ÚLTIMO
El
último romántico
Ültimo, se llamaba así porque había sido el primer hijo.
-Y último, -había precisado de inmediato su madre en cuanto recuperó
el conocimiento tras el parto.
De manera que fue Último.
Después vinieron cuatro más, los
dos siguientes, fueron naciendo con dos años de diferencia, por lo que
Penúltimo, era dos años menor que Último; y Antipenúltimo, cuatro. Los dos
restantes, nacieron mucho más tarde y ya en plena época de post guerra, el
primero de ellos, Primero, doce años menor y, el segundo, Segundo,
dieciséis.
Cuando Último tiene dieciséis
años, corriendo el año 1945, muere el padre y deja
huérfanos a los cinco, con Segundo de pocos meses en la cuna, disfrutando de la
delicias de haber nacido, aunque con una madre desgraciada que no sabía cómo
alimentarle, pues el hambre, la guerra, la peste y la muerte, -las cuatro en
conjunción-, habían secado sus pechos.
Víctima también de los cuatro
agentes siniestros acabados de mencionar, moría en 1977 Antepenúltimo, a los
cuarenta y seis años de edad, la misma edad que murió el padre. Quedaban a
partir de entonces cuatro hermanos. La madre había muerto unos años antes, con
lo que se libró de es dolor inmenso que una madre suele sufrir cuando un hijo
se le muere.
Último solía cantar:
Silencio en la noche, ya todo está en calma, el músculo duerme, la
ambición descansa. Un clarín se oye, peligra la patria; al grito de guerra los
hombres se matan, llenando de sangre los campos de España. Eran cinco hermanos,
ella era una santa, eran cinco héroes que forjó la patria. Silencio en la
noche, silencio en las almas.
La cosa fue realmente así: En los
primeros días de julio de 1936, aquella familia vivía con estrecheces, pero
felizmente. El padre, un pobre obrero, era forjador… Esto me recuerda la FORJA de
Arturo Barea, o UN DÍA DE PLACER de Isaac Bashevis Singer, libros
entrañables que hablan concretamente de infancias parecidas en tiempos de
miseria.
Último, el mayor de los hermanos,
había cumplido los siete años en esa fecha. Eran miembros de una numerosa
familia. Su abuela materna había tenido un montón de hijos de los que quedaban
solamente cuatro, aparte del abuelo Juan que había estado en la guerra de
Melilla. Le contaban que alguno había muerto a raíz del parto y otros por
diversas enfermedades en plena niñez. A su abuela le quedaban tres hermanas
solteras que ella protegía en cuanto podía albergándolas en su casa. La hija
menor era bordadora y con su trabajo ayudaba a mantener a la familia. Una de
las tías ayudaba a la bordadora y al mismo tiempo, a ratos libres ayudaba a la
madre cuidando de Último y Penúltimo mientras ella se ocupaba de darle el
biberón y limpiar la caca a Antepenúltimo.
Así las cosas, no fue un clarín
el que sonó aquel día, cosa así de la media noche, cuando todos dormían; sino
un horrible estallido desconocido hasta entonces producto de la primera bomba
que caía sobre Cartagena.
Último, algo más tarde cantaba: A las dos de la madrugada, en Cartagena se
presentó un aparato fascista a destruir la nación.
Le gustaba cantar. Las madres y
las abuelas de aquellos tiempos también cantaban. Meses antes del bombazo, el
niño cantaba esto otro que oía a sus mayores:
Si los curas y frailes supieran la paliza que les vamos a dar, se
esconderían debajo de tierra gritando: Libertad, libertad, libertad.
Y esto otro:
Arriba los de la cuchara, abajo los del tenedor; nosotros somos
comunistas con el martillo y la hoz.
Esto se lo habían enseñado
los dos tíos solteros que también cantaban, aunque tres años después, su voz
salía acompañada de esputos de sangre, víctimas de horrible tuberculosis. Pero
ya llegaremos a eso.
Estábamos en el bombazo, que fue
seguido de otros varios, mientras despiertos, con los ojos saliéndose de las
órbitas, las bocas desencajadas, los tres niños preguntaban a los padres qué
clase de música era aquella. A pocos metros de su casa había un salón de baile
conocido por el nombre del REPUBLICANO, donde sábados y domingos las gentes
bailaban y se divertían honestamente, música agradable que les arrulló a partir
de su nacimiento. No entendían por tanto, esa otra clase de música.
No obstante, aquella noche era
mágica: de las manos del padre, los dos mayores caminaban, mientras corría la
madre con el pequeño envuelto en una manta; hacia la rambla, escuchando los
silbidos de la metralla, bajo la luz de los reflectores y las bengalas. Les
habían dicho que era necesario abandonar la casa, porque al aire libre estaban
exentos que esta se cayera y les aplastara. Las estrellas en el cielo aquella
noche brillaban, con más intensidad que nunca, según Último observaba. Fue su
primer encuentro con la belleza, cosa extraña, dentro del horror, esta siempre
muestra su mejor cara. Tendido sobre la arena, mirando al cielo, el niño
soñaba. Tendidas junto a él todas las gentes del pueblo reposaban, en silencio
absoluto, que sólo era alterado por el cantar de los grillos en los periodos de
calma, en que los aviones se habían alejado para volver más tarde con una nueva
carga.
Al día siguiente de aquello,
mujeres y hombres por las calles hacían comentarios, sobre la escabechina que
se habría producido si alguna bomba hubiera caído sobre aquel desnudo paraje
lleno de gente. Algún piloto misericordioso de los que desde su avión lanzaba
las bengalas, seguro que les vio y tuvo lástima, desviando sus bombas hacia el
puerto y las dársenas, por cuyo motivo hay se puede estar contando esta hazaña.
En los días sucesivos las gentes
cuando se producía un bombardeo, ya no acudían allí, pensando sensatamente que
fue una temeridad muy grande el seguir aquella idea, que alguien tuvo y se transmitió de manera
instantánea a todo el pueblo, que la siguió sin dar tiempo a reflexionar.
Ahora, cada uno buscaba la forma distinta de protegerse. El que tenía una casa
de fuertes muros, se quedaba en ella encerrado hasta que acabara el bombardeo.
También el que disponía de alguna cueva o cava. Hasta hubo aljibes utilizados
para ese fin bajando a ellos por una escalera de mano.
Como medida inmediata, se
procedió rápidamente a la construcción de refugios antiaéreos acumulando sacos
llenos de tierra o arena formando especie de trincheras tapadas con vigas y más
sacos. No eran muy seguros estos refugios y se procedió a continuación, a
construir otros, iniciando galerías en las partes bajas de las elevaciones de
terreno. Otra opción que algunos adoptaron, fue la de los que tenían familia o
amigos en los pueblos y campos alejados unos kilómetros de la ciudad, que se
fueron allí con ellos alejándose del peligro de las bombas. Pero esto producía
muchas situaciones embarazosas y finalmente se fue tomando la decisión de
volver a la ciudad.
El ser humano tiene una capacidad
ilimitada de adaptación a todas las situaciones, aún a las peores. Las gentes,
al año de haberse iniciado la guerra, volvieron a la ciudad e incluso, los
niños volvieron a asistir a los colegios que se abrieron nuevamente.
Cartagena en aquella época de
guerra ardía de entusiasmo: por las calles se cantaba la internacional, el
himno de Riego, y muchas cosas más que, Último, con su poquita voz, pero
desagradable, se atrevía a entonar. En el colegio había una profesora de
música, simpática viejecita cubierta de afeites, que le enseñó a cantar lo
siguiente:
La otra tarde en la función cuando el cura predicaba, toda la gente
lloraba menos el pobre Simón. -Porqué no lloras Simón, -le pregunta la tía
Ustoquia. –Yo no soy de la parroquia como los demás lo son.
De cuantas canciones aprendió
entonces, esta era la que más le gustaba. En sus diferencias con los demás
niños, se sentía a veces identificado con el tal Simón.
Minutos antes de acabar aquellos
tres años de guerra, sus dos tíos mueren en un hospital antituberculoso. Uno de
ellos es seguido en pocos días por su reciente esposa y el hijito recién
nacido. Dios misericordioso, -según convino toda la familia-, se había
burlado de los victoriosos con su
justicia, alejando a los dos hermanos de su alcance, los cuales por sus ideas,
los hubieran llevado de paseo, -palabra especial empleada
entonces para designar a los que eran fusilados-. Guasa terrible de aquellos
tiempos.
Terminó la guerra y los colegios
siguieron funcionando esta vez bajo el régimen de Franco. Con este cambio, doña Sulta, que así se
llamaba la profesora, se vio obligada a enseñar a los niños a cantar el Cara al
Sol.
Último, llevado por su amor a la
música, fue el primero en aprenderlo, y cantaba:
Cara al sol con la camisa nueva que tu bordaste en rojo ayer, me hallará
la muerte si me lleva y no te vuelvo a ver.
Esta terrible alocución se le
clavaba en el alma como un cuchillo afilado. No entendía eso, de: me hallará la muerte si me lleva, harto
que estaba de ser testigo de muchas muertes. Y menos mal que la profesora, aún
a hurtadillas, les hacía cantar a él y los suyos, lo del pobre Simón, aún a
riesgo de que la empapelaran.
Las gentes cantaban alegremente
por las calles:
Muera Negrín que nos das pan de serrín. Viva Franco que nos da pan
blanco.
Último, pese a su amor por la
música, no cantaba esta canción pues había algo en ella con lo que no estaba de
acuerdo. Era un rebelde.
¡Cuántos niños, como Último,
fueron forjados en el férreo yunque de la rebeldía en aquella ocasión! ¡Cómo nacieron allí miles y miles de hombres
de provecho! Nadie habla de esto. Nadie
ha sido capaz de examinar concienzudamente este hecho. ¡Cómo la idea del
trabajo y la organización, nació en muchos de ellos! ¡Nadie lo cuenta pero es
muy cierto: España se levantó gracias a sus denodados esfuerzos! ¡Formaron
serías familias, estudiaron, trabajaron, crecieron! Honrados padres de familia, dieron estudios a
sus hijos, los cuales a la vez fueron, mujeres y hombres buenos! Las ciudades se fueron llenando con ellos, que venían llenos de ilusiones de los
pueblos.
Este es el milagro español,
realizado a partir del fin de aquella guerra. De una clase pobre, paupérrima,
fue naciendo, debido a su ingenio, una poderosa clase media que no quería saber
nada de política ni de muertos.
Último, a sus diez años, y uno
después de haber terminado la guerra, estaba encantado con las canciones que
cantaban las gentes del pueblo tales como esta:
Que si, que si, que si,
que si,
que a La Parrala le gusta el vino;
que no, que no, que no, que no,
ni el aguardiente ni el marrasquino.
que a La Parrala le gusta el vino;
que no, que no, que no, que no,
ni el aguardiente ni el marrasquino.
O esta otra:
Era un rayito de Luna
Que alumbraba el cementerio
Donde reposan los restos
De mi tío Desiderio.
Desiderio, Desiderio,
Siempre triste y siempre serio.
Si no fuera por el rayo
De Lunita que te alumbra,
Qué sería de tu fosa,
Qué sería de tu tumba.
Tumba, tumba, tumba, tumba.
Que alumbraba el cementerio
Donde reposan los restos
De mi tío Desiderio.
Desiderio, Desiderio,
Siempre triste y siempre serio.
Si no fuera por el rayo
De Lunita que te alumbra,
Qué sería de tu fosa,
Qué sería de tu tumba.
Tumba, tumba, tumba, tumba.
Una
tercera:
Rascayú cuando mueras que harás tu
Tu serás un
cadáver nada más.
Todas las tardes iba al cementerio
Todas las tardes iba al cementerio
a visitar
la tumba de su esposa
y las
gentes murmuraban con misterio:
Es un
muerto escapado de fosa.
Nunca hubo
en España un folklore más grande ni extenso donde miles de canciones,
contrarrestaban el hambre y la miseria.
El pueblo
español canta
con sudor y
sangre en la garganta
cuando
aprieta el hambre que espanta.
Lo fúnebre
de estas canciones era algo sumamente divertido para aquellos niños, que
acostumbrados a tanta muerte y miseria, no sentían ese asco que los niños de
hoy sentirían al cantarlas. La realidad que se disfruta junto a la frontera de
la muerte, hace que florezca en los corazones, el sano humor y la sana alegría,
y, como consecuencia inmediata, la sana manera de pensar en las cosas de
primera necesidad, cuales son el amor al prójimo y la entrega a sagrados
deberes.
Y lo
curioso del caso, es que aquellos niños espabilados por el hambre y la miseria,
esa generación perdida y olvidada de los NIÑOS DE LA GUERRA, se reían de los
profesores que intentaban inculcarles la asignatura del espíritu nacional o de los sacerdotes que intentaban inculcarles la
doctrina religiosa. Lo sagrado para
ellos era el trabajo y la honradez, y sobre todo, vivir lejos de fanatismos y
falsas creencias, de odios y rencores.
En los
campamentos de verano que organizaba la Falange, los flechas y pelayos cuando
por las noches se reunían alrededor de una hoguera a contar chistes y entonar
canciones, estas eran algo así como la siguiente:
Debajo un boton ton ton
estaba Pepín pin pin,
había un ratón ton ton
muy rechiquitín tin tin.
Y hubo un niño tan
atrevido, que se atrevió a cantar al jefe de Campamento cuyo nombre era Arriazo,
cambiando la letra del tango “Camillero”, tratándole de hombre sanguinario y
otros epítetos injuriosos. No le ocurrió nada. El tango empezaba por esta
cuarteta seguida de otras varias parecidas llenas de ingenio y humor:
Suenan
las trompetas en el campamento
Y los
acampados corren a formar,
Si
alguno no acude porque llega tarde
A cavar
letrinas le van a mandar.
Y al llegar al
estribillo en el tango original los dos
primeros versos eran: Camillero, hombre
humanitario, que diste tu vida por salvarme a
mi, aquí se convertían en:
Arriazo, hombre
sanguinario
que basas tu vida en
joderme a mi…
El caso es que al letrista o
letristas inventores de aquello no les pasó nada. Nadie tomó represalias contra
ellos que fueron muy aplaudidos y comentados.
En las iglesias venían
predicadores a menudo que también hacían cantar a los niños canciones como
esta:
Perdón, ooooooh Dios mío, perdón y clemencia, perdón e indulgencia.
Perdón, yaaa mi alma, su culpa confiesa, mil veces me pesa de tanta
maldad.
Último, examinaba su alma y esa
gran maldad que decía la canción, no la veía por ninguna parte. Sin embargo las
palabras perdón, clemencia e indulgencia, si entraban en ella llenándola de una
gran paz y benevolencia, e incluso perfumándola. Eso es lo que sentía este
niño. En cuanto a Dios, nunca dejaría de amarle, a pesar de lo que decían por
otra parte los libros de Rousseau o de Nietzsche que leía con fruición. El “Así hablaba
Zarathustra”, fue para él un evangelio paralelo al que seguía en las iglesias.
Un libro santo. La doctrina educativa de Rousseau explicada por Francisque
Vial, libro heredado de sus tíos comunistas, también entraba en su alma
perfumándola, haciéndola inmune a la mentira y la maldad. El 93 de Víctor Hugo
le presentó a los héroes de la revolución francesa, Dantón, Robespierre, Marat,
Camilo Desmouulín y otros. Hubo más libros que le perfumaron, cual la dama de
las camelias que le hacía llorar llanto hermoso, o Blanca de Beaulieu, hija de
un general de la revolución. Hasta tuvo contacto con el Imperio Austro-húngaro
a través de los Misterios de París. Y con el Imperio Romano a partir del Mártir
del Gólgota del gran poeta Pérez Escrich. De Madrid, patria querida de todos
los provincianos, tuvo noticias a través de los cuatro tomos de la novela EL
BUITRE DE LA SIERRA, que también le llevó a sierra Morena donde estaba Juan
León el rey de la serranía. Los libros fueron su alimento espiritual, cual el
de muchos niños de su generación. Pocos o ninguno de estos niños fueron
conquistados por las lecciones de espíritu nacional o de religión que recibían
en las escuelas.
Lector consumado y consumido,
también en el campamento durante las dos horas diarias de siesta, leyó muchos
libros de aventuras extraídos de la biblioteca.
En el taller de quinientas
personas donde ingresó a partir de los catorce años, los operarios también le
prestaban libros. Cartagena para Franco era un
lugar terrible al que bien se cuidó de visitar en todo el tiempo de su
mandato. Sólo lo hizo un par de veces y protegido por fuerte escolta. Siempre perduró
en su memoria el Hundimiento del Castillo Olite, barco que se acercaba al
puerto cargado de militares dos o tres días después de terminaba la guerra, y
que un cabo o sargento despistado que operaba en una batería, le lanzó un
proyectil sembrando aquellas aguas de miles de cadáveres. Para Franco,
Cartagena, fue siempre el mayor reducto comunista de España.
Último en la adolescencia, era un
romántico. Creía firmemente en el amor, ése que había leído en las novelas, y,
hubo de sufrir el primer desengaño amoroso cuando fue despreciado por ser muy
pobre él y su familia.
Entonces cantaba lleno de emoción
para aliviar su pena, aquello de Irma Vila:
Si por pobre me desprecias, yo te concede razón, si por pobre me
desprecias.
Yo no te ofrezco riquezas, te ofrezco mi corazón a cambio de mi
pobreza.
Siguió cantando, la única opción
honesta del pobre. Aprendió poco más tarde ya en los bailes donde iba a
restregar la cebolleta, canciones tales como “Dos gardenias para ti”, “Angelitos negros”, “La barca de
Oro”, todas llenas de un romanticismo atroz, que para él, eran pan bendito.
Dentro de su delirio romántico,
siguió cambiando la letra de aquellas canciones haciéndolas suyas con letras
propias. Eso le divertía.
Todo ello acompañado de una
tremenda honestidad respecto al trabajo, al modo de ganarse las habichuelas.
Durante sus cuarenta y siete años de vida laboral, no se produjo ni un solo día
de absentismo. Sólo faltó al lugar de trabajo por motivos de enfermedad cuando
está aparecía y tenía que guardar cama. Tuvo tiempo incluso de cumplir los dos
años de Servicio Militar, de estudiar una carrera. No sólo él, que también le
siguieron sus cuatro hermanos.
Seguía cantando aquello de eran cinco hermanos, ella era una santa…
y le ponía letras nuevas a medida que su edad avanzaba:
Silencio en la noche, nadie se levanta, todos se han dormido con sucias
patrañas. Un clarín se oye, nadie escucha ya, todos de viaje se alejan de
España. La han dejado sola y desamparada. Un grito de sangre, sucio se levanta
y los pobres hombres dormidos se callan, ya no se acuerdan de tanta desgracia,
ahora se rinden a la democracia, porque alguien dijo que es la menos mala.
(pausa) ¡Qué mala pata! En los campos de trigo del alma santa, crece una nueva,
maldita cizaña.
Ahora estamos viviendo en otros
tiempos. Se ha difundido la mentira de que los tiempos pasados fueron funestos,
no saben, ¡pobres de ellos!, que el hambre y la miseria son padre y madre de
divinos proyectos, que la mentira es hija de la indolencia, de la abundancia,
de los estómagos llenos, de las grandes comidas que nos ponen enfermos.
Último sigue viviendo. Quizá sea
el último testigo veraz de aquellos sucesos. Último es el Último romántico,
pongo como ejemplo.
En Madrid, a 22-6-2017.
Francisco.
El niño de los botones
El abuelo de Diego piensa a
veces, que a pesar de su mucha sabiduría, de sus muchos argumentos filosóficos
y máximas morales, nunca podrá alcanzar a su nieto por mucho empeño que ponga
en ello. Y lo comprueba fácilmente cada vez que llega al final de cada uno de
los seis tramos de la meta que con él tiene trazada desde que nació. Pero
mantiene la esperanza de que algún momento habrá en que siendo tan corta la
distancia, puedan hablar y entenderse.
Diego sabe que el abuelo viene
pisándole los talones y a punto estuvo de alcanzarle en la primera etapa de la
primera infancia, pero cuando llegó, él ya se había alejado pulsando los
botones de uno de esos juegos tan divertidos que sus complacientes papá y mamá le regalaron la
noche de Reyes.
En la siguiente etapa, el niño seguía llevándole ventaja, alejándose
mientras pulsaba los botones del teléfono móvil que le habían regalado sus
padres en su cumpleaños.
En la tercera etapa, ya
apuntándole el bozo, tampoco le alcanzó. El lento pero seguro carrerista, se
había alejado pulsando las teclas del ordenador de bolsillo que sus padres le
habían comprado como ayuda a sus estudios, pero que ahora, abandonados éstos,
manejaba solamente para seguir los juegos de años antes, y también, para quedar
y comunicarse con sus numerosas amistades, chicos que como él, se iniciaban en
el agradable campo de la vida sexual.
En una cuarta etapa, los padres
le compran un ordenador grande con impresora, esperanzados en que siente la
cabeza y reanude sus estudios, aprovechando cuantas ventajas ni el abuelo ni
ellos mismos tuvieron, y que le pueden servir para aprender un oficio, terminar
una carrera y entrar en el mundo del trabajo.
En la quinta etapa, no los
padres, sino el abuelo, es el que le presta su automóvil para que pueda
desplazarse a los colegios y lugares de estudio o trabajo, ya que por
desgracia, en estos tiempos, están alejados del lugar donde uno vive, (no como
en tiempos pasados que se iba a pie a ellos en pocos minutos).
El resultado es que hace ya
veinte años que cuando el abuelo llega puntualmente a un lugar de encuentro, él
nieto ya no está. Sabe que ha estado allí, y que ha estado a punto de
alcanzarle, pero el nieto ya no está. Y al no estar y no poder hablar con él, se pierde ese contacto que disfrutaban antaño
los abuelos y los nietos, del cual salían estos plenamente beneficiados
convertidos en hombres de provecho. Sabe las muchas dificultades por las que
atraviesa este descendiente suyo, que hay
crisis de muchas clases: de ideas, de principios, de trabajo, de familia e
incluso de entendimiento. Esto último, a pesar de que se dispone de gran
profusión de medios de comunicación, cosa que en sus tiempos no había.
Desesperado, al no encontrarle en
la meta final, coincidente con el fin de la sexta etapa, el abuelo ha optado
por retirarle el coche, porque se teme y con razón, que el niño de los botones,
atropelle a alguien conduciendo y le lleven a la cárcel.
En Madrid, a 20-6-2017
Francisco
14-6-2017
Nuevo
libro traducido por Jon Rouco, que me apresuro a adquirir para leerlo, como
hago siempre con sus acertadas traducciones al castellano.
Descripción del producto
A
menudo en democracia encontramos quejas o críticas por los niveles de corrupción,
la incapacidad manifiesta de muchas personas para los puestos que ocupan, la
escasa calidad de la educación, la lentitud o falta de equidad de la justicia o
el mal funcionamiento de la administración. Lo curioso es que buena parte de
esas que podríamos denominar «críticas al sistema» provienen de las personas
menos indicadas para formularlas, es decir, de sujetos cuyas propuestas, caso
de ser aplicadas, antes que contribuir a la salud del paciente, certificarían
de forma definitiva su defunción. O bien abogan por la destrucción definitiva
de las instituciones, o bien analizan las deficiencias de ese «sistema» dando
por hecho que podría funcionar de otro modo, que los males que lo aquejan
derivan exclusivamente de los defectos de los individuos que lo hacen
funcionar.
Émile Faguet parte de la premisa contraria: empieza por poner nombre al
«sistema», lo que contribuye a evitar la polisemia asociada al término y
facilita su caracterización. Y el sistema no es otro que la democracia. Pura y
simple democracia, la más genuina de todas, pues Faguet escribe un siglo
después de la Revolución Francesa en el país que la vio nacer, de modo que su
análisis es válido para todas las democracias de las sociedades occidentales
presentes (incluida, cada vez más, la norteamericana, que Faguet considera en
origen una «monarquía constitucional»).
Su punto de vista es el de un individuo soberano e inteligente, que observa con
preocupación una serie de tendencias hostiles hacia el talento y el mérito que
el siglo de distancia entre que el libro fue escrito y el presente no ha hecho
sino acentuar. El mismo individuo que dejó escrito que «…preferiría que me
socializaran todas mis propiedades, hasta la camisa, antes que mi persona»
concluye que para evitar esto último no hay nada mejor que cultivar un
pensamiento libre y autónomo, algo a lo que Faguet dedicó su vida.
Pero ¿y si la propia democracia fuese inseparable de todas las deficiencias que
son objeto de crítica, o incluso fuese la responsable de haber promovido la
mayor parte de ellas? ¿Y si no fuesen anomalías, sino las necesidades
operativas de una democracia que de otro modo dejaría de existir? ¿Qué tipo de
democracia es aquella que acaba fomentando el culto a la incompetencia en todos
los ámbitos de la sociedad? ¿Existe alguna alternativa viable que respete
nuestros derechos y libertades?
Émile Faguet, en el ensayo que se presenta a continuación traducido por primera
vez al español, se ocupa de responder a todas esas preguntas, y para ello El culto a la incompetencia analiza diversos aspectos de la
democracia y la sociedad francesas buscando el origen y las causas de los males
de la democracia. El resultado es sorprendente.
El libro, escrito en 1910, anticipa fenómenos como el igualitarismo, la
corrección política o el adoctrinamiento educativo, pero no se queda en la mera
crítica: su labor no persigue la demolición, sino la reforma constructiva. Tras
identificar y explicar el fundamento de ese culto a la incompetencia que
denuncia como la tendencia inevitable de la democracia, propone medidas para
contrarrestarlo, y todo ello con un estilo directo y ameno que es el resultado
de una valiosa capacidad de síntesis. El estilo de Faguet es el mejor ejemplo
de verdadera erudición, es decir, del tipo de sabiduría que permite explicar en
términos sencillos cuestiones complejas.
El lector que busque entender mejor la sociedad en la que vive disfrutará del
recorrido desde los efectos a las causas de la mano de Émile Faguet, y
encontrará en El culto a la
incompetencia nuevas claves para analizar el presente con mayor
perspectiva.
*Edición revisada y ampliada: incluye una breve presentación del autor y la
obra, el prólogo de Thomas Mackay a la edición inglesa y notas explicativas.
Cosas
inexplicables.
Cuando yo nací, mi nieto, ya
había nacido y andaba con pantalón corto y la cartilla bajo el brazo haciendo
palotes en el Colegio Santo Ángel. Y yo, todavía en pañales, ensuciándolos con mis excrementos.
Mi hijo, un tiarrón de dos metros
de altura, dedicado a los deportes desde bien niño, se ocupó que su hijo
también tuviera un desarrollo tanto o más que él y, en la planta de abajo del
chalet, instaló una habitación con múltiples aparatos de gimnasia, de manera,
que sin salir de casa, pudiera dedicarse a desarrollar los músculos cuanto
quisiera. El resultado es que tengo un nieto de 2,1 metros de altura con
unos músculos a punto de estallar y una fuerza tan descomunal, que sería capaz
de separar los hemisferios de Magdeburgo.
Y lo más raro de todo, es que mi
nuera, es la mujer más enclenque de cuantos han nacido en este mundo terreno.
Es inexplicable que de tan diminuta persona, haya podido salir un ser tan
enorme. Se puede ver a ambos en una foto que nos enseñaron ayer en un taller de
escritura para que escribiéramos un relato sobre ellos dos, y a eso es lo que
voy.
No me explico tampoco cómo siendo
mi hijo y su mujer de raza blanca, -más blancos que la leche-, mi nieto haya
salido más negro que el carbón.
Una explicación que pudiera darse
en este caso, -pero que no vale-, es que yo soy negro; es decir, que estoy
negro, hasta tal punto, que todo lo veo negro y no hay ningún resquicio de luz
que venga a sacarme de esta oscuridad que me envuelve.
Es bueno considerar que las cosas
no están tan bien como para ponerse a dar saltos de alegría, pues cada día se
produce un atentado donde mueren muchas personas y otras caen heridas. No me
explico cómo los Estados no toman medidas urgentes para atajar esta terrible
situación. Claro está que los Estados no están compuestos solamente por los
políticos, sino que todos los que en ellos pernoctamos pertenecemos a ellos,
siendo inexplicable que uno a uno no entremos en acción respecto a este punto
tan escabroso.
Otra cosa también inexplicable,
es la de que siendo mi hijo tan grandote, vino a casarse con una mujer tan
pequeñita que a su lado, parece un niña de seis años. No digamos, lo que parece
al lado el mastodonte de su hijo. Ahí
está la foto para quien quiera observar esto que se dice.
Inexplicable es, que mi nieto,
desaproveche todos esos músculos que posee, practicando el simple ejercicio
dactilar del manejo del teléfono móvil. También, que mi hijo, dentro de ese
corpachón tan grande, tenga un espíritu tan pequeño como un grano de mostaza.
Inexplicable es, que mi nuera –me
consta-, posee un espíritu tan grande en
el que caben miles de nebulosas, aguante a esta familia que le ha tocado en
suerte: un suegro que sigue en estado de lactancia, y esos dos montones de
carne que respiran a su lado.
Inexplicable es, que en el siglo
XXI estemos volviendo a las prácticas de la EDAD MEDIA, fraccionándose los
Estados, cuando en boca de todos los estadistas, se habla de la Globalización y
de un Gobierno Mundial.
Y lo que tampoco me explico, es
cómo he podido escribir estas incongruencias, yo, que estando en pañales
envuelto en mi propia caca, todavía no he echado a andar y, mucho menos he
empezado a ir a la escuela para aprender las primeras letras.
Y lo malo, -que resulta también
inexplicable-, es que no tengo a nadie que me limpie la caca.
En Madrid a 13-6-2017
Francisco
EL MESONERO PRODIGIOSO
Tema:
VILLALOBOS
Capítulo 9.-
Es la que está marcada con el
número 2, de las veinticuatro que contiene el invernadero. La de las azucenas y
el champiñón que acabamos de visitar, es la que está marcada con el número 1,
aunque no nos habíamos dado cuenta de ello. Todas están marcadas con un número
diferente del 1 al 24: las doce de números impares a un lado del pasillo y en
el otro las pares, como esta número 2. Y estos números se ven perfectamente en
las paredes del invernadero delante de cada una. Siguiendo la numeración, vemos
cómo el pasillo transversal que lleva a la gran bañera se encuentra entre las
parcelas 12 y 14, mientras en la parte que lleva a la gran nave, está entre las
11 y 13.
Acisclo hace la siguiente
observación una vez que nos hemos situado sobre la 2, para lo cual, hemos
cruzado simplemente el pasillo:
-Pero esta parcela está vacía. Sólo se ve en ella el suelo oscuro al
parecer de cemento. También la siguiente, la número 4, está vacía y tiene el
suelo oscuro aunque de color amarillo.
-No os lo creáis. Como podéis ver, las dos juntas en la superficie
forman una pista de patinaje de 80 por 38 metros . Cuando os
enseñé hace un rato el plano de esta villa no os conté la historia de esta
construcción y voy a hacerlo empezando por la de este invernadero, la huerta y
las demás dependencias. Y nos
advierte: -Tened cuidado al andar por
aquí pues podéis caeros al ser fácil el resbalar.
INFRAESTRUCTURA DE VILLALOBOS.-
Una empresa constructora que no viene al caso mencionar su nombre, se
ocupó en primer lugar de limpiar de árboles todo el terreno de treinta y cinco hectáreas; y a
continuación, se hizo un inmenso foso de diez metros de profundidad para que
desaparecieran también las raíces y quedara un terreno virgen para ser
explotado debidamente Toda la madera
extraída, en particular la de las raíces, muy apreciada en la industria, la
aprovechó la empresa para resarcirse de sus gastos. Y la tierra producto de la
excavación, ya limpia volvió a rellenar
las siete hectáreas de la huerta que ya conocéis y otros espacios que ya os iré
mostrando, quedando así unos terreno ideal para la explotación de árboles y
plantas. Ya conocéis los sótanos de la Bañera, pero ignoráis que la hectárea
que también ocupa el suelo de la Nave, es un inmenso depósito de agua de cien
mil metros cúbicos. Y no os digo nada del que queda debajo del patio de ciento
sesenta y dos metros de largo por cien de ancho, que contiene ciento sesenta y
dos mil metros cúbicos. En total, contando con el de la bañera de cincuenta mil
metros cúbicos, disponemos de trescientos doce mil en total, que se reponen
constantemente con las aguas de los manantiales que nacen en las montañas
vecinas, aparte de las de lluvia que esta parte de la selva suelen ser
abundantes. Mi mayor preocupación fue la de que nunca faltara agua en mis
terrenos y por eso elegí esta selva al pie de las montañas en las cuales ella
se prolonga. La de estos tres depósitos,
es suficiente y en estos diez años
nunca ha faltado. Aquí el agua sobra por todas partes y es elemento de
diversión infinita. Y pasmaos de lo que os voy a decir…
Nuria interviene en plan jocoso
fingiendo que está un tanto asustada:
-Por favor, no nos
asuste.
