al fondo hay una plancha de hierro y pienso que la goma ya debe estar ahí; pero por mucho que me ponga en cuclillas y mucho que estire los brazos, no logro alcanzarla y hasta allí no llego. Estoy avergonzado por lo que pueda pensar mi compañero, pero este permanece de pie observando el espectáculo de la calle y de momento no se preocupa de mi. La procesión de gente y los coches detrás pitando sigue su curso.
¡La goma, ay la goma!
Decido ponerme de rodillas sobre el duro suelo y sin pensarlo dos veces, es lo que hago rompiendo en mi mente esa barrera del quédirán, que en este caso, tengo la suerte, que sólo está reducido a una sola persona, mi compañero, porque sólo nosotros dos estamos en la acera contemplando el espectáculo. No cabe duda que hay mucha más gente en Barcelona que no va a ir a votar, pero estos, se han quedado encerrados en sus casas, y sólo si uno se fija mucho, asoma una parte del rostro algún curioso que tiene abierta a cuchillo la hoja de una ventana. Quizá alguno de ellos está observando mis extraños manejos y esté pensando que estoy colocando una bomba. Esto me inquieta de momento porque si esto es así, puede avisar a la policía y verme envuelto en un complicado asunto. Pero observando detenidamente las ventanas de enfrente, no observo el más mínimo movimiento.  
Pronto encuentro la goma en el fondo y me incorporo junto a mi compañero poniéndola a buen recaudo dentro de mi bolsillo. Este no dice nada y yo tampoco, pero pienso: ¿Qué demonios hacía yo con la goma en las manos en estas circunstancias, y cómo es que la dejé caer al suelo tan fácilmente? Debió ser algún fenómeno psicológico,  algo así como sentir que ya no puedo borrar nada, que lápiz y papel ya no sirven para nada, pues por mucho que escriba e intente declarar mis sentimientos, o aclarar ciertas cuestiones, hay una ola de corrupción que nos alcanza a todos y yo mismo estoy contaminado por esas aguas pútridas, que huelen peor que la basura que he estado removiendo. Y a propósito de ello, al llevarme las manos a la boca para tapar un bostezo, algo pegado a ellas, al rozar mis labios, me produce una arcada tremenda que esta vez, si, hace que me compañero se vuelva hacia mi preguntando: ¿Qué te pasa?