-No voy a asustaros, pero es bueno que sepáis que debajo del suelo que
ahora pisamos, existe un túnel de ocho metros de anchura que parte
de aquel segundo espacio donde están los talleres, el garaje y demás. Está formado por dos muros que nacen del
fondo de la excavación con sus consiguientes cimientos. Y ahora podéis
explicaros ese pasillo especie de carretera que atraviesa la huerta que nos
lleva hasta aquí estando hueco por debajo y apoyado en estos dos muros que la
separan en dos partes exactamente iguales. A partir de nuestra propiedad, sigue
el túnel bajo esos campos labrados que atravesasteis, pero con sólo cinco
metros de altura; y cruza por debajo de la Carretera del Estado ya muy cerca de
la playa. A ella podemos acceder con nuestros vehículos.
Anita interviene:
-Sí, ya vimos la carretera antes de llegar a la playa, aunque nosotros
llegamos a ella andando a campo traviesa.
Anita apunta:
Ahora me explico yo ese pasillo de hormigón que atraviesa la huerta y
que creía era para el paso de vehículos.
Esteban prosigue:
-Bueno, también sirve para eso; y para muchas cosas más, como es la de
acercar al patio los productos de la huerta. El vaciado del terreno en todo el
perímetro, fue también protegido por muros como este. El invernadero tiene en
cada parcela dos plantas de sótano que pueden ser destinados a usos diversos,
de los cuales es una pequeña muestra esta que acabáis de visitar.
-¿Entonces, debajo de la planta de sótano, que hemos visitado de unos
cinco metros de altura, hay otra igual? –pregunta Acisclo sagazmente.
Pues sí, así es en efecto y en él, el bancal de champiñón es más del
doble que el que habéis visto pues hay situadas cajoneras intermedias a las que
se tiene acceso por ambos lados; y lo que no habéis visto, es el tubo que tiene
salida al patio que ya conocéis donde suben para ser envasados y su posterior
lanzamiento al mercado. Es un negocio bastante rentable y que da poco trabajo.
En él pensé cuando estaba construyendo estos sótanos.
-Arrea, -comentan festivamente Nuria y Acisclo al oírle la palabra
negocio. –Si resulta también que aparte
de músico, médico, ingeniero de sistemas, cocinero, agricultor y otros, es
además hombre de negocios.
-Pues sí, lo soy, ¿Y qué? Sobre todo esto último, porque sino lo fuera,
nada de esto que estáis viendo sería posible.
Añade con guasa:
-Soy además
cacharrero.
-¿Eso que es? Preguntan
ambos.
-¿No lo adivináis?
Pues no os lo voy a decir.
Yo también me estoy divirtiendo,
no sólo por la conversación que escucho, sino por todo lo mis ojos están viendo
en esta preciosa mañana, y todo lo que a la vez voy comprendiendo.
¡Ah, LA COMPRENSIÓN, qué cosa tan importante, -exclamo atrayendo
todas las miradas; y continúo: Tu que
eres reina de los Espacios Infinitos, tu, que
junto al AMOR sois pareja inseparable a los pies de Dios nuestro Señor, qué feliz me siento aquí,
en este momento, donde la luz de la inteligencia alumbra junto a la de la
imaginación con claridad diáfana y
multiforme/ ¿cómo es que tardas tanto en llegar a nosotros en este planeta
desgraciado? ¿no ves la falta que estás haciendo? ¡He aquí al hombre que
durante siglos ha estado buscando la humanidad, al hombre ideal, al homúnculo,
al hombre-dios!
Esteban totalmente ofendido al nombrarle hombre-dios, me
para en seco gritando:
-¡Soy simplemente un hombre. Y si quieres ser realmente mi amigo,
retira ahora mismos tus últimas palabras!
Un silencio sepulcral se ha
posesionado del invernadero ante sus gritos. Los de mi familia están
asombrados; los niños que ocupan las parcelas, muchos de los cuales
entretenidos en los sótanos, salen a la superficie asustados, uniéndose a los
demás: son quizás los primeros gritos que han oído de este hombre tan pacífico y yo,
le he sacado de sus casillas. Todos miran expectantes a los dos actores del
drama.
Estoy aturdido. He metido la pata
hasta la ingle. No encuentro palabras con las que excusarme. Tiene que ser él,
quien generosamente dando pruebas de una magnanimidad extrema, dice una vez que
se ha calmado:
-Perdón por mis gritos, no es necesario que hables ni te excuses, pues
por tu aspecto veo que has comprendido el inmenso daño que acabas de hacerme.
Es probable, que esto no sea cosa que venga de ti, sino de alguna jerarquía
superior, que intenta que dentro de esta historia, quede clara y patente la
idea de Dios. En cuanto a la Comprensión, continúa diciendo-, asumo todas las palabras que has
pronunciado, ¡cómo siendo una sustancia tan divina como el amor, tarde tanto en
llegar a este planeta?
Mi mujer e hijos, están un tanto
cohibidos, a partir del suceso, y tampoco saben qué decir. Nuestro grosero
lenguaje de hombres civilizados, choca con el precioso lenguaje de este mundo
donde el silencio, es moneda de cambio, y donde la comprensión realiza su
función mágica sin necesidad de palabras. Las mías han estado de más. Sobraban.
Pero como bien acaba de decir Esteban, quizá han sido promovidas por un ente
superior, para sembrar la INCERTIDUMBRE en la mente de estos niños, ejemplares.
Estos niños han sido manchados por estos gritos que jamás habían oído en boca
de este hombre justo y ecuánime, y pensarán, si aparte de lo que ellos conocen,
no habrá otras cosas dignas de conocer. Ha sucedido algo parecido a la pérdida
de la inocencia de nuestros primeros padres en el paraíso y, quizá sea una
advertencia. Pienso que un nuevo paraíso
como el que se está preconizando al ir construyendo esta historia, necesita de
una severa advertencia para que no se cometan los errores que durante milenios
se han cometido a partir del primero. Y puesto que el trabajo, se concibe aquí
dentro de la categoría del goce y la diversión, es conveniente saber que, en
todo juego, en toda diversión, se pierde su esencia si no hay dentro del mismo
unas buenas dosis de incertidumbre. Estoy pensando, comprendiendo, que lo más
probable dentro de este silencio que se ha producido, Esteban esté pensando lo
mismo que yo. Me abrazo a él tímidamente y el gran apretón que me propina, me
hace comprender que volvemos a ser amigos.
Todo lo dicho hasta el momento,
ha sido paseando sobre el bruñido suelo de cristal, procurando no resbalarnos.
Esteban nos hace la observación de que ningún niño ha pensado en estos momentos
en patinar, pero esto no es óbice para que algunos aparezcan de pronto y se
pongan a hacerlo, pues hay un equipo que se prepara para los campeonatos
mundiales, y hay parejas como la formada por Amanda y Miguel que corresponden
los números 15 y 20, respectivamente.
-Os habréis fijado, -nos dice-,
que todos los niños tienen en el hombro derecho tatuado un número. Es el único tatuaje que aquí se permite,
pero hube de hacerlo para que cada uno tenga una identidad única y no haya
repetición.
Antes de que Acisclo abra la boca
y adivinando lo que va a objetar, dice:
- Se que estáis pensando que marcho a los niños como si fueran
borregos, pero fue algo imprescindible, porque ese número es el que les
identifica ante el ordenador. No obstante, ellos gustosos de ponerse nombres,
se colocan los que les parecen bien y hay entre ellos varias Amandas y algunos
Migueles. Pero esta pareja, como os decía, números 15 y 20 son únicos como patinadores
y algún día sus nombres serán famosos en el mundo entero.
Antes estas palabras, Nuria y
Anita, le dicen que les acaba de quitar un peso de encima, pues desde que
llegamos, tenían esta objeción en sus
labios y no se atrevían a hacerla por miedo a que le sentara mal, aunque ya
suponían que estos números eran por motivo de identificación.
En la esquina de la parcela
pegada al muro frontal, está la entrada
por una pequeña escalera por la que bajamos al primer sótano, cuyo suelo al
contrario del de la parcela 1, está perfectamente enlosado; y también, se puede patinar por él, pues ningún
obstáculo lo impide. Es una inmensa sala de 36 por 40 metros , en cuyas
cuatro paredes se pueden proyectar toda clase de imágenes y, Esteban nos
explica, que cada una de ellas tiene un fin determinado. Nos dice:
-Esta sala es la única de todo el invernadero que sólo yo he
intervenido en su construcción, la cual realicé en los primeros tiempos que
empecé a traer niños al mundo.
Anita le interrumpe:
-Se que eres muchas cosas, pero esta última que acabas de decir, no la
admito, pues sólo a las mujeres nos esta dado el traer niños al mundo.
Todos hemos comprendido a qué
mundo se refiere, Anita también, pero está en plan de broma; y él nos lo
confirma contestando:
-Me refiero a este mundo, a este lugar oculto en medio de la selva en
el que estamos. Por supuesto que no estoy capacitado para parir.
Y prosigue:
-Aquí acudimos cuando necesitamos cualquier clase de información especial
para nuestras actividades literarias, en particular, aquellos niños que tienen
vocación de escritores; yo no tengo esa vocación y, es por eso que considero
providencial vuestra llegada y que Ramiro lo sea, pues es interesante, que el
mundo conozca mi biografía y sobre todo, en particular, todo lo que aquí sucede.
Acisclo esta vez:
-Pues bien podías haber colocado aquí alguna butaca para que tus niños
puedan hacer cómodamente estas consultas.
-Tienes razón, y es por ese motivo que un duplicado de esta sala, está
en la de abajo que vamos a visitar de inmediato.
Al oírle, he visto asomar un
cierto gesto de malestar en su mirada y una ligera contracción de sus pómulos,
cierta tirantez que no había visto antes e él, y lleno de curiosidad, por saber
de qué se trata, le digo:
-Algo te inquieta Esteban, y lo colijo por ese gesto que has hecho al
pronunciar esa última palabra de “inmediato”.
-¡Ah, te has dado cuenta!, pues sí, es una inquietud tonta que no puedo
eliminar, y que viene desde mi juventud, cuando como a los demás adolescentes,
hablábamos versificando. Y se ha producido al hacer la rima de manera
involuntaria de la palabra “inmediato” con las anteriores de “abajo” y vamos”.
Si hay algo que me molesta, es no haber podido eliminar en mi lenguaje, esta
vieja costumbre de rimar. Aquí, como bien sabes, sabéis, las inquietudes son de
un orden superior y las que perturban el cerebro sin ningún fin, no deberían
existir; pero yo continúo soportando esa lacra que gracias a Dios, mis niños no
tienen en sus limpias mentes.
Y cambiando de tono añade:
-Esta sala es como si dijéramos
de recepción, donde todos de pie pueden hablar e intercambiarse sus ideas,
aunque no hace falta, porque mis niños, como sabéis se comunican mentalmente
por medio del Chip.
Hemos ido bajando al segundo
sótano cuyas paredes están lisas como las del primero, y vemos que está
completamente lleno de butacas giratorias, cien –nos dice-, donde cualquiera se
puede sentar tranquilamente a realizar sus consultas; e incluso, si así lo
desea, se puede echar una siestecita
colocando la butaca en posición horizontal. De hecho, la mitad de los cuarenta
niños que hay en ellas, las han tendido y duermen dulcemente con los ojos
cerrados. Pero hay algunos que así tendidos los tienen abiertos y es, porque en
el techo se proyectan imágenes igual que
en las paredes. Los otro que hay sentados, miran a las paredes donde leen las
noticias que han ido buscando o contemplan las imágenes que han traído a
colación.
Nuestro guía, al bajar, nos ha
pedido previamente que nos mantengamos en silencio, pues los niños en este
segundo receptáculo, necesitan estar concentrados, bien sea en sus
indagaciones, o bien sea mientras duermen, que en este caso, también sería de
mal gusto una intrusión en el descanso que tienen merecido.
Cada uno de nosotros, intentando
no molestar, hemos seguido el ejemplo de los niños y nos hemos ido sentando,
Acisclo y Nuria, incluso se han tendido, divertidos por este hecho. El único
problema que tenemos, es que al no estar provistos del chip, que los niños
tienen en sus cerebros, no podemos actuar obteniendo información cual ellos
hacen dentro de esta biblioteca especial que, como bien nos ha dicho Esteban es
una de las primeras cosas que él mismo tuvo a bien crear. Debido al sistema
informático implantado aquí por él, aparecen toda clase de libros virtuales
cuyas letras, las pueden hacer del tamaño que más conviene, algo parecido a los
antiguos kindles de amazón.
En medio de esta quietud que allí
se disfruta, ocurre un hecho sorprendente que me veo en la necesidad de
relatar; y es que de pronto, la pared correspondiente a lo que pudiéramos
llamar el eje del invernadero,
empieza a vibrar por un sonido muy fuerte que nos pone a todos en alerta,
pensando que se está produciendo un terremoto. Los durmientes despiertan y poco
a poco se van marchando y sólo quedan los que están haciendo uso de la
información que han ido allí a buscar. Ni ellos, ni Esteban muestran la más
mínima preocupación por lo que acaba de suceder. Y nos explica:
-No se si habréis notado al bajar a estos sótanos, que sus dimensiones
no son las de un cuadrado, sino las de un rectángulo de 40 por 36 metros .
-No digas más, -le interrumpo,
-estamos pegados al túnel, que según nos decías hace un rato cruza por debajo
de todo este complejo y va a desembocar a la playa. Le digo. Y contesta, -Así es, efectivamente. Ha pasado el coche de los mecánicos que van a
poner en marcha la bomba de agua.
- ¿Qué bomba? –Inquiero. Y
responde:
-Una bomba que sumergimos en el mar, que trae agua salada para rellenar
la Bañera.
-¿Y por donde pasa esa tubería?
- Precisamente por la parte de arriba de la pared. Si tenéis paciencia
y os viene a bien esperar ya oiremos el ruido del agua al pasar. Vamos a llenar
la Bañera. Es una operación que hacemos de vez en cuando.
No ha terminado de decir esto
cuando oímos otro ruido, parecido al trote de caballos, lo que hace exclamar a
Nuria:
-¿Y esto que es?
- Son unos jóvenes que regresan
de la playa donde han pasado el día bañándose.
-¡Atiza! -Exclamo yo pensando en las amazonas que se cepilló Acisclo
cuando estuvimos en la playa. –¡Si además
tienes cuadra de caballos!
-Así es. Ya os enseñaré las caballerizas.
CONTINUARÁ
Aporophyla
lutulenta Madrid, a 6-6-2017 Francisco
Penélope recorre frenética el
pasillo de su casa yendo repetidamente del salón a la habitación donde tiene el
duplicado del teléfono. En su mano derecha lleva un folio de papel donde ha escrito
las siguientes palabras al lado de un
número de siete cifras: Comisaría
de policía de Ciudad los Ángeles. -
- - -
- - -
Acaba de recibir la llamada de un
agente de dicha comisaría comunicándole que su hija Florita conduciendo drogada
ha sido detenida y el control de alcoholemia al hacerle las pruebas ha dado
positivo. Ha atropellado a un ciclista que se encuentra muy grave ingresado en
el hospital Doce de Octubre. Le comunican que al día siguiente será trasladada
al juzgado de guardia de Plaza Castilla donde le tomarán declaración; y del
juez depende que le dejen en libertad provisional o le manden directamente a la
cárcel.
Sobre el papel, había tomado momentos
antes de la noticia, mientras se distraía, los siguientes datos de Internet:
Aporophyla: {gr, aporos, os, on}, difícil, dudoso + {gr, phyle, es}, amante.
lutulenta: {lt, lutulentus, a, um}, fangoso, embarrado.
lutulenta: {lt, lutulentus, a, um}, fangoso, embarrado.
Las alas anteriores de estos noctuidos presentan
diversas tonalidades de grises, y en ellas se aprecian numerosas líneas
zigzagueantes más oscuras y una mancha arriñonada de color blanquecino. Las
alas posteriores son enteramente grises con las fimbrias blancas. Alcanzan los 3.5 centímetros de
envergadura alar. Las
orugas son verdes con líneas laterales blancas que pueden llevar un fino remate
violeta o amarillento, presentan finas quetas transparentes; la cabeza es verde
amarillenta. Miden hasta 4
centímetros de largo. Las orugas se alimentan de las
hojas de diversas plantas: cardo de cardadores (Dipsacus sativus), jara
blanca (Halimium atriplicofolium), acedera (Rumex acetosa),
algunas especies de sauces (Salix) y otras. Crisalidan en el suelo entre
la hojarasca sin protecciones especiales. La crisálida es de color pardo
verdoso y se oscurece al madurar. En este estadio pasan todo el verano, desde
junio hasta septiembre. Se distribuye por el sur y el centro de Europa, el
Cáucaso, Turquía y el Mar Negro.
La mujer, permanece estática
durante horas, lápiz en mano subrayando palabras aquí y allá, que saltan a su
vista como puñales luminosos que intentan herir sus ojos. Y las va volviendo a
escribir sobre el papel rodeándolas con un trazo:
Fangoso embarrado
dudoso lutulenta difícil
zigzagueantes
amante cardo
jara blanca crisálida madurar noctuidos Europa Caúcaso
Turquia Mar Negro...
Y añade algunas palabras que
no están allí pero que acuden a su mente complementando la historia:
Madrid jueces policías
juventud irresponsable padres desastrados Antonio hijos amigos sociedad saciedad suciedad crueldad Estulticia capitalismo suicida…
6-6-2017
EL MISTERIO DE LAS CAMAS GEMELAS
Capítulo III. El WHATSAPP y la pasta gansa.
Pedro, en su llegada al infierno,
estaba un poco asustado al pensar en los horrores que iba a encontrar allí,
pero nada más echar la primera ojeada se dio cuenta, que no tenía porqué
preocuparse, porque aquellas calderas donde tantas veces había escuchado que
eran los hornos donde ardían eternamente las almas, nada de eso, sino que de
aquellas llamas caprichosas de gran belleza, salían perfectamente asadas, buenas
salchichas y chorizos, y no digamos las enormes cantidades de pan y dulces de
todas clases. De jamones, para qué contar. El coñac al gusto de un Napoleón
III, era exquisito y también la coña. Aunque esto de la “coña” no llegaba
directamente a él porque multitud de diablillos, se apropiaban de ella en el
camino y la saboreaban a su gusto y medida.
El caso es, que llegaba allí,
bastante delgado por las muchas leguas que había recorrido en la vida terrenal
para hacerse un nombre y convertirse en una celebridad. Pero ante tan grande
cantidad de comida, seguro que engordaría. Aquello era para él un triunfo más
que un castigo y empezó a sentirse encantado; mas, toda dicha se acaba pronto
aún en el mismo infierno, y cierto día que se encontraba bailando la sardana de
la mano con el pobre diablo Incetinin, a quien debía muchos favores, se
presenta nada más y nada menos que William B (Bill) Gail, PhD - American Meteorological
Society
Así decía la tarjeta de visita
del impresionante personaje, conocido en todo el mundo terreno como el mayor
innovador de cuantos grandes hombres allí habían nacido. Nada menos que EL
PADRE DE LA INFORMÁTICA. Las paredes del Infierno, que Pedro, aún no había
tenido ocasión de ver, estaban empapeladas con millones y millones de almas que
habían perdido su esencia y cuyo papel mientras vivían había sido nulo, por
haber caído en la horrible práctica del WhatsApp Web.
Pedro se sentía un tanto
avergonzado porque a través de ese aparatito había recibido muchas adhesiones a
las cuales debía su triunfo. Pero vayamos a lo de Carolina. Esta sigue
insistiendo a Francisco que le cuente, cómo su marido prefirió suicidarse
precisamente cuando le era tan fácil asesinarla a ella allí indefensa y
durmiendo a pierna suelta. Y este le explica que fue debido a una debilidad del
susodicho, consistente en la gran atracción que sentía por los asientos. Su
primera intención al acudir allí aquella mañana con sus maletas, era la de
asesinarle y marcharse con ellas a Panamá, con objeto de ingresar en un banco
la enorme cantidad de billetes de quinientos euros, que llenaban la maleta de
donde había extraído la pistola…
-¿Cómo? –exclama Carolina en el colmo del asombro.
-Como te lo estoy contando, preciosa.
-¡Pero bueno! –vuelve a exclamar ella. Y añade: -¡pero si nadie había dicho hasta ahora que esta maleta contenía ese
tesoro!
-Tu no te diste cuenta porque estabas congestionada, pero muchos de lo
que allí acudieron, en cuestión de segundos lo hicieron desaparecer
escondiéndolo en sus cuerpos serranos. Es lo que suele ocurrir en estos casos,
pero de ello nunca se habla.
-No me lo puedo creer.
-Pues créetelo, que mucho se de estas cosas.
-Pero no me dices porqué se mató mi marido.
- Ya te he dicho que por su gran afición a los asientos. Si no se
hubiera sentado en la cama, cuando había sacado la pistola para matarte, todo
hubiera salido como pensaba. Pero ante la blandura de aquel asiento, ante la
placidez que sentía, de una manera infantil e irresponsable se pegó el tiro en
la sien creyendo que era una buena idea. Tu mejor que nadie sabes como era tu
marido y las niñerías que estaba acostumbrado a cometer. Poco puedo decirte
sobre él que tu ya no sepas. Ahora está en los infiernos codeándose con grandes personajes de la historia, cual este
Bill Gail, de los demonios.
Carolina está impaciente por
conocer más cosas sobre su difunto esposo y también está sin salir de su
asombro por la revelación sobre el tesoro que contenía aquella maleta. Piensa
que esa pasta gansa era de ella por derecho propio al morir su marido, y le empiezan a surgir ideas, sobre cómo reclamar su dinero a doña Emilia, don
Camilo, don Damián, doña Cecilia, los agentes de policía y cuantos personajes
aparecieron por allí el día de autos. No sabe la infeliz, que la “pasta gansa”
es un ave de vistosos colores que vuela por los espacios infinitos y pocas
veces, en muy contadas ocasiones, vuelve a ser recuperada. Se puede aplicar a
ella esa famosa frase de Galileo Galilei:
…) Y sin embargo se mueve…
Francisco, no tiene ganas de
seguir la conversación y la deja para otro día.
CONTINUARÁ.
30-5-2017
EL MISTERIO DE LAS CAMAS GEMELAS Capítulo II
Tema: LOS CELOS
Carolina, que sigue asistiendo al
taller de escritura del Miguel Delibes, no deja de insistir a Francisco, para
que le explique lo que pasa sobre el caso de su difunto esposo, pues solamente
él, conoce lo que decían aquellos papeles encerrados en la segunda maleta,
aparte que debido a su enorme sagacidad para investigar casos policiales, sabe
cosas sobre la vida de su marido que ni ella ni nadie conocen.
Y es, que el tal Francisco, ha
descubierto que una tal Susana, rica heredera de un pasado glorioso lleno de
increíbles hazañas beligerantes, poseedora de media Andalucía, de la que Pedro tenía unos celos enormes
porque todas las insensateces que él como varón poco experimentado solía
cometer, ella, mujer sabia y circunspecta, poseedora a la vez de enormes
virtudes no cometía, sino que era seguida por cuantas personas camelaba con su
presencia exquisita, libre de toda sospecha sobre lo que representaba en
realidad. Pues bien, de una manera poco recomendable, la había asesinado
subrepticiamente con nocturnidad y alevosía, escondiendo su cadáver en un lugar
de la Mancha de nombre no quiero acordarme, y, lleno de esa insania, que sólo
algunos personajes funestos llevan entre pecho y espalda, decide cargarse
también a su esposa, la cual el único mal que le había hecho, era haberle
querido con locura, porque, todo hay que decirlo, Pedro era guapo a rabiar, tan
guapo, que es lástima que se pierda esa especie ibérica de criaturas de presencia
angelical, si bien, los hechos confirman que a veces, la belleza física, sólo
es apariencia, pero, así son las cosas y así nos vemos obligados a contarlas
aquellos escritores que cómo yo, somos amantes de la Verdad y la Clarividencia.
De eso no sabe nada la pobre Carolina, que
está in albis, es decir, que si hubo abandonado a su marido y se fue a vivir a
aquella pensión, no fue por desamor, sino todo lo contrario, uniéndose a ese
caso tan frecuente que este escritor ha detectado dentro de la piel de toro,
donde las parejas amantes, confiesan públicamente que se separan, porque es
tanto el amor que se tienen, que no tienen más remedio que irse cada uno por un
lado para así, poder desarrollar todos sus valores y crecer, crecer, que es la
consigna que dan todos psicólogos de la piel de toro. El
ser humano ha nacido para crecer, no para quedarse amodorrado sobre la silla
vacía del enlace conyugal. (frase muy celebrada en los medios
actuales proferida por un filósofo moderno).
Pero volvamos al caso que nos ocupa, y empezamos por aquello
de que:
"Echó una ojeada a la chica que dormía en una de las camas
gemelas. Después fue hasta una de las maletas, la abrió y extrajo una
automática. Quitó el seguro. Después se sentó en la cama desocupada, apuntó con
la pistola y se disparó un tiro en la sien derecha"
Carolina es un ser humano llena
de tantas virtudes, que aún perteneciendo a la clase pobre, tiene un alma tan
transparente de una hermosura tal, que su difunto marido, envidioso, sentía
tales celos, que disfrazado por las bellas palabras que él, todo hay que
reconocerlo, pues pertenecía al mundo universitario donde se enseña a hablar
muy bien, sabía pronunciar, y, es por eso que fue quien tuvo la idea de que
ella se fuese a vivir a la pensión durante unos días, mientras resolvía un
importantísimo asunto que (llevaba entre manos), el cual no era otro que el de
asesinar a la tal Susana.
Pero de ello no sabía nada la inocente Carolina.
CONTINUARÁ.
23-5-2017
EL MISTERIO DE LAS CAMAS GEMELAS
"Echó una ojeada a la chica que dormía en una de las camas
gemelas. Después fue hasta una de las maletas, la abrió y extrajo una
automática. Quitó el seguro. Después se sentó en la cama desocupada, apuntó con
la pistola y se disparó un tiro en la sien derecha"
I
Ante el disparo, Carolina, se
despierta asustada, y al ver tendido y desangrándose, a Pedro, su marido, lanza
un grito terrible que asusta a los vecinos. Cree que está sufriendo una
pesadilla. ¿Tan dormida estaba que no había notado cómo éste, había entrado
allí con las dos maletas y el trajín de abrir una y sacar la pistola para
matarse?
Ante sus gritos van apareciendo
las personas residentes en la pensión, y la dueña doña Emilia; la cual, de
inmediato, al ver que el hombre se ha saltado la tapa de los sesos, acude al
teléfono para llamar a la policía.
Lo único que han podido sacarle a
la joven es que se trata de su marido, sobre el que pesa una orden judicial de
alejamiento. Es un espectáculo dantesco el verla desnuda ante el cadáver y a
punto de desmayarse. No atina ni a vestirse siquiera, tal es su estado de
confusión mental. El día anterior, lo había pasado muy bien en la biblioteca
Miguel Delibes de Moratalaz en el un taller de escritura al que asistía
acompañada de muy agradables compañeros, en particular un tal Francisco, que le
había entregado una copia de su relato para ese día, cuyo título era “la bañera” y había soñado que la chica
del relato rodeada de serpientes, era ella. Ahora, está rodeada de un montón de
gente que la mira de la manera más curiosa respetando su mutismo. Emilia, que
vuelve de hablar por teléfono, le echa una manta por encima para tapar sus
desnudeces.
-¡El muerto se ha movido! –dice horrorizado don Camilo el vecino
del segundo izquierda, un señor muy elegante con corbata y sombrero.
-Quita hombre, ¿No ves, el agujero que tiene en la sien derecha? Este
hombre está muerto y bien muerto, -le dice el vecino del segundo derecha, otro
señor con corbata que había acudido con el periódico el País en una de sus manos.
-No discutan –dice la sagaz Cecilia, vecina del tercero izquierda, entrando
al quite.-Debe tratarse de un espasmo
post mortem, ya que este tío la acaba de espichar. Y añade: El espasmo cadavérico es una forma rara de
endurecimiento muscular que ocurre en el momento de la muerte, persiste hacia
el periodo de rigor mortis y puede ser confundido con
rigor mortis. La causa es desconocida, pero es usualmente asociada con muertes
violentas que ocurren bajo circunstancias extremadamente físicas con intensa emoción.
El vecino del
segundo derecha, Don Damián, replica, -Bien
veo doña Cecilia que está usted muy enterada de estas cosas, pero según observo,
aquí no hay señales de violencia.
La discusión se generaliza entre
los vecinos y los pensionistas y acaba con la llegada de la policía. Los dos agentes hacen desalojar la habitación
y dicen a Carolina que se vista para empezar a interrogarla. Ella, hasta ahora
callada, rompe a hablar atropelladamente, haciendo la siguiente declaración:
Yo estaba durmiendo tan a gusto soñando que estaba dentro de una bañera
rodeada de serpientes, según un relato que me entregó Francisco donde la chica
disfrutaba de un nirvana encantador, fluctuando en la cuarta dimensión, de
donde me llegaban maravillosas revelaciones del más allá y…
¡Corta el rollo!, -le dicen los dos policías a la vez, lanzándose
sobre ella que retrocede asustada. Creen que se está burlando de ellos y le
ponen las esposas, llevándosela a continuación a la Comisaría.
Poco después que ellos salen con
ella de allí, ante la expectación de las gentes, llega la policía judicial, que
empieza a tomar toda clase de huellas; y culmina la operación, con la llegada
del juez para hacer el levantamiento del cadáver y las diligencias previas para
el traslado al Instituto Anatómico Forense.
II
Tenemos que limitarnos a las
explicaciones que días más tarde nos dio Carolina sobre el caso; y es que la
asediaron a preguntas sobre el tal Francisco, del que sospechaban que estaba
metido en el ajo.
El caso es que ella, no se
explica cómo su marido si pensaba matarse, había cargado con aquellas dos
maletas hasta allí. Eso ya no se puede saber nunca porque está muerto. Puede
ser que, -como estaban en trance de separación-, las hubiera preparado para
marcharse una vez la hubiera liquidado. Lo cual, se contradice con lo sucedido.
Lo que si se sabe (aunque no de donde procede la noticia), es que la pistola
con la cual se disparó Pedro, la sacó de dentro de una de las maletas.
Está claro, que los hechos
sucedieron cosa así entre las nueve y diez de la mañana, porque si no: ¿Asunto de qué todas las
personas que acudieron iban vestidas como lo demuestran los vecinos del segundo
que iban con corbata e incluso uno de ellos con sombrero?
Y, ¿a qué viene eso de pegarse un
tiro este hombre por muy desesperado que estuviera? Si odiaba a Carolina y se
iban a separar, lo más lógico es que quien resultara cadáver hubiera sido ella,
que no él. Pero esto tampoco cuadra, porque lo normal en la violencia de
género, es que la víctima muere después de una fuerte discusión. Aquí, por lo
que parece ser no hubo discusión y todo estaba en perfecta calma.
Pero hay algo más: ¿Y las
maletas?
Son tantas las incógnitas sobre
el caso, que el juez Velasco encargado del mismo, manda archivar el expediente,
dándole por sobreseído. Y si al final ha sido resuelto para satisfacción de
cuantos lo han seguido apasionadamente punto por punto, se debe precisamente, a
la sagacidad del tal Francisco, que aún no teniendo velas en este entierro, al
registrar la otra maleta, de la que nadie había hecho caso, encuentra el libro titulado LOS PAPELES DE ASPERN, y también, multitud de papeles del pobre Pedro los cuales
hará públicos un día de estos, debido a la gran importancia de las revelaciones
allí contenidas y que justifican el que tomara tan terrible decisión. Y junto a
ellos, la carta con las razones por las cuales decidió marcharse de este mundo.
Basta aportar el dato para cualquier interesado de seguir el caso, que el
apellido de Pedro, es Sánchez.
Lo que no ha podido explicarse
todavía Francisco, y lo deja en manos del sabio lector, es porqué este hombre tuvo
que ir a suicidarse en la misma habitación donde dormía su esposa, y no, en el
dormitorio conyugal que ella había abandonado con anterioridad. Opina que debe
tener fácil explicación, pero no se atreve a darla por ahora.
23-5-2017
Biblioteca BIB en la calle Alonso de Tobar, taller de escritura de
relatos en sesiones cada quince días, dirigido por el escritor don Juan Carlos
Márquez.
EN EL PARQUE
I
Cuando he salido esta mañana a la
calle a estirar las piernas, pasando por el parque de la Buena Esperanza he
presenciado cómo un niño de unos diez años, apaleaba al que parecía ser su
perro, y le daba tales patadas, que he tenido que intervenir apropiándome de la
cuerda con que tenía sujeto al pobre animal. Una señora rubia de unos cuarenta
años que estaba leyendo un libro sentada en un banco cercano, se levantó a ver
que sucedía y, un señor de una edad parecida, que andaba por allí cerca, me ha
interpelado furioso al tiempo, que dándome un fuerte tirón de la cuerda se ha
hecho con ella. Otro tipo moreno en camiseta, mostrando unos brazos tatuados, bastante
mayor, como de unos sesenta años, al oír las airadas voces, se ha acercado y al
escuchar a mi agresor, que decía ser el padre del niño, se ha puesto de su lado
de manera, que he quedado en ridículo por haber intervenido. No me gustan las
peleas callejeras, pues bastante tengo en mi casa con las que tengo con mi
mujer, y me he alejado de allí con la cabeza baja, maldiciendo la hora de haber
salido a pasear por el parque. Estoy avergonzado. La rubia habrá pensado de mi
que soy un cobarde por no haber plantado cara a aquel tipo que decía ser el
padre del niño, y también puede haber pensado, en cuanto a ese padre que
consiente que el niño pegue al perro, debe ser un individuo sin entrañas. ¿Y el
de la camiseta y los tatuajes? ¡qué tipos tan raros aparecen por ahí!
II
Este hijo mío, no hace más que
darme problemas. Esta mañana por su culpa, he cometido un acto vergonzoso llevado
por el instinto más que por la razón, del que estoy profundamente arrepentido.
Cuando tenía que haberle abofeteado por la paliza que estaba dando a Bufi, en
lugar de ello, he procedido al revés, descargando mi furia sobre el hombre que,
adelantándose a mi, estaba ejerciendo las funciones que me correspondían
reprobando a mi hijo su mala conducta. Debía haberle pedido perdón delante de
todos y no haberme dejado llevar por las palabras de aquel tipo de los
tatuajes, que acudió en mi ayuda dándome una razón que yo no llevaba. Siempre
en el momento menos oportuno, aparece un tipo así, que se atribuye el papel de
redentor y acaba enturbiando las cosas de manera que estas acaban pareciendo
algo distinto a lo que deberían ser. Juanito ha quedado sin castigo y la rubia
que yo estaba a punto de ligar, habrá tomado un mal concepto de mi. Esto es lo
que más me pesa. Desde que murió mi querida Eduvigis, ando descarriado buscando
un nuevo amor, una mujer que me ayude a enderezar a este niño travieso y mira
por donde, todos los días que llevamos acudiendo al parque se han perdido por
este incidente desgraciado.
He cometido un atropello
imperdonable que no sé cómo de qué manera voy a reparar, pues aquel hombre al
que he ofendido es seguro que no volverá a aparecer por el parque. En cuanto al
de la camiseta, seguro que volveré a encontrármelo, porque esta clase de gente,
está siempre en todas partes y a cada momento.
III
Estoy avergonzado de mi conducta
de esta mañana, por el incidente del niño pegando al perro a cuyo padre me he
puesto a defender. Cada vez que salgo a la calle realizo algún acto del que
tengo que arrepentirme después. Soy un ser despreciable que siempre estoy
metiendo la pata. Y lo peor, es que aunque lo reconozco y me arrepiento de cada
acto reprobable que cometo, cuando llega la ocasión, vuelvo a caer en el mismo
despropósito. No sé qué va a pensar de mi la rubia a la que vengo tirando los
tejos desde hace varios días. Seguro que nada bueno porque me ha mirado echando
fuego por los ojos, y sin decir palabra, ha desaparecido.
IV
He perdido la mañana lamentablemente.
Cuando he visto aparecer a ese hombre en el parque tan bien vestido, con porte
de gran señor, he pensado que era mi día de suerte y que Dios al fin había oído
mis súplicas y me iba a conceder el más ardiente de mis deseos. Y mira por
donde, ese niño malcriado, se pone a pegar al perro, él hombre entra en acción
y el padre del niño, acaba armando ese escándalo. Estoy harta de verlo día tras
día apareciendo por allí con el niño y el perro haciéndose el interesante para que yo le mire y le de ocasión de
acercárseme. Algo había en él que me decía que no era trigo limpio y me lo ha
venido a confirmar lo acontecido esta mañana, como me ha espantado a mi Romeo
que seguro era el ser que el destino había puesto por fin en mi camino. Seguro,
que dada la desagradable experiencia que ha sufrido, no volverá a aparecer por
el parque. Y como siempre, si aparecerá este tío de la camiseta, tan repugnante
con esos brazos tatuados que día a día viene a importunarme. Es una vergüenza,
que no existan policías vigilando este parque, que no sé porqué motivo le
llaman de la Buena Esperanza. Mi primer impulso al ver alejarse a ese señor, ha
sido seguirle para manifestarle mi simpatía, y estoy arrepentida de no haberlo
hecho. La ocasión la pintan calva, y yo la he perdido.
V
Mi padre esta mañana se ha
portado como un héroe al quitarle el perro a ese hombre que quería pegarme. Bufi
estaba esta mañana muy impertinente porque no encontraba alguna perrita con la
que ponerse a jugar, y he tenido que pegarle, pero le quiero mucho y mis
pataditas eran del cariño que le tengo y sé que no le ofenden. No sé porqué
existen esos hombre malos que siempre se están metiendo en todo lo que hacemos
los niños y que me ha querido quitar al perro. Menos mal que mi padre se lo ha
quitado a él. Y el de a camiseta, ¡qué tío mas chuli!
VI
Estoy muy triste y avergonzado de
haber provocado esta mañana este incidente desagradable. Juanito tenía razón en
reprenderme porque yo estaba muy nervioso al no aparecer Babi, la perrita de
lanas que tanto me gusta.
407.- COMENTARIOS
LIBROS SUELTOS LEIDOS (2).
393 páginas.
TITULO: LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS
Autor.- Vicente Blasco Ibáñez.
Libro recogido del mercado el 20-5-2017. Se refiere a la 1ª
guerra mundial.
COMENTARIOS.- Me pongo a leerlo este mismo día, y acabo el
capítulo 1º donde Julio Desnoyers llega de la Argentina a París a reunirse con
su amada Margarita, que está en trance de divorcio de su rico marido. Su padre,
Don Marcelo, es un millonario alemán afincado en Francia. El fantasma de la guerra
impera sobre todas las conciencias. Margarita tiene serias dudas si podrán
casarse.
Los capítulos siguientes, no me
parecen interesantes y los ojeo simplemente hasta llegar a la página 149 final
de la 1ª parte y del capítulo 5. Acaba
con estas palabras:
¡Los jinetes! ¡Los cuatro jinetes del Apocalipsis!... Ya estaban sobre
la silla; ya emprendían el galope implacable, arrollador.
Las fuerzas ciegas del
mal iban a correr libres por el mundo.
Empezaba el suplicio de la Humanidad bajo la cabalgata salvaje de sus
cuatro enemigos.
Es una novela más sobre la guerra
¡He leído tantas!. Siempre me ha gustado este escritor, y he leído muchas obras
suyas, pero no me interesa sumergirme en esta por hoy. Sé de sobra lo que voy a
leer en esta segunda parte; es el paso de la Bestia arrasándolo todo. ¡La he
visto tantas veces!
Al final, Julio ha muerto en la
guerra y los padres acuden a un campo solitario de Francia donde está
enterrado. ¿Para qué trasladarlo de allí?
Copio lo siguiente de las últimas
páginas que considero interesante como resumen:
Página 390).- El hijo del rico Desnoyers se había agregado para siempre a un pobre
campo de Champaña. ¡Ah miseria! ¿Y para llegar a esto había trabajado tanto él,
amontonando millones?
Página 391).- No había justicia; el mundo era un producto
de la casualidad; todo mentiras; palabras de consuelo para que el hombre
sobrelleve sin asustarse el desamparo en que vive.
Página 392).- Don Marcelo sintió cierta satisfacción al
pensar en su próxima muerte. Deseaba salir del mundo cuanto antes. No le
inspiraba curiosidad el final de esta guerra que tanto le había preocupado.
Fuese cual fuese su terminación, acabaría mal. Aunque la Bestia quedase
mutilada, volvería a surgir años después, como eterna compañera de los hombres…
LA
BAÑERA Francisco,
16-5-2017
Patricia Mojabe, desde muy
pequeña, tenía un gran cariño a toda clase de animales, e incluso a los
insectos. Le gustaba jugar con los
escarabajos que cazaba en su jardín y les ponía en fila de ataque frente a
ejércitos de hormigas. Y se complacía muchos observando cómo se comportaban.
Eso, cuando apenas contaba seis o siete años. Más tarde, se dedicaba a juegos
de más envergadura y se atrevía con erizos, a los que metía en la conejera de
su madre e incluso algún que otro roedor. También con el palomar, le gustaba
hacer diabluras y metía allí toda clase de pájaros entre las palomas para ver
sus reacciones. Ni que decir tiene que a la hora de elegir carrera, eligió la de
bióloga, lo que no quitaba que en sus momentos de ocio, que eran muchos pues no
encontraba trabajo estable, se dedicara a recorrer el campo, buscando la
compañía de toda clase de animales, incluidas las serpientes con las que se
hacía amiga y acababan dejándose acariciar por ellas. Tuvo la desgracia de
quedarse huérfana muy pronto y, al ser hija única, heredera de la mansión de
sus padres, no quiso abandonarla y siguió viviendo en ella en plena naturaleza.
Coleccionaba serpientes que, para que no estuvieran por la casa escondiéndose
en los sitios más insospechados, las tenía encerradas en el cuarto de baño y,
señorita del pio, pio, muerta de hambre y muerta de frío, porque incluso en el
amor carnal, fue desgraciada, pues ningún hombre se le acercó con buenas
intenciones, multitud de días con sus noches, se desnudaba y se metía en la
bañera, ocurriendo, que las serpientes al verla allí, no se sabe si por esa afinidad que esa
especie tiene por la mujer que nos viene desde aquellos tiempos de nuestros
primeros padres, se metían con ella y le hacían toda clase de caricias,
diciéndole en un lenguaje particular a base de silbidos que ella comprendía muy
bien, que no debía preocuparse, por las contrariedades de este mundo, todas
ellas fáciles de solventar, que los hombres en general y también las mujeres,
se han ido alejando de la naturaleza poco a poco y, acostumbrados ellos y ellas
a vivir fuera de ella, son infelices en grado sumo, pero ella no debía
preocuparse por ello, porque allí estaban ellas para darle todo el cariño que
necesitaba, y también, que ellas no le abandonarían jamás, pues así son las
serpientes de amigas de aquellas personas que saben tratarlas con cariño. Y
dentro de este nirvana especial que disfrutaba muellemente envuelta en los
cuerpos de los ofidios, acudían a su mente pensamientos deliciosos que
caracoleando, sobre ella, como lo hacían estos sobre su cuerpo desnudo, su
placer era infinito, pues, imagínese si es que imaginarse puede, lo grato y
reconfortante que es, estar en contacto con la Fuente de Energía Infinita, de
la cual parten, todas las sensaciones agradables, las más admirables
revelaciones, los más bellos pensamientos, con palabras acertadas, las justas y
necesarias, que atravesando la mente, camino del corazón, acompasaban sus latidos
y enlentecidos estos hasta extremos insospechados, le hacían vivir largos años
de los nuestros, porque la eternidad, como negación del tiempo, está contenida
en esos espacios de éxtasis que rara vez disfrutamos, mientras ella, Patricia
Mojabe, dentro de aquella bañera, los estaba disfrutando uno detrás de otro,
sumando eternidades; y, lo malo de todo esto, es que no se puede escribir un
libro explicando esa gran variedad de sensaciones, porque las gentes en general
no están inclinadas a esta clase de lecturas que, según dicen, son cosa de
beatas que ya están fuera de uso y consumo, porque lo bueno y que produce
placer, es viajar constantemente, si es posible, cuanto más lejos mejor, al
último confín del extranjero, porque eso viste mucho, porque es lo que está
bien y lo que apetece a todo el mundo, mientras que esos pocos que les apetece
quedarse a meditar y reflexionar dentro de la bañera, son unos desgraciados que
no merece la pena ocuparse lo más mínimo de ellos, y menos aún, dedicarles ni
un minuto de atención.
CLUB ULISES
Comentarios al capítulo 18 y último.
Capítulo 18.- Bajo el punto de vista de la moral es el
capítulo más reprobable, debido a la pornografía que surge a cada paso dentro
del monólogo de Molly. Es difícil imaginar que una mujer o un hombre puedan
tener en una noche tal cantidad de dislocados pensamientos. Es explicable que
el Ulises, desde un primer momento, fuera rechazado por editores y público en
general. Sobre todo, por el disparatado lenguaje. Este ladrillo de sesenta
páginas, sin puntos ni comas, ni ningún signo ortográfico, es algo fuera de
traste para el lector normal que, acostumbrado a leer auxiliado de ellos,
entiende lo que se dice. Pero aquí no entiende nada. Es inútil leerlo así. Sin
embargo, si lo miramos planeando por encima y picando aquí y allá, se empieza a
sentir cierto placer, que se intensifica a medida que seguimos practicando tal
ejercicio. Acaba resultando un plato de exquisito gusto lleno de innumerables
sabores. Nos retrotrae a volver a picar en capítulos anteriores donde
encuentran sentido muchas de las palabras que Marion o Molly pronuncia en su deliquio. De esta manera, el
lector, se va sumergiendo en un mundo embriagador, donde el humor se mezcla con
la sabiduría. Vemos, que el lenguaje de Marion aquí, es el lenguaje de nuestra
madre tierra, el que Joyce con su genio, nos quiere hacer comprender. De su
mano, aún sin pretenderlo, entramos en el espléndido campo de la poesía, dentro
del cual todo resplandece, y donde lo absurdo de la palabra se vuelve esencia
sublime que nos viste de gala, nos convierte en caballeros o damas de la Corte
del Rey Arturo. La Verdad de lo que realmente somos, y, de lo que podríamos
ser, aparece deslumbrante ante nuestros ojos, y es una manera de hacernos
felices. En una misma vertiente, vemos unirse nuestro pasado con el presente y,
no un pasado cualquiera, que la enorme erudición de Joyce, nos lleva ante el
inconmensurable encanto del mundo helénico. También a recrearnos en Shakespeare
y cuantos poetas, como él, pertenecen al mundo actual.
Vaya aquí, mi mayor afecto y
consideración a las personas que estamos viviendo esta aventura y en
particular, doy las muy merecidas gracias a Laura Álvarez Trigo por su
dedicación y la feliz iniciativa que tuvo en crear este Taller. Ejemplos como
este deberían cundir dentro del maravilloso mundo de las letras.
En Madrid, a 10-5-2017
Francisco
9-5-2017
TALLER DE ESCRITURA dirigido por la profesora Natividad Lorenzo en
la biblioteca AGCyD Miguel Delibes de Moratalaz.
¡Ah, gloriosa Ayn Rand, al fin veo un lugar en este mundo donde se te
rinde el culto que mereces!, olvidada criatura que escribiste páginas
inmortales defendiendo tu maravillosa idea filosófica del OBJETIVISMO.
De mi novela EL MESONERO PRODIGIOSO
que voy publicando por capítulos en mi blog
Francisco.
Cuando haya leído todos los libros y haya decidido mi nuevo camino,
cuando mi hogar esté listo y mi tierra labrada, me internaré un día por última
vez, en la maldita Ciudad en que nací. Llamaré a mi lado a todos los hombres y
las mujeres cuyo espíritu no ha sido asesinado en su interior y que sufren bajo
el yugo de sus hermanos. Ellos me seguirán y yo les conduciré a mi fortaleza. Y
aquí, en este vergel Inexplorado, yo y ellos, mis escogidos amigos, mis afines
constructores, escribiremos el primer capítulo de la nueva historia del hombre.
Ayn Rand HIMNO.
EL MANANTIAL
¡Qué
bien sé yo la fonte que mana y corre,
aunque es de noche!.
aunque es de noche!.
San Juan de la Cruz
Juan
vive de alquiler en la casa de Pepe y son amigos. Estudian ambos Arquitectura
como compañeros de clase en la misma Universidad. A veces Pepe pide a Juan que
le explique alguna cosa que no entiende y éste, más inteligente, le complace
con mucho gusto y sin el menor interés por su parte. Acaban la carrera al mismo
tiempo y Pepe encuentra colocación de inmediato. No así Juan, despreciado por
Emilio, un señor todopoderoso dentro del mundo de la Arquitectura encargado de
la publicación más famosa del país. Es quien influye en la empresa que contrata
a Pepe, y quien informa mal de Juan para que no le contraten. Odia a todos
cuantos sobresalen en alguna materia, y todo su celo está en hacerles fracasar.
No obstante, ante el mundo aparece como personaje altruista, protector de las
ciencias y las artes, conferenciante espléndido que arrastra a las masas y es seguido y admirado por toda clase de gentes.
Llega
el día que Juan logra encontrar empleo en la misma empresa, esta vez
recomendado por su amigo Pepe que ha ascendido dentro de ella. Le mete dentro
de su oficina de proyectos y, conocedor de su inteligencia, sale triunfante en
muchos de ellos, que realmente, es Juan quien los ha realizado, pero es él
quien se lleva la fama y los honores. No sólo esto, sino que le maltrata y se
mofa de él, lo cual hace que este pida la baja y se marche. Es la empresa de
Arquitectura más prestigiosa del país y Emilio, con sus artículos elogiosos no
permite que otras le ganen en fama como es el caso, de la que al fin logra
encontrar Juan.
En
ésta el director, es un brillante
arquitecto que, también sobresale por su inteligencia y lo atrevido de sus
proyectos, todos ellos vanguardistas y, que la sociedad manipulada por las
ideas de Emilio, rechaza. Les es muy difícil encontrar clientes, que finalmente
acepten. Pero aunque humildemente, se mantienen dentro de la sociedad; y es en
ella que Juan, cierto día en una cena o comida de gala, conoce a Paquita, hija,
precisamente, del director de la gran empresa. Es una chica rebelde que no
comulga con las ideas de Emilio ni con las de su padre y que, por una de esos
fenómenos psicológicos que suelen ocurrir entre los humanos, alma gemela de la
de Juan, se enamora de él. Más aún, cuando pasado un tiempo después de aquel
encuentro, le encuentra trabajando a pleno sol como perforista en una cantera
de su padre, porque la empresa donde trabajaba, y de la que había quedado como
director, hubo de cerrarla por falta de clientes.
Hechos
a imagen y semejanza de Dios, todos somos creadores, todos poseemos el
magnífico poder de crear. Y por medio de este poder, tenemos derecho a desarrollar nuestra personalidad, en un
mundo, que si existiera, Ayn Rand soñó con él, todos, siguiendo sus vocaciones,
podrían, podríamos quedar realizados. Y morir, con la satisfacción de que
nuestro paso por la Tierra ha valido para algo.
La
historia de esta película del año 1949, es bastante larga, porque la novela en
que está basada, estudia ampliamente con todo detalle a través de sus
personajes, multitud de aspectos de los seres humanos, entrando en el terreno
de la psicología, de las conductas, de las taras sociales, de todos los
convencionalismos y circunstancias que nos envuelven. Juan, el personaje
central, es un tipo digno de ser estudiado concienzudamente, estudiado y
requeteestudiado, pues con él, la autora, nos da un mensaje de primera
magnitud. Con él nos dice, que hemos nacido para defender nuestra personalidad
por encima de todo, que nada ni nadie tiene derecho a manipular sobre ella, que
sólo vale la pena vivir si permanecemos en ese frente, defendiéndonos contra
vientos y mareas, fieles siempre a nuestros principios, intentando desde el
primer momento que hemos encontrado nuestra vocación, de incrementar nuestros
valores, que son muchos, y que cada ser humanos los tiene como una meta a
alcanzar, la de hacer que brillen, que crezcan…
9-5-2017
Biblioteca BIB en la calle Alonso de Tobar, taller de escritura de
relatos en sesiones cada quince días, dirigido por el escritor don Juan Carlos
Márquez.
Propuesta
de escritura
Tres
comienzos
Os
voy a ofrecer ahora tres comienzos de relatos. Tendréis que elegir uno de ellos
para
confeccionar
un cuento. Ese párrafo será el primero de vuestro relato, lo incluiréis y
escribiréis
el resto del cuento. Tened en cuenta que habéis de respetar las claves
genéricas
que sugiere el principio por el que optéis, así como el estilo y el lenguaje
del
narrador.
Otra opción sería hacer una ruptura de expectativas muy bien pensada, con
sentido.
Es importante que captéis la voz y la respiración de narrador —sus formas de
seducción—
y os mimeticéis con ella para continuar el relato con esa misma voz.
1er.
Comienzo
"Por
favor, Dios mío, haz que me telefonee ahora. Oh, Dios, que me llame. No pediré
nada
más, te lo prometo. Me parece que no es pedir demasiado. Te costaría tan poco,
Dios
mío., concédeme esa pequeñez… Que me telefonee ahora miso, nada más. Por
favor,
Dios mío, por favor, te lo ruego."
2er.
comienzo
"Todo
permitía suponer que aquel hombre imponente y cetrino, en algún momento del
ritual
y en obediencia a sensatas reglas de su locura, terminaría degollándolo.
Curiosamente,
el simple detalle de que el gigante ostentara —incrustada, semicolgante y
ladeada—
una sonrisa perenne con rabia y desesperación emboscadas tras modales de
excedida
cortesía era, para el Impostor y presunta víctima, lo realmente fatal o
decisivo."
3er.
comienzo
"Soy
gordo. Soy asquerosamente gordo. Soy el ser humano más gordo que conozco. Lo
único
que tengo es exceso de peso en todo el cuerpo. Tengo los dedos gordos. Tengo
las
muñecas
gordas. Mis ojos son gordos. (¿Puedes imaginar ojos gordos?) Tengo muchos kilos
de
más. Se desparrama la carne sobre mí como el chocolate caliente encima de un
helado."
1er.
Comienzo
"Por favor, Dios mío, haz que me
telefonee ahora. Oh, Dios, que me llame. No pediré
nada más, te lo prometo. Me parece que no es
pedir demasiado. Te costaría tan poco,
Dios mío., concédeme esa pequeñez… Que me
telefonee ahora mismo, nada más. Por
favor, Dios mío, por favor, te lo
ruego."
Va para dos años que dejó de contestar a mis mensajes; y
cerró su blog para que yo no pudiera hacerle comentarios elogiosos, estaba
cansado de mi, de mi pesantez, diciéndole siempre que era muy bello cuanto
escribía, de mi insistencia en que volviéramos a vernos en alguno de los
talleres a los que separadamente asistimos, como aquel en que nos vimos por
primera vez surgiendo una chispa insignificante como producto de la
coincidencia en dos de nuestros poemas. Aquella chispa produjo un incendio en
nuestros corazones que llamearon vigorosamente durante algún tiempo. Yo leía cuantas
cosas publicaba en su blog, y, según me decía, él había abierto una carpeta en
su archivo donde tenía impresos uno a uno todos mis poemas.
Hace algo más de un año, tuvo un periodo de plena
actividad donde publicaba uno o dos poemas cada semana, y cuanto escribía,
provocaba un eco en mi corazón, pues creía percibir que algo de ello estaba
inspirado en mi persona. El último de aquellos poemas, me hizo mucho daño, pues
aunque no daba nombres ni señales, vi en él una especie de despedida. Y así fue
en realidad porque dejó de publicar durante unos meses.
Este año sin embargo, sólo ha publicado uno apenas por mes
y ya no tienen la magia de aquellos que tanto me emocionaban. Algo debe
ocurrirle, alguna desgracia, algún desengaño amoroso, ¡qué lástima! Las almas
sensibles están llamadas, a sufrir muchos males, más que las falsas.
No me atrevo a escribirle un nuevo mensaje, ¡No podría
soportar su desprecio una vez más! pero no puedo pasar sin él. Cada vez que
vuelvo a su blog y repaso sus antiguos poemas, hay en ellos algo de mi, una
esencia, una cierta manera de expresarse, que estoy segura, es muy semejante a
la que yo utilizo. Somos dos almas hermanas a pesar de nuestra diferencia de
edad. Él es muy joven y yo soy muy vieja, pero en el terreno del espíritu, la
edad no cuenta, somos dos almas gemelas.
"Por favor, Dios mío, haz que me
telefonee ahora. Oh, Dios, que me llame. No pediré
nada más, te lo prometo. Me parece que no es
pedir demasiado. Te costaría tan poco,
Dios mío., concédeme esa pequeñez… Que me
telefonee ahora mismo, nada más. Por
favor, Dios mío, por favor, te lo
ruego."
2er.
comienzo
"Todo permitía suponer que aquel hombre
imponente y cetrino, en algún momento del
ritual y en obediencia a sensatas reglas de
su locura, terminaría degollándolo. Curiosamente, el simple detalle de que el
gigante ostentara —incrustada, semicolgante
y ladeada— una sonrisa perenne con rabia y
desesperación emboscadas tras modales
de excedida cortesía era, para el Impostor y
presunta víctima, lo realmente fatal o
decisivo."
Pero los hechos
vinieron a desmentir estas funestas suposiciones, porque el gigante, una vez
que este estuvo en su castillo como huésped, le colmó de tan exquisitas
atenciones, de tal cantidad de parabienes, que por muchos años que viva, nunca
será capaz de expresar con palabras de agradecimiento, lo que al gigante debe.
Las cosas han
cambiado. Ahora, el gigante reducido a la más mínima expresión, es su esclavo,
y en todo momento está pendiente de sus órdenes que cumple con el mayor celo y
perseverancia.
Fijaos, cómo con
sus pequeñas manos que apenas abarcan la undécima parte del enorme cuello, le tiene agarrado y, aprieta sin
compasión, mientras este, no abandona aquella sonrisa que se menciona.
Los miembros de la
logia, que en principio no habían dado ni un céntimo por la vida del Impostor,
ahora al verle sentado en el trono del gigante y a éste tendido a sus pies
rindiéndole pleitesía, no comprendían cómo y de qué manera pudo producirse
cambio tan extraordinario, y aún así, por ese principio que rige en la sociedad
humana desde que esta apareció en el mundo, también ellos se prosternan a sus
pies.
El filósofo Maquimedes
piensitea ardoroso sobre el caso, y día y noche escribe páginas y más páginas,
intentado descifrar el enigma, de cómo aquel hombre imponente y cetrino, en
algún momento del ritual, no degolló al Impostor.
Éste, no es que
tiene al gigante cogido por el cuello y sometido totalmente a sus caprichos,
sino que también filosofa. Y sus proclamas, aparecen en todos los medios
difusores a través de Internet, mientras los libros de Maquimedes, apenas son
conocidos por algún que otro miembro despistado de la logia.
Así las cosas, yo,
humilde narrador de estos hechos, militante del Partido Conservador y Amante
del Orden y la Organización, me encuentro en mortal encrucijada sin saber que
partido tomar, si el del gigante, o el del impostor, y la cosa apremia, porque
se está haciendo preciso que el asunto quede resuelto cuanti antes.
Fíjense, cómo el
gigante está sudando por todos los poros y, cómo un hedor insoportable se
desprende de su voluminoso cuerpo, cómo falto de decisión, no se atreve en
absoluto a recordar su glorioso pasado, cuando era dueño y señor de vidas y
haciendas dentro de un periodo de paz inenarrable.
Fijaos más bien,
cómo y de que infeliz manera, en el momento, decisivo, en que el gigante pudo
hacer algo por salvaguardar su honor, se dejó convencer por los padres del
Impostor, que le odiaban y, a pesar de su sabiduría, terminó cayendo en la
trampa.
Si le miráis atentamente,
veréis cómo sangra tendido en el suelo envuelto en su pijama a cuadros que le colocaron
estos mismos padres.
3er.
comienzo
"Soy gordo. Soy asquerosamente gordo.
Soy el ser humano más gordo que conozco. Lo
único que tengo es exceso de peso en todo el
cuerpo. Tengo los dedos gordos. Tengo las
muñecas gordas. Mis ojos son gordos.
(¿Puedes imaginar ojos gordos?) Tengo muchos kilos de más. Se desparrama la
carne sobre mí como el chocolate caliente encima de un
helado."
En mi empeño de conseguir el Guinness de obesidad, sigo haciendo viajes
espaciales cada día más largos, con cuyo ejercicio me entran una ganas de comer
enormes, de manera que a la vuelta de cada uno de ellos, mis cocineros tienen
que hacer horas extraordinarias en prepararme alimentos. Hoy por ejemplo, de
regreso de una luna perdida en la constelación de Andrómeda, han preparado para
mi solo un carnero. Y eso, que en dicha luna, cuyo nombre me reservo, pues no
quiero, que algún envidioso vaya allí intentando imitar mi hazaña y pervierta
con el fétido aire de la Tierra, aquel mundo encantador, cuyos habitantes,
obsequiosos en todos los sentidos, me han complacido con cantidad de valiosos
regalos. El mayor, de ellos, su sabiduría, que siendo de tal peso y volumen,
formaba una franja multicolor alrededor acompañándole en su giro, cual esos
anillos de Saturno que aquí conocemos. Ya al llegar, me dejé conducir por
multitud de seres alados que me acogieron y, sin salirnos de ella, de tal manera, que era
tanto el gozo que me producía lo que allí estaba viendo, que las enormes ganas
de descender al tierra firme, me abandonaron y vagué, emocionado durante
eternidades en alas de aquellos seres.
¡Qué encanto! ¡Qué de cosas tan
nunca bien pensadas! ¡Qué de esencias, perfumes, besos! Me duelen los morros de
tanto cómo allí he podido besar. Totalmente embriagado de besos y caricias, un
grupo de aquellos seres, me arrebató del anillo y caímos a tierra firme dentro
de un macizo de flores blancas, que no eran flores, pues no existe ninguna flor
que sea capaz de poseer sabor tan exquisito, como aquellas.
Volábamos entre las flores que se
ofrecían a nuestros pies, dulces y suaves, acariciándolos cuando los rozábamos
con ellas. Creí notar en alguno de aquellos momentos de extraordinaria
complacencia, cómo ellas emitían ciertos sonidos, gritos, ayes de placer con
nuestro roce. Hubo incluso una flor blanca que me recordaba mucho a mi buena
cocinera Casilda de Vandalia y su alma bella…
-Casilda, ven que voy a contarte una cosa que me ha pasado por ahí esta
mañana y que está relacionada contigo.
-¡Que me dice señorito?
-Lo que te estoy diciendo, Casilda, mi amor.
-Usted quiere quedarse conmigo, está de broma.
-No lo estoy Casilda, escucha.
-Has aparecido esta mañana entre las flores, en un planeta lejano que
he visitado.
-Si, lo que usted diga.
-Y eras una flor, blanca que me acariciaba.
-¿Ah, si?¡
-Lo que digo, Casilda.
-El señorito tiene hoy muchas ganas de bromear.
-No, no bromeo.
-Entonces es que quiere hacer conmigo de Romeo.
-No es ese mi deseo.
-No siga señorito que me meo.
-Casilda la has cagado.
"Soy gordo. Soy asquerosamente gordo.
Soy el ser humano más gordo que conozco. Lo
único que tengo es exceso de peso en todo el
cuerpo. Tengo los dedos gordos. Tengo las
muñecas gordas. Mis ojos son gordos.
(¿Puedes imaginar ojos gordos?) Tengo muchos kilos de más. Se desparrama la
carne sobre mí como el chocolate caliente encima de un
helado."
No me explico, cómo esos amables
seres del Espacio, se ocupan de mí y me colman de favores. Algo debo tener que
les atrae, que dentro de su gran sabiduría, les induce a prestarme atención, a
amarme, pues más de uno de ellos, en esos viajes que hago a menudo, me lo tiene
dicho.
EL MESONERO PRODIGIOSO
Tema: LA EDUCACIÓN
Capítulo 8º
Anita que se acostó una hora
antes, se despierta al verme dando vueltas en la cama y me pregunta que ha
ocurrido durante mi paseo con Esteban y sobre todo, cual es la causa que
después de un día tan ajetreado y lleno de emociones, no consiga conciliar el
sueño.
-Las preocupaciones, -le digo-, las
malditas preocupaciones. Las he sembrado en el alma santa de este hombre y
ahora estoy pesaroso. Se trata de una persona, -le explico- que había logrado librarse de ellas por
medio de la renunciación a las cosas de este mundo en que vivimos, y, aquí
estoy yo, que apenas hace treinta horas que llegamos a este sitio, viniendo a
incordiarle.
-Quizá eso sea bueno para él –me dice tranquilamente mi mujer. -Anda y tápate, pégate a mi y duerme, que
mañana tenemos muchas cosas que ver.
Son las ocho de la mañana, y las
mismas plumas del día anterior, en las mismas manos están acariciando nuestros
cuerpos, despertándonos. Agradecemos en el alma este interés que nuestro
anfitrión nos está mostrando. Nos muestra el camino hasta las duchas y una vez
limpios y aseados impregnados de un suave perfume que nos aplicamos al salir,
vamos al comedor donde ya nos esperan nuestros dos hijos, los cuales, se han
sentado entre los niños intentando hablar con los más cercanos, pero estos
hacen caso omiso de sus palabras y continúan comiendo en silencio.