17-9-2017

EL MESONERO PRODIGIOSO

Tema: LA ENERGÍA

Capítulo 10.-

Los cuatro nos quedamos con la boca abierta sin saber qué decir y pensando en nuestra llegada de anteayer a aquella playa y los acontecimientos que en ella se desarrollaron.
-¿Queréis ver el túnel? –Nos pregunta.
-Claro que sí, -contestamos todos casi a la vez.
-Pues no hay más que abrir esta puerta, -y pulsando un botón casi imperceptible en la pared que sólo se divisa cuando nos situamos a un metro de distancia, se abre una puerta al mismo. Tiene un techo bastante alto Y penetra en él la luz del sol por el espacio existente de unos dos metros de la pista de cristal. El lado que da a la huerta está totalmente a oscuras, y solamente se ve una luz lejana que corresponde seguramente a la salida a la Carretera General y la playa. Se lo hago notar a Esteban y me contesta que así es en realidad. Sin embargo, la parte de este invernadero más el siguiente,  que tenemos a la izquierda está iluminada a intervalos por el lado de las parcelas con número par, como es el caso de la que estamos. Y Esteban nos aclara, que igual que esta pista de cristal hay otras dos más adelante; una más allá del pasillo de la Bañera y otra, en el segundo invernadero. Ante la pregunta de Anita sobre la distancia que puede haber de allí a la playa, nos dice que son exactamente cuatro kilómetros, y yo que tengo esta cabeza privilegiada para el cálculo aritmético, exclamo:
-Sabed queridos hijos y amada esposa, que desde la playa a este admirable emporio en el que estamos, recorrimos anteayer la distancia exacta de tres kilómetros y medio. Y fueron por tanto, tres kilómetros cuatrocientos metros los que atravesamos en terreno de matorrales y barbecho a partir de la carretera, aunque debido a la dificultad de andar entre aquella maraña y los tormos después, nos parecieron muchos más.
Fijándome en la puerta que hemos atravesado y ante el pensamiento que me surge de que puede haber más de una como esta que comunica al túnel desde los sótanos, hago a continuación la siguiente pregunta  a nuestro hombre:
-¿No hay peligro de contaminación con el mundo exterior a través de este túnel y estas débiles puertas que alguien puede derribarlas  y entrar aquí?  
Y me contesta:
-Más tarde o temprano, esto puede ocurrir y no me preocupa demasiado. Mi negocio es completamente legal y pago todos los impuestos del Gobierno. Todo cuanto aquí se construyó está hecho bajo licencias urbanísticas aprobadas por la ley. No tengo miedo por ese lado pues está eliminada toda posibilidad de una intervención del ejército o la policía para cesar nuestras actividades. Incluso me interesa que estas se conozcan y para ello, está mi ofrecimiento de que escribas ese libro y ayudaré  que se publique y sea traducido a todos los idiomas. En particular en Esperanto.
-¡Qué alegría me das! –le digo entusiasmado, -es el idioma que más me gusta y que algún día se hablará en el mundo entero.
-¿Tú crees? -Replica Anita en plan de guasa.
-Por otro lado, -prosigue Esteban, -cualquier curioso que quiera acceder desde la entrada de la playa y carretera, lo tiene muy difícil pues sólo podría andar cuarenta metros desde la boca de salida a la reja que allí existe; y que solo se abre a una orden mía o de mis niños cuando queremos entrar o salir.  
-¿Y si alguien vuela esa reja con dinamita y entra? –pregunta Acisclo.
-Si esto llegara a ocurrir, inmediatamente caería del techo una enorme plancha de hierro que tengo prevista para el caso.  
La temperatura en el túnel es un tanto fría, y los míos poco acostumbrados a ir  desnudos, optan por entrar de nuevo al sótano algo más caliente y tenderse en las butacas.
Pronto nos cansamos de estar allí abajo y nos entran ganas de abandonar el recinto. No estamos cansados, debido a que apenas hace dos horas que desayunamos y vinimos al invernadero. Nos vamos levantando de nuestros asientos y saliendo al exterior. Acisclo y Nuria que han sido los primeros en llegar a la pista, los encontramos intentando patinar junto a varios niños que al vernos salir y avanzar hacia ellos, se marchan  dejándonos paso libre.