Ante la mirada que dirijo a
Esteban inquiriendo sobre esto que considero una falta de educación de los
niños, pues tengo bien sabido que son alegres, nada de huraños y los he visto
desde el primer momento, cantar, reír y gesticular hablando, este me explica,
que consideran más importante realizar el acto de la comida a plena
satisfacción, que perderse en conversaciones mezclando ambas cosas.
-Cada cosa a su tiempo, -me dice. A lo que contesto: -Pues nuestra costumbre que consideramos de
vital importancia es hablar durante las comidas, precisamente porque durante
ellas, es cuando nos explayamos más a gusto con nuestros pensamientos; y hasta
creo, que así se verifica más intensamente la digestión.
-Si, lo se, conozco vuestras
prácticas que las seguí durante algún tiempo, pero aquí no. Ya irás viendo,
como son estos niños y quedarás asombrado de sus distintos comportamientos. Y
para ello, esta mañana vamos a empezar por la visita al INVERNADERO que, desde
que llegasteis, siempre hemos cruzado a
marchas forzadas sin percataros de las maravillas que encierra.
Esto que dice es verdad, siempre
hemos corrido a través del pasillo central y los dos laterales, el primero
hacia la Gran Bañera, y el segundo hacia la Gran nave, pero ni un solo segundo
de nuestro tiempo hemos dedicado a mirar lo que contiene este inmenso
invernadero de medio kilómetro de largo por ochenta metros de ancho. Solamente el
día de nuestra llegada, nos asomamos a la puerta después de atravesar la
inmensa huerta de siete hectáreas, pues ocupa 280 metros de ancho por 250 de fondo.
Apenas nos reunimos los cuatro
con Esteban, mientras los niños han desparecido rápidamente después del frugal
desayuno, lo primero que nos muestra es un plano con la vista total de la Villa,
entre la selva, donde podemos ver que las dependencias del mesón propiamente
dicho ocupan una superficie de ochenta metros, (fachada al entrar), por cincuenta
de fondo antes de entrar en la huerta; o sea unos cuatro mil metros cuadrados
destinados a cocina, dormitorios, duchas, y algunas otras dependencias, cual el
cuarto de invitados donde hemos dormido y el salón de música que ya conocemos.
Finalmente, donde termina el
invernadero, hay un espacio de sus mismas dimensiones donde están los talleres
y el garaje en el que se guarda el helicóptero, la camioneta y alguna que otra
máquina, de lo que ya nos habló.
Estamos impacientes por visitar
el INVERNADERO y no queremos entretenernos en visitar lo que nos queda de las dependencias.
Por mi parte tengo otras impaciencias que me gustaría satisfacer, cual lo que
hicieron Anita y Nuria mientras yo estaba con Esteban por la huerta. Y, de
Acisclo, ya imagino lo que haría con la chica de las azucenas.
Atravesamos la huerta a toda
velocidad y una vez entramos al invernadero, nos paramos
a mirar la pared frontal, cosa
que en nuestras carreras, no se nos había ocurrido, y vemos que ocupa dentro de
ella un inmenso mural de veinte metros de altura, por otros doce o trece de ancho que es el retrato de
una bella mujer…
Y exclamo:
¡Ah, gloriosa Ayn Rand, al fin veo un lugar en este mundo donde se te
rinde el culto que mereces!, olvidada criatura que escribiste páginas inmortales
defendiendo tu maravillosa idea filosófica del OBJETIVISMO!
Y volviéndome hacia Esteban y
abrazándole:
-¡Oh, entrañable personaje, hombre de gran talento que has sabido
interpretar el signo de los tiempos y adentrándote en el futuro has creado un
sistema de vida digno de mejor suerte! ¡cómo has tenido el gran acierto de
colocar esta Idea, de grabarla para siempre en la mente de todos tus niños,
para que ninguno de ellos, se sienta jamás infrautilizado, para que lleno cada
pecho de ardor, cada cual sea capaz de seguir su vocación, pera que todos y
cada uno de ellos sean personas libres, individuos de distintas afinidades,
cada uno único en sus distintas competencias!. Ya estoy viendo claro en todo
esto…
Esteban me interrumpe diciendo:
-Estás viendo claro, pues vas a ver más aún.
A nuestra izquierda según miramos
hacia la pared, está la parcela de las azucenas. En mitad de ella una preciosa
fuente que mana aguas de distintos colores. En un rincón de la misma, hay un
pequeño receptáculo de unos dieciséis metros cuadros donde al entrar vemos en
cada una de sus paredes estos cuatro cuadros con las siguientes leyendas:
GRITARLO: QUE ERA UNA PERSONA AUNQUE ESTUVIERA MUERTA
María Montessori (31 de agosto de 1870
- 6 de mayo de 1952), fue una educadora, científica, médica, psiquiatra,
filósofa, psicóloga, devota católica, feminista, y humanista italiana. Nació
Chiaravalle, provincia de Ancona, Italia, en el seno de una familia burguesa
católica.
ENSEÑÓ SU MÉTODO A OTRAS MAESTRAS
Juan Luís Vives
1492-1540
Lo que me hace exclamar
nuevamente cual si estuviera rezando lleno de fervor porque efectivamente, es
fervor lo que siento por estos personajes inolvidables:
-¡Ah la bella María, la bella María Montessori, nunca he dejado de
percibir el esplendoroso perfume de tu alma, tú me has dado aliento para
escribir, para crecer, para no dejarme vencer por las desdichas que han
intentado asolar mi vida. Y tú, mi amigo Juan, mi inolvidable amigo de quien
nadie se acuerda, aquí estás rememorado con todo el honor que te corresponde!
Anita me reprende: Te estás volviendo loco, Ramiro.
-Vamos papa, -dice Nuria, -te
está pasando.
Y Acisclo:
-Estás chocheando, papi.
Pero Esteban no es de la misma
opinión y esta vez es el quien se abraza a mi emocionado diciendo:
-Ramiro, has dado en el clavo.
La niña de las azucenas no
aparece por ninguna parte y le hago
observar a Esteban que al llegar anteayer la había visto en este mismo bancal.
Y este nos comenta que ella misma en quien usando yeso y ladrillos edificó esta
habitación sin techo en que colocó estos cuadros, que están expresando a las
claras cual es su vocación. Nos comenta:
-Aquí está permitido a los niños que en sus momentos de ocio, realicen
todos los trabajos que les venga en gana, pues es el mejor sistema para que por
medio de estas practicas, vayan descubriendo su personalidad. Quiero que veáis
lo que esta niña, ha construido bajo el piso de su parcela.
Y pulsando un botón en el suelo
que apenas es perceptible, vemos que una losa de gran tamaño situada en un
ángulo de la habitación se levanta pegándose a la pared y dejando libre una
abertura con una escalera de madera por la que podemos ir bajando uno a uno. Así
lo hacemos y vemos que la parcela, está totalmente hueca por abajo y este
sótano de unos mil quinientos metros cuadrados, tiene en el centro unos
depósitos que contienen separadamente las distintas clases de agua de colores
que mana la fuente. Ella está unida a estos depósitos por estrechas tuberías por
donde el agua es elevada por una serie de pequeñas bombas a doce voltios,
-según nos informa-. El suelo de la parcela es de tierra y en los extremos,
divisamos, dentro de la oscuridad reinante, unos cajones de un metro de ancho
aproximadamente, en los cuales bajo la humedad que allí existe, crecen con
profusión millones de champiñones. Con esta cabeza que me ha dado Dios para el
cálculo, calculo y digo:
-Ciento sesenta metros cuadrados de bancal de champiñones que están perfectamente
utilizados.
Y remacha:
-Como veis, la niña, no es sólo albañil y pedagoga, que además, es agricultora.
Y yo también remacho, mirando
descaradamente a Acisclo que se ha puesto colorado:
-Y otras cosas más que no se dicen.
Esteban aclara para todos los
concurrentes.
-Ya os dije que la DIVERSIDAD, es la clave de las actividades aquí en
Villalobos, y que ello es el mayor aliciente que alimenta la existencia de
todos nosotros. Y dentro de la diversidad está la UTILIDAD: esta producción de
champiñones unida a otras que aquí se realizan, es imposible que podamos consumirla
nosotros solos, y su excedente, es enviado al mundo exterior por el mismo
procedimiento que hacemos con los excedentes de la huerta. Y no sólo
suministramos productos agrícolas, que también perfumes, y muchas más cosas que
ya iréis viendo. Y hay algo más que complementa la esencia de estas palabras
sublimes: LA BELLEZA.
-Efectivamente, -comento-, la
belleza del bancal de azucenas, la de la fuente central, la de esta joven que
cuida de todo esto.
-Y algo que se te olvida y es lo principal, -exclama-, la belleza de su alma, que va en expansión
constante a medida que van aumentando sus realizaciones.
Y viendo que callamos, añade a
continuación:
-Y no creáis que esta niña es algo especial que sobresale sobre todas
las demás. Todos los niños aquí están a la misma altura, todos gozan del mismo
privilegio de acción y desarrollo. Todos pueden hacer realidad las cosas que
sueñan, las que piensan, las que desean. Ya iréis viendo que aquí todo es posible.
En el mundo del OBJETIVISMO, ¡bendita seas, Ayn Rand!, todas las maravillas son
posible.
Anita suelta emocionada:
-Ahora comprende la emoción de mi marido, estoy orgullosa de ser su
mujer. ¡Cuánto me pesa no haber leído más, no haberme enterado hasta ahora, que
existen mujeres con esta Ayn Rand que tenéis aquí como símbolo de libertad!
Nuria añade:
-Yo también estoy aprendiendo mucho en esta visita, ¡gracias papá!
-No es a mí a quien debes dárselas sino a la Providencia; ella es quien
nos ha traído a este lugar único donde tantas cosas interesantes hay para
nuestro disfrute.
Acisclo permanece un tanto
callado, refocilándose probablemente en su interior, con el recuerdo de su
aventura de la noche anterior con la joven que, está dando ocasión al
desarrollo de los actuales acontecimientos que estamos viviendo.
Son muchas cosas más las que podemos
apreciar en este sótano. Están las herramientas que se utilizan para el
tratamiento de los champiñones, las reservas de micelio, los cajones donde la
niña fabrica el compost mezclando con tierra orgánica los residuos de suele
traer de la huerta. Mis hijos y mujer no saben de esto. Pero yo que si conozco
un tanto estas técnicas, si las aprecio y, me gustaría seguir descubriendo
cosas de las muchas que hay en este sótano, pero la humedad reinante obliga a
salir y también Esteban que está deseoso de enseñarnos más cosas.
Ya fuera, le insisto sobre la
niña de las azucenas que no aparece por aquí, siendo ella precisamente la
autora de todo lo que hemos visto en esta primera parcela que visitamos; y me
responde, que debe estar ejecutando en estos momentos cualquier otro servicio,
bien sea en la sección de logística, en el almacén, en los alambiques o
cualquier otro lugar donde ha sido requerida su presencia. No tiene idea de
dónde puede estar y ello no le preocupa en absoluto. Incluso puede estar
haciendo de comadrona, si es que se ha producido esta emergencia.
-Si tuviera que preocuparme de donde está cada uno y de lo que está
haciendo, menudo problema tendría. Ya sabéis a que aquí preocupaciones cero.
Yo, en cambio, si estoy
preocupado. Pienso que puede estar en medio del bosque metida en una cueva
desangrándose después de la brutal acometida que sin duda, le hizo el bestia de
mi hijo la noche anterior. Pero Esteban parece que ha adivinado mi horrible
pensamiento y añade a lo anterior:
-Aquí, cualquier situación conflictiva que se produzca, es detectada
inmediatamente por el ordenador y de manera automática pasa a conocimiento del
colectivo, de manera, que lo mismo que se cubren las necesidades de cualquier
tipo de trabajos, también se cubren estas, produciéndose la presencia de los
individuos adecuados y la aportación de los remedios oportunos. Es la cosa más
fácil del mundo.
Nuria interviene:
-Ha dicho que puede estar ejerciendo de comadrona y este me resulta
difícil de entender. ¿Cómo una adolescente por muy crecida que esté puede
realizar esta labor?
-Es muy sencillo,
-responde-. Ella y varias más como ella,
me han ayudado en algunas intervenciones quirúrgicas y partos, y están
perfectamente capacitadas para realizarlas. Ya sabéis que aquí las vocaciones
tienen amplio campo de experimentación y no debe extrañaros, que personas tan
jóvenes, ya hayan alcanzado un nivel adecuado.
Y añade:
-No sólo en el campo de la medicina, sino en todos los demás campos. El
literario, por ejemplo. Y ya que estamos a dos pasos de la Biblioteca, os
invito a visitarla pues esta en la parcela de al lado.
CONTINUARA
403.- COMENTARIOS
LIBROS SUELTOS LEIDOS (2).
TITULO: VEINTICUATRO HORAS DE LA VIDA DE UNA MUJER.
Autor.- Stefan Zweig
Novela recogida en el mercado el día 28-4-2017 y leída de un
tirón en la misma mañana
COMENTARIOS.- En el casino de Montecarlo, el caso de un joven ludópata
al que una mujer mayor, compadecida, se empeña en ayudarle esa noche y al día
siguiente a que no se suicide, pues lo ha perdido todo. Cuando cree que se ha
ido en el tren a emprender una nueva vida que, agradecido le ha prometido,
vuelve a encontrarle en el casino jugándose el dinero que ella le había dado.
La espléndida prosa de este escritor, la convierte en una novela ejemplar.
Ella me ha inspirado para escribir también el
siguiente relato:
LAS PASIONES
Esta mañana he leído de un tirón
mientras esperaba en la consulta del médico y un rato después en casa,
VEINTICUATRO HORAS DE LA VIDA DE UNA MUJER,
de Stefan Zweig, libro apasionante como todos los suyos, que trata de la
pasión o adicción del juego. Lo considero en paralelo a aquel de Dostoievski EL
JUGADOR, que leí en mi juventud y que me que me ayudó a evitar la caída en esta adicción fatal.
He sentido como entonces el
horror en que podemos caer los humanos, cuando nos entregamos sin tasa ni
medida a una pasión y, pensando en esta de la literatura que me domina en mi
vejez, es una advertencia que debo tener muy en cuenta, porque puede resultar
peligrosa para mi salud. Devoro libros sin cesar, escribo sin cesar y abandono
a veces, el salir a estirar las piernas, al estar adsorbido en la terminación
de algo que leo y escribo. Menos mal que cada relato que me pongo a escribir,
tiene un final, y también el libro que leo; y siempre al acabar, cambio de tema
y me pongo a ver televisión o salgo a pasear. Pienso en el horror de la droga,
el sexo, la bebida, el tabaco y en el de otras muchas adicciones, terribles
todas que acaban con nosotros antes de tiempo. Las peores, las que no están
catalogadas como tales, entre las que podríamos citar las siete conocidas como
LOS PECADOS CAPITALES. Quien se deja dominar por alguno de ellos, está perdido.
Menos mal que la vida nos propina de vez en cuando un zarpazo, que nos hace
reaccionar, y el tejido roto se recompone, aunque solo sea en parte y se trate
de una especie de remiendo. Pero hay que estar atentos, todos en más o menos
grado somos esclavos, estamos dominados por alguna pasión. Ello nos convierte a
cada uno en un ser mutilado al que falta alguna parte de nuestra alma,
mutilación que al no ser visible, cual es por ejemplo la falta de cualquier
parte de nuestro cuerpo, no le damos la importancia que merece.
25-4-2017
TALLER DE ESCRITURA dirigido por la profesora Natividad Lorenzo en
la biblioteca AGCyD Miguel Delibes de Moratalaz.
DESPEDIDA
Yo ya me voy al puerto donde se halla
la Barca de Oro que debe conducirme
yo ya me voy; solo vengo a despedirme,
adiós, mujer, adiós, para siempre adiós.
No volverán tus ojos a mirarme,
ni tus oídos escucharan mi canto
voy a aumentar los mares con mi llanto,
adiós, mujer, adiós, para siempre adiós
CANCIÓN
Estuve aquí y apenas te
apercibiste de mi presencia. Y eso que mi grito resonaba constante en tus
oídos. ¿Te acuerdas de aquellos veranos en la playa? No me viste, pero allí
estaba yo escondido entre la gente admirando tu espléndido cuerpo de diosa; mis
ojos te taladraban de parte a parte. Mi boca emitía una sonora canción, inspirada
por tu presencia exquisita.
Cuando me pariste, anduve mis
primeros pasos por el mundo, resonando en mis oídos cascabeles gloriosos, que
me hablaban de la majestad de Dios, de la grandeza del ser humano y, del
destino que cabía a nuestra raza, aunque me era muy difícil comprender tales
cosas, pero tus brazos, en los que me amparaba mirando las estrellas eran remos
para ayudarme a navegar.
Más tarde puse mis ojos en tus
senos que se me ofrecían nuevamente, no como al principio en afán nutriente, sino
como elementos de placer, como esos frutos preciosos que colgaban de los
árboles y que no había más que cogerlos para disfrutar de sus jugos, de sus
sabores, colores y textura, algo de origen celestial, que tenía derecho a
disfrutar como el don más preciado.
Admiré en los talleres de lectura
y escritura, tu poderoso numen que, ya en los libros desde mi tierna infancia,
me fui acostumbrando a leer. Había en los tuyos un algo espléndido que
sobresalía sobre los libros de los hombres, que también me gustaban, pero que
no llegaban a alcanzar, esa bendita fluidez, esa esencia especial donde rezuma
una ternura infinita.
Te admiré como amiga y compañera,
y navegué contigo en procelosos mares, enfrentándome a todos los peligros existentes
para salvaguardar esos tesoros espirituales que, desde el momento en que
venimos a este mundo, tenemos el derecho a disfrutar, y que por desgracia, por
falta de un común entendimiento, están aún inéditos, escondidos a nuestras
miradas.
Cierto día, amigo de la paz y la
concordia, enemigo declarado de las guerras y separaciones, fui a buscarte a
lugares de lujuria y pecado, y lloré, lloré amargamente tu desdicha, al
contemplar allí tu cuerpo sacrosanto, ultrajado, usado como elemento de
lascivos e inconfesable deseos bestiales que, no me atreví a profanar para no
mancharme cual otros.
En otras muchas ocasiones,
caballero de caña y cartonaje, armado de mi blog de notas, penetré en los
espacios abiertos de tu alma, y allí, caminé por terrenos inexplorados, intentado
encontrar esos santos lugares, paraísos
ocultos a la faz del mundo, que habían encontrado y disfrutado antes ciertos
señores de pluma, los que nunca se dejaron avasallar por contrarios.
¡Ay, Adela, Adelaida, linda flor,
de exuberante perfume, desde aquel día que entrarse en mi huerto, exhalando el
mismo aroma de mis flores, nunca he dejado de quererte, pese a que no te
dejaste acariciar por esta masculinidad que ardiente, deseaba más que nada,
caminar conjuntamente contigo apoyándonos en el fuerte báculo de la sincera amistad
libre de cortapisas!
No tengo nada que reprocharte; yo
ya me voy al puerto donde se halla la Barca de Oro que debe conducirme al lejano lugar que soñé,
donde contigo me las prometía muy felices, y donde nuestros hijos bienamados,
nacidos de un perfecto matrimonio, hubieran tenido como norma suprema, la de
dirigir sus conductas dentro del reducto del Trabajo y la Amistad.
No volverán tus ojos a mirarme,
ni tu oídos escucharán mi canto, canto de amor que nunca comprendiste a pesar
de ir directamente a ti dirigido en contra del inmisericorde adánico ejercicio
del machismo tanto tiempo por ti vilipendiado y al que sin darte cuenta te
abrazabas, no teniendo otra cosa de más envergadura en la que apoyarte para
sobrevivir gozosa.
Voy a aumentar los mares con mi
llanto, llanto sublime del amor eterno, donde el sagrado corazón del hombre
encuentra su acomodo, el cual, sutil hilo de oro que le encuadra dentro del
infinito ejército de los seres bienpensantes, libre de errores, y también de
los negros horrores de la guerra, ha encontrado la emocionante fórmula de la
convivencia en paz.
Adiós, mujer, adiós para siempre,
aunque para siempre he de estar contigo; nunca he de abandonarte en la
desgracia, siempre estaré esperando tu gracia, aún dentro de todas las acracias,
de la mal llamada democracia, de cuantas formas infernales de infortunio
seguirá el hombre inventando para su pecunio, allí estaré rogando por ti a mi
adorado y misericordioso Dios.
25-4-2017
Biblioteca BIB en la calle Alonso de Tobar, taller de escritura de
relatos en sesiones cada quince días, dirigido por el escritor don Juan Carlos
Márquez.
El tigre
El
sol dora las laderas en la mañana. Tiger desea la verdad, la busca, está impaciente
por encontrarla dentro de la maraña. Ha nacido para ello y, sin embargo, ella
se oculta, se difumina, huye. El asfalto a punto de derretirse atrapa feroz a los
incautos; las flores se desmayan sobre sus tallos, Marisa se separa de Antolín porque
ha encontrado otro mejor. Tiger, padre y abuelo, sufre, amigo de la vida
ordenada, del sacrificio a cambio de honores, de la paciencia ya que no de la
felicidad. Permitita falsea, eligió mal a Toribio. La luz está sembrada de
oscuridades que brotan como hongos. Por los cerros los pastores apacientan sus
ganados. ¿Para qué, acaso? En el autobús un padre con tres hijitos: vibran a su
izquierda; el padre lee un voluminoso best
seller a tiempo que con un ojo vigila complacido; la niña va completando el
rubik que el hermano mayor no ha podido
completar. Al terminar, las seis caras son de un color distinto. Se lo entrega
sonriendo al niño, que está mohíno. El pequeñín observa con ojos de filósofo a
sus hermanos, a su padre, a quien quita el libro para ponerse a simular que lee. Tiger observa: ve el
caudaloso río de la vida circular a
través de aquellas frentes. ¡Es lástima que más tarde se sequen sus
aguas! La madre, supone, estará trabajando en la fábrica, en el taller, en
algún ministerio, para ganar el sustento. El hombre debe estar en el paro. El
autobús runrunea. Fuera un cielo azul está hablando solo en un lenguaje que
nadie entiende. La brisa más suave del mundo, sigue acariciando, distraída, a
la mañana anterior que ya no existe. Bajan los cuatro en la parada del Retiro
frente a los jardines de Cecilio Rodríguez. Verán a las palomas y los patos
aletear sobre las flores. ¿Y la belleza? ¿Quién, por ventura, está hablando de
la belleza? Es Abril, la tierra eleva un cántico de aleluya. La gente sonríe
complacida. Anoche murió sola una mujer de 46 años, en su casa de la calle
Viriato. No acaba aquí la cosa, pues abundan las noticias sobre el día de ayer.
Era Domingo de Ramos, de ramos, de sangre amontonada por dos atentados a los
cristianos de Egipto… ¡que se le va a hacer! Es la nueva, la moderna, la renaciente, cultura del crimen
organizado. Y como siempre, en el Sacrosanto Nombre de Dios. La guerra santa,
dicen algunos, y como tal, aquel kamikaze
que antes raramente surgía dentro de la masa, ahora se ha hecho popular, y se
multiplica como la espuma de los mares. Ahora, una joven sonríe sentada en el
mismo lugar que ocupaban los chicos del rubik y su padre. Algún mensaje, algún
chiste, alguna noticia agradable le está llegando por el whatsapp que mira fijamente. Tiger ruge por dentro. Una pareja de
enamorados se besan a dos palmos de sus narices, delante. ¿Enamorados? Ya se
verá a la vuelta de unos meses, dos años a lo sumo, en que se hayan cubierto
las sexuales expectativas. El autobús sigue runruneando, Tiger rugiendo, pero
nadie lo nota, pues la flora y la fauna viven sin inquietarse en esta mañana
florida. Ayer, entró Jesús en Jerusalén montado en un precioso borriquillo,
¿Platero? Nadie se acuerda ya del dulce animalito. La Sulamita deambula por
terrenos pantanosos y Salomón huye de ella lleno de espanto. Lejos está el
amor, cerca el olvido. Los tiempos cambian. Ahora, el hombre masa vuela por los
aires y cae al suelo hecho pedazos, producto de un nuevo invento: el hombre bomba.
El cielo se oscurece con una nube de polvo que corre a ocultarse en las
habitaciones para desesperación de la mujer de la limpieza. El cáncer de pulmón
prolifera. Doña Felicidad no duerme de noche, víctima de un mal que la corroe.
-Abre el paraguas Manuela, -dice Tiger a su invisible compañera al bajar del
autobús en Sevilla, cerca de la Puerta del Sol. -Nuevamente va a llover sangre. –Ha añadido.
-¿Cómo? –Ha preguntado ella.
-Hay ciertas señales.
Ella
le ha ido hablando durante todo el viaje, mientras él observaba con sus adormecidos ojos amarillos. Todo es un
símbolo. El mundo está de luto, pero se viste de verde. No quiere que nadie le
dicte el camino. En televisión se ha dicho… ¡Hay tantas cosas que se dicen, que
apenas las oímos! Tiger, se siente como perdido; aunque rugiera fuerte, nadie
escucharía sus rugidos.
¡La
selva, la selva! ¿Dónde está la selva, amigo mío?
El
mundo sigue gravitando en el vacío.
21-4-2017
Cuarto de baño con
jacuzzi.-
No sabes Paco, cómo escribir esta
historia, si en primera o segunda persona. Lo más aconsejable, dados los
reproches que tienes que hacerte, sería utilizar la segunda, pues sólo tu eres
culpable de la situación que ahora sufres, y, a ti directamente deber dirigirte
a ver si así te corriges.
Damián, el marido de Josefina,
prima hermana de Lucía, tu mujer, cuando volvíais el lunes por la tarde
acompañados de Anselmo, el marido de otra prima hermana, Antoñita, de bañaros
en la playa, os invitó a entrar juntos al cuarto de baño para ducharos y
asearos antes de tomar unas copas.
Recuerdas como si fuera una
película de terror, cómo Anselmo, menos barrigudo que el otro, al quedarse en
pelotas, su enorme vientre cayó hacia abajo tapando casi totalmente sus partes
pudendas, y, marchándose al jacuzzi, separado por una mampara, te mostró su
horrible culo peludo con el mayor descaro y sin el más pequeño signo de pudor.
A todo esto, Damián que se había
despojado a tus espaldas, también de su bañador, sientes, cómo acercándose a
ti, te despoja del tuyo y, con ambas manos abre tus posaderas, dándote dos
fuertes palmadas en ellas al tiempo que suelta una enorme risotada; y cual si
fuera un eco, es coreada por otro al otro lado de la mampara.
Jamás, por mucho que lo hubieras
pensado, habías imaginado que podría ocurrir esto que estabas viviendo. Damián
mostraba un enorme culo blanco totalmente afeitado, que le daba la apariencia
de un tremendo orangután, y por delante, con su enorme panza colgando, parecía
un ridículo marsupial, cosas que en otras circunstancias, te hubiera hecho
reír. Pero no era cuestión de risa, lo que te estaba sucediendo. Te habían
preparado esta encerrona; habían bajado a la playa a buscarte…
Cuando dejaron de reírse, mientras te subías el bañador,
preguntaste:
-¿Quién de los dos ha
sido el culpable de este juego asqueroso?
-Hombre, Paco, no te pongas así, ha sido solamente una broma. Si no te
gusta esto, lo dejamos y, en paz. Te respondió Damián mientras el otro todo
mojado aparecía desde dentro.
Anselmo, desde que llegaste con
los tuyos de veraneo a Ibiza el año anterior, se había convertido en tu mejor
amigo. Servicial en grado sumo, te llevó a conocer todos los rincones de la
isla. Él y Antoñita, cuando la pequeña Luci se hirió en un pie al pisar un
casco de botella, corrieron a llevaros en su coche a la Casa de Socorros. Y no
sólo eso, que Lucía y Antoñita, que se querían como hermanas, iban juntas a
todas partes, a comprar, a tomar café, a llevar los niños al parque, a jugar y
bañarse en la playa. Es más, este hombre de aspecto bonachón, más de una tarde
mientras sentados en alguna terraza con los niños os estabais invitando, daba
dinero a Paquito y Luci para comprarse chucherías. Era la mar de espléndido. Todos
los días aparecía en vuestro bungalows
con algún regalo, bien si fuera fruta o verdura para Lucía, algo útil para los
niños, cual una pelota para el varón o una muñeca para la hembra. Ellos no
tenían hijos y tenían todo el tiempo del mundo para acudir a los demás. Anselmo
hizo algo más especialmente contigo: sabiendo que te gustaba mucho hacer
senderismo y conocer las bellezas naturales de la isla, haciendo un poderoso
esfuerzo de su voluntad para mover su voluminoso cuerpo, subió incluso contigo
a visitar las torres de defensa, el Parque Natural de Ses Salines, la Reserva
Natural de Es Vedrá. Sudando a mares y haciendo tremendo esfuerzos con su
enorme corpachón sobre bicicleta, corristeis por campos de cultivo, por
diferentes playas y acantilados. Te llevó a las Cuevas de can
Marçà, al Aquarium Cap Blanc. Él fue quien te convenció que volvierais este año a
la isla y además, sin tener que gastar un duro en alojamiento, pues Damián y
Josefina, los otros primos de tu mujer, os brindaban su chalet donde tenían
habitaciones de sobra para instalaros.
Damián no era tan entrañable como
Anselmo. Quizá por disponer de mejor situación social y económica, se sentía un
tanto por encima de este, pero intentaba no manifestarlo. También el año
anterior, te colmó de atenciones y te insistió varias veces de que este año
vinierais a veranear aquí. Y tú, el más idiota de los seres mortales que
conozco, aceptaste, y metiste en esta casa de horrores a tu mujer y tus hijos,
los cuales corrían el peligro de ser violados por este Damián de los infiernos.
¡Ah!, pero eso si, ante las gentes, ante la élite cultural de la isla, es un
señor respetabilísimo, amable a más no poder, altruista incluso. ¿Y Josefina?
Con ella y Antoñita estaban en la playa Lucía y los niños, inocentes de lo que
dentro de este lujoso cuarto de aseo se estaba cociendo. Estabais solos los
tres allí, ellos con la esperanza de pulir sus designios, y tú, rebobinando a
velocidad de vértigo en intento de decidir sobre lo que debías hacer. Para
colmo, Anselmo, intenta en esos momentos arreglar la situación que tu, con tus
palabras, habías hecho difícil de mejorar, diciendo:
-Paco, el primo Damián no ha querido ofenderte. No es nada de lo que tú
supones. Ha querido gastarte una broma.
Cuando una situación se pone tensa
entre personas mayores, lo más lógico es que estas no traten de arreglarla
desnudos, y si lo están, hagan lo que tú acababas de hacer colocándote, al
menos, el bañador. Pero ellos permanecían allí desnudos cual su madre les echó
al mundo; o mejor dicho, como el mundo les echó a ellos. Y replicaste:
-¿Una broma, una broma esa carcajada que habéis soltado y ese toqueteo
asqueroso? A mi no me engañáis. Dios sabe lo que ese jacuzzi podría contar si
tuviera don de palabra. ¡No os da vergüenza? ¿Qué dirían vuestras mujeres si lo
supieran?
Otra unísona, enorme carcajada,
coreó tus últimas palabras dejándote horrorizado. Saliste del cuarto de baño
como una centella, derecho al vestidor, y te colocaste la ropa a toda prisa,
sin pararte a reflexionar, sin pensar en aquellos dos hombres que dejabas
atrás. Y bajaste corriendo a la playa. Los niños estaban dentro del agua
chapoteando en ella con la madre; y las dos primas, Antoñita y Josefina,
hablando tranquilamente en la orilla bajo la sombrilla. No lo pensaste siquiera;
pasaste junto a ellas como una exhalación y vestido como ibas, entraste derecho
a los tres a los que sacaste de allí rápidamente, llevando a la niña en brazos.
Fue un espectáculo increíble que revolucionó a las tranquilas gentes de la
playa; en particular a las dos primas que puestas de pie corrían detrás de
vosotros intentando alcanzaros. Pero no hubo manera. Una vez en casa, dentro de
las habitaciones que os habían reservado, obligaste a tu pobre mujer a vestirse
rápidamente y asimismo a los niños. Y a recoger el equipaje. A salir de allí a
toda prisa cual si la casa se estuviera quemando. Recuerdas todavía, cómo
empujaste con malos modos a las dos primas que esperaban tras la puerta. Los
tuyos te seguían horrorizados, gimiendo y haciéndote preguntas a las que
contestabas con estas dos palabras que repetías sin cesar:
¡Esa carcajada! ¡Esa
carcajada!¡Esa carcajada¡¡Esa carcajada!...
A pesar de estar viviendo una
situación límite, mientras maletas en ristre, abandonabais el chalé, no pudiste evitar la dedicación de
un momento a tu curiosidad, y aplicaste el oído atentamente al pasar por
delante de la puerta del cuarto de baño. Lo que allí sucedía, te hizo acelerar
la marcha:
¡¡¡Dentro sonaba el agua, y seguían sonando carcajadas!!!
18-4-2017
TALLER DE ESCRITURA dirigido por la profesora Natividad Lorenzo en
la biblioteca AGCyD Miguel Delibes de Moratalaz.
¡ кleshch,!
Esta tarde he salido a pasear a
la Puerta del Sol con mi gato Missi y
estando delante del Lhardy, se me acerca
un señor de unos ochenta años, preguntándome dónde podía tomar un buen caldo de
cocido, lo cual me suena a broma, por lo intempestivo de la hora, y también,
por encontrarnos precisamente ante el restaurante más famoso de Madrid donde es
proverbial esta clase de guiso. Estoy a punto de mandarle a hacer puñetas,
cuando pienso detenidamente, que debe ser extranjero, por su extraña pronunciación.
-¿Es usted alemán?
-No, soy ruso.
-¡Ah!, pues se encuentra delante
del mejor restaurante de Madrid, donde sirven el mejor cocido del mundo.
El hombre dando un paso atrás se
queda estático mirando hacia mi fijamente, y exclama horrorizado:
¡ кleshch,!
Pienso que se ha vuelto loco de
momento, y estoy a punto de alejarme dejándole allí plantado, pero al
considerar, que algo de mi persona debe haber llamado su atención, y de índole
bastante grave para haberse efectuado tal cambio, entonces zarandeándole con mi
mano izquierda, le pregunto:
-¿Qué le pasa?
Y el hombre señalando a Missi que
sostengo sobre el pecho con mi mano derecha, repite:
¡ кleshch,!
-¿Qué ocurre buen hombre, no ha
visto nunca un gato persa?
Y sin dejar de señalar sigue
exclamando: ¡кleshch,! ¡кleshch,! ¡кleshch,! ¡кleshch,!
¡Qué
asco! ¡Está infestado de garrapatas!
13-4-2017
Comentarios a Ulises,
capítulos 16 y 17.
Capítulo 16.- Mientras en los capítulos del 1 al 14, Blom y
Stephen habían tenido ligeros encuentros, ya en el 15 es cuando aparecen juntos
con mayor intensidad, siendo en este nº 16 que
no se separan. Y si nos fijamos en la Odisea, es a partir de la vuelta
de Ulises a Ítaca y su encuentro con el porquerizo Eumeo, que hasta el final,
están unidos padre e hijo para combatir a los pretendientes. La técnica que
Joyce emplea en este capítulo es un lenguaje corriente; y el ambiente, que en
capítulo anterior fue de burdel, ahora es de taberna. Frecuentada esta por
cocheros, hombres de tierra, se creen las patrañas de Murphy, el marinero,
(malo como el viejo Antonio) página
257). A mi modo de ver, este personaje en la Odisea debe ser el cabrero
Melantio, y Antonio, tatuado en su pecho, debe ser Antinoo, el más poderoso de
los pretendientes. Ambos estaban muy unidos. Es como si este marinero navegara
sobre las cabezas de los cocheros y demás clientes del Refugio; es la tentación, el espíritu del mal. Pero
Joyce va más allá de este plano. En otro plano distinto, el lenguaje está lleno
de símbolos exótéricos donde se pone en tela de juicio, el espíritu anglosajón
y el del hombre mediterráneo en particular, con las repetidas alusiones a
España y los españoles. La lectura aquí se hace bastante pesada y repetitiva.
Joyce se complace más que nunca, en aburrir al lector y despistarle. Y da la
impresión, que desea manifestar su reprobación a la pesantez de la Odisea que,
abarca desde el canto XIII en que Ulises es dejado en el puerto de Forkis ya en
Ítaca, hasta el canto XXII en que empieza la acción lanzando la primera flecha
al cuello de Antinoo. Nueve capítulos en preparativos, mientras que en el XXII
y el XXIII acaba con todos los pretendientes y le da tiempo a entrar en el
lecho con Penélope. No hay que olvidar que Joyce es uno de los más grandes
bromistas en el campo de la literatura. Se burla de todo, incluso de si mismo.
Capítulo 17.- La técnica aquí es a base de preguntas y
respuestas. Un ejercicio que aconsejo, es: en una primera fase, hacer por
escrito una especie de programa con todas las preguntas, pasando por alto las
respuestas. Entonces nos damos cuenta de la enorme importancia de este
capítulo, escrupuloso ejercicio de una meticulosidad extraordinaria, donde se
realiza una exposición perfecta del trabajo de la mente, al tiempo que se hace
un retrato fiel del alma humana, con sus deseos, pensamientos y hasta el último
de los sentimientos. Sin tu desearlo, te viene la idea, de que para el autor,
eres el modelo, que sin haber sido presentados, te conoce más aún que tú mismo.
Es una maravilla si lo miramos bajo este punto de vista. En una segunda
lectura, es cuando se puede uno recrear en cada una de las respuestas, que la mitad de ellas son verdaderas
epifanías de exhaustiva erudición. Joyce no escribió este libro para leerlo de
un tirón y olvidarlo después sobre la repisa. En este caso, no merece la pena
ocuparse de él ni un solo minuto. Aquí Blom y Stephen deliberan camino de su
casa, en principio sobre sus coincidencias y discrepancias. Ya en ella, se
sigue con esmeradas descripciones tales, cómo el recorrido del agua desde el
embalse de Roundwood hasta salir por el
grifo de la cocina. Se explaya a gusto en cada tema: la ebullición, los libros,
reminiscencias, sueños, todo cuanto nuestra mente realiza en constante
actividad al margen del tiempo. El capítulo, con sus preguntas y respuestas, es
de una intensidad abrumadora, y se goza con sus miles de detalles que quedan en
suspenso para volver sobre ellos cuando venga en gana. El final, su entrada en
la cama con Molly y la narración que le hace una vez ella despierta. Genial.
Termina definiéndose a sí mismo con dos
palabras: Oscurimbad el Claridiero. A través de su oscuro libro te hace ver la
luz. Un aviso a los navegantes.
4-4-2017
TALLER DE ESCRITURA dirigido por la profesora Natividad Lorenzo en
la biblioteca AGCyD Miguel Delibes de Moratalaz.
ENRIQUE
“Dentro de unos minutos ocupará con elegancia su lugar ante el piano.
Va recibir con una inclinación casi imperceptible el ruidoso homenaje del
público.”
Lo familiares estamos expectantes
ante el televisor en nuestras casas esperando ese momento. Estamos a 14-2-2017.
Es de noche. Enrique Ros Martínez, el joven ciego de diecisiete años, natural
de Cartagena, debuta en el programa de Got Talent que ya ha empezado. Sus
padres, como nosotros, esperan también impacientes, con la diferencia que están
allí junto a él acompañándole. También su hermano menor, un talento que le
ayuda con su sabiduría y con sus ojos. Sus abuelos Antonio y Gini también
esperan allá en Cartagena, que aparezca en el televisor.
Antonio es mi hermano. Hace
quince años me llamó llorando desconsolado porque su nieto Enrique de dos años,
hijo de su hija Ana María, había sido operado de cáncer en una clínica de
Barcelona y por desgracia, el cirujano le había seccionado el nervio óptico
dejándole ciego.
Cuando vimos a Enrique, ya de
vuelta a su casa, esa tierna criaturilla que no conocíamos, se abrazó a
nosotros con gran viveza, lleno de vida, alma ardiente, que necesitaba todo el
cariño del mundo para poder entrar en él por la tenebrosa puerta de la ceguera.
Sus padres estaban deshechos. Habían perdido todo aliento de vivir. No eran
capaces de afrontar tan terrible desgracia. ¡Su primer hijo ciego! ¡¿Qué iba a
ser de él en esta vida cuando ellos faltasen?! Mi sobrina, cuando intenté
consolarla, me contestó con una dureza tal, que tuve que clavarme las uñas en
las palmas de las manos para no echarme a llorar dentro de aquel mar de
lágrimas. No había consuelo. No existe consuelo en casos como este. Tienen que
pasar muchos años, tiene la vida que dar muchas vueltas, para que los afectados
por una desgracia, recuperemos la sensibilidad y volvamos a encontrar el dulce
sabor que ella ofrece.
Ahora mi hermano Antonio, llora
de gozo. Tiene un Genio en su familia… ¡no uno, sino varios! Tiene gran
cantidad de nietos nacidos de mi otra sobrina y mi otro sobrino hermanos de Ana
María. Y todos, cada uno de ellos, destacan en algo dentro de los colegios a
los que asisten. Todos ellos tienen la perspectiva de un brillante porvenir. La
ternura, esa planta maravillosa de exquisito perfume, que nace en el abrupto
terreno de la Fatalidad, ha fructificado dentro de todos y cada uno de los
corazones y las mentes de esa familia que rodea a Enrique, dotándoles de una
sensibilidad especial ante la vida.
Enrique compone música sin cesar,
eleva su canto de amor al infinito, lleno de sapiencia, de inusitado heroísmo,
superándose a través de la desgracia y utilizando todos los medios que la
tecnología actual pone a su disposición, para crecer como persona, para dar
frutos místicos en contraposición, a los renegridos frutos de bestialidad y materialismo que tanto abundan
en la actualidad.
51. LIBROS LEIDOS
BIBLIOTECA BIB DEL BARRIO a partir de enero 2015
TÍTULO: LA CASA TOMADA
Autor.- Julio Cortázar
Relato leído y comentado por el nuevo profesor Matías
Candeira el día 3-4-2017
COMENTARIOS.- Los protagonistas de esta casa son dos hermanos
que han quedado en ella una vez desaparecidos los demás miembros de la familia.
Es una casa demasiado grande donde podían vivir ocho personas sin estorbarse
-según se dice-. La joven Irene teje y el hermano lee aunque desde 1939 no
llegaba nada valioso a Argentina aparte de los demás trabajos que les da la
casa. (Trabajo excesivo al ser ella tan grande).
Como en todos los relatos de este
gran escritor, se pueden realizar varias interpretaciones de éste, siendo
la primera que a mi se me ocurre, que la “casa”
si la consideramos el “alma humana”, ésta va siendo tomada poco a poco
por los ruidos y estridencias de fuera, incluidos los que nosotros fabricamos
con nuestros propios pesares recuerdos. Y finalmente nos encontramos en la
calle sin haber podido salvar nada nuestro. También podría aplicarse esta
metáfora, a una nación –España por ejemplo- que está siendo tomada por los
ruidos de fuera y por nuestra propia indolencia.
52. LIBROS LEIDOS
BIBLIOTECA BIB DEL BARRIO a partir de enero 2015
TÍTULO: LA CASA DE AL LADO
Autor.- Tobías Wolff
Relato leído y comentado por el nuevo profesor Matías
Candeira el día 3-4-2017
COMENTARIOS.- Aquí el narrador
desde su casa en la que vive con su mujer, está pendiente de lo que ocurre en
la casa del vecino, otra pareja con un bebé y un perro. Aquel hombre es un
guarro que viene a orinarse en su cerca tan blanca. Pega al perro, grita al bebé
y es brutal haciendo el amor con su mujer. Él sin embargo, es más respetuoso
con su mujer, que se niega a hacer el amor con él y tiene que abandonar la
cama. Hay una película en la tele que no ven del todo. Él escribiría una película
mejor, donde hombres y mujeres al final de muchas penurias, no se distinguen
unos de otros, resultando como flores en un país donde no ha estado nunca
nadie.
Interpreto aquí, en cuanto se
narra, que se quiere representar la falta de espiritualidad, unos seres humanos,
que tras largos milenios de porfiar sobre el planeta, es cómo si nunca hubieran
existido.
Adela
Tiemblan los cristales de mi ventana ante la pasión
arrolladora que por ti siento mi
querida compañera del alma, Adela; tu que apareces en mis sueños cada día que
pasa alegrando los momentos de mi vida con el hálito sublime de la esperanza.
Tu que eres el manantial inagotable donde mis ideas se basan para seguir
adelante trazando el camino, el camino del agua, del agua viva y sagrada de un
nuevo bautismo que está necesitando esta humanidad tan triste y
desgraciada.
Estaba muy complacido con tu presencia,
y te fuiste alejando poco a poco, Adela.
Te lo vengo a decir aunque no te duela:
Eras el único motivo de mi existencia.
Sumábamos ambos una misma experiencia
Libres nuestras almas, vuela que
vuela
Dejando por los cielos una blanca
estela
Con nuestro desinteresado amor,
esencia
exquisita que, de haberse podido
prodigar,
Hubiéramos creado un excelente
sistema
Una nueva forma entre todas las
de amar
Hombre y mujer unidos bajo el
mismo lema
Colocados a la misma altura para trabajar
Navegando en glorioso mar, rema
que rema.
28-3-2017
TALLER DE ESCRITURA dirigido por la profesora Natividad Lorenzo en
la biblioteca AGCyD Miguel Delibes de Moratalaz.
LA ESPAÑOLA INGLESA
Beatriz Risueño, natural de
Albacete, cuando tenía quince años, en un viaje que hizo a Lisboa con su novio
Pepe Buendía, al visitar la Estufa Fría, tuvo un extraño encuentro con una
especie de gitana que se ofreció a echarle las cartas, y que al negarse, hizo
una terrible premonición sobre el fracaso de aquella relación.
Estudiante de filología inglesa,
Beatriz, reunía todas las cualidades físicas y mentales de la más grande y
graciosa de cuantas mujeres han existido a partir de Eva. Aquel mozo no le
convenía por no estar a su altura intelectual y porque además, era esa clase de
niño mimado por su madre, que según la psicología moderna, son proclives a la
vida homosexual, más que a la del sacrificio y honestidad que exige la vida del
matrimonio entre hombre y mujer. Persona fiel a sus principios, pese a su corta
edad, Beatriz, no fue capaz de romper con él, pese a que empezó a descubrir sus
muchos defectos. Y tuvo que ser él, quien abrumado por la inteligencia de ella,
rompiera aquella relación.
Después de aquel fracaso y ya con
veinte años y la carrera terminada, la joven dejó a su familia y se fue a vivir
a Londres donde aunque parezca extraño, no encontró trabajo ofreciéndose
incluso como profesora de español.
Y después de varios meses de
miseria absoluta donde lo intentó todo, gracias al conocimiento que hizo con un
musulmán de nombre Khalid Masood, se trasladó a Birmingham y allí si pudo
montar su academia y adquirir un equilibrado modus vivendi. Este personaje fue
el primero de sus alumnos y quien la introdujo en el mundo árabe bastante
amplio dentro de aquella ciudad inglesa. Con aquellas gentes se sintió muy a
gusto y lamentaba no haber estudiado filología árabe en lugar de la otra,
porque esta cultura, según podía apreciar, encerraba grandes tesoros de poesía
y filosofía, todos ellos faltos de aprecio entre los anglosajones, europeos y
sobre todo, los españoles.
Así las cosas en 2003, este
hombre apuñaló a un hombre en la cara, lo que demostró a Beatriz, su carácter
violento y a partir de ahí fue borrado de la lista de sus amistades. Empezó a
sospechar que la poética y filosófica cultura estaba bastante contaminada por
la terrorífica filosofía del odio y la incomprensión; y, cansada de sufrir tan
profunda crisis espiritual que afecta por partes iguales a Oriente y Occidente,
la vemos ahora, en estos momentos, con las tijeras en ristre cómo empieza a cortarse
los cabellos; y con una furia digna del mejor de los guerreros que han
existido, y, aunque no se puede ver en una foto que ha inspirado este
reportaje, empieza a desvestirse para colocarse el hábito que ha de llevar
durante el resto de su vida, como señal de reprobación al mundo desgraciado en
que le ha tocado vivir.
El espaldarazo final para tomar
tan grave decisión, lo ha recibido hoy, cuando le llega la noticia sobre el
susodicho asesino, que conduciendo un todo terreno, ha perpetrado un atentado terrorista
de graves consecuencias que ha llenado al mundo de pavor e indignación una vez
más.
28-3-2017
Biblioteca BIB en la calle Alonso de Tobar, taller de escritura de
relatos en sesiones cada quince días, dirigido por el escritor don Juan Carlos
Márquez.
LA PODA
-¿Qué haces Pascasio cortando las ramas de esta higuera?
-¿Es que eres tonto Vivencio, que viendo lo que estoy
haciendo me preguntas qué hago?
En medio de aquel campo, los dos hombre son azotados por un viento
fortísimo que está a punto de arrastrarlos, si no fuera porque curtidos al aire
libre en aquel pueblo rodeado de montañas, saben asentar muy bien sus pies
sobre el terreno para que el viento no se los lleve. Están en pleno mes de
diciembre y el frío que acompaña al viento, es también de gran intensidad, pero
a ellos, esto no les asusta ni les causa molestia alguna. Vivencio que no es
tonto, le contesta:
-No me refiero a lo que estás
haciendo con el serrucho, sino a lo que haces contigo mismo, despreciando a la
Gabriela, esa mujer tan imponente que tienes por esposa y de la que apenas
haces caso.
-Eso a ti no te importa, y si vienes
aquí a importunarme, voy a tener que darte un buen puñetazo en las narices. (Le ha contestado cachazudamente el bueno de
Pascasio, que dejando esta herramienta en el suelo, coge las tijeras de podar y
se dedica a cortar las ramas menores que nacieron en la parte más baja del
tronco).
-Me importa porque la Gabriela es
mi prima y es para mi como una hermana, porque nacimos el mismo día y el mismo
año y hemos crecido juntos. Y no se merece el trato que le das.
-Mira, Vivencio, esta mañana, no
estoy de humor para escuchar tus monsergas. Si sigues por ahí, vas a dejar de
ser mi amigo; que sepas, que a las mujeres no se les puede andar con zalamerías
todo el tiempo, porque si te achicas y les das todo lo que te piden, acaban
tomándote por al pito del sereno.
-Pues ya que nombras al pito, ten
mucho cuidado con Agapito el de la Angustias, que no se si te has dado cuenta
que está rondando por tu casa siempre que estás ausente y que fue novio de mi
prima antes que tu. Que sepas que han vuelto a liarse y tu permaneces en la
inopia.
-Eso ya lo se, y no es necesario
que vengas tu a decírmelo. Agapito es un mal bicho y el día menos pensado va a
llevarse un gran disgusto conmigo.
-¿Ah, si? ¡Míralo por donde
viene!
-¡Hola, muchachos! -Dice
el hombre nada más llegar. Y añade con mucha guasa refiriéndose al que maneja
las tijeras:
-¿Qué, Pascasio, podando como
siempre? Me han dicho que en cierta ocasión con otra clase de tijeras hiciste
otra clase de poda con cierta parte de tu cuerpo, y es por eso, que te encuentras
tan fuerte para trabajar en el campo, y no tanto dentro de tu casa.
Ante estas palabras, Vivencio suelta una gran carcajada, lo que
enfurece a su primo de tal manera, que siguiendo al Agapito que se ha alejado a
mear un poco más allí, ¡zas, cataplás!, realiza
la misma operación de poda que el otro acababa de atribuirle.
27-3-2017
LECTURA DE LIBROS
50. LIBROS LEIDOS
BIBLIOTECA DEL BARRIO a partir de enero 2015
127 páginas
TÍTULO: HISTORIAS MÍNIMAS
Autor.- Javier Tomeo
Libro recibido en la BIB para ser comentado y devuelto el
día 27-3.
COMENTARIOS.- Una vez
más me congratulo, de mi decisión de asistir a las bibliotecas donde existe un
taller de LECTURA Y COMENTARIOS DE LIBROS.
Y va por centésima vez mi elogio hacia la virtud que esto encierra, que
no es otra, que, a los apasionados en la búsqueda de buenos escritores, según
su criterio, les aumenta de manera extraordinaria estos hallazgos. En los diez
años que vengo asistiendo a ellas, he descubierto diez veces más buenos
escritores, que en los otros setenta años de mi vida. Hoy me felicito de haber
tenido paciencia hasta encontrarme con Javier Tomeo. Este hallazgo me produce
una gran felicidad. Es uno más de los que iba buscando. En estas pequeñas
historias, me encanta su brevedad, su endiablada técnica de personajes siempre
entre bastidores de teatro, con escenarios de todo tipo, desde el de un campo
de batalla hasta el de la trastienda de circo. Cada una de ellas es una joya,
un diamante, un rubí, una esmeralda; cada una te deja perplejo por su
estructura, que emite destellos sublimes, resplandores que te hacen cerrar los
ojos y abrir el corazón. En un lenguaje sencillo, con palabras corrientes, te
muestra paisajes del alma de gran hermosura, al tiempo que te hace reír con sus
sarcasmos, o llorar, con esa absurda incongruencia de algunos personajes y sus
tristes situaciones; esos escenarios donde lleno de ingenio, con pocas
palabras; esos diálogos cortos donde a veces con una sola palabra de una sola
sílaba, te está descubriendo un mundo. Odio la palabrería inútil. Esta pequeña
obra, ha sido para mi un regalo del destino. ¡Gracias a la biblioteca BIB de mi
barrio!
El sexo de los ángeles
Paco se encontró cierto día con los
ángeles Rafael y Gabriel, que pasaban por su huerto de la Mata y que se pararon
allí a mirar su almendro en flor, y entabló la siguiente conversación que me
atrevo a relatar.
PACO.- ¿Tienes sexo Rafael?
RAFAEL.- ¿Te importa mucho,
hombre descarriado?
PACO.- Bueno, no es que me
importe mucho, pero hay tanta gente aquí, que esclava del sexo, al oír hablar
tanto de vosotros, se hace esta pregunta, que teniendo la oportunidad de
teneros a ti y Gabriel delante, no tengo más remedio que hacérosla. (Gabriel, respondiendo por el otro):
GABRIEL.- Mira, Paco, el tema del
sexo es tan amplio que por mucho que te queramos explicar, nunca acabaríamos de
hablar de él. Pero para que te vayas enterando de algo, puedo decirte que
existe un esperma universal que tu conoces por el nombre de ideas y pensamientos, que cuando son
acertados, y no son simple palabrería, se derrama por todos los cielos ocupados
por la MATERIA y, pasan del estado bosónico, BOSÓN DE HIGG pongo por ejemplo, a
un estado material más en consonancia con el medio, de manera, que se produce
una PRESENCIA. (Aquí, Rafael haciendo un
gracioso gesto, interrumpe a su compañero y continúa con la exposición sobre el
sexo):
RAFAEL.- Vosotros, los pobladores
de este planeta miserable, contribuís a la FERTILIZACIÓN UNIVERSAL, cada vez
que acertáis en emitir IDEAS ACERTADAS, las cuales, unidas a cuatrillones de
ellas que pululan por el espacio, producen eso que muchos poetas anteriores a
ti, han denominado como TRONOS, POTESTADES, PRINCIPADOS, DOMINACIONES,
VIRTUDES, y que se refiere exactamente a nosotros. (Gabriel corta a su compañero, que no se enfada por ello y prosigue
diciendo):
GABRIEL.- Esto, en una primera
fase que podríamos denominar, DECANTACIÓN UNIVERSAL DE LA INTELIGENCIA. Ocurre,
que no es esta la primera de estas decantaciones, que, debido a la graciosa
propiedad primordial de la materia, podemos ir DECANTÁNDONOS, en diferentes
estados de GRACIA, en distintos planetas, y, pásmate Paco, si es que puedes, que
hasta dentro de algunos soles, somos capaces de reproducirnos, pese al calor
tan inmenso que existe dentro de ellos.
RAFAEL.- (tomando la palabra de nuevo): -Que sepas, hombre de poca fe, que los
estados de la materia son infinitos y así mismo lo son los estados del
ESPÍRITU. (aquí hace una pausa), y si
fueras más listo comprenderías, pues dentro de ti mismo se verifica, una
simbiosis perfecta entre los dos estados.
GABRIEL.- ¿Te enteras, pedazo de
zoquete?, -y añade: -Si dentro de
vuestro vocabulario, buscaseis la palabra adecuada para definir el sexo que nos
corresponde, esta sería POLINIZACIÓN, pues dentro del estado espiritual, esta
se verifica como vosotros la conocéis dentro del reino vegetal donde cierto
tipo de insectos, libando entre las flores, producen el cruce y nacimiento de
nuevas formas de vida.
PACO.- (Ofendido por haberse oído llamar zoquete increpa a Gabriel) –Creo
que has cometido una falta de respeto a mi persona por llamarme así, y
considero que esto no es digno de una potencia celestial, cual tu representas.
GABRIEL.- Eso del respeto, es una
palabra inventada por vosotros movidos por el deseo de ofenderos. No existe en
el universo, arma más cruel y despiadada que la PALABRA. Y vosotros la usáis
abusivamente de manera, que os herís constantemente con ella, bien sea
pronunciándola para ser escuchada por los demás, que usándola en silencio
contra vosotros mismos.
PACO.- Tu también la estás usando
ahora.
GABRIEL.- Si, porque tu nos has
provocado y por educación, Rafael y yo nos hemos visto a obligados a
contestarte. Pero nuestra manera de expresarnos es muy otra.
PACO.- ¿Y cual es esa manera? (Ahora es Rafael quien contesta).
RAFAEL.- Esta especie de alogamia
de la POLINIZACIÓN, es de carácter universal y mantiene el orden de TAL manera,
que toda la MATERIA, desde la más pequeña partícula a la más grande, está
sujeta a esta ley, la cual, es de tan maravillosos efectos, que todo organismo,
desde el más simple hasta el más complejo, está impregnado de ese semen, o
polen, o como queramos llamarle, que, para nosotros como te decía Gabriel al
principio son las ideas o pensamientos.
(Toma la palabra Gabriel).
GABRIEL.- Y son tan infinitos en
cantidad y calidad, abundan tanto, que a partir de ellos nace todo vestigio de
MATERIA, desde las más grandes nebulosas, hasta la más pequeña e ínfima
partícula, todas ellas bajo el símbolo de la INTELIGENCIA. Y ésta, es ese ENTE
TOTAL Y ABSOLUTO, al que vosotros, sin poderlo comprender, debido a su inmensa
TOTALIDAD, denomináis con el sacrosanto nombre de DIOS.
PACO.- (Totalmente abrumado y sin
saber qué decir) -Burrrrrrrrrr
(Ante esta onomatopeya, los ángeles desaparecen de su vista dejando una
blanca estela que queda fija para siempre en la cabeza de este simple individuo
de la especie humana.)
En Madrid, a 25-3-2017
Francisco
22-3-2017
Tengo el gusto de adjuntar el
presente caligrama que envía mi antiguo compañero de tertulia el genial José
Ortega.
Trayectoria entre contrincantes
LA GRAN ESCAPADA
Trayectoria parabólica
que primero asciende por su inercia,
luego baja por la gravedad
y se refrena según su entorno.
Contrincantes en la lucha
por los mismos intereses
desde posturas opuestas.
Pobre del pillado en medio,
sustento será de espinas
como un clavel entre rosas,
hasta debajo sus pies la hierba
será cortada y las chispas
del impacto inundarán su hélice.
21-3-2017
CLUB ULISES en la
biblioteca BIB de Moratalaz.-
Comentarios al capítulo 15 de ULISES.
CAPÍTULO 15.-
Este es el capítulo de las
transformaciones, con una técnica endiablada donde se mezclan todo tipo de
combinaciones, de manera que Blom como personaje central aparece con mil formas
diferentes, incluso en calidad de mujer o ente transexual sin serlo, pero
recibiendo multitud de ultrajes de un personaje al que se le da el apelativo de
Bello. Su similitud con el Ulíses de la Odisea es probable que esté con las
vicisitudes que padece viendo a sus compañeros convertidos en una especie de
cerdos cuando arriban a la isla Eea donde habita Circe, la de hermosos
cabellos. Un detalle curioso entre los miles de juegos con palabras que Joyce
hace para diversión suya, es el nombre de Molly, la planta que Hermes el
Argicida entrega a Ulises como contraveneno para neutralizar el veneno que Circe
le administra. Otra caso curioso debe ser el de la Ninfa, que identifico como
Calipso, la cual dice a Blom, que se vieron en otro tiempo. Según la Odisea,
esta habitaba en una caverna en la isla Ogigia frente a Gibraltar.
Las páginas 124, 125 y 126 en
cursiva, nombran todo un mundo que rodea la Casa de Circe, donde los lobos
monteses y los leones, transformados por ella en dulces animalillos, acuden a
acariciar a los intrusos moviendo sus colas en señal de alegría. Todo un mundo
transformado por el veneno del Sistema.
Dentro de la lectura de este
capítulo, he tenido la sensación más que en los precedentes, de estar metido en
un mar lleno de maderos e inmundicias, movido el conjunto, por fuertes olas que
me han llevado de un lado a otro lado, recibiendo al mismo tiempo los golpes e
incluso los olores de esta materia descompuesta; y, a la vez, en medio del
desorden, cual pudo sentir Ulises en su Odisea, he recibido sublimes chispazos,
maravillosos resplandores de gran belleza, como aviso del advenimiento de un
ser humano más perfecto, algo que sólo los grandes místicos son capaces de
transmitir. Solamente dentro del más acendrado hermetismo y profunda oscuridad,
es posible la percepción del venturoso milagro de la LUZ.
14-3-2017
Biblioteca BIB en la calle Alonso de Tobar, taller de escritura de
relatos en sesiones cada quince días, dirigido por el escritor don Juan Carlos
Márquez.
La huelga de estibadores
¿Me quieres decir qué estás
haciendo en medio de esta multitud vociferante, Paco? Tu no eres estibador, ni
joven, ni tienes deseos de que te suban el sueldo, pues eres un jubilado, que
lo único que necesitas es que no te lo rebajen. Ya se que no tienes la culpa de
haber caído aquí en medio, pues son ellos quienes te han arrollado cuando
estabas pescando en el muelle. Esa manía tuya de salir a pescar, te está
costando cara. Ya te lo dice la buena de Calixta, que te hizo el honor de
casarse contigo. ¿No te hubiera sido mejor, quedarte en casa leyendo o haciendo
crucigramas, bien arropadito, haciéndole compañía? Has perdido la banqueta y
has estado a punto de que te claven la caña en un ojo. Ahora el teléfono.
-¿Qué porqué tardo en llegar,
Calixta? Estoy metido en un lío tremendo. Figúrate que estaba sentado en el
muelle a ver si caía algo, y ha caído sobre mi un montón de gente vestidos de
color naranja, dando gritos...
-¡Oye viejo, nosotros no somos
gente! Te estoy oyendo y no se cómo no te aplasto como una cucaracha!
¡Ay, Paco, si contestas a este
nene, la que se va a liar! Más vale que te alejes poco a poco, pues este
individuo tiene cara de malas pulgas.
-¿Me estás oyendo, viejo?
–Si, si.
Has hecho bien en alejarte. Estás
sudando y eso que hace frío, menos mal que has logrado huir de ese energúmeno.
Otra vez el teléfono.
–Si Calixta, si, estoy bien, pero
no se cuando llegaré a casa…
-¿Qué te pasa abuelo? ¿No te
encuentras bien entre nosotros? ¿Crees que no es justa nuestra reivindicación?
-Ya lo creo que es justa, justísima.
-¿Te estás cachondeando?
¡Ay, Paco, has perdido la caña, la
mochila y el anorak, y da gracias a que has podido escapar de las garras de
este otro individuo! Otra vez el teléfono.
–Si mujer, si; no me llames más,
que cada llamada tuya desencadena una tragedia. Ya me he librado de esta gente
y voy corriendo a casa.
¿Tienes frío, Paco? Ahora te
aguantas. Que te sirva de escarmiento esto que te ha pasado.
En Madrid, a 14-3-2017
Francisco
EL MESONERO PRODIGIOSO
Tema:
LA LIBERTAD
Capítulo 7º
La conversación tiene fin con la
llegada de los niños a cenar y dejamos para el día siguiente las muchas
preguntas que tenemos pendientes. Nuestra curiosidad aumenta a medida que vamos
conociendo nuevas cosas, y el afecto que nos inspira nuestro anfitrión es cada
vez mayor. Podemos permanecer en tan extraño mesón, todo el tiempo que
queramos, siendo todo gratis, hospedaje, comida, higiene, e incluso
información, y con todo ello diversión. ¿Qué más podemos desear?
La cena que nos ofrece es
totalmente frugal a base de los productos de la huerta; y los líquidos a
trasegar, son todos naturales, empezando por el agua, y sin el más mínimo
vestigio de alcohol. La conducta de los niños mientras degustan los alimentos,
es sumamente ejemplar, sin pronunciar palabra alguna, y menos aún algún
exabrupto, aunque, eso si, sus ojos brillan llenos de sabiduría y paz interior.
Todos y cada uno, según nos hace observar el bueno de Esteban, están fabricando
dentro de sus mentes, hermosas ideas, esbozando planes de viabilidad a ir
desarrollando.
-La creatividad, -nos dice en voz baja entre bocado y bocado-, es aquí el factor común a todas las mentes,
y como esta, la creatividad, no necesita de grandes expresiones o aspavientos,
por ser algo de índole interior, aunque vibra con una energía extraordinaria,
sólo se puede apreciar en las miradas. Podéis observar cómo brillan los ojos de
estos niños míos, que explosión de vida tan grande se produce dentro de esos
corazones. Todos laten acompasadamente, y sin embargo, que de prodigios
atesoran. Me hace llorar tanta hermosura.