Acto seguido, Esteban nos conduce a la parcela 3 al otro lado del pasillo y junto a la de las azucenas, la cual también tiene en su centro una fuente con aguas de colores. Rodeando la fuente, hay un espléndido jardín de rosas. Si bello es el jardín todo blanco de las azucenas, más bello todavía es este lleno de arcos metálicos donde se enroscan los tallos de los rosales presentando figuras de belleza extrema; no digamos del perfume embriagador que nos envuelve nada más penetrar en él.
Pensando que siempre veo más niños jugando y dedicados al ocio que niños trabajando, le hago esta observación; y me contesta que no es así, pues hay otros muchos dedicados a otros trabajos que ya nos irá mostrando.
-Por ejemplo, -nos dice-: Los que hay allá abajo. Y acto seguido empezamos a descender por la escalera al primer sótano. Apenas nos ha dado tiempo a deleitarnos en la contemplación del jardín aspirando al mismo tiempo su exquisito perfume. Este primer sótano es un bancal donde, entre los abiertos surcos, hay unos diez niños plantando rábanos, zanahorias, nabos y chirivías.
-Cultivos subterráneos de verduras, -murmuro por lo bajo para no distraer a los niños en su labor, y añado-, ¡menudo gasto de luz eléctrica se necesita para esto!
-Efectivamente, responde.
Pasados unos pocos minutos nos indica que volvamos al exterior, para que dejemos a los niños seguir con su trabajo. Sentados al aire libre dentro de un parterre de rosas de varios colores, frente a una mesa que nuestro hombre ha cubierto con un montón que ha cortado, entraremos en el terreno de las preguntas y respuestas que han de ir saciando nuestra enorme curiosidad por cuantas cosas estamos observando en esta mañana gloriosa.
Mi numen poético se enciende abrasando con su calor todo lo que nos rodea, y acariciando las rosas que hay sobre la mesa, me pongo a recitar  aquel poema de mi juventud LA ROSA Y LAS ESPINAS que empieza así: “Llorando rocío la rosa lamentaba quejumbrosa tener siempre por vecinas a las crueles espinas” pero los otros tres de Archidona, provincia de Málaga, se lanzan de inmediato sobre mi tapándome la boca y me hacen sentar ante la mesa donde ya Esteban está sentado.
-Éste que ha escuchado mis palabras con atención, exclama:
-Tienes mucha razón, Ramiro, con eso que has dicho. Donde quiera que la belleza existe, siempre hay cosas punzantes e hirientes las cuales son motivo de duelo y dolor. Y lo natural, es que la rosa, o sea, esa flor  de belleza suma, se queje de ello. Si bien, las espinas que son el símbolo del mal, sino existiera este, tampoco existiría el bien. 
Anita que está impaciente por entrar en materia, interrumpe la perorata que, como una nube negra se anuncia en la mañana luminosa y, hace la primera pregunta que el hombre se ve obligado a contestar, pues para ello estamos allí sentados. Y dice de corrido sin pararse un momento a respirar:
-Una cosa que me sorprende, Esteban, es la iluminación que veo por todas partes. No entiendo mucho de energía solar, pero por lo que llevo visto de superficie cubierta por paneles fotovoltaicos, me da la impresión que es insuficiente para este derroche de energía que observo por todas partes: el túnel que debe encenderse cuando pasa gente, la Gran nave, o la Gran bañera con esos sótanos totalmente iluminados, estas parcelas que acabamos de ver y que imagino todas o casi todas están electrificadas. Esta de abajo que bien me se, la iluminación tan intensa que se necesita para cultivar rábanos y zanahorias en un lugar cerrado, como bien ha dicho mi marido. No sólo la iluminación, sino aparatos auxiliares, ventiladores para renovar el aire, las cintas transportadoras, las cocinas, los aseos, todo cuanto…  
-¡Para, para, que descarrilas! –le digo yo. Pero no se para que está lanzada a toda velocidad. Y añade:
-Esteban, veo un gran misterio en todo esto.
El hombre ha soltado una gran carcajada sin parar de reír desde que ella empezó a hablar y una vez se serena, responde:
-Anita, te felicito por la gran sagacidad que posees según acabas de demostrar, y voy a satisfacer tu curiosidad y la de todos. Mira, sabes que no es ningún secreto que los gobiernos del mundo CIVILIZADO (entre comillas), debido a esta mala costumbre antiquísima de los INTERESES CREADOS, vienen impidiendo desde siempre que, aquellos inventos universales que hacen algunos hombres o mujeres de mentes privilegiadas para beneficio de la humanidad, queden olvidados porque perjudicarían la marcha de esos gobiernos o de  sus negocios.  
Hace una pausa para respirar y para cerciorarse que estamos prestando la debida atención  a sus palabras y continúa:
-Entre esos inventos, hubo uno de los varios cuyo secreto poseo, que se basa en el TEOREMA DEL TODO. Un tal Andreu Bacardit, catalán, allá por los primeros años del 2000, siglo XXI, logró conciliar la física cuántica con la teoría de las cuerdas y supercuerdas, descubriendo a la vez, que la estructura físico matemática del ADN se corresponde íntimamente con la Energía ilimitada del Cosmos, dentro de cuyo campo estamos inmersos. Todo ello debidamente demostrado a través de perfectos cálculos matemáticos. Y creó dos aparatos basados en esos cálculos, que alimentados por la energía de una pequeña  central, como es la nuestra de paneles fotovoltaicos, se puede multiplicar miles de veces…    
Ahora soy yo quien interrumpe lleno de entusiasmo:
- ¡Ah, ya comprendo! Esos dos aparatos que citas los tienes instalados en  el centro de energía. ¡Y nosotros en la visita de ayer pasamos por delante sin darnos cuenta de su importancia/
Esteban se disculpa:
-Vosotros fuisteis los culpables, Nuria y Acisclo preferían mirar a los animales de la selva a través de los cristales. Y tu y Anita, no mostrabais gran interés.
Ahora quien se disculpa soy yo:
-Bueno, hacía apenas veinticuatro horas de nuestra llegada y estábamos despistados, aparte de estar asombrados por cuantas cosas estábamos viendo.
Nuria es ahora quien interviene:
-Esteban, yo acabo de terminar la carrera de medicina en la especialidad de obstetricia y ginecología, motivo por el cual como premio, mis padres han propiciado estas vacaciones, y eso que dices del ADN ha llamado mucho mi atención. Supongo que esta clase de energía de la que hablas está relacionada con el genoma mitocondrial, pues las mitocondrias son las verdaderas centrales térmicas de nuestro organismo ya que en ellas tiene lugar la fosforilación oxidativa (OXPHOS), es decir, la respiración celular acoplada a la producción de energía en forma de ATP.
-¡Toma castañas!  -Ahora exclamo yo. –mira por dónde  esta niña viene a darnos clase de biología.
Esteban interviene:
-No se exactamente a qué te refieres, pero puedo decir que gran cantidad de científicos del siglo XX con sus experimentos contribuyeron al descubrimiento de que, el ADN humano, se rige por los mismos mecanismos que dirigen la génesis del universo y de todas sus estructuras. Basado en este principio, el gran Bacardit, pudo demostrar el Teorema del Todo e inventar este mecanismo basado en él. Pero impidieron su implantación, ciertas empresas eléctricas de lamentable memoria cuyo nombre no quiero comentar, pues ahora siglos después no viene al caso ocuparse de ellas. No hubo ni una en todo el mundo que prestara atención a este invento revolucionario, que hubiera permitido dar el gran salto a una civilización más avanzada.     
Ahora intervengo yo:
-Sí, queridos hijos y amada esposa, el obtener energía gratis y sin límite alguno, era entonces y lo sigue siendo ahora, un tabú porque ni a las empresas ni a los gobiernos les conviene. –una pausa-,  y cuando se enteren que en esta ínfima parte del planeta, en estos mil quinientos metros de terreno, tiene efecto y se consume esta energía, cabe el peligro que, Esteban, así lo pienso, tu y estos niños inocentes os vayáis al otro mundo bajo los efectos de una bomba atómica.  
Anita interviene ahora:
-Bueno dejemos esto y vayamos a otra cosa, que tú con tus palabras tienes más peligro que esa clase de bomba. Y tú Esteban, no hagas caso a mi marido, tan tremendista que cada palabra suya, no exagero,  “es más sabia que cualquier hombre”.
Nada más acabar de decir esto, Esteban se levanta de un salto como si algún bicho le hubiera picado y, nosotros admirados también nos levantamos y quedamos los cinco de pie alrededor de la mesa. Acto seguido, de un manotazo todas las rosas que la cubren salen volando y soltando una gran carcajada exclama:
-¡Mirad lo que hay escrito sobre esta misma mesa!

Y miramos:

Una sola palabra…
Una palabra es más sabia que cualquier hombre, que cualquier serie de palabras. Tal vez sea falsa en su acepción, pero en su acepción



 más íntima, por etimología y analogía, se da a si misma por buena. El lenguaje es la obra de arte más perfecta del mundo. El cincel de mil años le retoca. 27-7-1840 

Y yo, enardecido ante lo que tenemos delante y estamos leyendo, exclamo:


CONTINUARÁ