Le escuchamos en silencio, pues
no queremos perturbar el ambiente sereno que estamos disfrutando. Él también
calla después de haber hecho esta observación, y vemos como una lágrima gozosa
corre por sus mejillas directa a besar su boca.
Mientras vamos comiendo
despaciosamente, nuestros pensamientos, van dirigidos en particular a los
sabores que estamos disfrutando, intentando visualizar en nuestra mente, el
proceso de los alimentos en este ejercicio tan importante de la DIGESTIÓN, que
ha empezado desde el mismo instante en que tomamos el primer bocado. Me
complace sobremanera que estos hábitos nutricionales que he enseñado a mis
hijos, y que Anita y yo practicamos en nuestra vida familiar, aquí, entre esta
gente, se practica de manera altamente elevada y, me basta observar, cómo estos
niños, llevan cada bocado a la boca y cómo mastican con lentitud, ensalivando,
con delectación, embebidos en esa función primordial. ¡Qué bien les tiene
enseñados este bendito Esteban!
Es lo que le digo cuando después,
bajo la luz de la luna, caminamos los dos por la extensa huerta. Y me responde como siempre,
que no es él, sino los controles que tiene establecidos. Durante un par de
horas esa noche me habla de LA PATRIA DEL CONTROL, de lo que para él significa
esta palabra mágica. Por lo menos veinte
veces me repite, para que quede bien grabado en mi cerebro, su premisa madre a
partir de la cual nace toda su filosofía, y como consecuencia, su campo de
acción:
El
Control es todo lo contrario de la Vigilancia. Y añade:
Mientras que este es una patria ubérrima y deliciosa, ella, la
vigilancia, es un infierno hediondo lleno de sustancias pútridas.
Nos quedamos ambos en silencio
respirando el aire de la noche y nos alejamos a través de la huerta hacia la
valla que la separa del bosque. Todo es quietud en esta noche de luna llena.
Llegamos a la puertecita que da acceso al mismo, y me invita a sentarnos en un
banco cerca de ella y a la orilla del huerto de frutales que brilla con todo su
esplendor. Me ha llevado hasta allí con la intención de que asista al
espectáculo que ofrecen algunos que otros niños entrando y saliendo, lo que me
da opción a inquirir sobre el caso. Lo hacen solos o en grupos que pasan por
delante de nosotros, cantando, riendo o simplemente hablado, todos en total
camaradería.
-La LIBERTAD, -me dice-, es
aquí total y absoluta, Durante muchos años de mi vida fue causa principal de mi
inquietud y pensé mucho sobre ella, pues cómo sabes, es la palabra más
peligrosa que existe, que al ser mal interpretada, produce tragedias sin
cuento. Aquí, no existe como palabra, pero sí como objetivo real.
-Pero estos niños que entran ahí alborotando, rompen la quietud de la
selva y se exponen más que de día al zarpazo de algún animal. Le digo; y contesta:
-Eso es lo que te parece a ti, pero si observas atentamente, cuando
entran lo hacen en silencio y cada uno de ellos, lo que hace te lo voy a decir:
tienen allí dentro cuevas y habitáculos donde les gusta dormir o entregarse al
amor. Algunos entran solamente para dar un vistazo a su madriguera y vuelven a
salir porque les gusta hacerlo en el dormitorio general, que, -por cierto, aún
no os he mostrado-. ¡Hay tantas cosas
que aún no habéis visto todavía…!
Lo primero que se me ocurre
exponer a la vista de estos hechos es lo siguiente:
-Veo que has implantado como régimen de vida, EL AMOR LIBRE y que todos
estos niños, -algunos de ellos he visto que tienen ya dieciséis o diecisiete
años cumplidos-, van a traer niños a montones y se va a llenar esto dentro de
poco en un carajal de recién nacidos, que por muchos controles que hayas
establecido va a ser imposible todo control y, con seguridad se producirá un
desmadre espantoso que acabará con tu loable proyecto.
-No te creas-, responde-, tu sabes lo mismo que yo, pues vienes del
mundo civilizado, que hay muchos gais entre ellos, los cuales son inmunes a la
procreación. Hay otros motivos que la impiden y es la INTELECTUALIDAD. Muchos
de estos niños son intelectuales por naturaleza, han nacido poetas, y, aprecian
más los sublimes aconteceres dentro del mundo de la imaginación, que las
vulgares apetencias del sexo. No es que lo desprecien, pero lo mantiene bajo
control y aunque están dispuestos a procrear, lo dejan para mejor ocasión y
cuando ya están más maduros. De ellos, -y son mayoría-, no tengo porqué
preocuparme por ahora.
Estando en esto, oímos los pasos
de una pareja que avanza hacia la puerta y cual es mi asombro cuando diviso, la
hercúlea figura de Acisclo, junto a una jovencita de unos diez y seis o
diecisiete años, mujer de anchas caderas y pubis rubio que brilla bajo la luz
de la luna.
-¡Pero, si es mi hijo! –exclamo-.
¡Y ella es la joven de las azucenas! ¡Esto
es el colmo! ¡Acis…!
-¡Chiss…! -Dice Esteban tapándome la boca,
sin dejarme terminar el nombre, -no
les molestes. Desde el momento que llegasteis vi que este hecho se iba a
producir de manera inevitable y me
congratulé de ello. Era una de mis inquietudes, la de mezclar sangre nueva del
mundo civilizado con la de mi mundo. Sabes muy bien que estas mezclas son algo
providencial que vigorizan la raza en grado sumo. Es probable que tu hija Nuria
encuentre también pareja con alguno de mis mejores sementales. Ya habrás
notado que los tengo de muy buena
calidad.
Veo que la intención de este
hombre al llevarme allí ha sido no otra, que mostrarme una de las cosas más
importantes del mundo y que hace que este siga siempre habitado: LA
PROCREACIÓN. Eso a lo que damos tan poco importancia por ser cosa corriente y
que si bien la miramos, es la que más importancia tiene. Y más aún, cosa en la
que yo no había pensado antes, en la procreación libre, donde se verifica con
mayor éxito el auge y mejora de la raza. Y tienen algo, que ya he podido
comprobar en este corto espacio de tiempo: las palabras que nos dijo respecto a
los bebés: son los hijos de todos sin discriminación de familias, sin
distinción en esas instituciones que he considerado odiosas muchas veces, de padres,
madres, hijos, hijastros, tíos abuelos… Todos son seres humanos sin otra
clasificación que los diferencie y de paso a envidias, rencores, derechos y
deberes, que cada institución de estas ha venido y viene arrogándose desde que
el mundo es mundo.
Ante la presencia de mi hijo con
su pareja, me puse en pie y también lo hizo Esteban para taparme la boca e
impedir mi grito. Una ligera brisa acaricia nuestros cuerpos desnudos y nos
incita a retirarnos de allí, para regresar al mesón. Por el camino de regreso,
el hombre sigue hablándome de libertad:
-Libertad condicionada, libertad de expresión, de sentimiento, de
acción… Si una persona desea matar a otra, yo no me opondría. –Dice, y yo horrorizado, le replico:
-¡Que has dicho? ¡Con eso no estoy de acuerdo! ¡Matar! ¡Qué palabra más
horrible!
Una carcajada enorme, estentórea,
hace temblar el arbolado. Mis palabras han sido la causa de ello y el hombre
una vez se calma me dice:
-He dicho esto, porque estoy seguro que con este régimen de vida, este
hecho tan corriente en tu mundo civilizado, aquí no se va a producir. Nadie
aquí va a matar a nadie jamás. Tengo mis muchas, MUCHÍSIMAS razones para
asegurarlo y puedo estar toda la noche si tu quieres exponiéndotelas. Es uno de
los privilegios de la verdadera libertad. La primera de ellas es la de haber
eliminado el insidioso tema de los PARENTESCOS. Y la segunda, el haber
eliminado el otro tema tan controvertido del AMOR DE PAREJA. Aquí esto último
se ha sustituido totalmente por su verdadero nombre: EL SEXO. El sexo libre y
sin discriminación. He vuelto con ello a
los primeros tiempos de la Humanidad en que esta invención del “AMOR” no
existía.
Y estoy creando un orden nuevo que creo que es el correcto. EL DEL AMOR
UNIVERSAL. Todos los corazones de mis niños laten al compás de esta divina
clase de AMOR. Es un concepto muy amplio; bajo el mismo, queda resuelto el tan
controvertido tema de la EDUCACIÓN. Queda aquí eliminado el tema de los
profesores, de los alumnos, de las leyes sobre ellos. Una de las mayores desgracias
es la IMPOSICIÓN. Aquí nada se impone a nadie y nadie impone nada. Todo lo que
se hace es por simple impulso de cada uno según sus apetencias. El
descubrimiento de la personalidad, es cosa de cada uno y nadie interviene en
ello; así mismo, el descubrimiento de la vocación. Cada uno la va descubriendo
por si solo sin influencia de los demás, pero si alimentado por sus grandes
dosis de CURIOSIDAD. Existe un programa en el ordenador destinado
exclusivamente al desarrollo de la curiosidad. Esta como bien decía nuestro
buen poeta Franmar, es la quinta potencia del alma que va precedida de la Buena
Intención, que es la cuarta. Aquí todo se hace con Buena Intención y ello da
paso a una curiosidad sin límites. De la buena intención nace el respeto, y nadie
aquí entre mis muchachos, desprecia a nadie que se le acerca con ansias de
saber. Es por el contario, objeto de gran satisfacción, el responder a las
preguntas que unos a otros nos hacemos. Ya os dije antes, que aquí, no existen
los secretos, ni aún ese “secreto de fabricación” que tanto cuidáis en el mundo civilizado.
Todos y cada uno de nosotros nos confesamos mutuamente o en público, si lo
creemos necesario, y con ello, nuestras almas permanecen limpias de pecado.
Ningún trauma perturba nuestras mentes en este régimen de vida, tan sano. Aquí
el CONOCIMIENTO es pertenencia exclusiva de todos y cada de nosotros y tenemos
acceso al mismo en todo momento y circunstancia. No existe LA PROHIBICIÓN. Todo
es de todos y para todos. Y, en este régimen tan simple y sencillo, al alcance
de todos, el AMOR, esa esencia mágica
que nunca fue utilizada debidamente, aquí se disfruta exhaustivamente, con
ardor, empecinado cada uno en realizar esa labor que, lo digo sin ambages ni rodeos,
es una LABOR REDENTORA. La de ponernos al servicio de los demás sin esperar
recompensa alguna. Sin fastidio. Y todo se realiza con suma sencillez, sin caer
en aristotélicas ni platónicas reflexiones, sin perder el tiempo en vanas
filosofías. Creo haberos dicho que tenemos aquí una biblioteca, y,
probablemente habréis pensado que está
llena de libros. Ya verás qué sorpresa te vas a llevar cuando la veas.
Al llegar aquí se para, para
tomar aire, y mirándome cara a cara, me pregunta:
-¿Es que te ha quedado mudo? ¿No tienes nada que decirme? Y le digo:
-No he querido interrumpirte, dada la fogosidad con que has ido
defendiendo tus ideas. Hay palabras que has dicho y que he ido manteniendo en
mi memoria, para que me las aclares. Empezaste diciendo “libertad condicionada”
¿Qué es esto?
-Pues esto es que, la libertad no puede existir libremente si no hay
una condición previa, y esta condición está claro que es la del control del
ordenador. ¿Lo ves claro?
-Si, veo claro que gracias a ese lazo, a esa cuña incrustada en los
cerebros, los niños, quedan libres de la inmensa carga que soportamos los seres
civilizados en nuestra lucha por la existencia, y ello les da opción a ejercer
otras actividades que nosotros tenemos limitadas debido a nuestra
idiosincrasia. Actividades gloriosas como la de la REDENCIÓN que tan bien has
expresado. Pero se me hace oscuro, el pensar si este sistema tuyo, no se vendrá
abajo, a partir de estos momentos en que el SEXO se está enseñoreando dentro de
la comunidad hasta ahora infantil. Me viene a la memoria, la historia de Moisés
con los judíos, Sodoma y Gomorra, por ejemplo. No se que va a pasar dentro de
un año o dos con estos niños y niñas ya convertidos en adultos.
Esteban se ha quedado pensativo
ante estas mis palabras, que le están haciendo reflexionar profundamente. No me
cabe duda que he dado con el quid de la cuestión. Hasta el momento, su
filosofía, su estatus quo esta bien sentado, en la premisa de “cero
preocupaciones”, y sí altas y elevadas inquietudes. Pero este punto veo que
empieza a preocuparle, y que, puede ser un cáncer dentro de la buena salud
espiritual que hasta ahora ha venido disfrutando.
-Puede que tengas razón. –Me ha dicho amargamente. Pero eso, -añade-, quizá se resuelva por si sólo con la ayuda de Dios.
Le contesto sarcástico:
-¿No habías dicho que no creías en milagros?
Y contesta escuetamente antes de
despedirnos dando por terminada la jornada.
-Así es en efecto, No creo en milagros. ¡Buenas noches!
-¡Buenas noches!, -le contesto.
Ya en la cama me cuesta trabajo
conciliar el sueño pensando en este despropósito cometido con este buen hombre
en el último momento. Debo haber herido sus sentimientos. Y ello me pesa.
CONTINUARÁ
7-3-2017
CLUB ULISES en la
biblioteca BIB de Moratalaz.-
Comentarios al capítulo 14 de ULISES.
CAPÍTULO 14.-
Se desarrolla de 10 a 11h de la noche con la
visita de Blom al Hospital de Maternidad, preguntando por la señora Purefoy que
está de parto. Están allí bebiendo Mulligan y Stephen con otros, los ingeniosos
escolares, según se dice.
Nada más empezar, aparecen dos
frases sin puntos ni comas que, cada una abarca casi media página. Sigue con
una prosa variante donde imita técnicas de relato de algunos escritores
ingleses o latinos. En la primera frase larga, introduce la palabra acumen que
significa sagacidad o perspicacia, y en la segunda “realidad lutulenta”, que
corresponde al insecto, Aporophyla lutulenta. Como se puede observar, Joyce
juega con las palabras y a la vez, introduce al lector en este juego, en el
caso de que este, esté dispuesto a dedicar su tiempo a ello. En el presente
caso, se está refiriendo al mandato evangélico de “creced y multiplicaos”
siendo el tema central la fertilidad en
paralelismo con el capítulo XII de la Odisea en la isla de Helios Hiperionida
donde las Ninfas, entre ellas Lampetia y Faetusa, cuidan de los bueyes del Sol.
En el hospital, Horne es el dios y las enfermeras son las ninfas. Aquí el Verbo
se hizo carne, los bueyes sagrados, y los hombres con sus malos instintos, la
maltratan.
Y todo el capítulo sigue
filosofando a su manera, a través de las enrevesadas palabras de sus
personajes, que constantemente hay que buscar en el diccionario. 39.- Después
de una gran sequía viene la tormenta. 42.- Iban a sacrificar los terneros. 45.-
El toro de Irlanda. 51.- Un monstruoso buen pedazo de vaca, dice de la
enfermera Callan, Costello, un villano que había empinado demasiado el codo.
58.- El Minotauro; la Metamorfosis de Ovidio. 67.- Empédocles de Tinacria. 75.-
El viejo Purefoy padre del recién nacido. Cuesta trabajo ir descubriendo lo que
oculta esta cantidad enorme de palabras al parecer sin sentido, las cuales
conducen de manera mágica, si profundizas, a sustanciosos descubrimientos que
producen gran satisfacción. De alguna manera, te encuentras contigo mismo, y
con pensamientos que fueron la base de tu existencia.
El capítulo tiene como base la
medicina y la salud, la del cuerpo y la del alma, que forman una unidad, las cuales,
en el mundo antiguo de los griegos, fueron exaltadas por los grandes filósofos.
7-3-2017
NUEVO
TALLER en la biblioteca CEPA Año 2017.
Dos historias
Eloisa estaba debajo de un almendro
cuando Juan fue a besarse con ella; y el espectáculo, con este, todo en flor,
exhalando un perfume exquisito, era de tal magnitud, que unos ángeles que se
encontraban de paso por allí, se pararon a contemplarlos. Aquel cuadro donde el
puro sentimiento del amor, se unía al singular esplendor de la naturaleza, era
algo tan encantador, tan inusitado, que, acostumbrados a visitar planetas secos
o planetas en llamas en su deambular por los cielos, aquellos seres,
consideraron esto, un afortunado
hallazgo.
Quizá no existan en el cielo
almendros como este, ni parejas tan bellas como la de Juan y Eloísa. Es la
reflexión que se hacía el bueno de Paco, dueño de aquel almendro en su huerto
de Torrelamata. El hombre estaba en el otro extremo del jardín intentando
quitar las caparras a la perrita Chis, que alguien, no precisamente un ángel,
le había dejado allí como regalo. Y puesto a reflexionar de nuevo, le vino la
siguiente idea: Es probable que no existan en el cielo, personas tan absurdas
como estas, que compran un perro, para dejarlo después abandonado.
En Madrid, a 4-3-2017
Francisco.
Mi pisito de Torrelamata
“Atalaya”
Tengo una casa en la playa
atalaya
levantada frente al mar
donde me entrego a mis sueños
halagüeños
de paz y felicidad.
Una orla de espumas blancas
azulancas
va bañando el litoral
y allá dentro los veleros
señaleros
apuntan al Más Allá.
Tendido en mi mecedora
en buena hora
pongo mi alma a volar
y las épocas remotas
cual gaviotas
vienen mis pies a besar.
En este mágico ambiente
mi presente
se me vuelve eternidad
y entre suaves delicias
mis caricias
recoge la Inmensidad.
Cruzando el mar océano
con las manos
hago un arco triunfal
por donde sube mi alma
con gran calma
pero en plena libertad.
Dueño y señor del espacio
muy despacio
doy saltos de gavilán
y me poso en las estrellas
que muy bellas
producen mi bienestar.
En mi casa de la playa
atalaya
yo me siento capitán
y mi mente capitana
engalana
todo el espacio vital.
Mi poderoso navío
mi albedrío
tiene derecho a volar
y sobre estelas de plata
escarlata
navego hacia el ideal.
3-3-2017
383.- COMENTARIOS
LIBROS SUELTOS LEIDOS (2).
566 posiciones
TÍTULO: EL PAPEL DE PARED AMARILLO
Autor.- Charlotte Perkins Gilman
Libro publicado en Amazón el
18-2-2017 por Jon Rouco, traductor del
mismo al castellano. Se trata de un relato estremecedor de cincuenta páginas,
que puede considerarse uno de los más sobresalientes de la literatura
universal.
14). Aparece una foto de la autora nacida en 1860 y muerta
en 1935.
39). RESEÑA BIOGRÁFICA.
Su primer novio Glacier, muere antes de casarse. Se casa con
Frederick Beecher Perkin, primo segundo de su padre, hombre culto con más de
nueve idiomas.
65). Al separarse de él, se casa
en 1884 con Stetsen y al nacer Katherine sufre una depresión, y se ayuda de su
madre. Cuatro años después se separa de Stetsen y con su hija y su amiga Grace
Ellery Channing se traslada a California donde empieza a su carrera como
escritora. En 1891 publica este libro.
94). En 1900 se casa con su primo Houghton Gilmar.
104). Era sobrina de la escritora
Harriet Beecher Stow, autora de LA CABAÑA DEL TIO TOM.
157). EL RELATO.- Escrito en 1ª persona. Su marido se llama
Jhon y es médico. También es médico su hermano. Al padecer una depresión, su
marido alquila durante los tres meses de verano una casa solariega cerca del
mar. Y se instalan en el primer piso, en el cuarto de los niños, todo
empapelado de color amarillo sucio, y roto en algunos puntos. Su marido se
desvive en atenciones con ella, pero como es médico, algunas noches tiene que
pasarlas fuera. Es madre de un bebé que se ha quedado en la ciudad al cuidado
de Mary, la criada. Le gusta escribir pero tiene que ocultarlo porque Jhon y su
hermana Jennie, creen que la depresión le ha venido por esa causa. 389.- Empieza
a tener alucinaciones viendo a la luz de la luna y aún de día una mujer oculta
tras unos pliegues del papel. Este también huele mal y se arrastra por toda la
casa. Es un olor amarillo, especie de
fantasma, que le persigue día y noche. Duerme de día a ratos. Ella, como el
olor, también se arrastra por el suelo. 478.- El último día, Jhon tiene que
pasar la noche en la ciudad y su cuñada se ofrece a dormir con ella, pero se
niega. 539.- Cuando al día siguiente el marido quiere entrar, ella le dice
varias veces detrás de la puerta, que busque la llave en cierto lugar del
jardín. Durante la noche ha arrancado el papel de las paredes y la encuentran
arrastrándose por encima. Y les dice:
-Por fin he salido, a pesar de ti y de Jane. ¡Y he arrancado casi todo el papel para que no volváis a meterme en él!
-Por fin he salido, a pesar de ti y de Jane. ¡Y he arrancado casi todo el papel para que no volváis a meterme en él!
28-2-2017
NUEVO
TALLER en la biblioteca Miguel Delibes. Año 2017.
El evangelio
Pelagio y Giacomo eran íntimos
amigos a pesar de que Pelagio iba a misa y no así Giacomo, que se daba la
paradoja de haber sido monaguillo en su tierna infancia.
Lo que son las cosas; uno que
había oficiado misa, no acudía a ella y el otro que había sido un niño malo,
peleando siempre con los golfillos de la calle, ahora a sus veintitrés años,
era un furibundo seguidor del evangelio, pues no sólo es que acudía diariamente
a la iglesia sino que devocionario en ristre, se le veía a todas horas por las
calles. No trabajaba, porque había recibido una cuantiosa herencia de unas tías
solteras y sin hijos, y podía vivir sin trabajar.
Giacomo tenía un perro con el que
siempre se acompañaba en sus correrías. Tampoco trabajaba, pero no era por su
gusto, sino que debido a la crisis, no encontraba trabajo y se veía obligado a
deambular por las calles a cambio de encerrarse en casa y entrar en depresión,
cosa que hoy sucede a muchos jóvenes y mayores en las mismas circunstancias. El
perro, Rufo, era para él lo que el evangelio era para su amigo. Con él
comulgaba diariamente, mirándose en sus ojos, y hablándole de cuantos pecados creía
que había cometido, y, Rufo, mirándole atentamente, con esa serenidad que sólo
los perros son capaces de poseer, le daba la absolución. Cuando se encontraba
con Pelagio por la calle, y le contaba estas cosas, el otro se reía; y, para
vengarse, en franca camaradería, él se reía a su vez arrebatando el devocionario
de sus manos y dándoselo a oler al perro.
No gustaba a Pelagio esta
jugarreta de su amigo y optó de guardarse el librito en el bolsillo, cada vez
que le veía aparecer con Rufo. Este a su vez, al verle realizar esta acción,
dejó de contarle sus historias, y, llegó un momento que cada vez que se encontraban,
no tenían nada que decirse y al poco rato, aburridos, optaban por separarse.
Terminaron evitándose por las calles y perdieron la amistad que les unía.
Pelagio lamentaba: ¡Nunca debí
esconder el devocionario…!
28-2-2017
Biblioteca BIB en la calle Alonso de Tobar, taller de escritura de
relatos en sesiones cada quince días, dirigido por el escritor don Juan Carlos
Márquez.
El armario estaba cerrado a cal y canto.
En aquellos tiempos, los
homosexuales tenían que ocultar su condición y sus apetencias, porque eran
castigados no sólo por la justicia, sino por los hombres y mujeres del pueblo o
ciudad donde vivían.
Antonio Bastidas, era un ángel
del cielo, amable, servicial, siempre dispuesto a ayudar a los demás, incluso abominaba
de sus deseos sexuales hacia otros hombres porque tenía la convicción de que
aquello era un pecado horrible. Se lo habían dicho sus padres desde que tuvo
uso de razón, y se lo recordaban a cada paso, cuantas gentes había ido
conociendo a lo largo de su vida. Le daban asco, Juanito la tacones, y Emilio
Ponce, los dos homosexuales del pueblo, que se exhibían sin miedo. Siempre que
se cruzaban en su camino, se iba rápido a la acera contraria para evitar su
contacto.
Antonio, era mi amigo. Ambos nos
tratábamos con mutuo respeto, sin entrar jamás, en el tema del sexo. Nunca
desde que nos conocimos, había dado motivo para que yo pudiera sospechar de sus
apetencias. Nuestras conversaciones eran siempre, de índole intelectual, y tenían
un fondo espiritual, que yo apreciaba sobremanera, pues ninguno de mis amigos
intelectuales, podían llegar a su altura.
No me costó mucho trabajo
introducirlo en la peña de machotes a la que yo pertenecía, y conseguí al poco
tiempo, que todos le adoraran, pues siempre les vencía en cuantas temas
traíamos a colación en nuestras reuniones. En cuanto a la bebida, que
trasegábamos de manera desorbitada, se bebía un litro de vino de un tirón y sin
pestañear, cosa que ni yo, ni ninguno de los otros éramos capaces de hacer. Todos
bebíamos mucho, y él el primero, pero tenía tan bien controlada su mente, que
ningún indicio de homosexualidad, era capaz de escapársele, el cual hubiera
podido llegar a ser motivo de conflicto.
El conflicto estaba en su
interior y yo lo sabía. El brillo de adoración de su mirada en ciertas
ocasiones, le delataba.
Entre los jóvenes de la peña,
Juanito Buendía, era uno de mis amigos predilectos, por su inocencia, cualidad
que yo siempre he valorado como cosa de origen celestial. Se desprendía de él
tal aureola de santidad, que a pesar de que se masturbaba como solíamos hacer
todos los demás, yo encontraba en él, ese aire de espiritualidad, esa esencia
que veía en Antonio.
Se hicieron ambos muy amigos y
empezaron a ir juntos al cine, de manera, que en cierto modo, empecé a tener
celos de ellos. Celos que nada tenían que ver con el sexo, pero si, el tema de
nuestras conversaciones, las cuales Antonio, fue recortando conmigo.
Cierto día, Juanito vino a
contarme:
-¿Sabes que Antonio, ayer,
después de salir del cine, fuimos a mear al solar de al lado y me pidió que se
la enseñara?
-Ya sospechaba yo que esto iba a
suceder con él más tarde o temprano. Debemos retirarle nuestra confianza,
Juanito.
Nuevo libro traducido por Jon Rouco al castellano que recomiendo
El Papel de Pared Amarillo: The Yellow Wallpaper Tapa blanda – 18 feb 2017
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Descripción del producto
Reseña
del editor
El Papel de
Pared Amarillo (The Yellow Wallpaper), de Charlotte Perkins Gilman. Nueva
traducción. Incluye reseña biográfica. Charlotte Perkins escribió El Papel de
Pared Amarillo como una advertencia sobre los efectos de la cura de reposo en
las personas diagnosticadas con depresión. Ella misma había sufrido los efectos
de esa cura tras una depresión posparto que la mantuvo inactiva durante tres
meses. De hecho, le envió una copia de la obra al médico que la había tratado
para que fuese consciente de su experiencia. Hay algún dato autobiográfico más
en el relato, aunque no todos lo son. Como ella se encargó de señalar años más
tarde con cierta ironía, «yo nunca tuve alucinaciones ni objeciones a mis
decoraciones murales». Así, a pesar de que el relato fue concebido como una
protesta contra un tratamiento que Perkins consideraba peligroso para la salud
mental del paciente, y también como una celebración por haberse recuperado de
su propia depresión, con el tiempo se ha convertido en un clásico de la
narrativa gótica o de terror norteamericana. Llevado a la pantalla en varias
ocasiones, en los últimos años ha vivido una segunda juventud gracias a la
serie de televisión American Horror Story, que le dedicó un capítulo de su
primera temporada en 2011. Cuando fue publicado por primera vez en la revista
New England Magazine en 1891, el impacto fue tremendo. Varios médicos se
quejaron, ya que consideraban que la obra era un peligro para la salud mental
de los lectores. No obstante, con el paso del tiempo fue ganando popularidad, y
Perkins tuvo la satisfacción de llegar a enterarse de que el médico que le
había prescrito la cura de reposo, el mismo que le había prohibido acercarse a
una pluma, un lápiz o un pincel el resto de su vida, modificó su tratamiento de
la neurastenia tras leer su relato. En sus propias palabras: «No tenía la
intención de volver loca a la gente, sino de salvar a la gente de que la
volvieran loca, y funcionó»
27-2-2017
49. LIBROS LEIDOS
BIBLIOTECA DEL BARRIO a partir de enero 2015
379 páginas
TITULO: FABULOSAS NARRACIONES POR HISTORIAS
Autor.- Antonio Orejudo
Recogido de la BIB el día 13-2-2017 para comentar en la
sesión del 27-2-2017
COMENTARIOS.- No he
querido entretenerme en leerlo con atención por parecerme algo totalmente
absurdo y sin pizca de gracia, y me he limitado al ir saltando páginas para
acabar pronto esta especie de pesadilla. No se de sus demás libros, pero en
este comete unos plagios lamentables, cual es el del canibalismo, cuya idea de
su relación con el acto de la misa, la copia de la que tuvieron los de la
tragedia de los Andes. Y también la pornografía, el incesto, y demás cosas que
ofrece sin pizca de humor, son un plagio inútil de cosas que ya se han repetido
infinidad de veces y con muy mal gusto. No me explico cómo Juan José Millás,
alaba a este escritor. También es desafortunada la parodia que hace de la
Residencia de Estudiantes de Madrid y de un insulto a tantos personajes
célebres que pasaron por allí y que merecen un respeto, que todos les
profesamos. No creo que en ella, en 1923, se dieran estos casos extremos de
bestialidad, donde incluso había estudiantes que manejaban pistolas. Orejudo, aparte
de ser persona irreverente y obscena, los plagios que hace, le presentan como
un mal escritor carente de ingenio para crear cosas nuevas. Prefiero dedicar mi
tiempo a desentrañar el Ulises, libro que me parece mucho más divertido y
aprovechable que este.
23-2-2017
21-2-2017
A la nana nanita
alma preciosa
te mece la cuna
un hada hermosa.
Las flores blancas
que rodean tu frente
la luz arrancan.
Alma bonita
Tienes la cara blanca
de estalactita.
Cuando te miro
Veo en ti la
inocencia
Que tanto admiro.
Cuando te canto
me viene la música
del esperanto.
Nana del almendro
donde los hombres
niños
van descubriendo
los horizontes
desde pequeños.
Nana bendita
De pura grana
Ya no duermo
pensando
en el mañana…
En el mañana
Un día luminoso
Tu cara blanca
El pecho alegre
La risa franca.
Y para colmo
sin ser un árbol
ser fuerte olmo.
Feliz te quiero
alma bendita
sin el dinero
Tu buen hacer
lejos de la desidia
que trae el poder.
21-2-2017
NUEVO TALLER en la biblioteca Miguel Delibes. Año 2017.
MOBILIA
Aquel día que visité Mobilia, fue
uno de los más importantes de mi vida, pues había tal cantidad de sabiduría en
aquellas gentes de imponente presencia, que por mucho que escriba, por mucho
que piense, por mucho que me esfuerce, jamás podré dejar plasmado el recuerdo
de cuantas cosas verdaderamente
asombrosas pude aprender allí.
Todos allí andaban a cuatro
patas, o mejor dicho, todos poseían cuatro patas en las que apoyarse, pues en
realidad, pocas de aquellas criaturas eran capaces de moverse del sitio donde
habían sido colocadas por su creador y dios, a no ser que éste las moviese por
algún deseo de trasladarlas a otro lugar más apropiado según sus deseos.
Todas eran portadoras de
valiosísimos secretos y todas me contaban al mismo tiempo, las cosas que habían
presenciado y habían tenido que soportar durante su larga vida.
Imagínese, -me decía Doña Mesa de
Despacho- oronda persona muy pulida por cierto y con algunos desconchones, la
de puñetazos, que he tenido que soportar, la de sucios negocios que se han
cerrado encima de mi, sin que yo pudiera evitarlo. Podría contarle cómo bajo
mis patas, el Presidente Clinton de los Estados Unidos. Prerruppffrr
-¡Ah!, -exclamé lleno de
asombro-, es usted aquella que…
- Si, lo soy.
Me alejé horrorizado. No quería
saber más. Todas podían contarme cosas como esas y aún peores. No quería ser
contagiado por aquel horror.
Y huyendo como iba, mirando hacia
atrás por si alguna de aquellas criaturas me perseguía, de pronto, zascataplánpinplinpon,
tropiezo con Don Espejo, un caballero rechoncho y reluciente, tanto, que parece
mi doble, y, oh horror de horrores, lo era, y, me estaba mostrando tal cual
soy, vanidoso, prepotente, un imbécil sabelotodo que doy asco, tan feo por
dentro, tan corrompido, que me entraron ganas de vomitar. Y salí de allí
vomitando, para nunca más volver.
20-2-2017
CLUB ULISES en la
biblioteca BIB de Moratalaz.-
Comentarios a los capítulos 12 y 13 de ULISES.
CAPÍTULO 12.-
Este capítulo se caracteriza por
estar escrito en primera persona por un narrador desconocido, sin nombre, sin
identidad, especie de espíritu que flota sobre la ciudad de Dublín intentando
contar su historia. La técnica empleada aquí, es a base de interpolaciones
dentro del relato, las cuales son parodias y alegorías sobre temas diferentes.
La primera de ellas en la página 458, es esa especie de contrato que hacemos
con la vida, donde tenemos que vender parte de nuestra alma a cambio de que nos
dejen disfrutarla, aunque sea en parte. La segunda de ellas, se refiere al
mercado de Dublín en las páginas 460 y 461, que a mi modo de ver, es una
alegoría en relación con los ubérrimos campos de la isla de los cíclopes en la
Odisea. Una tercera parodia, basada en antiguas epopeyas, páginas 462 y 463,
quiere representar el monstruoso ego del Ciudadano, una crítica acerba a los
efectos perniciosos del Poder sobre las criaturas que lo ostentan. Es un
capítulo intenso en cuanto a sus múltiples interpretaciones, por medio de esas
alegorías. Los personajes que en el capítulo 11 deambulaban por la ciudad, aquí
se van dando cita en la taberna, que a mi modo de ver, es la cueva de Polifemo,
en semejanza también, con la sociedad moderna donde cada día que pasa, vamos
siendo más esclavos del Sistema, del que no podemos escapar. Nos falta el
ingenio, el atrevimiento que tuvo Ulises, para dejar ciego al monstruo, en
nuestro caso, el Sistema, que nos va tragando uno a uno y a veces por parejas.
El capítulo acaba con una metáfora preciosa, de Blom “ascendiendo a la Gloria de la claridad”.
CAPÍTULO 13.-
Se desarrolla al anochecer y
presenta una sociedad que vive una especie de novela rosa. Y se van presentando
todas las características que envuelven a las personas de carne y hueso,
empezando por la inocencia, y siguiendo por el erotismo que, como de naturaleza
animal que somos, es la causa principal de nuestras acciones. No es Cissy Caffey a quien le gustan
precisamente los niños, es James Joyce en persona, que está enamorado de ellos,
de sus travesuras, de su enorme capacidad para asimilar lo bueno o malo que la
vida nos ofrece a partir del momento que venimos a ella. Y noto en este
capítulo, un cierto aire de nostalgia por un mundo mejor, donde Joyce como
poeta, se desdobla más que en otros de sus personajes en el femenino de Cissy.
La joven Gerty MacDowell, es Nausicaa,
hija de Alkinoo en la Odisea, aunque aquí ella es pobre, con un padre
alcohólico. Se dedica a tentar a Blom, el caballero enlutado que, se desahoga
sexualmente siguiendo sus movimientos lascivos. Aquí Blom no habla, es un
testigo mudo, pero su monólogo interior, lo dice todo sobre las perentorias
necesidades del sexo y se extiende sobre lo divino y lo humano, dando tema al
lector para profundizar en ello, todo cuanto quiera permitirse, si está
dispuesto a disfrutar de la fina ironía, del humor ácido, de los mensajes entre
líneas, y cuantos tesoros contiene la enmarañada elocuencia de este poeta
genial. Gerty se dio cuenta que el caballero enlutado estaba (cucú). Como los
tres reverendos, como otros muchos…¡Qué divertido y triste a la vez!
14-2-2017
Día
de San Valentín
NUEVO TALLER en la biblioteca Miguel Delibes. Año 2017.
Ejercicio basado en el relato UNA LLAMADA TELEFÓNICA de
Dorothy Parker.
Dentro del ritmo trepidante de
este relato de tres páginas y media en que se repite una y otras veces mil la
misma monserga, se esconde un poema de desamor que puede resumirse de la
siguiente manera:
UNA LLAMADA MALDITA
Me desespero, amor, me desespero
Te alejaste de mi con desaliño
Te llamaré a las cinco, cariño
Palabras que dijiste traicionero.
Ante Dios siempre justo y verdadero
De amarga y negra pena me constriño
Esclava del reloj de pez me tiño
Ennegrecido más y más mi albero.
Me niego a llamarte y rebajarme
Mientras todo mi ser te necesita
Sin encontrar la forma de encontrarme
Del llanto tengo abierta ancha espita
Rogando a Dios que puede ampararme
Pendiente de una llamada maldita.
11-2-2017
Los viajeros del espacio.
A veces haciendo un ejercicio de imaginación, sitúo mi
cuerpo cual un punto brillante en medio del Espacio despojándome de mi contacto
con la Tierra como si no existiera, pero siguiendo el giro que ella efectúa
sobre sí misma, enloquecido por haber recorrido en sólo un día a pie firme, la
enorme distancia de unos cuarenta mil kilómetros a una velocidad de medio
kilómetro por segundo. Y no contento con eso, allí sólo, un punto luminoso en
el Espacio, trazo otra estela millones de veces más amplia alrededor del
sol a una velocidad de unos veintinueve kilómetros por segundo violando
el espacio con esa curva que conocemos por el nombre de la Eclíptica, habiendo
transcurrido en este viaje la mísera cantidad de trescientos sesenta y cinco
días. Y no me paro aquí, que sigo avanzando con él en su super amplísimo
giro acompañado de todos sus planetas dentro de la Vía Láctea, a una velocidad
de veinte kilómetros por segundo, según se dice, en dirección a la estrella
Vega.
Me complazco en este viaje espacial, recordando la infinita
cantidad de veces, que he estado cabeza abajo y pies arriba, realizando tal
cantidad de acrobacias mientras mi cuerpo, ha ido soportando esas enormes
velocidades sin apenas darme cuenta de este gran prodigio.
Y reflexionando a menudo, sobre tan sorprendente viaje, veo
que en realidad lo estoy haciendo constantemente sin parar desde el día que
nací, y aún dentro del vientre de mi madre; aunque ni yo, ni ninguno de mis
paisanos, que también lo hacen, nos percatamos de ello. Con nuestros cuerpos,
viajeros del planeta Tierra, somos actores de tal prodigio y, apenas lo tenemos
en consideración. Hay algo mágico en esto como consecuencia de este viaje
espacial, y es la enorme cantidad de curiosos materiales que gravitan en el Espacio
y que parte de ellos se adhieren a nuestros cuerpos durante el largo viaje. Si
calculásemos el número de kilómetros que hemos recorrido a
lo largo de nuestra vida, nos quedaríamos asombrados.
Mis escritos.- (Viaje alrededor de mi
cuarto).-
Esta infinidad de curvas gravitando en mi mente, han creado
en mi una segundo naturaleza, que ya colocado ante mi mesa de trabajo, influye
extraordinariamente en mis escritos, sobre todo en aquellos panfletos que
escribí, sin pies ni cabeza, y en los cuales mezclé desordenadamente lo divino
con lo humano, resultando un brebaje difícil de saborear por otras
gargantas distintas a la mía. Y ello me duele sobremanera, porque este
brebaje a mi modo de ver, contiene sustancias suculentas para alimentar el
espíritu. Al menos, el mío, cada vez que los vuelvo a leer, me siento plenamente satisfecho cual si un gran festín de deliciosos manjares acabara de
darme. Me doy cuentas que estos papeles tiene algunos puntitos negros, cual las
faltas de ortografía cometidas entonces debido a mi corto saber y también
algunas incongruencias debido a mi opaca naturaleza humana, pero no me siento
dispuesto a cambiarlos, por el placer que me proporcionan y el que
pueden proporcionar a aquellas personas que los lean sin prisas y concentrando
su atención en todo lo que dicen. Ellos, han sido mi único bagaje dentro de mis
viajes inter planetarios e inter solares en dirección a la estrella Vega del
Centauro.
9-2-2017
EL MESONERO PRODIGIOSO
Tema:
INFORMACIÓN
Capítulo 6º
Estamos sentados en sendas
butacas en el salón donde Esteban tiene el piano, y nos va deleitando con
piezas de música clásica al tiempo que atiende nuestras preguntas. Son
infinitas las dudas que nos ofrece este misterioso conglomerado que dirige. Son
las siete de la tarde y han transcurrido
exactamente veintiocho horas desde que llegamos el día anterior. Estamos
ansiosos por saber y es tanta nuestra impaciencia, que nos estorbamos unos a
otros al preguntar.
Responde a la primera pregunta
que le dirige Nuria, de cómo se las arregla para dar de comer a tanta gente,
unos doscientos niños.
-Trescientos veinte exactamente –rectifica. -Hay más de cien que no acuden al comedor porque en esos momentos está
dedicados a otras ocupaciones ineludibles o se hayan dentro de la selva.
Al oír esto le increpa Acisclo
lleno de ira levantándose de su asiento:
-Y ¿cómo deja usted a esas pobres criaturas expuestas a todos los
peligros de la selva?
Intervengo yo:
-¡Siéntate, pedazo de bruto! Y, no interrumpas a nuestro anfitrión, que
tan amablemente se está comportando con nosotros. ¿No ves la delicadeza con que
nos atiende siendo como es un hombre tremendamente ocupado? ¿No te has enterado
aún después de lo que has visto del enorme tinglado que este hombre tiene sobre
sus espaldas? Y, sin embargo, tiene la santa paciencia de atendernos. ¿Es que
no has oído hace apenas una hora sus explicaciones sobre el peligro con los
animales y otros peligros?
Acisclo se ha vuelto a sentar y
ya calmados, Esteban prosigue:
-La primer cosa de que me preocupé al intentar realizar este proyecto,
fue el la de la SEGURIDAD. Por ello inventé el citado collar antipeligro y otros
elementos de control que ya os iré explicando en qué consisten.
Esta vez es Anita quién le
interrumpe diciendo:
-¿Es usted acaso, aparte de músico excelente como ya hemos comprobado,
un profesional de informática, capaz de inventar ese collar tan maravilloso, y,
también debe ser un buen comadrón que, no me cabe duda ayudó a dar a luz a esas
pobres criaturas cuyos bebés hemos visto?
Nuestro hombre se retira del
piano y pide perdón para dirigirse a la cocina de donde vuelve a los pocos
minutos con una bandeja, vasos y una jarra con un líquido que según nos dice,
fabrican los niños en la sección de Alambiques que hemos visitado hace apenas
una hora. Toma la palabra nuevamente para contestar a mi entrañable esposa:
-Iremos devanando la madeja poco a poco. Lo que yo he hecho con mi vida
durante años, no es cosa que se pueda resumir en pocos minutos. Lo de la música
es cosa que practiqué desde mi tierna infancia bajo la influencia de unos
padres amantes de ella, que se empañaron en que estudiara esa carrera; y, puedo
deciros, que a los veinte años de edad, ya era experto en dirigir orfeones. Sé
tocar el piano y a la vez, algunos otros instrumentos musicales.
Se interrumpe, un momento para
levantarse y llenar los vasos del líquido de la jarra, invitándonos a que lo
degustemos. Se queda de pie, expectante ante nosotros esperando nuestros
comentarios que, no tardan en producirse apenas tomamos el primer sorbo.
-Pero esto es algo exquisito-, prorrumpe Nuria entusiasmada.
-¿Qué frutas emplean y que plantas para darle ese perfume tan especial
aparte del sabor tan delicado y excitante? –Pregunta Anita. Y responde:
-Podéis conocerlo cuando os apetezca, pues aquí, al contrario de lo que
ocurre en otros lugares, no somos amigos de los secretos; y menos aún del
secreto de fabricación. En la sección de Alambiques están colgados en las
paredes unos cuadernos donde se explica cada proceso de manera minuciosa, y
donde no sólo se dice algo sobre los componentes de cada producto, sino el
funcionamiento de los aparatos y demás. Ya os dije que la INFORMACIÓN aquí es
ley de vida.
Intervengo:
-¡Ah, la información, qué gran cosa!
-Sobre todo la que viene de arriba, -me corta
-¿De qué arriba?... Inquiero
-La que viene de los astros, -responde
-¿Cómo es eso? –dice Anita interesada
-Pues eso, la que percibimos cuando realizamos el magnífico y nunca
bien ponderado ejercicio de la MEDITACIÓN TRASCENDENTAL. ¿Es que vosotros no lo
practicáis?
Respondo:
-Se que existe porque hay muchos libros que hablan de ella, pero si
usted es hombre de mundo debe saber, que incluso en la India donde se
practicaba en siglos pasados, fue desapareciendo ante la inmensa ola de
materialismo que ha envuelto al mundo acompañando al desarrollo de la
Tecnología que ahora disfrutamos.
Responde:
-Así es, efectivamente, pero todavía quedamos algunas personas que
tenemos fe en ella y no sólo la practicamos, sino que la enseñamos. Todos mis
niños la practican junto a mi y me gustaría que asistierais a alguna de
nuestras sesiones. Veríais qué cosas tan
extraordinarias suceden en ellas.
-¿Es en ellas –pregunta Anita-,
donde la Información de la que habla tiene vigencia y aventaja a la que viene
de los medios informativos, las personas y los libros aquí en la Tierra?
-Si, efectivamente, en ellas ocurre ese fenómeno y resulta increíble
las cosas que los niños me cuentan que han percibido. En ello me aventajan y
las consideraría milagrosas, si yo creyera en los milagros.
Acisclo que permanecía callado
desde la filípica anterior, interviene ahora preguntando:
-¿A qué atribuye esa superioridad de los niños sobre usted?
-Yo creo en la INOCENCIA. Esta es una sustancia universal que, los niños al poseerla en mayor grado que
yo, son capaces de percibir debido a ella, esas cosas tan importantes que yo no
percibo. Como es natural yo también obtengo buena información cuando realizamos
el ejercicio, pero lo de ellos, es algo sublime.
-Según tengo entendido, -dice Nuria-, la meditación trascendental se realizaba en solitario.
-Así era y así es, pues cada uno somos los que ponemos indistintamente
la mente en contacto con el Cosmos, pero cuando la estamos realizando en grupo,
se unen las energías de todos y se produce un estado de energía superior con el
que salimos beneficiados. Hace una pausa para decir: -No debemos seguir con este tema, pues, aunque no hay prisa, al menos
por mi parte, hay muchas preguntas que tenéis pendientes respecto a lo que
estáis viendo aquí, y que han quedado interrumpidas al hablar de esto. Aparte,
que más que hablar, lo mejor sería que asistáis a una sesión de las que
hacemos, pues así de manera directa comprenderíais muchas cosas.
Nuria pregunta:
-¿Cómo es eso de que no hay prisa por su parte, cuando a mi modo de
ver, no es su misión estar atendiéndonos y si debe tener muchas cosas
pendientes de las que ocuparse?
-¡Ah, insensata!, ¿No eres capaz de comprender que soy el hombre menos
ocupado del mundo, que debido a la organización que tengo establecida, todo
funciona de manera automática y aunque yo desapareciera, esto seguiría
funcionando? Y añade: lo que cuenta es la ORGANIZACIÓN. Las
personas no contamos para nada. Pero estamos aquí y tenemos que aprovecharnos
de los beneficios que reporta.
Nuria declama furiosa:
No me llame insensata
Porque no me lo merezco
Y si a usted se lo parezco
Está metiendo la pata
-¡Perdóname criatura! En verdad he metido la pata, y si algo puede
decir en defensa de mi mala acción, es que ha sido impulsada por el deseo, de
que quede bien grabado en vuestras conciencias el concepto de organización, tal
y como ha quedado expresado con mis anteriores palabras. A veces el exabrupto y
el escándalo que este produce, son necesarios para dejar sentados algunos
conceptos importantes. Es como dejar plantado un mojón en el camino.
Ante este espectáculo que ofrecen
ambos, yo he soltado una carcajada que ha dejado un tanto confusos a Anita y
Acisclo, y he añadido:
-He venido observando, que siempre que Esteban pronuncia una palabra
levantando los brazos y moviendo los dedos para expresar “entre comillas”, es
queriendo señalar que está diciendo algo importante. Tengo que decirte,
Esteban, y permite que te tutee, que mi hija cuando se enfada se vuelve
versolari y no debe extrañarte su anterior reacción. Ahora debemos serenarnos y
seguir oyendo lo que decías. Me ha parecido muy interesante, eso de que “eres
la persona menos ocupada del mundo” y me gustaría que lo explicaras con mayor
claridad.
-Soy el menos ocupado, en el sentido que debido a los controles
establecidos, todos nosotros en cualquier momento sabemos lo que tenemos que
hacer y, para ello, está nuestro servicio de informática que nos lo recuerda.
No existe entre nosotros “LA PREOCUPACIÓN”, ese veneno que amarga y hace inútil
la Existencia. Y eso no quiere decir, que tengamos seca la fuente de la
“INQUIETUD”. Al quedar libre la mente de las preocupaciones, podemos beber sin
cansarnos el líquido precioso de la inquietud, el cual nos lleva a ocuparnos de
cosas de gran envergadura, entre las cuales, la más importante, es entrar en el
conocimiento de la ESENCIA DE DIOS. Existimos verdaderamente, en cuanto
trabajamos de manera inequívoca dentro de la cantera del INFINITO, y para ello,
la asignatura que tenemos pendiente y que nunca se acaba de estudiar es, LA
METAFÍSICA.
-¡Arrea! –Exclaman Nuria
Acisclo al mismo tiempo. Este tío está
para que lo encierren.
-No he entendido ni una palabra, -dice Nuria.
-Y yo tampoco, -Acisclo.
-Yo, sí, -les digo. Y os lo
voy a explicar.
Anita interrumpe diciendo:
-¿Y yo qué? ¿Qué se ha hecho de mi primera pregunta que hice a este
hombre de si era comadrón o ginecólogo, o de si era a la par un buen técnico en
informática? ¿No es conveniente que nos vayamos al grano y nos dejemos de
entrar en circunloquios?
Una vez más se impone el sentido
común de mi mujer, y dejando para mejor ocasión lo que yo iba a explicar, que
dicho sea de paso, no se si se entendería, pido al bueno de Esteban que nos
explique ambas cosas.
-Pues si, soy ingeniero informático diplomado y con varios master en mi
cabeza. Y además soy médico cirujano. He de deciros referente al CONTROL, que
lo primero que hago cuando traigo una nueva remesa de niños, es que olviden el
idioma vernáculo que cada uno posee y aprendan el glorioso idioma español que
aquí todos hablamos.
-Nosotros también lo hablamos. –Dice Nuria.
-No interrumpas. –Digo yo. Y añado: Prosigue.
-Procuro siempre que hago una excursión a los países del extranjero, de
recoger a los niños de menor edad y más desvalidos, los cuales, son más
proclives a asumir los controles del sistema que los que están más crecidos y
han adquirido costumbres viciadas. Cuando cada uno de mis niños está en estado de
alcanzar la RAZÖN, le coloco en el cerebro un chip que le pone en contacto
directo con el ordenador. Y cada uno tiene un número diferente que les
diferencia con los demás para que no existan dudas ni confusiones. Más que por
el nombre se conocen por el número y así no hay confusiones al ser único el que
doy a cada uno.
Anita, escandalizada, exclama:
-Eso es convertirlos en máquinas.
-No ciertamente. -Responde. Es
al contrario. Les convierte en personas. ¿Queréis saber de una vez por todas
que es una persona? Pues os lo voy a decir: Una persona es aquella criatura,
ser humano por excelencia, que dejó hace tiempo el asqueroso camino del mal y
se incorporó en cuerpo y alma al bendito CAMINO DEL BIEN.
-¿Qué está diciendo? –dice Acisclo. ¿Un simple chip en el cerebro es capaz de hacer persona a un ser
humano?
-Lo que os digo; le vincula con el ordenador y establece unos controles
dentro de su cerebro, los cuales son infalibles.
Ahora quien interrumpe es Nuria:
-Considero un disparate y además un crimen horrendo dejar todo este
sistema de vida a merced de un ordenador. Todos sabemos ya de antiguo que las
máquinas también fallan. ¿Sabe lo que ocurrirá si esto sucede con las suyas? ¿y
qué ocurre cuando se producen fallos eléctricos? ¿No es un disparate todo esto?
-Todo lo tengo previsto; existen los correspondientes duplicados e
incluso triplicados, para que si hay un fallo, este sea inmediatamente
sustituido. De hecho, jamás se ha producido la más mínima alteración en el
sistema y ya van a cumplirse diez años que empecé con todo esto.
-Aún así, -digo yo. La cosa
no deja de tener un inmenso peligro.
-Además, -dice Anita –esos
controles convierten al niño en un
esclavo.
-Muy al contrario –responde-.
Esos controles dejan limpio mi cerebro y también el de los niños, de las terribles PREOCUPACIONES; y, como
decía antes, queda libre, limpio e impoluto para emprender una serie de
campañas, todas objetivas, que nos hace diferenciarnos a unos de otros, de
manera que pueden, podemos, dar rienda
suelta a todas nuestras apetencias, que generalmente, este es el mayor
impedimento del ser humano, que suele poner una cuña en la rueda de la
EVOLUCIÓN. No sólo que la impide, sino que siempre, desde que el mundo es mundo, se ha venido cayendo
en INVOLUCIONES terribles que han ido conduciendo a desastres sin cuento.
-que, que, que, que,… dice Acisclo riéndose de los demasiados qués que el hombre ha repetido en esta
última alocución. No se enfada por ello y nuestro hijo, vuelve a quedar en
ridículo una vez más por este despropósito. En estos tiempos avanzados en que
vivimos, todavía no hemos resulto el problema de la educación en España y
dentro de este, el de la urbanidad y las buenas maneras. Soy yo ahora quien
interviene:
-¿No te has dado cuenta, Esteban, que con esto de colocar el chip en el
cerebro de los niños, te has situado fuera de la ley? Eres demasiado atrevido
al confesarnos todo esto, pues podíamos ir a denunciarte a la policía. ¿Cómo es
que nos lo cuentas tan fácilmente sin saber apenas quienes somos y que
podríamos perjudicarte?
Contesta:
-Confío en vosotros; me habéis parecido buenas personas desde que
entrasteis por esa puerta y, creo además, que habéis llegado hasta aquí de una
manera muy especial. Como ya os dije, no creo en los milagros, pero si en la Providencia.
Villalobos, como así se llama a esta villa situada en medio de la selva, es un
confinamiento especial que conocen muy pocos personas en este mundo y todas
ellas de mi íntima confianza. Creo que habéis sido enviados por la Providencia
para que esta forma extraña de vida aquí creada, quede impresa en los Anales
del mundo; y tú Ramiro, como escritor tienes la sagrada obligación de darla a
conocer.
Anita interviene:
-Pero tenemos muchas dudas sobre todo esto y es mucho lo que nos queda
por preguntar.
-Pues seguid preguntando que yo os iré respondiendo a todas las
preguntas. Podéis quedaros aquí todos los días, semanas o meses, que queráis
quedaros. A mi no me estorbáis y menos aún a los niños, que os miran como a
bichos raros; eso sí con todo respeto y sin molestaros en lo más mínimo.
-Es verdad, -dice Nuria.
-Tenemos un mes de vacaciones, -explico
yo-, y podemos quedarnos aquí hasta
que se agoten. Y si con ello no fuera bastante, volveríamos el año que viene
para rematar con esta información. Si tu no tienes prisa, Esteban, nosotros
tampoco, y, lo estamos pasando tan bien aquí, que acepto tu ofrecimiento.
-¿Estáis de acuerdo vosotros?
-Si, Si, Si, -contestan sucesivamente los miembros de mi familia.
CONTINUARÁ
¡Que pena de gentes que habitamos este país llamado España!
Señor
Inspector o Inspectora
Lleva
usted tres meses rechazando por unas y otras razones, la firma de la receta que
me hace la doctora, y durante ellos, he tenido que pedir por favor a la
farmacia que me adelantase el medicamento, pues peligra mi salud si no puedo tomármelo. Está
usted equivocada en la fecha que indica, 7-3-2017 porque hoy 7-2-2017, ya se me
ha terminado y, al rechazar la receta, a partir de esta noche ya no dispongo
del mismo.
En
la farmacia no lo venden directamente y me avergüenza tener que pedir el favor
por tercera vez. Además, que ahora según los datos que da en su hoja de rechazo, no sería una semana de
adelanto, sino un mes y una semana hasta el 15 de marzo que vendría autorizada
la receta.
Le
ruego revise sus archivos y comprobará, que desde que empecé este tratamiento,
las recetas autorizadas por esa Inspección, corresponden exactamente a los días
transcurridos, y ni uno más.
El
medicamento en cuestión cuesta 9 euros y mi problema no es el precio, sino que
no lo venden al público.
Espero
que compruebe la veracidad de cuanto digo y me ofrezca una pronta solución.
Muchas
gracias.
PENSIONISTA 300002829217 DNI
22810858-X
FRANCISCO
MARTINEZ
En
Madrid, a 7-2-2017.
7-2-2017
NUEVO TALLER en la
biblioteca Miguel Delibes. Año 2017.
Tragedia en la playa de la Mata
El día catorce de septiembre por
la tarde, del año pasado, en el restaurante Manolo junto al canal que alimenta
el pantano, jugábamos al dominó una partida, mi gran y entrañable amigo,
Lupercio María de Argenta, y yo, Patricio Inconcluso, contra Parodi y Chepa,
ciudadanos de la villa. Suave brisa de lebeche acariciaba nuestras desnudas
piernas, mientras mi mirada fluía atraída por el blanco caracoleo de su
preciosa cabellera. Amo a Lupercio, gran poeta, espíritu noble y desinteresado.
De pronto, sobre su tersa frente, se posa una nube negra; ¿Es una nube negra o
a mi me lo parece? ¡Me preocupa tanto cualquier desgracia que pueda sucederle a
mi amigo! No soy capaz de contener estas terribles ideas que asaltan mi mente a menudo. Y suele suceder que
siempre acierto, que siempre ocurre aquello que me estaba temiendo. La nube
aquella, imaginaria, convertida ahora en realidad, destruye la clara aureola de
la tarde; un viento huracanado del norte
comienza a azotarnos. Gentes presurosas acuden a la orilla de la playa para ver
una zodiac con dos personas arrastradas mar adentro. ¡Lupercio lanza tan
espantoso grito, que tiemblan mar y cielo; y exclama: ¡Dios mío, mi hijo y mi
nieto!
Dentro de toda tragedia humana,
siempre que llega a su punto álgido de terror, hay algo
que aparece súbitamente haciendo
levantar los corazones hacia lo alto; es la esperanza. Dos coches de policía
nacional aparcan de súbito sobre la arena
y dos policías vestidos de uniforme, se desprenden de ellos lanzándose sin vacilar al mar para salvar a
costa de sus propias vidas, las de aquellos que imprudentemente jugaron con las
suyas. Lupercio, que sin que yo pudiera contenerle se lanzó el primero a la heroica aventura, alcanzado
prontamente por ellos, es obligado a
situarse sobre una boya, mientras los
esforzados paladines siguen mar adentro en busca de los de la balsa. Soy un
mísero cobarde que no me atreví a
lanzarme al mar junto a mi compañero. Mientras tanto, los policías han llegado
a la balsa uniéndose en su suerte a la de los desdichados ocupantes los cuales
se abrazan a ellos cual si fueran unas potencias celestiales que les ha enviado
Dios en su ayuda Una lancha veloz viene
desde Torrevieja con policías para remolcarles, y todos juntos llegan a un buen
fin
6-2-2017
CLUB ULISES en la
biblioteca BIB de Moratalaz.-
Comentarios a los capítulos 10 y 11 de ULISES.
CAPÍTULO 10.-
Este capítulo se desarrolla entre
las tres y cuatro de la tarde. Aparecen los distintos personajes moviéndose a
través de un Dublín que resulta ser una ciudad a voces. Es un lenguaje especie
de sueño, donde cada personaje, se va definiendo a sí mismo por medio de sus
pensamientos (monólogo interior) y sus propios movimientos y acciones.
Se juega con los nombres de cada
cual presentándolos con sus dos apellidos, y acompañándoles incluso de su
título o blasón, o simplemente con su condición o defecto físico, ceguera,
sordera, vestimenta; también los objetos de que hacen uso, bastón, lentes,
guantes, etc. Ello, deja una imagen perfecta ante el entendimiento del lector,
sin tener que apoyarse en una esmerada explicación; y, al mismo tiempo, en sus
distintos cruces e itinerarios a través de la ciudad, esta aparece como algo
vivo. Es una sensación mágica que resulta de todo esto, la misma que pudo
sentir Odiseo, zarandeado por el mar entre las rocas de Escila y Caribdis sin
poder encontrar algún punto material donde agarrarse. Te marea esta lectura, te
zarandea, a la par que te hace sentir estas mágicas sensaciones, en las cuales
como una especie de flash, entiendes a la vez, el espíritu del libro, de la
ciudad y del ser humano. Los dos personajes principales, Blom y Stephen, apenas
se manifiestan aquí, pero ya son hartamente conocidos por los capítulos
anteriores.
CAPÍTULO 11.-
Este capítulo, observado en
conjunto, sin entretenerte en analizar las palabras e incluso las onomatopeyas
de que se adorna, es una perfecta sinfonía musical. Más delirante que el
anterior; si queremos entenderlo palabra a palabra e incluso página a página, es
imposible, pero tiene música; suena, resuena. La sensación aquí, es que estás
sentado en una torre frente al mar y desde ella contemplas a las sirenas: Oro y
bronce. Las dos camareras que se muestran siempre de cintura para arriba, con
movimientos de brazos, gestos palabras, que se entrelazan como si estuvieran
moviéndose entre las olas.
Se ríen de Blom, de su figura
grasienta, (la misma sensación que se siente al salir del baño de mar). El
libro que escogió en la librería, su título “Las dulzuras del pecado”,
representa la lascivia del hombre. Ellas representan, el burlón espíritu
femenino, la madre nutriente que en definitiva es el origen de la vida. Hay que
dejarse llevar por él ritmo y la cadencia, y después, recreándose hacia atrás,
respirar, saborear la pureza del Oro y del Bronce, los dos símbolos de la
humana naturaleza. Lydia y Mina, la belleza inconmensurable del mar, sus ecos,
sus misteriosos efluvios, su poderoso encanto. Apoteosis final con las
onomatopeyas, (bombo y platillos), el clarinete, los gases de Blom (El trombón).
3-2-2017
Comentarios a cuatro relatos cortos de Bertolt Brecht
El muchacho indefenso
Bertolt Brecht
Un transeúnte preguntó a un muchacho que lloraba
amargamente cuál era la causa de su congoja.
—Había reunido dos monedas para ir al cine —dijo el
interrogado—, pero se me ha acercado un chico y me quitó una —y señaló a un
chiquillo que estaba a cierta distancia.
—¿Y no pediste ayuda? —preguntó el hombre.
—Claro que sí —replicó el muchacho, sollozando con más
fuerza.
—¿Y nadie te oyó? —siguió preguntando el hombre, al
tiempo que lo acariciaba tiernamente.
—No —gimió el niño.
—¿Y no puedes gritar más fuerte? —preguntó el hombre.
—No —replicó el chico, mirándolo con ojos esperanzados,
pues el hombre sonrió.
—Entonces, dame la que te queda —dijo el hombre, y
quitándole la última moneda de la mano, prosiguió despreocupadamente su camino.
FIN
La moraleja en
este caso, es que no debemos llorar ni pedir ayuda cuando nos quiten algo, pues
de nada vale. Siempre hay alguien que se aprovecha de lo que te queda.
La gran comida
[Minicuento - Texto completo.]
Bertolt Brecht
En la isla Thurö vivían un hombre y una mujer en medio
de una austeridad absoluta. Durante toda su vida el hombre solo llevó camisas
hechas de costales. En invierno, y por no calentar la casa, los dos se sentaban
ante la puerta del establo abierta, y aprovechaban el calor del ganado. Cuando
murieron, uno poco después del otro, fueron enterrados juntos, y, con los
bienes que dejaron o mediante una colecta, se organizó una cena fúnebre en la
que participó todo el pueblo, como manda la costumbre. Fue la única comida abundante
que ofreció la pareja.
FIN
Brecht hace uso
aquí de una gran ironía dejando claro que todos los sacrificios que
hacemos, son en vano. De ellos se
aprovechan los que quedan detrás de nosotros. Nada más dejamos de existir,
viene esa turba de gentes que durante la vida nos tuvieron apartados de sus
vidas, a honrarnos recordando nuestros buenos trabajos y sacrificios, cosa que
no quisieron reconocernos en vida. Y
además, lo celebran de alguna forma, como es esta de rascarse el bolsillo, cosa
que no hicieron para ayudarnos si es que estábamos necesitados.
Exámenes de arte
Bertolt Brecht
Ante la proliferación indiscriminada de gente que
escribía, un gobierno filopopulista había instituido unos exámenes muy
rigurosos para el ejercicio de ese arte. Se llevaba primero a los candidatos a
través del mercado hasta un salón donde eran invitados a anotar, en una gran
hoja, todo lo que hubieran observado. Unos funcionarios recogían luego esas
hojas y distribuían otras en las que había que anotar más observaciones. Esto
se repetía varias veces y al final solo se autorizaba a ejercer públicamente el
arte de escribir a quienes hubieran logrado llenar cierto número de hojas con
sus observaciones. La situación mejoró algo a raíz de esto, pero aún distaba
mucho de ser satisfactoria. Entonces, el gobierno organizó nuevos exámenes solo
para quienes hubieran aprobado ya los primeros. Se les devolvió sus trabajos
junto con una sola gran hoja y se les pidió que esta vez resumieran sus
observaciones en dicha hoja. Luego recogieron todas las hojas y repartieron
otras, la mitad de grandes, para que hicieran lo mismo. Esta operación se
repitió varias veces, con hojas cada vez más pequeñas, y al final solo se
autorizó el ejercicio público del arte de escribir a quienes lograron resumir
el máximo de observaciones en el mínimo de líneas.
FIN
El arte, es un
beneficio del que todos tenemos derecho a disfrutar en mayor o menor medida
según nuestras capacidades, pero cada día, está siendo más secuestrado por unas
minorías que a veces sin entenderlo, se lo apropian como cosa de su
pertenencia. Esto es una infame provocación al derecho de creatividad del ser
humano. Una criminal acción que impide que muchos de nosotros al ser rechazados, dejemos de ejercitar este
don que, a mi modo de ver, hace del hombre un animal glorioso.
La condena de un hombre bueno
[Minicuento - Texto completo.]
Bertolt Brecht
Escucha: sabemos que eres nuestro enemigo. Por eso
ahora queremos mandarte al paredón. Pero en vista de tus méritos y buenas
prendas, será un buen paredón, y te fusilaremos con buenas balas disparadas por
buenos fusiles y te enterraremos con una buena pala y en tierra buena.
FIN
Aquí el genio de
Bertolt Brecht se manifiesta con todo su esplendor. El paredón, para cada
lector, puede tener variados significados. Un de ellos que está en boga, se
utiliza mucho en las empresas para rechazar las peticiones de empleo. También
para despedir en ellas a las personas que no interesan. En otros muchos campos,
cual el de los certámenes literarios: “Nos ha gustado mucho tu trabajo, pero…
te mandamos al paredón.” Son gentes muy educadas y de una urbanidad exquisita.
2-2-2017
Nuevo taller de escritura
en la biblioteca Miguel Delibes de Moratalaz.
Al existir dificultades en
iniciar el taller oficial y, con permiso del director del Centro, se abre este
taller el martes día 31-1-2017 en los mismos días y horas del año anterior,
haciendo el papel de moderador nuestro compañero Antonio García Campos, hombre
ducho en estas cuestiones.
Un primer ejercicio que nos
encarga a realizar en clase, es un corto diálogo a partir de la siguiente frase
que nos dicta: Los pies, pisan el suelo;
pero es aquello que no pisan lo que permite caminar. En dos minutos tenemos
que repentizar lo que se nos ocurra relacionado con ella y, todos contestamos
según nuestro criterio. El mío fue:
-Lo que permite caminar es el ansia de futuro.
-¿Estás seguro?
-Lo estoy./ Yo se
siempre a donde voy.
El ejercicio que nos encarga para
el martes 7 de febrero, es un relato en dos partes, donde en la primera se
alcanza un grado máximo de tensión, y en la segunda, todo queda tranquilo y en
calma. Y decido realizarlo utilizando esa forma que me gusta practicar formando
la figura de una doble peonza mientras me ejercito contando las sílabas. En
este caso empezando por la línea 1 con una sola sílaba y llegando a la de 27, para luego descender nuevamente
hasta la 1.
Me divierto con ello practicando
la métrica, al tiempo, que cumplo con las directrices del profesor dando por
terminado su encargo.
Más tarde, y también divertido,
deshago esta peonza convirtiéndola en texto convencional y es este el que
presentaré en el taller, apareciendo la peonza en el reverso, por si alguien
quiere molestarse en corregir algún que otro fallo cometido por mi al contar
las sílabas. Pero me temo que esto de la métrica, no interese a mis compañeros
y se limiten solamente a valorar mi ejercicio presentado en la forma normal.
Ocurre además, que en el otro
taller que asisto en el barrio, nos encarga el profesor Don Juan Carlos
Márquez, un relato basado en el sistema tan de moda del “monólogo interior”
circunstancia que aprovecho y, con ello mato dos pájaros de un tiro, haciendo
que este ejercicio, contenga las reflexiones de este narrador omnisciente al
tiempo que se va desarrollando la acción. En la sesión del próximo día 14 de
este taller lo presentaré en forma de pirindola a ver qué pasa.
Tragedia en la
playa de la Mata
Ejercicio de métrica
con monólogo interior.
El
día
catorce
de septiembre
por la tarde,
del
año pasado, en
el
restaurante
Manolo
junto al canal
que alimenta
el pantano,
jugábamos al
dominó una
partida, mi gran
y entrañable
amigo, Lupercio María
de Argenta, y
yo, Patricio Inconcluso,
contra Parodi
y Chepa, ciudadanos de la
villa. Suave
brisa de lebeche acariciaba
nuestras
desnudas piernas, mientras mi mirada fluía
atraída por el
blanco caracoleo de su preciosa
cabellera. Amo
a Lupercio, gran poeta, espíritu noble
y
desinteresado. De pronto, sobre su tersa frente, se
posa una nube
negra; ¿Es una nube negra o a mi me lo parece?
¡Me preocupa
tanto cualquier desgracia que pueda sucederle a mi
amigo! No soy
capaz de contener estas terribles ideas que asaltan
mi mente a
menudo. Y suele suceder que siempre acierto, que siempre ocurre
aquello que me
estaba temiendo. La nube aquella, imaginaria, convertida
ahora en
realidad, destruye la clara aureola de la tarde; un viento huracanado
del norte
comienza a azotarnos. Gentes presurosas acuden a la orilla de la playa
para ver una
zodiac con dos personas arrastradas mar adentro. ¡Lupercio lanza tan
espantoso
grito, que tiemblan mar y cielo; y exclama: ¡Dios mío, mi hijo y mi nieto!
Dentro de toda
tragedia humana, siempre que llega a su punto álgido de terror, hay
algo que aparece súbitamente haciendo levantar los
corazones hacia lo
alto; es la
esperanza. Dos coches de policía nacional aparcan de súbito
sobre la
arena y dos policías vestidos de
uniforme, se desprenden
de ellos lanzándose sin vacilar al mar para salvar a
costa de sus
propias vidas, las de aquellos que
imprudentemente jugaron con las
suyas.
Lupercio, que sin que yo pudiera contenerle se lanzó el
primero a la heroica
aventura, alcanzado prontamente
por ellos, es
obligado a situarse sobre una boya, mientras
los esforzados
paladines siguen mar adentro en busca
de los de la
balsa. Soy un mísero cobarde que no
me atreví a
lanzarme al mar junto a mi compañero.
Mientras tanto, los policías han llegado a la
balsa uniéndose
en su suerte a la de los
desdichados
ocupantes los cuales se
abrazan a ellos
cual si fueran unas
potencias
celestiales que les ha
enviado Dios en
su ayuda
Una lancha
veloz viene
desde
Torrevieja con
policías para
remolcarles, y
todos juntos
llegan a
un buen
fin
31-1-2017
Biblioteca BIB en la calle Alonso de Tobar, taller de escritura de
relatos en sesiones cada quince días, dirigido por el escritor don Juan Carlos
Márquez.
Literatura al canto o un canto a la literatura.-
Se llama Casildo Vandalio de
Testareta. Eso es por ahora, pues en las Termópilas tenía un nombre griego del
que no me acuerdo. Era un tío de esos que aparecen desnudos según la foto que
ilustra este reportaje. O puede que fuera una tía. Vete a saber. Algo más tarde
en el Rubicón, también con otro nombre que no viene al caso, dio su sangre por
la patria. Y volvemos a verle sitiando Numancia y sus pobre hijos que no se
rendían ni a tiros. También pereció allí herido por una flecha que le lanzó, un
peninsular traicionero. Se dice que allá por el siglo XII o XIV, fue uno de
aquellos templarios que invadieron la isla de Chipre. Fue también por el siglo
XVI, llamándose Alonso, un testigo del suplicio de Caupolicán. No es hasta
principios del siglo XX que se le conoce por el nombre de Vladimiro Dubrovsky y
que según se dice se fue a vivir fuera de Rusia. Es muy probable que sea ese
peatón de Stalingrado que cita François Suliny. Lo cierto es, que a partir de
1914 cuando eso de Sarajevo, lo inmortalizó el escritor Jaroslav Hasek bajo el
nombre de soldado Svejk. Se de buena tinta que en fechas más próximas, en 1932,
nueve años después de su muerte, se vuelve a reencarnar en el también soldado
Mikhail Soloviev pasándolas canutas bajo las órdenes del general kalmuco Gorodovikov.
Ahora, en el 2017, se llama Casildo y demás apellidos; también escribe, pero en estos tiempos en que ha proliferado tanto la literatura, que como decía mi suegro, de cada mocho de escoba sale un flamante escritor, veremos si no se para aquí su inmortalidad y ya nadie le volverá a recordar en el futuro. Pues esto, la inmortalidad, es esto.
Hace algunos años, creído este buen hombre que poseía el genio de un Cide Hamete Benengeli, pongamos por caso, convencido que era una reencarnación del tal, empezó a enviar sus relatos a los certámenes literarios, y cansado de hacer fotocopias, pues siempre pedían el envío de tres ejemplares como mínimo, y a veces seis, y, sin obtener la gracia de ningún ayuntamiento e institución gubernamental o de lucro, dejó esta actividad y emprendió otra dedicándose a partir de entonces a asistir a los Talleres literarios, a ver si así lograba aprender algo, pues por lo visto, pensaba humildemente, no había obtenido premios porque escribía muy mal y era necesario aprender el oficio. Algunos de sus relatos, encontrándose en vena de creatividad, o furiosa paranoia, que no se qué nombre darle, se le hicieron tan largos, que terminaron convertidos en novelas. Y creído que eran buenas y las iban a publicar, volvió al tema de las fotocopias y esta vez al envío de ellas a las empresas editoras, que dicho sea de paso, abundan más que las hormigas. Y rian de rian, como dicen los franceses. O nada de nada como se dice en castellano. No se dio con esto por vencido, y veinte de sus más de cuarenta libros escritos, fueron publicados en Bubok, empresa que como Amazón se dedica al libro digital, aunque también los sirven de imprenta. Esto le animó un tanto, porque al principio, hubo personas que accedieron a pasarlos a sus archivos. Se podían descargar gratis, y pensaba que eso podía ser un aliciente, pero esos veinte o veintidós libros, desde hace un tiempo, ahí están en la actualidad, más quietos y solitarios que un guardacantón de carretera sin nadie que los descargue de Bubok ni los lea. Está claro que se ha corrido la voz entre sus lectores, que es un malísimo escritor, engreído y demás, y, que, lástima de tiempo que eché en quererte.
Ahora, en el 2017, se llama Casildo y demás apellidos; también escribe, pero en estos tiempos en que ha proliferado tanto la literatura, que como decía mi suegro, de cada mocho de escoba sale un flamante escritor, veremos si no se para aquí su inmortalidad y ya nadie le volverá a recordar en el futuro. Pues esto, la inmortalidad, es esto.
Hace algunos años, creído este buen hombre que poseía el genio de un Cide Hamete Benengeli, pongamos por caso, convencido que era una reencarnación del tal, empezó a enviar sus relatos a los certámenes literarios, y cansado de hacer fotocopias, pues siempre pedían el envío de tres ejemplares como mínimo, y a veces seis, y, sin obtener la gracia de ningún ayuntamiento e institución gubernamental o de lucro, dejó esta actividad y emprendió otra dedicándose a partir de entonces a asistir a los Talleres literarios, a ver si así lograba aprender algo, pues por lo visto, pensaba humildemente, no había obtenido premios porque escribía muy mal y era necesario aprender el oficio. Algunos de sus relatos, encontrándose en vena de creatividad, o furiosa paranoia, que no se qué nombre darle, se le hicieron tan largos, que terminaron convertidos en novelas. Y creído que eran buenas y las iban a publicar, volvió al tema de las fotocopias y esta vez al envío de ellas a las empresas editoras, que dicho sea de paso, abundan más que las hormigas. Y rian de rian, como dicen los franceses. O nada de nada como se dice en castellano. No se dio con esto por vencido, y veinte de sus más de cuarenta libros escritos, fueron publicados en Bubok, empresa que como Amazón se dedica al libro digital, aunque también los sirven de imprenta. Esto le animó un tanto, porque al principio, hubo personas que accedieron a pasarlos a sus archivos. Se podían descargar gratis, y pensaba que eso podía ser un aliciente, pero esos veinte o veintidós libros, desde hace un tiempo, ahí están en la actualidad, más quietos y solitarios que un guardacantón de carretera sin nadie que los descargue de Bubok ni los lea. Está claro que se ha corrido la voz entre sus lectores, que es un malísimo escritor, engreído y demás, y, que, lástima de tiempo que eché en quererte.
Hace pocos días que le vi; estaba
todo tembloroso y apesadumbrado, porque al taller de escritura que asistía y
donde le daban ciertos ánimos para seguir escribiendo, le habían dejado en
lista de espera rechazando su solicitud, porque ahora en varios de estos
talleres eligen a los asistentes por sorteo, empezando por la A o la Z, o por otra
letra que les parece bien a los señores o señoras dirigentes de esos centros.
También eligen a los profesores por sorteo, y los que han formado un buen grupo
y están orgullosos de la marcha que llevan, se encuentran al trimestre
siguiente, con gente nueva, los cuales, a partir de la primera sesión empiezan
a faltar y, como el Guadiana en su curso, aparecen y desaparecen por clase cuando
les da la gana. Y suele ocurrir, que un curso que siempre empieza con una lista
de veinte personas o más, acaba con una o dos aparte del profesor. Hay
momentos, según me cuenta entristecido, en que se ha encontrado solo con la
profesora o profesor, y que las veinte y tantas fotocopias que llevaba
preparadas para entregar a sus compañeros de clase, han tenido que ser
destruidas, a menos que quisiera empapelar su casa con ellas.
En Madrid, a 31-1-2017
Francisco
30-1-2017.
48. Libros leídos en la BIBLIOTECA BIB de Moratalaz
a partir de enero 2015
TITULO: LAS AVENTURAS DEL BUEN SOLDADO SVEJK
Autor.- Jaroslav Hasek
Entregado el día 17-1-2017 en la
BIB para leer en dos quincenas. Es una voluminosa novela de 801 páginas. Está
compuesta de cuatro partes.
COMENTARIOS a la primera y segunda
parte.
Nada
más empezar la novela se ridiculiza al soldado presentándole en la vida civil como
vendedor de perros a los cuales falsifica. El autor es un gran humorista y el libro
está lleno de comicidad. Va acompañado de multitud de páginas con dibujos que
representan las diversas escenas, lo cual aumenta la hilaridad al leerlo.
También se acompaña con poemas divertidos
y estrafalarios que además tienen rima, supongo que inventada por la
traductora. El tema principal es la falta de disciplina en los ejércitos y la
picaresca de los soldados para evitar su marcha al frente permaneciendo en la
retaguardia, donde se entregan al alcohol y a los prostíbulos. El protagonista
posee gran ingenio y en cada situación se está inventando alguna historia que
introduce hábilmente entre la narración de los hechos. A veces el soldado toma
la palabra en primera persona, abundando más la narración en tercera. Hay otros
personajes clave como es el caso del teniente Lukas, a quien Svejk sirve de
asistente y el prisionero gordo que aparece en la página 324 cuando le meten en
prisión. Este es Marek, voluntario de un
año que está preso, porque se confundió al saludar a un teniente. También
es muy divertido el tema de los capellanes borrachos en particular el padre
Lucina, una especie de Pantagruel. El humor de Hasek es muy parecido al de
Rabelais, o al que usaba nuestro escritor Álvaro de la Iglesia. Aparece más
tarde otro Gargantúa o Pantagruel en las páginas 433 y 441 bajo el nombre de Baloun.
El libro es una ingeniosa sátira contra la
guerra poniendo en ridículo a todos los personajes que, además son un atajo de
borrachos degenerados e idiotas. No importa que se trate soldados rasos como de
altos cargos. La novela es un tanto absurda y exagerada, porque se abusa
demasiado de las historias que fluyen a cada paso de los labios del
protagonista y otros personajes secundarios. Considero desafortunada su
comparación con el Quijote, pues el humor de Cervantes es mucho más fino y
mucho menos disparatado. Hasek podría estar a la altura de Rabelais, sino se
abusara tanto de las historietas que, aunque bien contadas, acaban cansando. El
libro termina siendo un rollo difícil de digerir a pesar de su fina comicidad y
aunque sea fácil su lectura.
28-1-2017
Memorias de juventud, año 1943
Había cumplido los catorce años
y, tras aprobar unos rigurosos exámenes,
fue venturosa mi existencia con la entrada en la Empresa
Nacional Bazán
de Cartagena
donde, en el taller de Maquinaria empecé mi aprendizaje.
En mi cajón del banco de ajuste,
abierto, simulando que estaba buscando una herramienta,
lector impenitente desde mi más tierna infancia,
colocaba mis novelas, que,
devoraba
a escondidas de las severas miradas del maestro del taller y
sus encargados,
los cuales,
pasaban por delante vigilando si cumplíamos con nuestro
trabajo.
Y, entusiasmado con lo que leía:
recuerdo el Wherther y los diálogos de Platón,
me ausentaba de allí a los aseos donde en cuclillas,
cerrando la puerta del retrete con pestillo
para que nadie me sorprendiera,
seguía devorando aquellas letras para mi sublimes,
al tiempo
que debido a la
dificultosa postura,
iban naciendo mis primeras, sabias
almorranas.
25-1-2017
Inmadurez
En honor a Witold Gombrovicz
Me llamo Paco y soy poeta de
pacotilla.
Un elemento rezumante de inmadurez.
Aquel que va huyendo corre que te pilla
Buscando la Forma en mango de almirez.
Soy de esa chusma de la poética prez
Que vanamente escribe y se desternilla
La que en prisión perpetua está a la vez
Dentro de una rústica, ínfima, cuartilla.
¡Cuántas ediciones se publican a diario!
¡Cuántas tonterías decimos insensatos!
Somos el hazmerreír del vecindario.
Yo, el primero de esos ilusos literatos
De los que ansiosos buscan al contrario
Y lo llevamos dentro, siempre ingratos.
23-1-2017
OTRA RECOMENDACIÓN
¡Chicas! El club ULISES se va animando. Hoy ha habido tres
nuevas tertulianas. La profesora Laura Trigo
es un encanto.
Saludos
Francisco
23-1-2017
Tres muestras
de artículos que recomiendo de José María Doria
Mi boda con
la infinitud
Por Jose Maria Doria el 9
abril, 2016
Hace unos días que ha muerto un amigo. Y tan solo hace unas
horas que acabo de salir del entorno en el que se ha producido el último adiós
a su persona. He asistido a una ceremonia de despedida que de forma amorosa y
magistral han organizado sus hijos en la capilla de un tanatorio.
¡Cuánta
belleza humana he admirado! Minuto a minuto la música, los cantos en directo,
las palabras de quienes lo han conocido, la gratitud que inundaba la sala… todo
aquello por tener el sello de una profunda autenticidad, ha sido un
acontecimiento difícil de olvidar, sin dramas ni penas añadidas. Todo un regalo
envuelto de alta cultura …
Adquisiciones y pérdidas
Por Jose Maria Doria el 28
octubre, 2015
No parece erróneo afirmar que la raíz de todo el dolor
emocional que vivimos, no es otra cosa que el síntoma de una pérdida más o
menos encubierta. Y en el caso de nuestras alegrías básicas, también subyace un
sentimiento de ganancia implícita.
Bien
sabemos que la vida es una carrera de adquisiciones y pérdidas de las que nadie
se libera. Las primeras nos expanden y confortan, y sin embargo las otras nos
contraen y entristecen. ¿Acaso no es la pérdida el común denominador que
subyace tras la enfermedad, la muerte, la traición, la desposesión, el rechazo,
el fracaso y tantas otras vivencias humanas que contraen nuestro diafragma?
Al
parecer, la inteligencia de vida nos ha diseñado con un potente sistema de
alarma para que el agua de la vasija no se derrame por una grieta desconocida.
Se trata de una sirena de supervivencia que incluso funciona cuando tal dolor
lo padece el otro, y éste nos alcanza por pura compasión y empatía. Alguien
dijo que quienes crean que la vida es un río con una sola orilla, es decir con
la orilla del placer y el bienestar, e ignora la del dolor, no entiende las
leyes del cielo y …
¿Por qué a
mi?
Por Jose Maria Doria el 19
julio, 2010
¿Ha recibido usted la visita de un ángel negro
disfrazado de gran pérdida?
La cadena de sucesos que cada día vivimos, se parece a una
noria de la feria con espirales entrelazadas. Pareciera que detrás de los acontecimientos
se hallase una ley de ciclos y elípticas vitales que, como mínimo, merecen
cierta mirada, sobre todo cuando llegan a nuestra vida las llamadas
“desgracias”.
Uno se pregunta, ¿por qué mirar el meollo de la
desgracia?, ¿acaso no es mejor recurrir a la técnica del avestruz y evitar
amargarnos, desviando ligeramente la mirada?
Resulta
fundamental tomar consciencia, primero porque al observar la ley que subyace,
captamos un Plan sutil pleno de Inteligencia. En realidad tras la cadena de
adquisiciones y pérdidas, pareciera existir un hilo conductor de maduración y
consciencia. En segundo lugar y a poco que miremos, no tardamos en descubrir
que “todo pasa”, y que todo está bajo la ley de provisionalidad e
impermanencia, cosa que no solo alivia cuando vienen bajas, sino que también
nos alerta …
22-1-2017
36.- Nota sobre los enfermos.- Cada época tiene su
enfermedad específica: lepra, peste, sífilis, tuberculosis, cáncer. Cada
enfermedad expresa la concepción fundamental de cada época sobre la existencia.
-Lepra, destino individual
(Antigüedad).
-Peste, concepción trágica y
sombría de la existencia (Edad Media)
-Sífilis, libertinaje, estilo de vida,
(Renacimiento)
-Tuberculosis, patetismo del
Romanticismo, la revolución industrial.
-Cáncer, Encuentro en la Época Moderna
con lo irracional.
42.- A la anarquía metafísica,
(positivismo y vitalismo), corresponde la Anarquía psicológica (individualismo) y anarquía
biológica (enfermos). Cada individuo tiene su propia enfermedad. 45.- El
psicoanalista se conforma con rescatar a su paciente del furor de la locura, de
la anarquía absoluta. No importa si le transforma en un loco reservado y
tímido, porque de una forma o de otra, todos estamos locos. Lo importante es
que el armisticio perdure…
Mircea Eliade de su libro
FRAGMENTARIUM
21-1-2017
Parte final del capítulo cinco de la novela EL MESONERO PRODIGIOSO,
que me faltó introducir allí.
-Me maravilla ver a esos niños corriendo por ahí en medio de los
animales, sin miedo a ellos, e incluso acercándose a algunos para acariciarlos
y hablarles. -Dice Acisclo un tanto asombrado.
-Has tocado un tema que me gustaría desarrollar ampliamente y que puede
interesaros: el del MIEDO. –Dice
nuestro hombre. –El miedo es algo
consubstancial no sólo con el hombre, sino con los animales, y me atrevería a asegurar
que hasta con las plantas. Un algo que afecta a todos los seres vivos y que no
les permite avanzar hacia un estado superior. El miedo mantiene ancladas a las
especies y a los individuos de cada especie, y nos les permite dar el salto,
elevarse, salir del estatus al que están sometidos. Y, vencer el miedo es la
acción más importante, que podemos ejecutar, pues cada paso que damos en ese
sentido, produce una gran satisfacción. Es como si voláramos elevándonos a
otros espacios. Es la sensación verdadera de libertad. No hay otra.
De repente me viene a la cabeza
un pequeño pero intenso poema de Franmar, mi escritor favorito, y cortando a
Esteban recito:
En la calle del miedo
hay una
cárcel
en la que entramos todos
cuando se nace.
Miserere…
Sólo salimos de ella
cuando se muere
-Así es en efecto, -dice sin disgustarse por la interrupción. Y
continúa: -Claro que tienen miedo los
niños cuando penetran ahí, y, también en cualquier circunstancia peligrosa. Les
tengo enseñado, el valor tan inmenso que es el ACTO DE VENCER EL MIEDO y los
beneficios que reporta al alma.
Hace una pausa por algo en lo que
tiene que reparar y nos mantenemos en respetuoso silencio esperando que
continúe.
-Hay en ese poema que acabas de recitar, Ramiro, algo con lo que no
estoy de acuerdo. Eso de que “sólo salimos de ella cuando se muere”, no es
cierto. Suelo enseñar a mis niños todo lo contrario, y es: que sólo salimos de
ella cuando SE VIVE INTENSAMENTE, atreviéndonos a arrostrar todos los peligros,
siendo cada uno de ellos un reto que sirve para engrandecernos. Claro está que
haciendo uso del CONTROL, sin dejarnos matar de manera tonta e inútil.
Hace otra pausa para ensalivar y termina diciendo:
-El CONTROL, he aquí la palabra
mágica muy digna de tener siempre en cuenta. Pero desmenuzándola, tragándola y
digiriéndola debidamente, tomándola como una PATRIA, cual el poeta que acabas
de mencionar dejó escrito en un panfleto de casi trescientas páginas.
Hace una nueva interrupción que
se acompaña de una carcajada estentórea que nos deja patitiesos por no
esperarla y, cuando acaba de reír nos dice:
-Se me acaba de ocurrir que todas estas palabras que he pronunciado,
han sido influidas por el lugar donde estamos, este centro de energía y este espectáculo de la naturaleza que
observamos tranquilamente para satisfacción de nuestras almas. Vámonos a
descansar que ya el sol está echando el TELÓN.
Salimos de allí por una puerta
que comunica con el ancho espacio de LOGÍSTICA donde siempre hay veinte o
veinticinco niños en actividad permanente y, atravesándolo, salimos al
invernadero por la puerta donde hace guarda el excelso Albert Schweitzer, y seguidamente atravesando la huerta,
pasamos a la sección de duchas para eliminar el sudor del que estamos
empapados.
CONTINUARÁ
Memorias de la vejez, 18-1-2017
El último tren
Choo-choo-pi-chucu-
chucu-chu,
Suena en mis oídos constantemente el ruido de este tren en
marcha.
Buuuuu-tacataca, buuuuu-tacataca…
Sonido que persiste y que nunca se acaba.
Estoy esperando la estación de llegada.
No tengo prisa en llegar.
Choo-choo-chu-
chucu-chu,
Pasajeros al tren
-dice el señor jefe de estación:
-Apéense los que aún quedan por bajar.
Y yo, bien envuelto en mi manta zamorana confeccionada con
hilaturas de Cataluña, viajo aferrado a mi vieja cartera de piel de leopardo,
evocando, la larga lista de mis viajes en tren.
No tengo prisa en llegar:
-digo al señor revisor que me pica el billete-,
Y éste me mira sonriente y dice:
Pero al fin llegará y tendrá que bajarse.
¡qué le vamos a hacer!
-le digo con cierta nostalgia. -He visto tantas cosas…!
Pues todavía le quedan muchas que ver.
Preferiría ni verlas –digo cerrando los ojos-
Y el tren sigue su marcha
Choo-choo-pi-chucu-chucu.
Chu-tacataca.
16-1-2016
Biblioteca BIB en la calle Alonso de Tobar, taller de escritura de
relatos en sesiones cada quince días, dirigido por el escritor don Juan Carlos
Márquez.
Muchos
años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía
había de recordar aquella tarde remota en que su padre le llevó a conocer el
hielo. Macondo era entonces…
Mas no es de
está mítica ciudad de la que vamos a hablar, sino de lo que sucedió al bueno de
Aureliano, nada más recibir sobre su pecho la descarga de fusilería, pues
sintió como si un fuerte muro cayera sobre él aplastándole y, una
oscuridad intensa le envolvió por unos momentos.
Algo que no era
oscuridad, sino cosa así como el brillo de un diamante, llamó su atención de
inmediato, y ya repuesto del primer susto, vio ¡oh maravillosa sensación que
jamás hubo tenido durante su larga y aperreada vida!, cómo aquel punto luminoso se iba ensanchando
hasta convertirse en poderoso foco de luz vibrante, que le envolvía, que le
penetraba, y que le conducía cual si por un túnel estuviera atravesando,
a una anchurosa extensión nívea y refulgente…
El narrador
hace aquí un inciso, para expresar la reflexión que se le ocurre referida al
caso, digna de ser estudiada a fondo por un buen psicólogo o una buena caterva
de ellos: ¿No será que aquel último recuerdo del hielo de Macondo, por uno de
esos misterios de la mente, le trajo la ilusión de esta impoluta extensión
nevada, que nada tiene que ver con la nieve llena de basura y excrementos de la
otra? ¡Ah! En la frontera de la muerte ocurren cosas inauditas muy
difíciles de explicar.
Lo cierto es que
nada más tomar contacto con aquel inconmensurable silencio blanco, se tropieza
nada menos que: “con él mismo”, como si estuviera viéndose ante un espejo; pero
es una imagen difusa, de una albura resplandeciente que se esfuma y vuelve a
tomar cuerpo ante él una y otra vez incitándole a entablar conversación.
-¿Quien eres tu
a quien encuentro cierta semejanza conmigo? -le pregunta tímidamente.
-No te asustes
muchacho, al verme así en este estado. Soy tu verdadero yo, que una vez fuiste
engendrado dentro de este planeta desgraciado donde todos los elementos están
siempre en descomposición; fuiste perdiéndome con el tiempo y quedaste reducido
al estado en que ahora te encuentras. Poco a poco me irás recuperando y te irás
identificando conmigo, pero debes tener paciencia, pues tienes toda la
eternidad por delante. Para ello cuenta con la inmensa cantidad de amigos de
verdad que tuviste durante tu vida terrena y a los que apenas intentaste
conocer y aprender de sus enseñanzas y están aquí para acompañarte.
Y Aureliano
mirando en derredor, ve a Jack London que allí le estaba esperando acompañado
de su perro “Colmillo Blanco”, que viene junto a Gaspar Ruiz, ese honrado
gigante, que no otro, sino el bueno de Joseph Conrad nos cantó; Homero de la
mano de Aquiles y Patroclo ahora inseparables; Cervantes, si Cervantes,
conversando con Shakespeare como si se conocieran de toda la vida, y Víctor
Hugo hablando amigablemente con su paisana Santa Teresita de Lixieus, que le
decía estas palabras que el otro no comprendía: “Si no hubiera sido por Maxence
Van Der Meersch, que me presentó al mundo, qué hubiera sido de mi”. –Y
añade-, El cura de Ars y yo, le debemos ese gran favor.
Como quién no ve la cosa, también por aquella soledad blanca se acercaban Virgilio, Dante, Tomás Moro, San Agustín y no sé cuantos más, pues en numeroso número numerado habitaban aquellos parajes, que, el bueno de Aureliano, no sabía si era de broma o que era pura y blanca realidad lo que estaban viendo sus ojos.
Como quién no ve la cosa, también por aquella soledad blanca se acercaban Virgilio, Dante, Tomás Moro, San Agustín y no sé cuantos más, pues en numeroso número numerado habitaban aquellos parajes, que, el bueno de Aureliano, no sabía si era de broma o que era pura y blanca realidad lo que estaban viendo sus ojos.
-¿Qué es
esto? -pregunta totalmente asombrado.
-Se debe –le
dice suavemente el norteamericano-, a una cosa muy simple y a la vez de la
mayor importancia para ti: TU SALVACIÓN. Gracias a nosotros y cuanto de
nosotros aprendiste, ese, grano de sabiduría que allí alcanzaste, es lo que te
salva. Aquí tranquilamente en nuestra fiel compañía, te salvarás…
En Madrid, a 16-1-2017
Francisco
15-1-2017
memorias de la infancia, año 1936
UNA HAZAÑA BÉLICA
La vida era plácida.
Aquella tarde había merendado pan con chocolate con desgana,
pues no había hambre en España.
Pero unos hombres malvados... bum, bummm, una bomba estalla.
¿Qués esto?, pregunto a mi mama.
Tenía cumplidos los siete años y vivía entre hadas.
Pero aquella bomba me arrebató el alma.
¡Vamos, vamos, hijos corriendo, a la rambla!,
que están tirando bombas y se nos puede caer encima la casa!
Arropado en una manta
con mis dos hermanitos en la noche estrellada
vamos con nuestros padres huyendo de la metralla.
De pronto, una bengala
que alumbra el salón de baile del Republicano, mira qué gracia...
Pocas horas antes allí se bailaba.
Mi hermanito pequeño de apenas dos años, exclama:
Mamá, mamaita, ¡Qué música tan rara!
¡Maldita sea la guerra, y maldito sea todo aquel que la prepara!
¡Maldito sea yo, que no se cómo exterminarla!